Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., hoy 7 de junio, celebramos la Efemérides de la Batalla de Arica; que tuvo lugar un 7 de junio de 1,880 donde el Coronel Francisco Bolognesi y sus oficiales del alto mando respondieron el 5 de junio al parlamentario chileno sargento mayor Juan de la Cruz Salvo, quien por órdenes del general chileno Baquedano, pedían la rendición de la plaza, la respuesta de Bolognesi fue: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré quemando hasta el último cartucho".
El 7 de junio desde las 05:00 horas de la mañana, los chilenos con más de 5,000 hombres se lanzaron al asalto y ataque al Morro de Arica, contra unos 1,800 soldados peruanos que lo defendían, era un desigual combate ....."El 7 de junio, siendo las 5 de la mañana y protegidos por la densa neblina, los invasores marcharon a la carrera al asalto, cuyos cañones de defensa estaban reglados para disparar a distancias mayores; estas posiciones dieron a los chilenos mayor libertad de movimiento y les facilitó la conquista de los fuertes del Este y Ciudadela, puestos donde se combatió cuerpo a cuerpo y donde perdieron la vida los coroneles Arias Aragüez, Felipe Antonio Zela, Tomás Chocano, los tres Jefes del Batallón “Granaderos de Tacna”. También murieron en ese fuerte, Francisco Cornejo y el comandante Genaro Vizcarra, primer y segundo jefes del Batallón Cazadores de Tacna, y Fermín Nacarino jefe de la batería. Cuando la suerte de ese fuerte ya estaba decidida, el cabo Alfredo Maldonado penetró en la santa bárbara del Ciudadela, haciéndola estallar en mil pedazos donde perecieron tanto defensores como asaltantes. (Vargas, 1980, p. 138). En el fuerte del Este, el coronel Inclán ordenó un cambió de posición y desde Cerro Gordo que cerraba el acceso al Morro, continuó la defensa. En esta posición entregaron sus vidas combatiendo cuerpo a cuerpo, Inclán y O’Donovan, comandante general y jefe de estado mayor de la sétima división, respectivamente. En los fuertes del norte, los defensores retrocedieron combatiendo hasta la ciudad. En el Morro de Arica también se combatió cuerpo a cuerpo. Allí, uno de los últimos peruanos en morir fue el coronel Francisco Bolognesi, quien cayó abatido por una descarga, sin que esta le impidiera incorporarse para disparar el último cartucho, momentos en que un golpe de culata en el cráneo del jefe de la plaza de Arica terminó con su vida....." ....siga leyendo................
CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICO MILITARES DEL PERU:
EFEMÉRIDES: 7 DE JUNIO DE 1880 BATALLA DE ARICA GUERRA CON CHILE
Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, defensor del Morro de Arica, cuya batalla se llevó a cabo el 7 de Junio de 1,880, quien junto a su estado mayor, contestó al emisario chileno. "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"
El coronel Francisco Bolognesi, quien en abril de 1880 había sido nombrado jefe de la plaza de Arica, ¨recibió de Montero, instrucciones precisas para la defensa de la plaza, que en último extremo debía hacer volar con todos los defensores y todos los asaltantes […]¨(Dellepiane, 1936, T. II, p. 280), por ello, conocedor de la derrota en Tacna, reunió a los jefes y subjefes de su guarnición, para tomar su parecer sobre la actitud a seguir.
Según versión recogida de varios de los sobrevivientes a tan magna asamblea, manifestó que debía cumplir con las órdenes y que por su parte estaba dispuesto a cumplirlas, propósito que le dictaba el honor militar, su decisión recibió respuesta afirmativa de sus subalternos. (Vargas, 1980, p. 59) […]
Francisco Bolognesi, responde ante el parlamentario chileno Sargento Mayor Juan de la Cruz Salvo : "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"
Coronel Alfonso Ugarte y Vernal (1847 - 1880), Jefe de la Octava División del Ejército del Sur en la Batalla de Arica.
https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_Ugarte
Coronel Alfonso Ugarte y Vernal (1847 - 1880), Jefe de la Octava División del Ejército del Sur en la Batalla de Arica.
https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_Ugarte
En esa plaza se había establecido un sistema defensivo basándose en tres fuertes, en cada uno de los cuales se emplazó la artillería, con un total de 19 cañones.
