martes, 24 de septiembre de 2019

MEDICINA : NATIONAL GEOGRAPHIC .- Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la interpretación de los sueños, fue la obra que ideó el científico Segmund Freud, para crear la doctrina de terapia patalógica mental llamada: Psicoanálisis.
NATIONAL GEOGRAPHIC .- narra : "En 1899​, Freud publicó la que se considera su obra más importante e influyente, La interpretación de los sueños, aunque la fecha oficial de publicación, sin embargo, quedó establecida en 1900. En 1905 se publicó Tres contribuciones a la teoría sexual, la segunda de sus obras en importancia. De esta manera quedó inaugurada una nueva disciplina y una nueva manera de entender la mente humana: el psicoanálisis. Debido a la incomprensión que inicialmente provocaron sus teorías, Freud pasó unos años aislado tanto personal como profesionalmente. A pesar de ello, surgió un grupo de adeptos que se convertiría en el germen del futuro movimiento psicoanalítico, entre los que se encontraban Carl Gustav Jung y Wilhelm Reich; gracias a ellos, las ideas de Freud empezaron a llegar al gran público...."
WIKIPEDIA .- nos dice: " El concepto de «psicoanálisis» designa, por una parte, aquel modelo teórico descriptivo y explicativo de los mecanismos, procesos y fenómenos implicados en la vida anímica humana. Este modelo se basó inicialmente en la experiencia de Sigmund Freud en el tratamiento clínico de pacientes que presentan histerias, fobias y diversos padecimientos psíquicos y ha tenido un amplio desarrollo teórico posterior con el aporte de muchos teóricos del psicoanálisis. Por otra parte, «psicoanálisis» se refiere también a la terapia psicoanalítica misma, es decir, a un conjunto de procedimientos y técnicas terapéuticas que se desarrollan a partir de esta teoría para el tratamiento de patologías mentales. Finalmente, «psicoanálisis» puede referirse además al método psicoanalítico: un método de investigación que ha sido aplicado, más allá de la psicología clínica individual, al análisis de fenómenos culturales, por ejemplo en etnología y antropología (entre otras disciplinas).7​ El desarrollo del psicoanálisis es permanente en estos tres aspectos por parte de investigadores y clínicos, si bien cabe remarcar que tal segmentación del campo psicoanalítico no puede ser otra cosa que una esquematización descriptiva, y que en ningún caso da cuenta de la estructura propia del psicoanálisis donde teoría y práctica se encuentran ligadas sin que pueda darse la una sin la otra. Freud sostuvo que una de las glorias del psicoanálisis era la coincidencia de investigación y tratamiento,8​ si bien aclara que la técnica de ambas difiere. El psicoanálisis moderno se caracteriza por el pluralismo teórico, metódico y terapéutico. Si el psicoanálisis puede ser considerado una teoría científica es un asunto que en círculos académicos y profesionales continúa siendo controvertido....."

https://www.nationalgeographic.com.es/historia/sigmund-freud-padre-psicoanalisis_14704

La vida de Sigmund Freud, el hombre que revolucionó la ciencia con su método para intentar dar significado a los sueños, se apagó en Londres el 23 de septiembre de 1939. Freud ha pasado a la historia por sentar las bases del psicoanálisis como método terapéutico.

 
Foto: CordonPress

Josep Gavaldà

Un mundo marcado por el antisemitismo

Nacido el 6 de mayo 1856 en Freiberg (Moravia), Sigmund Freud fue el mayor de seis hermanos. Su familia se vio obligada a trasladarse a Viena para intentar reflotar el negocio de lanas de su padre. A pesar de ser judío, el joven Sigmund fue educado al margen de cualquier idea religiosa y nacionalista. Tampoco las dificultades económicas por las que atravesó su familia fueron un obstáculo para que ingresara en la Universidad de Viena a los 17 años, donde estudió Medicina. Ante el creciente ambiente de antisemitismo que se respiraba en la capital austríaca, Freud decidió cambiarse el nombre y pasó de llamarse Sigismund a llamarse Sigmund, el nombre con el que sería conocido a partir de entonces.
La familia se trasladó a Viena debido a las dificultades económicas, y el antisemitimsmo obligó a Freud a cambiar su nombre por el de Sigmund
Tras aprender español de forma autodidacta, Freud fundó junto con su amigo Eduard Silberstein una especie de sociedad secreta a la que llamaron Academia Castellana, donde bajo los seudónimos de Cipión para Freud y Berganza para Silberstein, emprendieron juntos la lectura de obras de Miguel de Cervantes entre las que destacan El coloquio de los perros, de donde escogieron sus apodos.

