El mundo está en deuda con Alan Turing, el genial matemático inglés que descifró los códigos que los nazis enviaban con su máquina Enigma. Aunque gracias a su descubrimiento se salvaron millones de vidas, Turing tuvo que hacer frente a la intransigencia de su época, que lo convirtió en un paria y acabó con su vida. La reparación póstuma de su dignidad y su reconocimiento como científico llegarían demasiado tarde para él.
La Segunda Guerra Mundial se encontraba en pleno apogeo. Los submarinos alemanes, como por arte de magia, hundían sin cesar los convoyes cargados de provisiones y armas que, a través del mar del Norte, se dirigían a Gran Bretaña desde Estados Unidos. Para lograrlo sin que los aliados pudieran predecir ninguno de sus movimientos con anticipación, los alemanes usaban unos códigos encriptados que enviaban a través de una máquina llamada Enigma. Pero un hombre llamado Alan Turing, nacido el 23 de junio de 1912, lograría lo inimaginable: este genio británico de la lógica y de las matemáticas se convertiría en un héroe que salvaría millones de vidas al lograr descifrar el código para desencriptar los mensajes enviados por los nazis.
UNA BICICLETA Y ALBERT EINSTEIN
Con catorce años, Alan Turing ingresó en el internado de Sherborne, en Dorset, donde su primer día fue ya de lo más extraordinario. Esa jornada coincidió con una huelga general, pero Turing no estaba dispuesto a perderse su primer día de clase. Tenía tantas sus ganas de acudir a la escuela que no dudó en coger su bicicleta y recorrer los noventa kilómetros que separaban su casa del colegio (incluso tuvo que pasar una noche en un albergue). Su inclinación natural hacia la ciencia y las matemáticas no le granjeó gran estima entre el profesorado, que en aquella época daba mucha más importancia al estudio de los clásicos que al de los números, tan queridos por Turing.
ALAN TURING A LOS 16 AÑOS, EDAD A LA QUE ACERCÓ AL TRABAJO DE EINSTEIN DANDO MUESTRAS DE SU TEMPRANO GENIO EN CUANTO A LAS MATEMÁTICAS SE REFERÍA.
Tenía tantas ganas de acudir a la escuela en su primer día de clase que no dudó en coger su bicicleta y recorrer los noventa kilómetros que separaban su casa del colegio.
Una vez, el director del internado envió una carta a los padres de Alan en la que les decía lo siguiente: "Espero que no se caiga entre dos taburetes. Si va a permanecer en la escuela pública, debe aspirar a educarse. Si va a ser únicamente un especialista científico, está perdiendo el tiempo en una escuela pública". A pesar de todo, el joven Alan siguió resolviendo problemas matemáticos, y ya empezó a dar pruebas de su genialidad cuando, a los dieciséis años conoció y comprendió el trabajo del físico alemán Albert Einstein. También logró deducir, a partir de un texto, el cuestionamiento que hacía el propio Einstein acerca de la leyes de Newton.
HASTA MEDIA NOCHE
En 1934, Turing se licenció en Matemáticas por la Universidad de Cambridge, y dos años más tarde publicó un artículo que revolucionó la lógica de esta ciencia titulado Sobre los números computables, con una aplicación al problema de decisión, en el que ya hablaba del concepto de algoritmo y exponía las bases de su máquina de calcular: la Máquina Universal, conocida más tarde como Máquina de Turing. Entre los años 1937 y 1938 se doctoró en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey. En su tesis anunciaba el concepto de hipercomputación, un sistema que iba a permitir la resolución de problemas que carecían de una solución algorítmica.
En 1934, Turing se licenció en Matemáticas por la Universidad de Cambridge y dos años más tarde publicó un artículo que revoluciono la lógica de las matemáticas titulado Sobre los números computables, con una aplicación al problema de decisión.
El 3 de septiembre de 1939, Gran Bretaña entró en guerra con Alemania. En ese momento, Turing fue contratado como criptólogo por el ejército británico en Bletchley Park, una instalación militar ultrasecreta localizada en Buckinghamshire y conocida como Station X. Allí se llevaron a cabo los trabajos de descifrado de los códigos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. La misión de Turing era intentar descifrar el sistema de cifrado de una máquina desarrollada por los nazis llamada Enigma, que el ejército polaco le había hecho llegar. El problema residía en que los alemanes cambiaban diariamente el sistema de cifrado a las doce de la noche y Turing y su equipo debían trabajar a contrarreloj para desarrollar un sistema que fuera capaz de desencriptar los mensajes enviados por los alemanes antes de cada medianoche.