Las tropas que defendían Arica sumaban 2009 hombres encuadrados en la séptima y octava divisiones, comandadas respectivamente por los coroneles José Joaquín Inclán y Alfonso Ugarte. Inclán contaba con los batallones de infantería “Granaderos de Tacna”, “Artesanos de Tacna” y “Cazadores de Tacna”; Ugarte tenía los batallones “Tarapacá” e “Iquique”.
Se agregaba a estos cuerpos la marinería de los buques “Manco Cápac” y “Alianza” con un total de 127 combatientes […] (CPHEP, 2005, p. 238). Por el lado chileno, este contaba con 6500 hombres, 28 cañones y 2 ametralladoras. […] Baquedano organizó una importante fuerza de las tres armas: Caballería, Infantería y Artillería, en base a tropas de su reserva que no habían participado en la batalla del Alto de la Alianza.
Luego de una concentración en Chacalluta, esta fuerza se desplegó y adoptó un dispositivo entre Chacalluta, Condorillo y Buenavista, de modo que la guarnición de Arica quedó totalmente cercada mediante esa fuerza terrestre conjuntamente con los buques de guerra […] (CPHEP, 1980, p. 83).
El 4 de junio ocuparon las alturas de la ciudad. Al día siguiente, a las 6 de la mañana, Baquedano envió como emisario al sargento mayor Juan de la Cruz Salvo, quien presentándose por el sector del Lazareto Viejo se apersonó al cuartel general peruano establecido en Arica para pedir al coronel Bolognesi la rendición de la plaza. El jefe peruano respondió con aquella histórica frase: “Tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”. Los jefes que lo acompañaron a Bolognesi en tan histórica respuesta fueron: José Joaquín Inclán, Alfonso Ugarte Vernal, Justo Arias Aragüez, Marcelino Varela, Mariano Bustamante, Juan G. More, Manuel de La Torre, Ramón Zavala, Roque Sáenz Peña, Francisco, Benigno y Medardo Cornejo, Juan Pablo Ayllón, Francisco Chocano y José Sánchez Lagomarsino. (CPHEP, 1980, p. 84).
Cuando el parlamentario retornó a su campamento, Baquedano ordenó el bombardeo de Arica, que se prolongó por cinco horas sin ningún resultado favorable, pues los cañones de los fuertes del este y del norte respondieron con mucha precisión. Ese mismo día, Bolognesi aún confiaba en Leiva y le había enviado el famoso telegrama donde le decía: “Apure Leiva, todavía es posible hacer mayor estrago al enemigo victorioso. Arica no se rinde y resistirá hasta el sacrificio […] (Dellepiane, 1936, T. II, p. 291).
El domingo 6 a las 11:30 de la mañana, las fuerzas invasoras reiniciaron el bombardeo, complementado con los cañones de sus buques de guerra, no causando daños visibles. Entonces enviaron otro parlamentario, esta vez el ingeniero peruano Teodoro Elmore, quien había establecido el sistema de minas terrestres en Arica, pero quien fue apresado días antes.
La gestión de Elmore tampoco tuvo éxito. Por la noche, efectuaron desplazamientos en secreto, adoptando un dispositivo que les permitiese atacar con las primeras luces.
El 7 de junio, siendo las 5 de la mañana y protegidos por la densa neblina, los invasores marcharon a la carrera al asalto, cuyos cañones de defensa estaban reglados para disparar a distancias mayores; estas posiciones dieron a los chilenos mayor libertad de movimiento y les facilitó la conquista de los fuertes del Este y Ciudadela, puestos donde se combatió cuerpo a cuerpo y donde perdieron la vida los coroneles Arias Aragüez, Felipe Antonio Zela, Tomás Chocano, los tres Jefes del Batallón “Granaderos de Tacna”.
También murieron en ese fuerte, Francisco Cornejo y el comandante Genaro Vizcarra, primer y segundo jefes del Batallón Cazadores de Tacna, y Fermín Nacarino jefe de la batería. Cuando la suerte de ese fuerte ya estaba decidida, el cabo Alfredo Maldonado penetró en la santa bárbara del Ciudadela, haciéndola estallar en mil pedazos donde perecieron tanto defensores como asaltantes. (Vargas, 1980, p. 138). En el fuerte del Este, el coronel Inclán ordenó un cambió de posición y desde Cerro Gordo que cerraba el acceso al Morro, continuó la defensa.
