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El telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO ha obtenido
imágenes muy precisas de una fascinante región de formación de estrellas en la Gran Nube de
Magallanes — una de las galaxias satélite de la Vía Láctea. Esta imagen revela
con nitidez dos peculiares y brillantes nubes de gas: la rojiza NGC 2014 (a la derecha) tiene una
forma irregular y su vecina azulada NGC 2020 tiene una forma redondeada. Sus
formas, extrañas y diferentes entre sí, fueron esculpidas por potentes vientos
estelares procedentes de estrellas recién nacidas extremadamente calientes que
también irradian el gas, provocando que brille de forma intensa.
Crédito:
ESO
Visión de amplio campo de y NGC 2020 en la Gran Nube de Magallanes
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Esta imagen de amplio campo nos muestra a una extraña pareja que se encuentra
en la constelación de
Doradus (El Pez Espada): NGC 2014
y NGC 2020. Estas dos brillantes nubes de gas, en el centro del fotograma, se
encuentran en la Gran Nube de
Magallanes, una de las galaxias satélite de la Vía Láctea. Ambas han sido
esculpidas por potentes vientos procedentes de estrellas jóvenes calientes.
Esta fotografía fue creada a partir de imágenes que forman parte del sondeo
Digitized Sky Survey 2.
Crédito:
ESO/Digitized Sky Survey 2. Acknowledgement: Davide De Martin
Una extraña pareja de brillantes nubes de gas en la constelación de Dorado
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En este mapa podemos contemplar la constelación austral de Doradus (El Pez
Espada). La mayor parte de las estrellas que pueden verse a simple vista en una
noche oscura están marcadas. Los círculos rojos indican las ubicaciones de las
regiones de formación estelar NGC 2014 y NGC 2020. Estas brillantes nubes pueden
verse como objetos débiles con un pequeño telescopio.
Crédito:
ESO, IAU and Sky & Telescope
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El telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO
ha obtenido imágenes de una fascinante región de formación de estrellas en la
Gran Nube de Magallanes — una de las galaxias satélite de la Vía Láctea. Esta
precisa imagen revela dos peculiares y brillantes nubes de gas: la rojiza NGC
2014 y su vecina azulada NGC 2020. Pese a que son muy diferentes, ambas fueron
esculpidas por potentes vientos estelares procedentes de estrellas recién
nacidas extremadamente calientes que también irradian el gas, provocando que
brille de forma intensa.
Esta imagen fue tomada por el Very Large Telescope
(VLT) de ESO, instalado en el Observatorio Paranal, en
Chile — el mejor lugar del hemisferio sur para la observación astronómica. Pero
incluso sin la ayuda de los telescopios como el VLT, si echamos un vistazo hacia
la constelación austral
de Dorado (El Pez Espada o el Delfín [1]) en una noche limpia y oscura, podremos distinguir una
mancha borrosa que, a primera vista, parece ser tan solo una nube de la atmósfera de la Tierra.
Al menos esa debió ser la primera impresión del explorador Fernando de
Magallanes durante su famoso viaje al hemisferio sur en 1519. Pese a que
falleció en Filipinas antes de terminar su viaje, de regreso a Europa su
tripulación dio a conocer la existencia de esa nube y de su hermana pequeña y,
en su honor, las pequeñas galaxias fueron bautizadas más tarde con el nombre de
Magallanes. Sin embargo, ya antes habían sido observadas tanto por exploradores
como por observadores europeos en el hemisferio sur, pese a que nunca se informó
de ello.
La Gran Nube de Magallanes (Large Magellanic Cloud, LMC) produce
nuevas estrellas de manera activa. Algunas de sus regiones de formación estelar
como, por ejemplo, la famosa Nebulosa de la
Tarántula, pueden verse incluso a simple vista. Sin embargo, hay otras
regiones más pequeñas — y no por ello menos interesantes — que los telescopios
pueden mostrarnos con un alto nivel de detalle. Esta nueva imagen del VLT
explora a una extraña pareja incompatible: NGC 2014 y NGC 2020.