Estudios con estupefacientes

Entre 1884 y 1887, Freud escribió una serie de artículos en los que abogaba por el uso de la cocaína con fines terapéuticos, y en algunos experimentos posteriores demostró las propiedades de la cocaína como anestésico local. En 1884, publicó un artículo titulado Über Coca (Sobre la coca) en el que ofrecía al lector una enorme cantidad de datos sobre la historia de la utilización de esta planta en Sudamérica, su exportación a Europa, sus efectos en los seres humanos y los animales, y sus múltiples usos en terapéutica. Posteriormente, el oftalmólogo austríaco Carl Koller publicó los resultados de las investigaciones de Freud y obtuvo grandes éxitos en intervenciones oftalmológicas.
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En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y tras la publicación de unas cartas enviadas a su entonces prometida y luego esposa, se ha sabido que hizo un intento frustrado de curar con cocaína a su amigo Ernst von Fleischl-Marxow, que era adicto a la morfina. El tratamiento no surtió efecto y sólo sirvió para añadir una adicción más a las que ya sufría su amigo, el cual falleció poco después.
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El fracaso de la hipnosis

Basándose en algunos experimentos llevados a cabo por su mentor Josef Breuer, Freud abrió una clínica para realizar sus prácticas en el campo de la neurosis y de la histeria en las que uso la hipnosis y la catarsis. Una misteriosa paciente llamada Anna O. (su nombre real era Bertha Pappenheim) fue tratada por Breuer y Freud en aquel entonces. El tratamiento consistía en inducir en la paciente un estado hipnótico que le permitiese rememorar las circunstancias previas a la aparición de los síntomas. A pesar de que todo parecía ir bien, en la lectura del caso clínico se observó con claridad que Breuer improvisó y modificó el tratamiento de acuerdo con el extravagante cuadro sintomático de su paciente. Al acabar el tratamiento catártico, la paciente no había mejorado y acabó siendo internada en un centro psiquiátrico. Una vez recuperada, Berta Pappenheim se volcaría en la causa feminista. Poco después Freud abandonó estas técnicas (y su colaboración con Breuer) en favor de la asociación libre (base del psicoanálisis), técnica con la que creyó poder aliviar los síntomas de sus pacientes, que verbalizaban sin traba alguna cualquier tipo de ocurrencia que se les pasara por la cabeza.

Su obra más importante

En 1899​, Freud publicó la que se considera su obra más importante e influyente, La interpretación de los sueños, aunque la fecha oficial de publicación, sin embargo, quedó establecida en 1900. En 1905 se publicó Tres contribuciones a la teoría sexual, la segunda de sus obras en importancia. De esta manera quedó inaugurada una nueva disciplina y una nueva manera de entender la mente humana: el psicoanálisis. Debido a la incomprensión que inicialmente provocaron sus teorías, Freud pasó unos años aislado tanto personal como profesionalmente. A pesar de ello, surgió un grupo de adeptos que se convertiría en el germen del futuro movimiento psicoanalítico, entre los que se encontraban Carl Gustav Jung y Wilhelm Reich; gracias a ellos, las ideas de Freud empezaron a llegar al gran público.
En 1899​, Freud publicó la que se considera su obra más importante e influyente, La interpretación de los sueños
En 1906, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos y comprobaron con sorpresa el entusiasmo que, mucho antes que en Europa, el pensamiento freudiano había suscitado allí. En la primavera de 1908, y por invitación de Jung, Freud celebró en Salzburgo el Primer Congreso Psicoanalítico. En 1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, dirigida por Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914.
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Reconocimiento y muerte

