Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el caporal Rodrigo López Huamán, estaba muy preocupado por la existencia de siete bandoleros quienes estaban merodeando la comarca, su inquietud era que ellos se encontrarían con los comerciantes ecuatorianos arreando 70 reses y que estos averiguarían quien les vendió para asaltarlo; sus presunciones eran ciertas, por que ellos ya están viniendo al terreno de los cultivos; pero, fueron descubiertos por un pastor, que les adelantó el camino y dio la voz de alarma.... ..sigamos la historia....
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Edilsa Flores Morocho, quien era una mujer emprendedora, dueña de extensas tierras de pastoreo, con una existencia de 280 cabezas de ganado vacuno, distribuido en tres terrenos a cargo de 12 pastores, que los dirige el caporal Rodrigo López Huamán; quien siendo un bandolero, cuyo origen lo desconoce Edilsa, que lo contrató como su caporal y se hicieron amantes; ella tuvo el acierto dichoso que ya la salvó de la presencia de los cuatreros y ahora la protegerá del asalto de los bandoleros, que ya se aproximan siete de ellos, cegados por la codicia del dinero de la venta de las 70 reses a mercaderes ecuatorianos.
Regresando a la historia, aquel día Rodrigo López Huamán, almorzó muy bien, pensando que no regresaría hasta la mañana siguiente, él ensilló su caballo, ya Edilsa previendo que no regresaría durante la noche, le había preparado fiambre seco.
Rodrigo, muy enamorado de la viuda, se despidió con abrazos y besos (posibilidad que podrían ser los últimos por el acoso de los bandoleros), y partió al terreno de los cultivos, que tomó el sendero directo que él mismo lo descubrió, que no tenía que entrar a los terrenos de las lomas.
Mientras tanto, el pastor que vio pasar a los siete jinetes que se internaron en la hoyada donde el caballo garañón los descubrió cuando ellos pasaron por allí y descansaron días atrás; esta vez ellos no salieron al otro lado, lo que se supone que pernoctarán en la hoyada descansando para comer sus alimentos y planear sus siguientes pasos.
El pastor, quien enderezó el sendero y pasó cerca de ellos sin que lo detecten, llegó a los terrenos, quien al encontrarse con sus compañeros, les informó que siete jinetes desconocidos venían a todo trote y que están en la hoyada, dijo:
--- Muchachos, recuerdan que el caballo garañón estuvo amarrado en la hoyada; pues, regresaron los jinetes y son siete, tal como lo señaló el caporal, allí se quedaron, yo los seguí y seguro continuarán su viaje; pero, algo me preocupa. ¿Por qué regresan por la misma ruta?.
Todos los pastores, ellos eran 8, que ahora estaban laborando en la chacra; ya casi al anochecer, el que hacía de jefe les ordenó rodear el ganado alejándolo de la hoyada, pero si a las yeguas con su garañón que se queden cerca de la hoyada.
En esos trajines, llegó el caporal Rodrigo López Huamán, quienes al verlo suspiraron con alivio, rápidamente le informó el pastor que los detectó, que habían regresado siete jinetes desconocidos y que están descansando en la hoyada.
Rodrigo, al escuchar la narración del pastor, comprobó su premonición que estaba en lo cierto y que Edilsa estaba expuesta a ser asaltada; y que felizmente había tiempo para evitarlo, haciendo frente a los desconocidos bandoleros.
Pero, lo que no sabía Rodrigo y los pastores, que ya estaban siendo vigilados por los desconocidos jinetes; ellos luego de internarse en la hoyada, de inmediato tres de ellos salieron protegiéndose de no ser detectados para observar y seguir los pasos de los pastores, que era su objetivo capturar a uno o dos de ellos y llevarlos a la hoyada y presionarlos para que les informen el nombre y la ubicación del hacendado que vendió las 70 reses a los ecuatorianos.
Entonces, Rodrigo preguntó al pastor, el tiempo que los vio entrar a la hoyada, ya había pasado mucho tiempo desde que él llegó y contestó:
--- Señor caporal, ellos entraron al medio día y no salieron al otro lado.