En esta posición entregaron sus vidas combatiendo cuerpo a cuerpo, Inclán y O’Donovan, comandante general y jefe de estado mayor de la sétima división, respectivamente. En los fuertes del norte, los defensores retrocedieron combatiendo hasta la ciudad.
En el Morro de Arica también se combatió cuerpo a cuerpo. Allí, uno de los últimos peruanos en morir fue el coronel Francisco Bolognesi, quien cayó abatido por una descarga, sin que esta le impidiera incorporarse para disparar el último cartucho, momentos en que un golpe de culata en el cráneo del jefe de la plaza de Arica terminó con su vida.
Óleo de Juan Lepiani
Por su parte, Alfonso Ugarte montando su caballo, tomó una bandera y se lanzó al vacío con el fin de impedir que la enseña de nuestra patria sea capturada por el enemigo. (CPHEP, 2005, p. 241). A las 9 de la mañana terminó el combate con cerca del 60 por ciento de los defensores aniquilados.
Óleo de Alfonso Ugarte en el Museo de los Combatientes del Morro de Arica
Muchas mujeres también perdieron la vida en aquella batalla, figurando entre ellas María Chipana que luchó en el muelle de Arica, lugar donde también perecieron su tío don Hilario Chipana y su cuñado, el sargento 2º Núñez. Ella, como mujer patriota acompañó a su esposo en los menesteres de la guerra, hasta rendir la vida junto a él. (Mendoza, 2017, p. 45). Un extracto del parte del comandante Manuel de la Torre, jefe del detalla de la Plaza de Arica, relataba lo siguiente:
[…] Quiera Dios y la patria aceptar el sacrificio de tantas víctimas, de tantos patriotas de corazón, como un holocausto ofrecido en aras del honor nacional para la salvación del país y pluguiera a la divina providencia, por tanta sangre generosa vertida, que nuestro gobierno sea siempre bien inspirado y retemplado el valor, la fe y entusiasmo en nuestro pueblo que, una vez por todas, debe mostrarse unido y viril hasta ver realizados sus nobles propósitos […] (Vargas, 1980, p. 363).
La batalla de Arica, junto con los combates de artillería en los días 5 y 6 de junio previos al asalto final del 7 de junio de 1880, constituyó un holocausto consciente por el honor nacional peruano, un sacrificio colectivo unánimemente aceptado y enfrentado con singular denuedo, muestra de la grandeza de los combatientes, cuyo valor y coraje se agigantaron al compás de la adversidad, a pesar de las diversas negligencias ocasionadas por los conductores del país en los previos a la guerra (CPHEP, 1980, p. 96).
ÁREA DE PRENSA
Fuente: Libro “BICENTENARIO EJÉRCITO DEL PERÚ REPUBLICANO 1821 – 2021” https://cehmp.wordpress.com/ Centro de Estudios Histórico Militares del Perú - CEHMP
Wikipedia así describe la Batalla de Arica:
La batalla de Arica, también conocida como el asalto y toma del Morro de Arica,5 ocurrió el 7 de junio de 1880 y fue el último mayor enfrentamiento bélico de la Campaña de Tacna y Arica, durante la Guerra del Pacífico (1879-1884).
Tras las batallas de Los Ángeles y de Tacna, la batalla por el puerto de Arica enfrentó a las fuerzas peruanas bajo el mando del coronel Francisco Bolognesi que quedaban en la ciudad, aisladas por tierra y sin hinterland, con dos columnas chilenas bajo el mando del coronel Pedro Lagos. Los atacantes lograron vencer los campos de minas, fuertes, fusilería y artillería peruana y ocupar la ciudad. El monitor peruano Manco Cápac fue hundido por su tripulación tras la derrota de sus fuerzas terrestres.
La caída de Arica significó para Perú la destrucción de su ejército profesional, la pérdida de su base naval y base de operaciones terrestres más austral. Para Bolivia significó el cierre de su salida natural al Pacífico.
Posteriormente a este suceso, se desarrollaron la expedición Lynch, que tuvo como objetivo demostrar al gobierno peruano la futilidad de su resistencia, y la Conferencia de Arica, que, bajo los auspicios del gobierno de Estados Unidos, buscó un acuerdo que pusiera fin a la guerra; sin embargo, su fracaso dio paso a la continuación del conflicto.