El primer reconocimiento oficial como creador del psicoanálisis le llegó a Freud en 1902, cuando fue nombrado profesor extraordinario, hecho que el psicoanalista comentaría en una carta dirigida a Wilhelm Fliess, un médico y psicólogo alemán, en la que sarcásticamente decía: "Como si de pronto el papel de la sexualidad fuera reconocido oficialmente por su Majestad".
Freud obtuvo su primer reconocimiento internacional en 1909, cuando la Universidad de Clark, en Worcester, Massachusetts, le concedió el título honorífico de Doctor Honoris Causa. Así, con la intención de divulgar el psicoanálisis en los Estados Unidos, y aprovechando las celebraciones del vigésimo aniversario de la fundación de la universidad que presidía el pedagogo y psicólogo G. Stanley Hall, Freud fue invitado a impartir varias conferencias.
Pero pronto las cosas empezaron a torcerse. En octubre de 1911, Freud sufrió un importante revés cuando varios de sus seguidores se dieron de baja de la Asociación Psicoanalítica Vienesa, y la cosa empeoró cuando a ellos se unió Carl Gustav Jung en 1914. Aunque lo peor estaba por llegar. En 1923, Freud fue diagnosticado de cáncer de paladar, posiblemente una consecuencia de su irreductible adicción a los puros. Además de ocasionarle un gran sufrimiento y dejarlo incapacitado, la enfermedad le provocó sordera en el oído derecho y lo obligó a usar una serie de incómodas prótesis de paladar que le dificultaron el habla. A consecuencia de ello, Freud tuvo que ser operado hasta en 33 ocasiones. ​A pesar de todo, nunca dejó de fumar, con las terribles consecuencias que esto le acarreó. Freud continuó trabajando como psicoanalista y, hasta el fin de su vida, no cesó de escribir y publicar un gran número de artículos, ensayos y libros.
A pesar de los reconocimientos a su trabajo, Freud recibió dos duros reveses, el abandono de Jung y contraer un cáncer de paladar
El 23 de septiembre de 1939, con la salud ya muy deteriorada e incapaz de soportar el dolor que le producía el cáncer de paladar, habló con su médico personal, Max Schur, y le recordó la promesa que éste le había hecho de sedarlo para ahorrarle la agonía. Schur le suminstró tres inyecciones de morfina, y el padre del psicoanálisis murió de sobredosis. Sigmund Freud fue incinerado en el crematorio laico de Golders Green. Allí reposan sus cenizas junto a las de su esposa Martha.
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El psicoanálisis y la crisis del control de la infancia *