INVENTADA POR ARTHUR SCHERBIUS ANTES DE LA GUERRA, LOS ALEMANES USABAN LA MÁQUINA ENIGMA PARA CODIFICAR LOS MENSAJES QUE SE ENVIABAN DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. EN LA IMAGEN SE PUEDE VER COMO UNOS SOLDADOS PREPARAN EL ENVÍO DE UNA INFORMACIÓN EN UN VEHÍCULO BLINDADO BAJO LA SUPERVISIÓN DEL GENERAL HEINZ GUDERIAN.
ESTE ES EL ASPECTO QUE TENÍA ENIGMA. EL EJEMPLAR DE LA IMAGEN SE CONSERVA EN EL MUSEO NACIONAL DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA LEONARDO DA VINCI, MILÁN.
¡"INDECENCIA GRAVE"!
Junto a su amigo, el matemático británico-estadounidense Gordon Welchman, Turing desarrolló a finales de 1939 y mediados de 1940, una máquina a la que bautizaron como Bombe (una palabra polaca para definir un tipo de helado), con la que consiguieron descifrar con éxito las transmisiones de Enigma. La Bombe eliminaba un gran número de claves enigma probables minimizando las posibilidades. Para cada posible combinación se ponía en marcha con electricidad una cadena de deducciones lógicas. Así, era posible detectar cuándo existía una contradicción y, de este modo, desechar esa combinación. A principios de 1942, se interceptaron y descifraron alrededor de 40.000 mensajes, que se duplicaron en un mes, logrando finalmente interceptar y decodificar dos mensajes por minuto. Según el premier británico Winston Churchill, el trabajo realizado por Turing ayudó a reducir entre dos y cuatro años la guerra en Europa, salvando, de este modo, catorce millones de vidas.
UN CARTEL DE GUERRA EN EL QUE SE PUEDE LEER "AVANCEMOS JUNTOS" CON LA FOTO DEL PREMIER BRITÁNICO WINSTON CHURCHILL CUELGA DE LA PARED DE UNA SALA EN LA QUE UN OPERARIO MANIPULA UNA BOMBE, LA MÁQUINA CON LA QUE TURING Y WELCHMAN CONSIGUIERON DESCIFRAR PARTE DE LOS CÓDIGOS CREADOS POR ENIGMA.
A principios de 1942, se interceptaron y descifraron más de 39.000 mensajes, que posteriormente se duplicaron en un mes, logrando finalmente interceptar y decodificar dos mensajes por minuto.
A pesar de que Turing fue elegido miembro de la Royal Society de Londres en marzo de 1951, de ser considerado el creador de la inteligencia artificial, la ciencia cognitiva moderna y uno de los primeros científicos en plantear la hipótesis de que el cerebro humano es en gran parte una máquina de computación digital, su vida estaba a punto de dar un terrible vuelco. Un año después, en marzo de 1952, Turing fue acusado de "indecencia grave y perversión sexual" y condenado a un año de prisión por algo que en aquella época estaba gravemente penado en Gran Bretaña: ser homosexual. Para evitar la cárcel, Turing se sometió a una "terapia" de castración química para reducir la libido a base de un compuesto que actualmente se conoce como dietilestilbestrol, un estrógeno sintético. En una carta dirigida a un amigo, el propio Turing decía: "La historia de cómo todo esto llegó a conocerse es larga y fascinante y te la resumiré algún día, pero ahora no tengo tiempo de contártela. No cabe duda de que saldré de ella como un hombre diferente, pero aún no sé cuál…".
¿SUICIDIO?
El 7 de junio de 1954 se descubrió el cuerpo sin vida de Alan Turing junto a una manzana a medio comer recubierta de cianuro (en la actualidad, hay quien ha llegado a sugerir que el logotipo de Apple tenga algo que ver con la manzana que presumiblemente acabó con la vida del matemático). El veredicto oficial de su muerte fue el suicidio, pero las investigaciones que se llevaron a cabo nunca arrojaron pistas claras de que realmente hubiera sido así. Como no podía ser de otro modo, surgieron teorías de la conspiración que apuntaban a que podrían haber sido los servicios secretos británicos los que hubieran acabado con su vida al considerar que Turing suponía una amenaza por sus conocimientos sobre criptoanálisis y que además creyeron que existía un peligro real de que hubiera podido ser reclutado por los soviéticos. En el año 2009, el por entonces primer ministro británico Gordon Brown, se disculpó en nombre del gobierno británico por el trato "absolutamente injusto" recibido por Turing, y cuatro años más tarde, en 2013, el genial matemático recibiría el indulto real por parte de reina Isabel II.
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