sábado, 5 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi : Capítulo VI.- El teniente Rafael López Orozco, asignado al puesto policial de Chilcapmpa, logra apoyo del comandante Alipio Huamán Quispe, para poder actuar con la fuerza de la ley en el puesto de su trabajo....

Hola amigos :  A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi, y como informamos en el capítulo anterior; después del asesinato de don Eucebio Nonajulca Rivera y su esposa Oralia Chinchay Quispe, viajó desde la costa Antenor Chinchay Quispe, quien era hermano de Oralia, él llegó a Chilcapampa, vendió las propiedades y cargó con los sobrinos huérfanos a la Costa, encargándose de la crianza y educación, y así creció Gelasio Nonajulca Chinchay, más conocido como Genochi; él nunca olvidó hacer justicia contra los asesinos de su familia; para lo cual buscó a un amigo conocido como Antonio Timoteo Gonzales................. sigamos la historia...........

Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Pasaron los años y creció Gelasio Nonajulca Chinchay - Genochi, quien avanzó en sus estudios y terminó la educación secundaria, y al mismo tiempo se interesó por la investigación de crimines, él se entretenía en la televisión viendo películas policiacas y se matriculó en una Escuela de Agentes Privados, que le ofreció estudios por correspondencia; él, ya tomó en serio que descubriría los asesinos de sus padres. que naturalmente vivían en Chilcapampa; pero, él no podía viajar a esa Ciudad de la Sierra, por que no disponía del tiempo y tampoco conocía algún familiar que viva en la Ciudad.
Antonio Timoteo Gonzales, quien era un viajero constante entre Chilcapampa y Piura, el siendo amigo personal de Genochi (Gelasio Nonajulca Chinchay), se interesó por averiguar sobre la trayectoria de las andanzas del delincuente Bonifacio "Oreja Mocha", para él, le era fácil por que se hospedaba en casa de familiares que vivían en el Barrio Bajo de Chilcapmpa, donde estaba ubicada la vivienda del delincuente prontuariado "Mano Siniestra", quien era el padre de Bonifacio "Oreja Mocha".
Hubo una reunión social, donde estuvo invitado Antonio, y también llegó Bonifacio "Oreja Mocha", se conocieron pero no llegaron a ser amigos.
Entonces, con tragos adentro, el delincuente Bonifacio, se pronunciaba narrando  entre sus amigos sus aventuras delincuenciales y según él, el inicio en firme, fue cuando asaltó la casa de don Eucebio Nonajulca Rivera, que lo asesinó y violó a la hija Etelvina de 14 años de edad; para él lo consideró como un aprendizaje, no encontró el botín que pretendía robar; pero si eliminó a un dirigente que se cruzaba en su camino y siguió con su macabra narración; allí seguía presente Antonio que se horrorizó escuchando al delincuente.
Bonifacio "Oreja Mocha" se ufanaba de ser intocable por muchas razones, entre ellas, ser menor de edad, y ninguna autoridad podía detenerlo, otra razón en ser hijo de "Mano siniestra", quien era un delincuente que sembraba el terror con tan sólo escuchar su "alias" y la más importante  razón que él asaltaba a matar, o sea no dejaba testigos que puedan incriminarlo ante la justicia.
En la Ciudad de Chilcapmpa, hubo cambios que llegó al Puesto de la Policía, el gobierno central envió a un nuevo personal, destinando a un Teniente, 02 sargentos, 03 cabos y 03 policía rasos; por su puesto como bien dice el refrán: "Escoba nueva barre mejor y limpia bien el piso".
El teniente López, empezó por averiguar la existencia de las bandas criminales y llegó al Barrio Bajo, donde estaban bien sembradas las raíces del crimen; él y sus policías se cruzaron calle por calle bajo el sonido de un tambor, cuyos golpes despertaron la curiosidad de los habitantes que se asomaron a las puertas de sus casas para ver pasar a las nuevas autoridades policiales, que también lo hicieron los criminales, quienes habían dependido del pusilánime sargento y un guardia raso que nunca les hizo mella.
El teniente López, recibió mucha información de las fechorías de las bandas criminales y especialmente de "Mano Siniestra" y su hijo Bonifacio "Oreja Mocha", pero no existía una prueba en concreto que fehacientemente los inculpe a los autores de los delitos.
Entonces, el teniente López, pidió autorización a sus superiores para actuar de oficio y por atrapar a los criminales y que gestionen el envío de un Fiscal, para elaborar los atestados judiciales; la comunicación pidiendo apoyo si llegó a la Costa, pero fue ignorada, los jefes policiales tenían otras urgencias que preocuparse, que por los problemas serranos; siempre existía la discriminación entre la poderosa Costa y la abandonada Sierra y constantemente perdían los moradores de Chilcapampa.
El teniente López, esperó por 60 días, una respuesta de sus superiores y nunca llegó, quien tomó la decisión de buscar un apoyo, él viajó en comisión, quien al llegar a las Comandancias Costeras, comprobó que su pedido había sido ignorado y archivado; él tampoco podía tomar la justicia por sus propias manos, había que respetar los procedimientos, hurgó de oficina en oficina y todos sus esfuerzos eran inútiles, hasta que llegó a la Comandancia de Asuntos Policiales Archivados por Falta de Pruebas, y los actores seguían paseando libres y cometiendo fechorías a vista y paciencia de las autoridades.