Eric Laurent
…Creo que, sin duda, uno de los desafíos del siglo es cómo enfrentar con el Psicoanálisis este novel movimiento del control de la infancia y de la crisis del control de la infancia, del cual vamos a examinar las paradojas para ubicar más precisamente el papel del psicoanálisis con los niños. Primero quisiera subrayar que la experiencia de la infancia en nuestra época es más solitaria que en el siglo XX. Esta infancia está contaminada de manera particular por el individualismo de masa de la época. Es una de las consecuencias de las reconfiguraciones de las familias en las cuales se ven los efectos de las dificultades particulares que tienen los padres para insertarse en el mundo del trabajo tal como es en esta post crisis, dificultad de insertarse en estos contratos que rigen el mundo laboral. Las mujeres madres son solicitadas a un nivel desconocido en la época precedente, con un estatuto al mismo tiempo más precario, pero también con una llamada al trabajo de las mujeres que tiene una importancia como nunca se vio en el mercado del trabajo.
 Esta movilización de los padres hace que los niños sean más solitarios; también lo son porque tienen menos hermanos, las familias numerosas son cada vez más escasas; los abuelos, que viven mucho más que en la época precedente, viven más lejos. Las familias recompuestas, al mismo tiempo, resuelven algunos problemas. Es gracias a los divorcios que, finalmente, el nivel de reproducción de un país se mantiene; a más divorcios, más niños después. Pero esas familias recompuestas por sí mismas producen problemas. Estos niños más solitarios pasan más tiempo en chats, por Internet, en juegos en red, o solos en frente de la tele, que descuida, fundamentalmente. Todas esas pantallas miran a esta infancia, la cuidan, instalan una dependencia que el niño reencontrará cuando sea más grande en las ofertas del mercado de las drogas adaptadas a la adolescencia.
Esta oferta esconde algo, se esconde que el objeto es el niño mismo, que es objeto de goce. La experiencia del niño como objeto de goce va en contra de la posición del niño como ideal en el deseo de los padres. El niño como ideal de los padres lleva a un modo de enloquecimiento propio de las familias con sus ideales, pero el niño como objeto de goce es otra consideración.
Y siempre entran en tensión el ideal y el deseo del niño y el niño como goce. Lacan lo decía de una manera fuerte, cuando decía: “un niño es el aborto espontáneo del deseo que lo llevó al mundo”. Todo niño es un salvador de la familia finalmente mal hecho. Esta dimensión de objeto de goce, producido como objeto, es una experiencia de nuestra época, más clara que antes gracias a lo que permite la biología: ruptura entre filiación y producción del niño. Si hay un campo en el cual lo real está tocado es dentro de la producción del niño.
En el siglo XX se podía hablar de reproducción o fecundación asistida; en el siglo XXI, hablamos de procreación reinventada por la biología, articulada de manera central. Estamos, gracias a los avances de la biología, al inicio de una experimentación en el humano. Con las células madres se podrán producir al mismo tiempo óvulos y espermatozoides con las mismas células, es decir, dos hombres podrán tener hijos con la fecundación de un embrión que puede ser introducido después en el cuerpo de una mujer que se puede alquilar para la gestación, pero producido como tal con el código de ADN de estos hombres.
 Esto no es reproducción asistida, es creación de un nuevo modo de introducir líneas reproductivas. Vemos un abanico de múltiples técnicas nuevas, que van desde la estimulación ovárica hasta la gestación para otros, etc.; se ha producido un campo en el cual surge una verdadera industria de producción de niños high tech, que implica un constante control de calidad en todos los niveles. Es decir, en este sentido, es una infancia bajo control desde el momento de la procreación. Débora Spar, que es la directora, la decana, de la Barnard School en New York City, en la que Obama eligió dirigirse a las jóvenes mujeres americanas durante su campaña presidencial, en la cual las mujeres desempeñaron un papel muy importante…
Débora Spar, antes de ser decana era profesora de Economía en Harvard, en la Harvard Business School, y escribió un libro decisivo que se llama Baby Business, How Money, Science, and Politics Drive the Commerce of Conception (Baby Businness y Cómo el Dinero, la Ciencia y la Política Conducen el Negocio de la Concepción). Ella, como buena profesora de economía, ha cifrado de manera precisa cómo se puede definir esta industria; la cifra es de 3 billones de dólares. Dentro de este mercado, si se lo considera como un mercado, se puede definir el precio preciso de una gestación: entre 10 mil y 75 mil dólares. El precio de un óvulo es de 3 mil a 100 mil dólares, dependiendo de la calidad del genoma que se pueda descifrar.
Ahora que el precio de tener el propio genoma completamente traducido baja cada año más, las estudiantes pagan sus estudios dando óvulos y pueden garantizar el físico con una foto y, como son estudiantes precisamente de Barnard o Harvard, entonces, sus óvulos valen mucho más. La creación de un embrión cuesta de 6 a 20 mil dólares. Los diagnósticos preimplantatorios permiten definir el sexo del niño y ahora el 80% de los mismos, que son voluntarios, son hechos para determinar el sexo del niño. En este mercado los hombres no pueden competir: la donación de esperma, 275 miserables dólares. Lo que es seguro es que este control del niño desde su producción, desde la concepción, implica normas de regulación y va a surgir el tema de cómo regular.
Los métodos de regulación, dice Spar, se pueden repartir en cuatro tipos de modelos: el primero, considera que el niño es un producto de lujo, en tanto que producto de lujo no hay que regular; el segundo, considera al niño como una droga, como una cocaína, entonces, hay que prohibir y/o regular; o se lo considera como un órgano sustituido que implica sacarlo del mercado, del negocio, para mantenerlo en nivel del don, como hay dones de órganos en general; o se le considera como una prótesis, entonces, se puede subvencionar y regular. En Europa se considera al niño como prótesis y es pagado por la seguridad social.
