Las cimas de las montañas son un lugar para la reflexión, la belleza y la pureza. Hogar de creencias y divinidades para innumerables culturas, los picos más altos de cada continente sirven como lugar de conexión con la naturaleza en uno de sus estados más puros.
Monte Everest (8.848 metros): Asia
El techo del mundo, la montaña que se lleva todos los focos y, por supuesto, uno de los puntos más extremos del planeta. El Everest, en tibetano Chomolungma (o Qomolangma); es decir, la "Madre del universo", es el pico más alto de Asia y, con sus 8.848 metros de altura sobre el nivel del mar, también es la mayor elevación de la Tierra.
Situado en Nepal, cercano a la frontera china que marca la cordillera del Himalaya, hogar y santuario de las mayores elevaciones del planeta, este monte ha sido durante décadas el objetivo de miles de escaladores en busca de coronar su cima, pero su altura y las condiciones climatológicas son los grandes impedimentos que hacen de este monte un lugar inexpugnable. Además de ser famoso por su altura, el Everest es el hogar del animal que vive a más altitud del planeta, la araña saltarina del Himalaya (Euophrys omnisuperstes).
La primera ascensión documentada y certificada al techo del mundo se produjo en el año 1953, cuando una expedición formada por Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay coronó la cima por primera vez. El Times dio la noticia al mundo de la mano de Jan Morris y, desde entonces, su magia cautivó al resto de escaladores. Junko Tabei fue la primera mujer en coronar la cima en el año 1975 y su nombre se lo debe a George Everest, topógrafo británico, pues hasta entonces era conocido como el Pico XV.
Hasta 2018, Elizabeth Hawley era la única autoridad encargada en certificar las ascensiones al mítico monte, una especie de notaria de la montaña. Tras su muerte, el relevo de este prestigioso cargo lo asumió Billi Bierling.
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Aconcagua (6.962 metros): Sudamérica
El cerro Aconcagua no solo es la montaña más alta de la extensa cordillera de los Andes, sino que también es la mayor elevación de los hemisferios sur y occidental. Situado en la Provincia de Mendoza, en el oeste de Argentina y cerca de la frontera con Chile, el pico andino fue coronado por primera vez en 1897 por el escalador suizo Matthias Zurbriggen.
El Aconcagua cuenta con dos picos: el pico norte se eleva hasta los 6.962 metros sobre el nivel del mar, siendo así el Techo de América, mientras que el pico sur cuenta con una altura de 6.930 metros. Ambas elevaciones están conectadas por una cresta de aproximadamente un kilómetro de distancia, conocida como el Filo del Guanaco.
A pesar de las dificultades que plantea la altura, la fauna que mora las laderas del Aconcagua es muy diversa eso sí, siempre por debajo de los 4.000 metros de altura. Se pueden encontrar pumas, zorros, sapos y ratones de montaña, aunque sus dos habitantes más icónicos son el cóndor de los Andes (Vultur gryphus) y el sapo espinoso andino (Rhinella spinulosa).
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Monte Denali (6.190 metros): Norteamérica
El Denali forma parte de uno de los entornos naturales más llamativos del planeta y no está exento de curiosidades. Situado en la cordillera de Alaska, el Monte Denali se erige como un gigante en mitad del estado más septentrional de Estados Unidos y que bautiza a la cordillera. Conocido como Monte McKinley hasta 2015, el Denali fue renombrado por el presidente Barack Obama para retomar el nombre que el pueblo koyukon le había dado durante generaciones, su nombre original.
Fue en el año 1896 cuando un buscador de oro cambió de nombre al Denali para otorgarle el apellido del candidato presidencial de la época, William McKinley, quien sería el 25º presidente de Estados Unidos. Su ascensión supone un reto para todos los alpinistas al juntar dos características que dificultan la escalada: las pronunciadas paredes de la montaña y su cercanía al Círculo Polar Ártico. Más allá de su complicada ascensión, las gélidas temperaturas, las nieves permanentes y la tundra alpina no disuaden a los visitantes del Parque Nacional del Denali para acercarse al pico más alto de Norteamérica y disfrutar de uno de los entornos naturales más únicos de la Tierra.