Pero, por ahora el nuevo jefe que era un comandante de apellido Huamán; para el teniente le pareció familiar ese apellido, por que lo escuchaba con frecuencia en la Ciudad de Chilcapampa y decidió visitarlo al llegar él se presentó como comisionado de la Ciudad de Chilcapampa.
Entonces, el comandante Alipio Huamán Quispe, tal como era su nombre completo; lo atendió con una sonrisa y le dijo:
--- Adelante teniente López, dígame: ¿Qué novedades tiene Chilcapampa, la tierra de nacimiento?
El teniente Rafael López Orozco, le contestó:
--- Mi comandante soy Rafael López Orozco, asignado al Puesto Policial de Chilcapampa, me alegro que usted sea nativo de esa Ciudad; le cuento al hacerme cargo encontré al Pueblo sumido y controlado por el crimen por falta de acción policial efectiva, que estuvo a cargo de un sargento y un soldado, ahora de baja por jubilación; los criminales dominan a su libre albedrío, pero nadie de los moradores los denuncian por temor a las represalias, he revisado las pocas denuncias y se repiten con frecuencia contra una banda familiar donde actúan el padre y el hijo.
El teniente López hizo un pausa y agregó:
--- Mi comandante, le sigo narrando, el padre conocido como "Mano Siniestra", llegó preso para acá a la Costa, pero lo soltaron  por falta de pruebas, con atestados mal elaborados, que eran desechados por los jueces; yo quiero iniciar acciones de oficio, pero no tengo la autorización de los superiores.
El comandante Huamán, se quedó consternado, escuchando al teniente López, y él si vio que había  posibilidad para apoyarlo, justamente aprovechando la misma legislación y le contestó:
--- Teniente López, usted llegó en el momento preciso y con la autoridad pertinente que si puedo ayudarlo, acaba de publicarse un Dispositivo legal, que autoriza a la policía actuar de oficio en la investigación criminal de delincuentes recurrentes con frondoso atestado y "ranqueado" como ellos se expresan; que sin pruebas se puede detener, el delincuente bajo sospecha se le puede investigar por 15 días hasta que admita sus crimines por cansancio, y aún si no les declara, se puede presionar negándole alimentos (que es penado), pero nosotros argumentamos que el detenido se niega a consumir alimentos y hay otra posibilidad de invitar a los afectados para que hagan la denuncia señalando como autor y ofreciéndoles protección contra posibles represalias; como usted está escuchando ya nosotros tenemos las armas legales para actuar.
El comandante Huamán, hizo una pausa y agregó:
--- Teniente López, actúe con decisión y con la fuerza de la ley, que cuenta con mi apoyo y mi absoluto respaldo, y a partir de hoy todos los documentos que nos envié, hágalo con copia que llegue a mi comandancia, ya es tiempo que mi tierra Chilcapampa se limpie del lumpen criminal.
El teniente Rafael López Orozco, recién respiró con alivio, por que ya encontró un oficial superior, quien siendo nativo de Chilcapampa le ofreció su apoyo incondicional que tanto lo necesitaba, pero seguía sin un apoyo judicial y le contestó:
--- Mi comandante Huamán, me siento aliviado y agradecido por su apoyo, y creo que tengo las herramientas legales, para actuar; pero aún, así nos falta una oficina de la Fiscalía, para que la autoridad judicial elabore o formule la acusación ante el Juez, por casi todos los presos remitidos desde Chilcapampa con un atestado policial, son dejados en libertad por los jueces; ellos argumentan falta de pruebas y el preso sale libre riéndose en nuestras narices.
El comandante Huamán, se rascó la cabeza por la imposibilidad que escapaba de sus manos de que haya una oficina de Fiscalía en Chilcapampa, por el bendito argumento "Falta de presupuesto"; él recordó que si había una ventana para gestionar la presencia de un fiscal en Chilcapampa, mediante una visita cada 60 días, pero que nunca se hizo en Chilcapampa, y le contestó:
--- Teniente López, usted está en día de suerte, si hay una obligación de la Fiscalía que asigna uno de sus miembros hacer visitas recurrentes cada 60 días, que para Chilcapampa nunca llegó, tengo un amigo quien es el SubSecretario de la Fiscalía y me debe varios favores, quien me dijo que lo busque en cualquier asunto con presencia de un fiscal, déjeme llamarlo en este momento...
El comandante Huamán, levantó el auricular del teléfono fijo, marcó el número que figuraba en una tarjeta y esperó la respuesta por varias veces (así funcionan los teléfonos oficiales) y se cortaba la línea por que nadie contestaba en el otro auricular. 
Pero, el comandante era tenaz, insistió una vez más y esta vez si hubo respuesta, desde el otro auricular le contestó:
--- Aló ¿Quién llamó, le contesta el fiscal Gonzalo Flores Arguedas?
El comandante Huamán, le contestó, dándole su nombre y el Fiscal Flores, le replicó:
--- Que sorpresa comandante Huamán ¿Para qué soy bueno?................................
Continuaremos.................................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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