Lo que se escucha dentro de esta industria, que se va a regular con normas, leyes, mercado articulado a zonas no comerciales, es que el deseo -por ejemplo, el deseo de producción de un niño sin ningún defecto, el cero defecto, como en los coches- es el fantasma que rodea y que está por todas partes dentro de este mercado y es un punto de infinitización, porque cada vez que se apunta a algo 1 sobre 0, cada vez que se apunta al 0, hay un proceso efectivamente de infinitización.
Esta voluntad del cero defecto implica una multiplicación, de manera enloquecedora, de los controles y normas para la infancia en gestación. Este proceso de infinitización es crucial para los síntomas de la crisis del control. Fuera de las sociedades que no tienen mercado y una sociedad democrática, vemos como los sistemas tiránicos quieren controlar también la producción de niños.
Vemos en China como la política del niño único produce catástrofes, no solamente por la generalización de la corrupción, que se instala inmediatamente generando un mercado paralelo y negro, sino también porque produce depresión en las mujeres, produce el exilio voluntario para tener hijos en países fuera de China (este es uno de los factores que rige la dinámica de la inmigración china en el mundo). Vemos también las consecuencias en Turquía, donde hace poco el presidente recordó que era un deber para la mujer turca tener al menos tres niños, cuando allí, por el desarrollo económico, el promedio de los niños se acercaba más a estos países europeos en general, que es cerca de 1.9 o 2, en el mejor de los casos.
Entonces, el control en Estados Unidos es el mercado. En Francia y España hay una serie de regulaciones múltiples que asombran a los americanos. Pero lo que hay es el surgimiento de un fenómeno nuevo que hace que, por ejemplo, un tercio de las mujeres alemanas ahora no quieran hijos. En este sentido sí se ha vuelto objeto de lujo para algunas.
Un economista de Singapur resume de una manera brutal cómo es la vida allá, dice simplemente esto: “el costo de un niño supera claramente su utilidad”. En este sentido sí se vuelve objeto de lujo. Es compatible con esos esfuerzos enormes que pasan por la movilización de la procreación médicamente asistida o producida. A medida en que se vuelve un objeto inútil, se vuelve cada vez objeto de pasión. Cuales sean estas distribuciones nuevas en la figura del deseo del niño, se mantiene el imperativo de controlar, de vigilar a la familia y al niño.
Ahora que las familias están descompuestas y recompuestas, lo que hace a una familia es el niño como tal. Todo el derecho de los países europeos está reconfigurándose para definir las obligaciones de los padres; cual sea la manera con la que sean definidos, el problema con los casamientos del mismo sexo, por supuesto, complica un poco el asunto, pero se hace producir nuevas ficciones legales, para estar seguros que el niño pueda contar con los compromisos y obligaciones del padre y la madre frente a él y con el lazo biológico determinado con certeza, eso permite al Estado imponer estas ficciones legales a partir de la certeza científica del lazo.
El niño mismo, que está controlado, se vuelve un órgano de control. Con el niño se vigila a las familias en las escuelas; hubo un proyecto en Francia, por ejemplo, para asegurar la escolarización obligatoria del niño antes de los tres años y así asegurarse el control del niño y de las buenas prácticas parentales, como se dice ahora. El mismo niño se vuelve una cámara de vigilancia; no solamente cada día más temprano tiene su celular con la foto, sino que él mismo se vuelve un aparato de control de sus familias en las sociedades democráticas.
El niño objeto de vigilancia es al mismo tiempo un objeto de pasión. Lo vemos en la escuela, que se vuelve teatro de las pasiones. Al nivel del niño como ideal vemos todo lo que se espera de la educación en nuestros países con una economía deprimida, se espera que los niños inventen los objetos que van a permitir renovar nuestra industria y nuestros países cansados, especialmente en Europa. En esa perspectiva hay que ver que se pone sobre los hombros de los niños ideales terribles. Ya pasó por esta experiencia, antes que Europa, Asia.
El desarrollo económico de finales del siglo XX en los países asiáticos fue con el peso de toda una juventud introducida al saber. La consecuencia de este enorme esfuerzo en Japón, China y Corea fue el peso de los suicidios de esos niños. En aquellos países es difícil establecer estadísticas étnicas, pero se pueden hacer en lo que funciona como segundo sistema de educación para Japón, China y Corea, que son las universidades americanas; en ellas, si se reparten los suicidios de estudiantes según el origen étnico, los de estudiantes asiáticos son tres veces más. El peso del ideal tiene su precio.
También pudimos ver, justo al final del siglo pasado y al inicio de este, cómo el adolescente fue objeto de pasión. Todo lo que fue escandaloso en las seducciones dentro de la Iglesia Católica, todo lo que apareció en la Tierra entera, el número de víctimas de seducciones por parte de sus enseñantes fue un recordatorio de que no sólo está el niño como ideal, sino como objeto de pasión, y que sigue siéndolo y que las escuelas y universidades son lugares en los que, a pesar de las cámaras de vigilancia y de los contratos que ahora hay que firmar entre doctorantes y profesores para asegurarse que no hay acoso sexual dentro de esta relación, no podremos impedir lo pasional que está en juego. Esto también es un síntoma de la crisis del control.
