domingo, 17 de febrero de 2019

La Historia del Amor Cruel : Capítulo CCCLXXXIII.- Olzagon, logra establecer una amena conversación con la cliente Elsa Martinez Linares y empezó la negociación para un arreglo...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel,, entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; Olzagon fue enviado por el Gerente General de la empresa Import & Export S.A., al Mercado Mayorista, para tratar unos asuntos comerciales que involucraban al vendedor más antiguo con la cliente señorita Elsa Martinez Linares, quien pretendía romper relaciones comerciales con la empresa; el joven fue en el automóvil del Gerente acompañado de un chófer, quien lo condujo, ellos ya llegaron a la tienda y estaba completamente abarrotada de clientes; Olzagon preguntó por la dueña y le informaron el lugar de su oficina donde ella trabajaba, con esos datos Olzagon ordenó al chófer regresar al automóvil...


Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Olzagon, ya había pensado como abordar a la Señorita Elsa Martinez Linares, él siguió avanzando en medio de los clientes y ubicó la puerta de la oficina, se acercó y como estaba semi abierta, él se sobre paró en el umbral y observando hacia adentro ubicó a la gerente Señorita Elsa Martinez Linares, quien en esos momentos discutía con un empleado; Olzagon pensó: "Llegué en mal momento", pero él ya no podía retroceder y fue ella quien le preguntó:
--- ¿Quién es usted y qué desea?
Olzagon, aplicando su ya vasta experiencia en el trato con mujeres, los pensamientos de su agilidad mental lo condujeron y le contestó:
--- Buenas tardes señorita Martinez, he sido enviado por la Empresa Import & Export S.A., para tratar de solucionar un percance que sucedido entre nuestro vendedor señor Alcedo y usted, claro está, si usted cree conveniente tratar ese asunto en este momento...
Pero, parece que  la señorita Martinez, esperaba otro funcionario de más alto rango de la empresa; por que algo furiosa le  contestó:
--- Jovencito, yo no he llamado a aprendices, sino al Gerente, por que voy a devolver el íntegro del lote recibido del último pedido...
Pero, en aquel instante se estaba desarmando un ventilador profesional siendo muy grande y con mucha energía, que una ala de parte de la hélice iba ir directo a la cabeza de la señorita, Olzagon se tiró hasta el aparato y logró sostener en el aire la parte desintegrada de la hélice.
La señorita Elsa, algo asustada y a la vez conmovida por la atinada reacción del joven Olzagon, que tal vez le salvó la vida y muy avergonzada por su actitud inicial de rechazo, pero ella reaccionó enviando al trabajo al descomedido empleado quien no hizo nada, sólo se quedó parado; y dirigiéndose al joven visitante, le dijo:
--- Muchas gracias, joven por la reacción, que pudo hacerme daño ese ventilador si usted no  contiene la parte separada, algo muy inusual nunca sucedió algo parecido antes.
En seguida, ella tomó el teléfono y llamó a alguien y mirando al joven visitante, le agregó:
--- Pase por favor, siéntese y conversemos...
Alguien llegó a la oficina y la dueña le dijo:
--- Por favor lleve ese ventilador a reparaciones y traiga uno nuevo del depósito a mi oficina...
Estando de pie, se sentó y escuchó las explicaciones, que le daría el empleado enviado por la empresa , y ese era Olzagon quien dijo:
--- Señorita Martinez, nuestra empresa considera a usted: como la mejor y única cliente más importante en este Mercado Mayorista; por lo que quisiera que explique los motivos de su queja, la escucharé.
Elsa Martinez Linares, ya muy relajada y sobria en su comportamiento, quien vestía un traje sastre, con abertura total en la parte de adelante asegurada con botones grandes, que llegaban al mismo cuello, además con mangas largas que cubrían el íntegro de los brazos y dijo:
--- Vea jovencito, yo hice un gran pedido al vendedor Alfredo Alcedo, con el compromiso, que él me conectará con la competencia que tiene grandes promociones en los mismos productos que ustedes distribuyen; él, también trabaja para ellos, alguna vez le pregunté.¿Por qué no eres fiel a tu empresa?, y me respondió que en los negocios no hay fidelidad, no le hice caso, y ciertamente, ahora yo soy la víctima, estoy perdiendo parte del mercado por no tener precios competitivos, claro que los productos de ustedes son buenos y buscados por los clientes, pero los precios más altos los ahuyentan....
Elsa Martinez Linares, hizo una pausa y agregó:
--- Yo he pensado devolver la mercadería, por que está arrumada en el almacén y tratar de conectarme directamente con su competencia, ya tengo contactos en la Cámara de Comercio y posiblemente llegue muy pronto a ellos.
Entonces, intervino Olzagon y le pasó por su mente invitarla a tomar una taza de café, ya que en el Mercado Mayorista cierran las puertas, pasadas las 17:00 horas del día, y ya estamos próximos a esa hora;  le contestó:
--- Señorita Martinez, lamento mucho que se haya perjudicado su actividad comercial con nuestros productos con precios fuera del mercado; no quiero juzgar a los productos de la competencia, por que nuestros productos son de alta calidad, y el cliente tiene confianza en su uso, yo puedo consultar con la Gerencia, para buscar una compensación a su molestia, que será con productos, que le permitan a usted seguir trabajando con nosotros, sin que tenga necesidad de ir a la competencia...
En esos instantes llegó un empleado y dirigiéndose a la Señorita Martines, le dijo:
---Jefa, dentro de 45 minutos cerraremos, aún hay muchos clientes por atender, usted dirá si bajamos las puertas o esperamos la campana.
La Gerente del negocio, le contestó:
--- Esperen hasta cuanto toquen la campana...
El empleado se retiró y siguió el dialogo, y la señorita Martinez muy calmada y algo coqueta, estiró la mano derecha hacia su cabeza y soltó un peine de adorno que le sostenía el cabello, dándole una nueva apariencia y mirando al joven representante de la empresa, que ahora le parecía interesante sacar alguna ventaja comercial, le dijo:
--- Jovencito, no se que atribuciones le han asignado, pero por no devolver la mercadería, tendrán que escuchar mis oídos precios ventajosos.
Olzagon, se considera un victorioso, la cliente ya retrocedió y ya no  planea devolver la mercadería, él ya había pensado  en la compensación otorgándole una promoción de docena de 18 productos, de los cuales 12 los pagará de acuerdo al precio de lista y 6 de bonificación serán sin costo; claro está semejante oferta se tendría que consultarla. pero antes había que negociar y le contestó:
--- Señorita Martinez, mis atribuciones son buscar una solución, manteniendo la cordialidad y las mejores relaciones comerciales con usted y me voy a permitir ofrecerle una bonificación de tres productos sin costo por cada docena.
Ella con una sonrisa en los labios pintados de rojo carmesí, contestó:
--- Pues, no es casi nada, solamente aumenta un producto al precio de venta actual.
En aquellos instantes sonó la tal llamada "campana", que más parecía un pito de tren...
Entonces, Olzagon, lanzó su oferta que sin consultar y no sabiendo si será aceptada por la Gerencia...............
Continuaremos...............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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