http://www.nationalgeographic.com.es/temas/homo-sapiens/fotos
https://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_Max_Planck_de_Antropolog%C3%ADa_Evolutiva
http://www.eva.mpg.de/index.html
Mandíbula
Mandíbula del individuo Irhoud II, la primera y casi completa mandíbula de un adulto descubierta en Jebel Irhoud.
Foto: Jean-Jacques Hublin, MPI EVA Leipzig National Geo
Reconstrucción de la mandíbula
Reconstrucción de la mandíbula del individuo Irhoud 11, que permite compararla con homínidos arcaicos como los neandertales y con las primeras formas humanas anatómicamente modernas.
Imagen: Jean-Jacques Hublin, MPI EVA Leipzig
Herramientas de sílex
Herramientas de sílex halladas en los mismos depósitos, que han permitido fechar los fósiles de forma segura.
Foto: Mohammed Kamal, MPI EVA Leipzig
Sitio arqueológico
Vista sur del sitio arqueológico de Jebel Irhoud, en el oeste de Marruecos.
Foto: Shannon McPherron, MPI EVA Leipzig
Jebel Irhoud
El sitio arqueológico de Jebel Irhoud se encuentra sobre este monte desierto.
Foto: Shannon McPherron, MPI EVA Leipzig
Excavaciones arqueológicas
Excavaciones arqueológicas en Jebel Irhoud.
Foto: Shannon McPherron, MPI EVA Leipzig
Reconstrucción del cráneo
Cráneo de uno de los primeros Homo sapiens conocidos, cuya reconstrucción se basa en los fósiles hallados en Jebel Irhoud, en Marruecos.
Imagen: Philipp Gunz, MPI EVA Leipzig
Cavidad craneal arcaica
Dos vistas de la reconstrucción craneal de uno de los primeros Homo sapiens conocidos. Los fósiles de Jebel Irhoud presentan unas características faciales y unos dientes modernos, pero una cavidad craneal más grande y arcaica.
Imagen: Philipp Gunz, MPI EVA Leipzig
Restos fósiles
Dos de los nuevos fósiles excavados en Jebel Irhoud. En el centro de la imagen se distingue el cráneo humano del individuo Irhoud 10.
Foto: Steffen Schatz, MPI EVA Leipzig
Rostro de un individuo
Dos vistas del rostro del individuo Irhoud 10, que tenía unas características faciales propias de los humanos anatómicamente modernos.
Imagen: Sarah Freidline, MPI EVA Leipzig
Pruebas de fracturación
Las imágenes corresponden al experimento realizado con huesos de elefante, cuya finalidad fue determinar los patrones de fractura de los huesos, al utilizar para su rotura las piedras encontradas en el yacimiento de Cerutti Mastodon.
Foto: Kate Johnson / San Diego Natural History Museum
Detalle de las cabezas de fémur
Vista de dos cabezas del fémur del mastodonte, una boca arriba y otra boca abajo.
Foto: San Diego Natural History Museum
Yacimiento de Cerutti Mastodon
El paleontólogo del Museo de Historia Natural de San Diego, Don Swanson, apunta a un fragmento de roca cerca de una gran pieza horizontal de colmillo de mastodonte.
Foto: San Diego Natural History Museum
Huesos intactos
Costillas y vértebras de mastodonte intactas entre las que se incluyen una vértebra con una gran espina neural bien conservada.
Foto: San Diego Natural History Museum
Concentración de huesos fósiles y rocas
Las posición de las cabezas del fémur, quebradas de la misma manera y una al lado de la otra, son inusuales en los yacimientos arqueológicos. Los molares del mastodonte se encuentran en la esquina inferior derecha junto a una gran roca compuesta de andesita que está en contacto con una vértebra rota. En la parte superior izquierda se aprecia una costilla inclinada hacia arriba descansando sobre un fragmento de pegmatita granítica.
