Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos muestra un reportaje sobre el humor verde de los romanos, en una letrina romana en Turquía, en cuyos mosaicos aparecen en forma grotesca Ganimedes que es raptado por una garza que le limpia el pene; y Narciso contemplando con gran admiración el reflejo de su gran pene.
Lo que me llama la atención: que los dioses mitológicos como Zeus, también eran homo sexuales, por que justamente este ser supremo envió un águila para que rapte a Ganimedes y lo convirtió en su amante por su extraordinaria belleza.
National Geographic.- narra : "Hace unos 1.800 años esto era una letrina, un retrete colectivo con asientos de mármol o madera para orinar y defecar (y con una canalización de agua limpia) de los que ya no queda rastro, pero sí que se ha conservado una buena parte del mosaico que decoraba el suelo de la letrina, en el que aparecen Narciso y Ganimedes, dos figuras de la mitología grecorromana, en versión humorística. El humor de retrete ya existía en el siglo II d.C. y, aunque la temática de los chistes verdes era otra, el contenido sigue siendo el mismo: picante, erótico y sexual. Solemos percibir la historia como algo serio y respetable, pero esa gente que vivió siglos atrás también se partía de risa...."a vuelo de
Zeus y Ganimedes. Anton Raphael Mengs (1758-59).
En la mitología griega, Ganimedes (en griego Γανυμήδης Ganymêdês)[1] era un héroe divino originario de la Tróade. Siendo un hermoso príncipe troyano, hijo del mismo epónimo Tros (o de Laomedonte, según las fuentes), Ganimedes se convirtió en el amante de Zeus y en el copero de los dioses. Sobre la etimología de su nombre, Robert Graves propone en Los mitos griegos lo siguiente: «ganuesthai» + «medea» («regocijándose en la virilidad»).
https://es.wikipedia.org/wiki/Ganimedes_(mitolog%C3%ADa)WIKIPEDIA.
Narciso, de Paul Dubois (1866)
En la mitología griega, Narciso (en griego, Νάρκισσος) era un joven de una apariencia hermosa y llamativa. Las doncellas se enamoraban de él, pero éste las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!».[1] Después de responder Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz.
Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de separarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
https://es.wikipedia.org/wiki/Narciso_(mitolog%C3%ADa)WIKIPEDIA.
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/humor-verde-letrina-imperio-romano-turquia_13527/3
Narciso y Ganimedes aparecen representados en el mosaico que decoraba el suelo de la letrina: el primero contemplando con admiración el reflejo de su gran pene y el segundo raptado por una garza que le limpia el pene con el pico
Antigua letrina romana
Restos de un mosaico romano que decoraba el suelo de una letrina del siglo II d.C. en Antiochia ad Cragum, en el sur de Turquía.
Foto: Michael Hoff, University of Nebraska-Lincoln
Raptado por una garza
A diferencia del mito original, Ganimedes es raptado por una garza de pico alargado que sujeta una esponja o toallita con la que le limpia el pene.
Foto: Michael Hoff, University of Nebraska-Lincoln
¡Siniestro!
Ganimedes, dotado de una extraordinaria belleza en la mitología griega, aparece aquí con un aspecto siniestro.
Foto: Michael Hoff, University of Nebraska-Lincoln
Narciso adora su pene
Narciso aparece representado con un aspecto grotesco: la nariz puntiaguda y contemplando con admiración el reflejo de su gran pene, aunque la parte del reflejo no se conserva en el mosaico.
Foto: Michael Hoff, University of Nebraska-Lincoln
Excavación del mosaico
La letrina pública de Antiochia ad Cragum aparentemente fue construida para los clientes del adyacente complejo de baños romanos.
Foto: Michael Hoff, University of Nebraska-Lincoln
Alec Forssmann
22 de noviembre de 2018
Humor verde en una letrina del Imperio romano en Turquía
Hace unos 1.800 años esto era una letrina, un retrete colectivo con asientos de mármol o madera para orinar y defecar (y con una canalización de agua limpia) de los que ya no queda rastro, pero sí que se ha conservado una buena parte del mosaico que decoraba el suelo de la letrina, en el que aparecen Narciso y Ganimedes, dos figuras de la mitología grecorromana, en versión humorística. El humor de retrete ya existía en el siglo II d.C. y, aunque la temática de los chistes verdes era otra, el contenido sigue siendo el mismo: picante, erótico y sexual. Solemos percibir la historia como algo serio y respetable, pero esa gente que vivió siglos atrás también se partía de risa.
"A veces, cuando excavamos ciudades como esta, olvidamos el factor humano: que fue una ciudad hecha de gente y no sólo de cosas", dice Michael Hoff, de la Universidad de Nebraska-Lincoln, en referencia a la antigua ciudad en la que ha sido realizado el hallazgo, Antiochia ad Cragum, en el sur de Turquía, cuyas excavaciones dirige desde 2005. "Lo que descubrimos son cosas, pero son un recordatorio de que había personas y que tenían sentido del humor. Es un factor humanizante que hace que nuestro hallazgo sea aún más emocionante", expresa en un comunicado de dicha universidad.
Los romanos amaban la risa, el cachondeo y la exageración, prueba de ello es el fresco recientemente descubierto en Pompeya, en el que aparece representado el dios Príapo pesándose el miembro en una balanza. El joven Narciso, hermoso y orgulloso, enamoraba a muchachos y muchachas, según la mitología clásica, pero él rechazaba a todos sus pretendientes, incluida la ninfa Eco, por ello Némesis, la personificación de la venganza, le castigó con un insaciable amor a sí mismo: al inclinarse para beber en una fuente se enamoró de su propia imagen, quedó atrapado por ella y se consumió hasta convertirse en la flor del narciso.
En el mosaico de Antiochia ad Cragum, Narciso aparece representado con un aspecto grotesco: la nariz puntiaguda y contemplando con admiración el reflejo de su gran pene, aunque la parte del reflejo no se ha conservado en el mosaico. Ganimedes, dotado de una extraordinaria belleza, fue raptado por Zeus por medio de un águila y se convirtió en su amante y en el escanciador en la mesa de los dioses olímpicos. En la letrina pública de Antiochia ad Cragum, aparentemente construida para los clientes del adyacente complejo de baños romanos, Ganimedes muestra un aspecto siniestro y, a diferencia del mito original, es raptado por una garza de pico alargado que sujeta una esponja o toallita con la que le limpia el pene a Ganimedes, quien lleva un palo en la mano derecha con el que hacía rodar un aro, un juguete muy antiguo.
NATIONAL GEOGRAPHICGuillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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Riquezas de la cultura romana.
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