La nube teñida de rosa de la derecha, NGC 2014, es una resplandeciente nube
compuesta casi en su totalidad por hidrógeno. Contiene un cúmulo
de estrella jóvenes calientes. La fuerte radiación que emana de esas nuevas
estrellas arranca electrones de los átomos del gas del entorno, ionizándolo y
produciendo un característico brillo rojo.
Además de esta fuerte radiación, las estrellas jóvenes masivas también
producen potentes vientos estelares que al final hacen que el gas del entorno se
disperse. A la izquierda del cúmulo principal hay una brillante estrella muy
caliente [2] que parece haber comenzado este proceso, creando una
cavidad que aparece rodeada por una estructura en forma de burbuja llamada NGC
2020. El distintivo color azulado de este objeto, bastante misterioso, tiene de
nuevo su origen en la radiación emitida por la estrella caliente — esta vez por
ionización del oxígeno en lugar de hidrógeno.
La impresionante diferencia de color entre NGC 2014 y NGC 2020 es el
resultado tanto de la diferencia en la composición química del gas del entorno
como de la temperatura de las estrellas que hacen que estas nubes brillen.
También tienen su influencia las distancias entre las estrellas y las
respectivas nubes de gas.
La Gran Nube de Magallanes se encuentra a tan solo unos 163.000 años
luz de nuestra galaxia, la
Vía Láctea, lo cual en escalas cósmicas significa que está muy cerca. Esta
proximidad hace que sea un objetivo muy importante para los astrónomos, ya que
nos permite estudiarla con mucho más detalle que otros sistemas más alejados.
Fue una de las razones que impulse la fabricación de telescopios en el
hemisferio sur, lo cual llevó a la creación de ESO hace cincuenta años. Pese a
que a escala humana la Gran Nube de Magallanes sea inmensa, contiene menos de un
décimo de la masa de la Vía Láctea y abarca tan solo unos 14.000 años luz — en
comparación, la Vía Láctea alcanza unos 100.000 años luz. Los astrónomos la
califican como una galaxia enana irregular; su irregularidad,
combinada con su prominente barra central de estrellas, sugiere que su forma
caótica puede haber sido originada por las interacciones con la Vía Láctea y
otra galaxia cercana, la Pequeña Nube de
Magallanes.
Esta imagen fue obtenida dentro del programa Joyas Cósmicas de ESO [3]
utilizando el instrumento FORS2
(FOcal Reducer and low dispersion Spectrograph), que trabaja en los
rangos visible y ultravioleta cercano y está instalado en el telescopio VLT de
ESO.
Notas
[1] Pese a que esta constelación se identifica comúnmente con
la del pez espada, hay razones para creer que la menos conocida constelación del
delfín puede encajar mejor. Aquí ofrecemos más
detalles sobre este asunto.
[2] Este es un ejemplo de un extraño tipo de estrellas llamadas
de Wolf-Rayet. Estos objetos de corta vida son muy calientes — sus superficies
pueden estar más de diez veces tan calientes como la superficie del Sol — y muy brillantes, por lo que
dominan las regiones que las rodean.
[3] Esta imagen procede del programa Joyas Cósmicas de
ESO, una iniciativa de divulgación cuya intención es producir imágenes de
objetos interesantes, llamativos o visualmente atractivos utilizando telescopios
de ESO con finalidades educativas y divulgativas. El programa utiliza tiempo de
observación que no puede usarse para observaciones científicas. Todos los datos
obtenidos son puestos a disposición de los astrónomos a través del archivo
científico de ESO.
Información adicional
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y
el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de
quince países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y
Suiza. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción
y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a
los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también
desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en
investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación
únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el
Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y
dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo
Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio
de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope,
Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado
exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de
un revolucionario telescopio, ALMA, el proyecto astronómico más grande en
desarrollo. Actualmente ESO está planificando el European Extremely Large
Telescope, E-ELT, el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39
metros, que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo miembros
de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus siglas en inglés),
que incluye a expertos en divulgación y comunicadores científicos de todos los
países miembros de ESO y de otras naciones.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
Enlaces
Esta es una
traducción de la nota de prensa de ESO eso1335.
ESO.-
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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