Foto: San Diego Natural History Museum
El hombre de Herto
Un cráneo de Homo sapiens primitivo hallado en 1997, con capacidad de albergar un cerebro grande, revela ya los rasgos humanos presentes en el hombre de Herto.
Foto: David L. Brill
El 'Homo sapiens' se extendió por todo el continente africano hace unos 300.000 años, según revelan los últimos hallazgos realizados en el sitio arqueológico de Jebel Irhoud, en el oeste de Marruecos
Los fósiles más antiguos de Homo sapiens, nuestra especie, han sido excavados en Jebel Irhoud, en Marruecos, y han sido fechados de forma segura mediante el método de la termoluminiscencia: tienen unos 300.000 años de antigüedad y por tanto son unos 100.000 años más antiguos que los fósiles de Homo sapiens del sitio arqueológico de Omo Kibish en Etiopía, que eran los más antiguos hasta ahora, de 195.000 años de antigüedad. "Creíamos que la cuna de la humanidad estaba en el este de África y que tenía unos 200.000 años de antigüedad, pero nuestros nuevos datos revelan que el Homo sapiens se extendió por todo el continente africano hace unos 300.000 años", dice el paleoantropólogo Jean-Jacques Hublin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, quien ha dirigido las excavaciones junto con Abdelouahed Ben-Ncer, del Instituto Nacional de Arqueología y Patrimonio en Rabat. El hallazgo y la datación de los nuevos fósiles de Jebel Irhoud han sido tratados respectivamente en dos estudios publicados hoy en Nature.
Los fósiles presentan unas características faciales y unos dientes propios de los humanos modernos
El yacimiento de homínidos de Jebel Irhoud, conocido desde los años sesenta, es el más antiguo y rico de mediados de la Edad de Piedra en África. Los restos fósiles incluyen cráneos, dientes y huesos largos de un mínimo de cinco individuos. La precisa cronología de estos restos se ha obtenido mediante la datación por termoluminiscencia, calentando unas herramientas de sílex halladas en los mismos depósitos. Los fósiles de Jebel Irhoud presentan unas características faciales y unos dientes modernos, pero una cavidad craneal más grande y arcaica. "La forma interior de la cavidad craneal refleja la forma del cerebro", dice Philipp Gunz, también del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y coautor de uno de los estudios.
"Nuestros hallazgos sugieren que la morfología facial de los humanos modernos fue creada a comienzos de la historia de nuestra especie, mientras que la forma del cerebro, y posiblemente la función cerebral, evolucionó durante el linaje del Homo sapiens", añade. "El norte de África ha sido ignorado durante mucho tiempo en el debate sobre el origen de nuestra especie. Los espectaculares hallazgos de Jebel Irhoud demuestran las estrechas conexiones que hubo entre el Magreb y el resto del continente africano en tiempos del nacimiento del Homo sapiens", destaca Ben-Ncer.
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NATIONAL GEOGRAPHIC
‘Sacar un tesoro de un diente’: hallan ADN de una especie homínida antigua
Por
Credit Bence Viola
Hace más de 100.000 años, en una cueva de Siberia, vivió una niña con un diente flojo. Un día, se le cayó una muela y se fosilizó a través de muchos milenios; eso mantuvo al molar a salvo de los elementos (y del Ratón Pérez).
Pero no era cualquier niña. Los científicos dicen que perteneció a una especie de primos extintos de los neandertales y los humanos modernos que se conoce actualmente como hombres de Denísova, o denisovanos. En un artículo publicado recientemente en la revista Science Advances, un equipo de paleoantropólogos anunció que ella es apenas el cuarto individuo de esa especie que se ha descubierto hasta ahora.
“Tenemos relativamente pocos datos de este grupo arcaico” y tener datos de “cualquier individuo adicional nos emociona mucho”, dijo Viviane Slon, autora principal del estudio y una candidata a doctorado en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, con sede en Leipzig, Alemania.
