Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los : Orígenes del Señor de Sipán; gracias a la ayuda de lo centinelas, se pudo descubrir que una tribu desconocida venía a invadir los terrenos que fueron de Zankoc; incluso ya llegó una avanzada de 20 individuos mezclados con unos moradores errantes que fueron aceptados como agricultores, la invasión iba ser victoriosa; pero, ellos no contaban con el olfato y visión del joven líder Siekik, que los detectó y como ya llegaban, les preparó una emboscada por el sector Noreste, que ellos habían elegido como punto de entrada, ya Siekik y sus guerreros están a escasos pasos tumbados sobre el suelo listos para repeler el ataque, aun que serán ellos quienes ataque a los invasores.... ... sigamos el relato......
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue: El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia:
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
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Escribir estos episodios de guerras entre tribus por la tenencia de la tierra, ha sido una constante en la realidad peruana, aún en pleno siglo XX; antes de la Reforma Agraria, (que también fue un fracaso) medida que fue drástica por que despojó de las tierras a los hacendados, mediantes "Decretos Leyes" y se los entregó a los trabajadores campesinos, mediante la organización empresarial de "Cooperativas Agrarias" que fue un rotundo fracaso, porque el agricultor peruano siempre ha sido individualista, nunca le gustó la Junta Asociativa, por esa razón desaparecieron las organizaciones agrarias y se difundió el minifundismo lo contrario de lo que perseguía la ley reformita; con raras excepciones de las cooperativas agroindustriales que pasaron a empresas privadas, que muchas de ellas aún continúan en litigios por la propiedad de las tierras.
Continuando con el relato; el joven líder Siekik, estando tan cerca del enemigo, hizo sus cálculos y pudo apreciar que los invasores eran muchos, quizá 4 veces más que ellos; que la única alternativa de ganarles era un ataque por sorpresa, ya que los invasores estaban tan seguros de sus planes de conquista que se tomaron un tiempo para descansar, descuidando completamente su avanzada; eran puntos a favor para el ataque con emboscada preparado por Seikik.
Siekik, volvió a calcular, y midió su capacidad de combate, vio que sus armas eran decisivas, y como la diosa de los rayos de plata (La Luna) se ocultó, era el momento propicio para el ataque; estando todos los guerreros listos, quienes sólo esperaban la arenga del ataque.
Sorpresivamente, Siekik, se levantó y usando toda su fuerza corporal, gritó:
--- ¡¡¡¡ Guerreros ataquen !!!!
Todos sus guerreros se lanzaron contra la aglomeración de los invasores, quienes totalmente sorprendidos y con sus armas sobre el suelo no atinaron a luchar, sino a retroceder, huyendo y como estaban aglomerados unos empujaban a otros, que caían al suelo y eran pisoteados por sus propios compañeros, estando la noche muy oscura no les favorecía la huida y tampoco la lucha, por que los atacantes usando sus porras golpeaban cabezas, que los invasores perdieron la iniciativa de ataque, sólo intentaban defenderse, en el campo sólo se escuchaban los alaridos y gemidos de los que caían y el sonido seco de los golpes de las porras sobre las cabezas que sufrían los invasores.
Aún así, se inició el contraataque enemigo de los últimos invasores, justo lo que le gustaba a Siekik de luchar cuerpo a cuerpo; él usando los cuerpos de los caídos se impulsaba atacando por diestra y siniestra, esa valentía infundía ánimo y valor a sus guerreros quienes tan sólo en un número de 60, se enfrentaron a un contingente tan grande que probablemente eran unos 300 individuos.
El campo de combate se convirtió en una carnicería humana, el intento de repeler de los invasores fracasó; por que Siekik y sus guerreros los barrieron a punta de golpes de porras.
Se escuchaban voces en sus dialectos de sus líderes que infundían valor a sus guerreros para que no huyan y algunos respondieron al llamado, pero fueron masacrados por las porras bien manejadas por los guerreros de Siekik.
El joven líder, a veces muy temerario y exponiéndose demasiado a la cabeza de sus hombres, si se sorprendió de la bravura de sus guerreros que fueron preparados por Kamokac, quien aún no intervenía obedeciendo la orden de cuidar la retaguardia.
Entonces, parecía que el combate ya había llegado a su fin, reinó un silencio sepulcral, sólo interrumpido por los alaridos de los heridos o de los moribundos; Siekik cubrió todo el terreno que estuvo ocupado por el enemigo, quien al arropar los terrenos de combate ya no encontró con quien pelear, dejando atrás muertos y heridos, ninguno de sus guerreros murió, sólo algunas heridas leves por rasguños.
Recién llegó Kamokac con sus guerreros para contabilizar el resultado del combate, se acercó a Siekik y le dijo:
--- Oh Gran Líder, usted es imbatible, pero si se expuso demasiado, podían haberlo matado, me detuve sabiendo que usted tenía el control; pero, si me preocupó la cantidad de guerreros invasores, que si lograban sus planes nos hubiesen sometido.