Se podría decir, a pesar de esto, que sí hay un lugar en el cual hay un enloquecimiento especial con los niños en la civilización; si la intuición de Foucault sobre la gestión de poblaciones por las etiquetas médico legales tiene un campo en el cual se verifica, es con la infancia.
Si uno toma el índice de la calificación por ayuda económica en los Estados Unidos o el índice de seguridad social, Social Security Dishability Insurance… Si se toman estos dos índices, en los 20 años entre 1987 y 2007, se ve que el número de americanos de todas las edades que entran en esta ayuda ligada a un diagnóstico psiquiátrico, se ha multiplicado por dos y medio…
…Hay tres epidemias en los niños que no se pueden controlar (que no se ha querido) y que hacen que las cifras sean 35 veces más altas: autismo, trastorno de déficit de atención y trastornos bipolares. ¿De dónde vienen estas mutaciones extrañas en la especie humana que hacen que en 20 años se multipliquen por 30 veces? Frances, responsable del DSM IV, denuncia un sobrediagnóstico de moda en todo este campo y quiere tomar medidas autoritarias de control estadístico.
Dice que lo que hay que hacer para bajar el nivel de aumentación de los autismos es sacar el Asperger de la categoría, que con esto se baja, introducir criterios matemáticamente, que con criterios de inclusión más exigentes se reduce el número de las que pueden caer bajo la categoría. Pero eso es control estadístico; la cosa fundamental es el sistema mismo, que produjo el desmantelamiento de las grandes categorías, pocas, que constituían la psicopatología, reducidas a ítems sencillos, empíricos, claramente observables sin equívoco.
Esto en sí es inflacionista. El empirismo, liberado de toda hipótesis teórica, con fundamentos biológicos teóricamente supuestos y a descubrir en el futuro, produce unas etiquetas que no tienen ningún principio de limitación sobre su producción, cada vez un departamento de investigación universitario puede pensar una etiqueta nueva o mejor.
Así que el nivel de crítica es tan fuerte que hay un lobby que ahora quiere sacar el DSM de las manos de la Asociación Americana de Psiquiatría para darlo a una agencia supuestamente autónoma o independiente, vinculada al Ministerio de la Salud o la OMS. Es formidable como los responsables de las burocracias sanitarias piensan que las agencias independientes producen milagros de regulación, cuando en el caso en que existen estas agencias ellas mismas son parte del problema que se supone tienen que regular.
Esto lo vemos en la zona Euro, en la cual tenemos un montón de instancias de regulación que no sirven sino para añadirse al problema, que hay que reformarlas permanentemente y entonces inventar el regulador del regulador del regulador, en una cadena infinita. Esta esperanza en la experiencia de una agencia autónoma es un trastorno a añadir en el catálogo de los trastornos, es una obnubilación de los responsables, como decía Lacan.
La zona DSM necesitaría medidas más radicales para constituir un gobierno fiable y responsable que pueda tomar en cuenta los efectos perversos de las clasificaciones y los efectos nocivos sobe la población que trata de controlar.
Estos efectos nocivos son especialmente notables en la intersección con los campos jurídicos, porque el DSM no es sólo un sistema clasificatorio epidemiológico, es lo que otorga la obligación a las compañías de seguros privados a pagar por un tratamiento. También es a partir de esta guía que se producen las internaciones obligatorias. Frente a esta inflación se revela que la zona DSM piensa que gestiona el campo de la salud mental según un sistema clasificatorio y bajo la forma de hipótesis científicas reconocidas por consenso en un momento dado. Es un error.
La zona DSM es un instrumento de gestión de las poblaciones que no puede ignorar su autoritarismo clasificatorio. No son hipótesis científicas que verifica el sistema. En una ideología cientificista lo que verifica el sistema son los efectos de masificación segregativos producidos en su nombre y la tolerancia social que hay de estos efectos perversos y negativos.
La crisis en la zona DSM será duradera y profunda. La confianza no podrá ser restablecida sin discusiones teóricas sobre los desgastes producidos por la confusión de nivel entre usos y funciones de la lengua clasificatoria que hace agua en esta zona. La crisis del control de la infancia, de la cual hemos visto algunos síntomas, permite al sujeto, a la voz de este sujeto niño, poder escucharse en los intersticios de los discursos establecidos, da una posibilidad al psicoanalista de responder a lo que se puede escuchar en las hiancias y cuando se trata de silenciar a la voz del sujeto.
El psicoanalista tiene a la vez que dirigirse hacia estas voces., por ejemplo, dentro del campo del autismo, que tiene ahora una vigencia particular, debido a que se conciben leyes en serie para responder a esta demanda que surge de un problema de salud pública extraordinario (si uno piensa que, según las últimas cifras que tenemos, un niño de cada 80 puede ser diagnosticado como autista y si se añade la discrepancia entre los sexos, que ahora está en cuestión, en varones sería un niño en 60). Por supuesto, el discurso de las burocracias sanitarias se apura a responder esta urgencia y esto podría silenciar la voz de los autistas, especialmente los de alto nivel, y el psicoanalista tiene también que dar la voz a los que no se pueden escuchar, como los autistas.
El analista también tiene que mirar y tomar en cuenta la angustia de los controlantes enfrentados a su impotencia y ayudarles a rechazar el fetichismo de la cifra para considerar el despertar del deseo. A medida que se produce lo que Lacan llamó los impasses de la civilización, especialmente en el campo del control de la infancia, las armas que da el psicoanálisis como pensamiento crítico permiten restaurar los márgenes de la singularidad no conforme en esta época, de un solitario que trata de reducirla a un solitario individualismo de masa controlados por dispositivos de conformidad cada vez más insoportables y, propiamente dicho, enloquecedores.