El escaso registro fósil de estos antiguos homínidos antes solo incluía dos molares de adulto y el hueso de un dedo. Fue hasta 2010 que el hombre de Denísova fue correctamente identificado por un equipo de investigadores que dirigió Svante Paabo, quien usó el hueso de dedo para realizar la secuencia del genoma de la especie.
Científicos que exploraban las cuevas de Denísova en las montañas de Altái, en Siberia, descubrieron el molar desgastado en 1984 y lo llamaron “Denísova 2”. En ese entonces, su origen era un misterio. Sin embargo, ahora, después de realizar el análisis de ADN en el diente temporal, o de leche, los investigadores dicen que pertenecía a uno de los poco conocidos denisovanos.
“Con base en las secuencias de ADN, creemos que ‘Denísova 2’ tiene al menos 100.000 años, o quizá 150.000. Tal vez un poco más”, dijo Slon. “Hasta ahora es el homínido de Denísova más antiguo”.
Dijo que el diente de leche data de por lo menos 20.000 años antes que el siguiente espécimen de Denísova más antiguo hallado, un molar de “Denísova 8”. También es uno de los restos de homínidos más arcaicos encontrados en Asia Central hasta ahora.
Para determinar el origen de “Denísova 2”, el equipo primero realizó una tomografía computarizada del diente, con el fin de preservar su estructura para futuros estudios. Luego Slon se puso un par de guantes y usó una herramienta de dentistas para raspar la superficie del diente y así reducir la contaminación que podría conservar de la cueva o el lugar donde estaba guardado. Con una broca diferente, perforó hasta la raíz y recolectó cerca de diez miligramos de material con ADN.
Después de obtener la secuencia del ADN, comparó la información genética de la muestra con datos genéticos que ya se habían recolectado de homínidos de Denísova, neandertales y humanos modernos.
“Observamos que era más similar a los genomas mitocondriales de los homínidos de Denísova”, dijo. “Fue emocionante porque era una buena indicación de que se trata de otro individuo de Denísova”.
Bence Viola, un paleontropólogo de la Universidad de Toronto y autor del artículo, dijo que no había mucho que aprender de estudiar la morfología o aspecto del diente. Pero que el análisis genético proporcionó las claves para aprender más sobre la especie. Dijo que el análisis genético es algo que el equipo seguramente no habría podido hacer hace cinco años sin destruir el diente.
“Durante mucho tiempo no queríamos trabajar con él porque es una muestra muy pequeña”, dijo.
Sin embargo, después de perforar el diente y realizar el análisis genético, los científicos no solo pudieron descubrir a quién perteneció, sino también dar fechas relativas de cuándo vivieron los homínidos de Denísova. El estudio también sugiere que la especie tenía menos variabilidad genética que los humanos modernos, pero más diversidad genética que la observada en el ADN nuclear de los neandertales.
Todd R. Disotell, un antropólogo molecular de la Universidad de Nueva York que no participó en el estudio, dijo que para él lo más interesante es la antigüedad de la muestra, lo que indica durante cuánto tiempo los homínidos de Denísova vivieron cerca de las cuevas, y el entendimiento que arroja sobre la variación genética de la especie. “Son cuatro personas en una cueva, y tienen más variaciones que entre los neandertales, que se extienden a lo largo de 10.000 kilómetros y cientos de miles de años”, dijo.
Añadió que los hallazgos sirven para mostrar la diversidad de las especies parecidas a la humana que alguna vez habitaron la Tierra al mismo tiempo.
Bernard A. Wood, profesor del origen de los humanos en el Centro de Estudios Avanzados de Paleobiología Humana de la Universidad George Washington, dijo que el artículo demuestra el poder de la biología molecular como herramienta para la paleoantropología.
“Para referirnos a algo muy difícil decimos ‘Sacar sangre de una piedra’, pero esto es como sacar un tesoro de un diente”, dijo.
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Información de :
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui a vuelo
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