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Monte Kilimanjaro
Situado en Tanzania, el monte Kilimanjaro es el pico más alto del continente africano con 5.895 metros (19.340 pies). La majestuosa montaña es un volcán cubierto de nieve. https://education.nationalgeographic.org/resource/kilimanjaro
Kilimanjaro (5.895 metros): África
Erigiéndose entre las llanuras de Tanzania, el Kilimanjaro aparece como un majestuoso gigante ante los ojos atónitos de todo el que se acerca. Protagonista de innumerables novelas y películas, sus características despiertan todavía más fascinación: es la cima más alta del mundo que no esté situada en un sistema montañoso, está compuesto por tres conos volcánicos (Mawenzi, Shira y Kibo) de las que tan solo la última se mantiene activa y, por si fuera poco, es indiscutiblemente la montaña más alta del continente africano.
Las laderas del Kilimanjaro acogen todo tipo de estructuras ecológicas: desde tierras de cultivo en la base hasta una cima ártica cubierta de nieve, pasando por selva, páramos y desierto alpino. Las condiciones tan especiales de la montaña atraen tanto a los alpinistas que cerca de 25.000 personas tratan de escalarla cada año, de las que aproximadamente una tercera parte no consigue terminar la ascensión por problemas relacionados con la altitud.
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Monte Elbrús (5.642 metros): Europa
Situado en Rusia, cerca de la frontera natural con Georgia que marca el Cáucaso, el monte Elbrús se convierte en la montaña más alta de Europa. Si bien es cierto que no lo es de la Unión Europea y que ese honor se lo llevaría el Mont Blanc, en Francia, puesto que Rusia no pertenece a la UE, la cima del Elbrús ostenta el honor de ser el punto más elevado del viejo continente.
Del mismo modo que ocurre con el Aconcagua, el Elbrús cuenta con dos cumbres, una de mayor altitud que la otra. Sin embargo, su origen es muy distinto al de las cumbres de la montaña andina: se trata de dos cúpulas volcánicas inactivas, de las que la cima oeste es la más alta, llegando a los 5.642 metros sobre el nivel del mar, mientras que la este se erige unos más que respetables 5.621 metros.
Su situación geográfica marca la frontera comúnmente aceptada entre Europa y Asia y, al estar situado entre dos grandes masas de agua como son el Mar Negro y el Mar Caspio, estos grandes lagos condicionan sus condiciones climatológicas, por lo que la temporada más indicada para su ascensión se sitúa entre julio y agosto, cuando el clima es más estable. Con 22 glaciares sobre sus laderas, el Elbrús mantiene un manto permanente de nieve durante todo el año.
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Macizo Vinson (4.892 metros): Antártida
Localizado en la cordillera Sentinel e invisible a los ojos de la humanidad hasta pasada la mitad del siglo XX, el macizo Vinson es la montaña más alta y más prominente del gélido continente antártico. Recibe su nombre como homenaje a Carl Vinson, congresista por el estado norteamericano de Georgia, que fue en su día un firme defensor de la financiación para las expediciones antárticas.
En mitad de la Antártida, dentro del terreno que forma parte del Territorio Chileno Antártico, el Vinson se muestra al mundo como la mayor elevación del continente blanco. Una zona inhóspita, gélida y árida, casi inexpugnable, en la que la formación montañosa encuentra su hogar. Con el Macizo Vinson, todo son superlativos: fue el último de los Siete Picos en ser descubierto, ser nombrado y ser escalado. Además, también es la montaña más fría, más remota y más cara de escalar por su localización geográfica, a tan solo 1.200 kilómetros del Polo Sur.
La primera ascensión fue llevada a cabo por una expedición norteamericana liderada por Barry Corbet, John Evans, Bill Long, y Pete Schoening, quienes alcanzaron la cumbre el 17 de diciembre de 1966.
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