NOTAS
* (Extracto) Conferencia pronunciada en elIV Congreso Internacional de Investigación y Práctica y VIII Encuentro de Psicología del Mercosur, noviembre 2012 en la Universidad de Buenos Aires. Publicada en Intersecciones Psi: Revista Electrónica de la Facultad de Psicología UBA, año 2 N°5, diciembre 2012, y autorizada su publicación en El Caldero de la Escuela N° 20, año 2013.
https://www.28jornadaseol.com/template.php?file=textos-de-orientacion/19-08-28_el-psicoanalisis-y-la-crisis-del-control-de-la-infancia.html

https://www.28jornadaseol.com/

https://www.wapol.org/es/Template.asp
Asociación Mundial del Psiconális

Freud y otros psicoanalistas en 1922. De izquierda a derecha sentados: Sigmund Freud, Sándor Ferenczi y Hanns Sachs. De pie: Otto Rank, Karl Abraham, Max Eitingon y Ernest Jones.

Psicoanálisis

El psicoanálisis (del griego ψυχή [psykhé], «alma» o «mente», y ἀνάλυσις [análysis], «análisis», en el sentido de examen o estudio) es una práctica terapéutica y técnica de investigación12​ fundada por el neurólogo austríaco Sigmund Freud alrededor de 1896.3​ A partir del psicoanálisis se han desarrollado posteriormente diversas escuelas de psicología profunda o de orientación dinámica y analítica. Asimismo, la teoría ha influido sobre muchas otras escuelas psicológicas y de terapias no necesariamente psicoanalíticas.4
El psicoanálisis tiene como objetivo la investigación y el tratamiento de los problemas emocionales desde el punto de vista de la infancia de la persona, la interpretación de los sueños, los actos fallidos y la técnica de asociación libre, entre otras.5
Freud complementó la psicología de la consciencia de Wilhelm Wundt con su psicología del inconsciente. Contrariamente a los anteriores enfoques, centrados en la investigación de laboratorios, el psicoanálisis no intenta ser una ciencia pura. Su interés no recayó en la acumulación de conocimientos sobre la mente normal, si no en la aplicación inmediata de una nueva manera de tratar a individuos que manifestaban un comportamiento anormal. Extrajo abundante información de la observación clínica, técnica que reivindica frente a la experimentación controlada en el laboratorio de los psicólogos experimentales. Freud creía que poderosos impulsos biológicos, principalmente de naturaleza sexual, influían en el comportamiento humano. Opinaba que estas tendencias eran inconscientes y que creaban conflictos entre el individuo y las normas sociales.
WIKIPEDIA.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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