Barack Obama lo vetó en 2015, pero ahora se hará realidad por decisión de Donald Trump.
En su segundo día de trabajo en la Casa Blanca, el nuevo mandatario estadounidense firmó una orden ejecutiva para autorizar la construcción del oleoducto Keystone XL, cuyo objetivo es transportar petróleo desde la región canadiense de Alberta hasta el territorio estadounidense de Nebraska.
Trump también aprobó la construcción del controvertido oleoducto Dakota, que en 2016 fue causa de enormes protestas por parte de comunidades indígenas que llevaron al Ejército a explorar rutas alternativas para este proyecto.
En ambos casos, el nuevo presidente puso como condición que los proyectos se ejecuten utilizando acero estadounidense.
"A partir de ahora vamos a comenzar a hacer oleoductos en Estados Unidos", dijo Trump, quien firmó un documento que exige que los materiales que se utilicen en la construcción de ambos proyectos sean procedentes de su país.
"Vamos a renegociar algunos de los términos (del acuerdo). Y si les gustan, veremos si podemos conseguir que se construya ese oleoducto. (Crearán) muchos empleos, 28.000 puestos de trabajo, grandes empleos en la construcción", dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca a propósito del proyecto Keystone XL.
En el caso del Dakota Access, también señaló: "Estará sometido a términos y condiciones negociadas por nosotros".
El mandatario añadió que estas decisiones "pondrán a trabajar de nuevo a muchos trabajadores del sector metalúrgico".
¿Por qué se los detuvo?
El oleoducto Keystone XL fue rechazado el noviembre de 2015 por el presidente Obama, quien dijo que el proyecto no favorecía los intereses nacionales de Estados Unidos.
El ahora exmandatario basó su argumentación en que esta obra no ayudaría a reducir los precios de la gasolina ni crearía empleos estables, pero sí podría dañar el liderazgo del país en materia ambiental en un momento en que que consideraba necesario adoptar medidas para combatir el cambio climático.
El Keystone XL está diseñado con una extensión de 1.900 kilómetros y una capacidad para transportar unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido.
En el caso del proyecto Dakota Access, su construcción fue detenida en diciembre pasado luego de meses de protestas realizadas durante meses por miembros de tribus indígenas estadounidenses y de grupos defensores del medio ambiente.
Los manifestantes aseguraban que la obra contaminaría las fuentes de agua potable y dañaría lugares sagrados para los indígenas en los que están enterrados sus antepasados.
Con un costo estimado en US$3.700 millones, este oleoducto permitiría transportar unos 470.000 barriles de petróleo al día a lo largo de un recorrido de unos 1.900 kilómetros a través de cuatro estados: desde Dakota del Norte hasta Illinois, donde el crudo podría ser enviado por barcos hacia las refinerías.
El oleoducto proveería así de un método más económico de transportar el petróleo, que en la actualidad es enviado por tren.
Críticas y nuevas protestas
Voceros de organizaciones ambientalistas han dicho que, cuando se haya terminado su construcción, estos oleoductos sólo dejarán un puñado de puestos de trabajo en el largo plazo.
"En lugar de dar impulso a afirmaciones falsas sobre el potencial de los oleoductos para crear puestos de trabajo, Trump debería enfocar sus esfuerzos en el sector de la energía limpia, donde reside el futuro de Estados Unidos", dijo la directora del grupo ambientalista Greenpeace, Annie Leonard.
"Donald Trump lleva apenas cuatro días en el cargo y ya ha demostrado ser una peligrosa amenaza para nuestro clima, tal como temíamos que sería", señaló Michael Brune, director del Sierra Club, una de las organizaciones de defensa del medio ambiente más antigua de Estados Unidos.
Los grupos ambientalistas anunciaron su intención de mantener su oposición en contra de la ejecución de estos proyectos, mientras los representantes de las tribus indígenas afectadas por el trazado del oleoducto Dakota Access dijeron que podrían impugnar este proyecto ante la justicia.
"Los estadounidenses saben que ese oleoducto fue redirigido de forma injusta hacia nuestra nación y sin nuestro consentimiento", dijo en una declaración el jefe de la tribu Sioux de la localidad de Standing Rock.
Aún no está claro que las órdenes ejecutivas firmadas este martes por Trump concluirán en la construcción de los dos polémicos oleoductos, lo que sí es seguro es que han servido para reactivar la polémica que rodea ambos proyectos.
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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