El último cartucho, pintura de la Batalla de Arica por Juan Lepiani
RADIO NACIONAL DEL PERÚ:
Hoy se celebra en el Perú el Día de la Bandera en conmemoración a un acto de heroísmo que marcaría la historia del Perú y que nunca debe olvidarse. El 7 de junio de 1880, grandes héroes peruanos defendieron con su vida el Morro de Arica de los invasores chilenos, en la que hoy conocemos y recordamos como la Batalla de Arica.
Desde el magnánimo Bolognesi hasta un humilde soldado rojiblanco, todos juntos y en las mismas condiciones defendieron con gran arrojo y valentía el territorio hasta entonces peruano, aun sabiendo que no sobrevivirían al fin de esta cruenta batalla en medio de la Guerra del Pacífico.
Antes, el 26 de mayo, la derrota en la Batalla de Tacna -también llamada Batalla del Alto de la Alianza- dejó al Ejército Peruano debilitado en cuanto a hombres y armamento. El ejército boliviano había huido y el bando nacional esperaba la llegada de refuerzos para poder afrontar la respuesta a la invasión chilena. El comandante Francisco Bolognesi -quien pasados los 60 años se reintegró al cuerpo militar peruano para defender al Perú en la Guerra del Pacífico- estuvo al mando de ese batallón de valerosos soldados.
Las fuerzas chilenas superaban enormemente el número de hombres y contaban con mejores armas. Era inevitable la derrota. Sin embargo, aún sabiendo del sanguinario final que les tocaría vivir, el honorable comandante Bolognesi mandó reunir a los oficiales peruanos, y juntos, en un acto de amor a la patria, decidieron no rendirse y luchar hasta donde les diera las fuerzas.
El 5 de junio, a pedido del general chileno Baquedano, el mayor José de la Cruz Salvo se reunió con Francisco Bolognesi para solicitar la rendición peruana, alegando que así se evitaría un “derramamiento inútil de sangre”. La respuesta del comandante peruano fue definitiva y ejemplar: “Tengo deberes sagrados que cumplir, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”.
Dos días después, el 7 de junio de 1880, a las 5:30 de la mañana, empezó la batalla. Francisco Bolognesi, Alfonso Ugarte, Juan Guillermo Moore y 1800 héroes peruanos de igual valor se enfrentaron a 5000 soldados chilenos. La defensa nacional estaba organizada en tres frentes: el morro era defendido por Juan Guillermo Moore; la parte este estaba a cargo del teniente coronel Medardo Cornejo y hacia el norte el teniente coronel Juan Pablo Ayllón.
Solo una genial estrategia podría evitar la derrota, y esa la creó el ingeniero Teodoro Elmore, el cual consistía en minar el morro y así hacer caer al enemigo. Pero el plan no prosperó, y Elmore fue capturado por las fuerzas chilenas, mas nunca reveló aquella fallida estrategia peruana.
En esta sanguinaria batalla cayeron abatidos el comandante Francisco Bolognesi y Juan Guillermo Moore, “atravesados por el plomo de una fuerte descarga”, como lo describiría Roque Sáenz Peña, testigo presencial. También el teniente coronel Ramón Zavala y más de 1000 soldados peruanos.
Alfonso Ugarte fue otro de los mártires que cayó en combate. Una versión de la historia asegura que el coronel Alfonso Ugarte, al ver la inminente llegada enemiga, tomó la bandera y se lanzó del Morro con su caballo para evitar que esta sea tomada por los chilenos. Otras versiones, como la de Vicuña Mackenna, aseguran que fue abatido en batalla y arrojado al mar.
En memoria de esos más de 1000 peruanos que entregaron su vida por la patria peruana es que cada 7 de junio conmemoramos el Día de la Bandera, tomando este honorable ejemplo de lucha por defender nuestra nación y a todos los peruanos.
RADIO NACIONAL DEL PERÚ.
El 7 de junio se conmemora en todo el país el Día de la Bandera, en esta fecha se recuerda a los peruanos que lucharon en la Batalla de Arica en el año 1880, y a su máximo héroe, el coronel Francisco Bolognesi.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Viva el Perú Carajo !!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe gustó
ResponderEliminarCuenta la historia, que el enemigo del Sur, Chile, se preparó por 10 años para agredir primer a Bolivia, que nunca la vio como un rival, el problema era el Perú, un país muy poderoso, pero desunido y sumido en guerras internas, que muchas fueron incentivadas por emisarios chilenos, las salitreras de Tarapacá eran la codicia más grande de Chile.
ResponderEliminar