Siekik, muy agotado por lo mucho que luchó, sonriendo, le contestó:
--- Kamokac, la guerra se gana atacando primero, así lo hicimos con los invasores, ellos nunca creyeron que los estábamos esperando, esa fue la diferencia.
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
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Los invasores que lograron huir, que fueron numerosos incluidos sus líderes que retrocedieron como cobardes, se reagruparon en las planicies y se lamentaban haber perdido, siendo un ejército numeroso, uno de los 19 que sobrevivió comentaba que nunca vio guerreros armados en el Asentamiento durante el día; el que era su líder le respondió que aceptaba la derrota, por que nunca creyó que Zankoc, había muerto, ya que combate que lo enfrentaba siempre lo venció y pagaba su derrota con productos.
Siekik, ordenó hacer un chequeo de sus guerreros, si alguien podría estar herido y se comprobó que todos estaban bien, por lo que aún aprovechando la noche y con la experiencia aprendida ordenó ultimar a los moribundos y heridos, ya no era compasivo con el enemigo ni quería falsos agricultores.
Después de contar unos aproximadamente 50 guerreros enemigos muertos, Siekik, dispuso que sus cuerpos sean sacados de los terrenos eriazos y botados en la planicie, para que los recojan sus amigos.
Siekik, una vez más se coronaba con una victoria militar, que gracias a su estrategia, superó al enemigo y lo venció.
Los centinelas, que no participaron en el combate fueron testigos de la huida de los invasores; uno de ellos que llegó para informar a los líderes, les dijo:
--- Oh Grandes Líderes, fui testigo de la huida de los invasores, quienes caminando de espaldas mirando si alguien los perseguía, avanzaban muchas veces caían de espaldas daban volantín sus cuerpos; pero, se reagruparon en la planicie, creí que regresarían para atacar, pero no, se fueron y se perdieron en el horizonte.
Siekik, aceptó la narración del centinela y le contestó:
--- Hombre, muchas gracias por tus palabras, sigan vigilando, el enemigo nunca descansa, no deben descuidarse; como se salvó un gran número de ellos, pueden intentarlo de nuevo.
El centinela, hizo la venia de sumisión y se retiró; recién Siekik se dio cuenta que no estaba su lugarteniente Chamokik y preguntó por él, y dijo:
--- No veo al líder Chamokik, lo vi temprano con un grupo de guerreros, pero no vino con nosotros.
Intervino, Kamokac y le contestó:
--- El guerrero y líder Chamokik, salió de caza con un grupo de cazadores, tal vez aún no llegan, se quedarán para cazar en la madrugada que se mueven los venados en busca de pasturas, estoy seguro que al amanecer nos sorprenderán con venados para desollar.
Siekik y los guerreros regresaron al Asentamiento y se ordenó que tomen un merecido descanso, de lo que sobra de la noche, por que ya no habrá más ataques de invasores.
El joven líder Siekik, también fue a su aposento para descansar, por que estaba muy agotado, pero nunca lo demostraba ante sus guerreros, quien al llegar a la cama, encontró que alguien más estaba allí, él pensó seguro es la instructora que había regresado, aunque ella le dijo que no lo haría.
Siekik, quien además de líder, era un hombre normal, pues pensó que si ella llegó le servirá como compañera de la noche, él se acostó y escuchó los ronquidos suaves y no correspondían a la instructora, entonces ¿Quién es?
Él, levantó las mantas y vio el cuerpo completamente desnudo de la joven hermosa, que ya no la había visto por mucho tiempo, se apegó a ella, la trepó y cuando iba a penetrarla, ella se despertó y casi suplicándole le dijo:
--- Oh Gran Líder, he venido a visitarlo para darle buenas noticias, estoy preñada de usted, estoy sufriendo con náuseas y la instructora me castigó enviándome a los terrenos a desgranar maíz.
Siekik, al escuchar a la joven hermosa, que estaba preñada, le desaparecieron las ganas sexuales, se sentó muy preocupado no por el castigo impuesto a la joven hermosa, sino por que estaba preñada, él recordó a Kamokac, que le prometió darle hierbas para evitar el embarazo y le preguntó:
--- Mujer, tu no debes estar preñada, por que bebiste agua con hierbas para impedirlo, ¿Por qué mientes que estás preñada?
La muchacha temblorosa de una reacción fuerte del líder, le respondió:
--- Oh Gran Líder, yo nunca bebí esas hierbas, por que quiero un hijo suyo, usted es un hombre valiente y como lucha todos los días con enemigos, alguien de ellos lo puede matar, y no quedaría otro igual a usted; por esa razón su heredero que nacerá de mi panza será el seguidor de su grandeza, yo sabré cuidarlo, usted no tiene que verlo, se lo presentaré cuando ya pueda empezar a combatir igual a usted.
Siekik, por primera vez en la vida con la boca abierta, escuchaba asombrado de la madurez y el lenguaje empleado por la joven hermosa, lo sorprendió totalmente y analizando lo que le dijo, era la verdad, él podría morir en combate en cualquier momento por el constante acoso de las tribus invasoras.........
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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