Rodrigo, al escuchar esa información, les hizo señas sin pronunciar palabras a los pastores para que se internen al otro lado de una pequeña loma, los hizo sentarse y en voz muy baja les dijo:
--- Muchachos, estamos siendo vigilados, los desconocidos planean un asalto no a nosotros, sino tomar a dos del grupo, para obligar que declaremos el nombre y la ubicación del ganadero (viuda Edilsa) que vendió las reses a los comerciantes ecuatorianos; así que les haremos frente, ustedes se meten a sus chozas y dos me acompañarán en la noche para hacer guardia y como ya anocheció tengan sus puñales desenvainados; pero, estén tranquilos, si ellos llegan no ataquen hasta que reciban mi orden.
Los pastores completamente nerviosos, por que nunca habían tenido estas preocupaciones; incluso ellos recién se habían enterado que parte de sus compañeros de las lomas, se habían aliado con los cuatreros y que murieron tres enfrentados al caporal; en cambio ellos tenían mucha confianza al caporal, que les demostró mucho coraje y obedecieron poniéndose en guardia.
Rodrigo, con dos pastores, eligió la parte alta de una lomita (colina) y allí se tumbaron al suelo con vista privilegiada para otear y esperar la llegada de los desconocidos jinetes; pasaron horas y no se movía el ambiente, sólo de vez en cuando revoleteaban las lechuzas; incluso no había viento, era un silencio tétrico y de muerte, si se escuchaba el chirrido de grillos y croar de los sapos en la hoyada.
Inesperadamente a la media noche, aparecieron las sombras de tres individuos que avanzaban sigilosamente con el cuerpo inclinado hacia adelante; Rodrigo y sus ayudantes alistaron sus machetes, se les contuvo la respiración a los pastores, era la primera vez que iban a pelear; pues, había que sorprenderlos, era la única ventaja contra los desconocidos.
Rodrigo, los esperó que se acerquen, si percibió que ellos conversaban en voz baja; él comprobó una vez más que los intrusos los estuvieron vigilando, por que justo se aproximaban al mismo lugar que ellos estuvieron reunidos al anochecer; los desconocidos avanzaban a paso lento para no ser detectados, estaban muy confiados que entrarían a las casuchas y capturarán a los pastores.
Entonces, cuando los desconocidos llegaron a la altura de la lomita, Rodrigo se levantó y gritó:
--- ¡¡¡ Muchachos ataquen !!!
Todos los pastores se abalanzaron contra los sorprendidos desconocidos, que no tuvieron tiempo para desenvainar sus armas, todos los pastores los atacaron cortándoles sus cuerpos y cayeron los heridos; pero, Rodrigo no los quería muertos para sacarles información y gritó de nuevo:
--- ¡¡¡¡ Muchachos no los maten déjenlos vivos !!!!
Los pastores obedecieron soltando a los intrusos, que ya era tarde por que estos no pudieron levantarse del suelo, ya estaban mal heridos, el caporal ordenó encender los mecheros y con esa luz pudo observar que los desconocidos eran gente asaltante, eligió al menos herido y le preguntó:
--- Hombre, puedes decirme. ¿Qué iban a estas hacer ustedes a estas horas de la noche completamente armados?
El desconocido por su puesto no iba a declarar y le contestó:
--- Aaaayyyy que dolor tengo, nosotros sólo caminábamos por estos terrenos y ustedes nos atacaron sin ninguna razón.
Rodrigo, soltó una carcajada y con ironía le respondió:
--- Así que estaban conociendo los terrenos en plena noche oscura, te voy a dar una oportunidad de muerte rápida, si me dices. ¿Dónde van ustedes y qué planes tienen?, son siete jinetes, seguro los cuatro restantes los esperan, pero ustedes ya no regresarán, nosotros iremos por ellos; pues, habla para que tengas una muerte dulce.
El herido, que gemía de dolor y que vio que sus dos compañeros ya murieron, él seguiría la misma suerte, le respondió:
--- aaaaaaayyyyyyyyy.. desgraciado matón, hazlo de una sola vez, de mi lengua no saldará ninguna palabra, mátame, mátame, mátame....
Rodrigo, se volvió a sonreír y aceptó la sugerencia de la lengua y mirando a un pastor le dijo:
--- Hombre, dame su puñaleta vamos a cortarle la lengua a este valiente desconocido.
El mal herido, aprovechando que aún tenía lengua, gritó así:
--- ¡¡¡¡ Muchachos nos atacaron cuídense !!!!
No habló más por que Rodrigo le tapó la boca y le cercenó el cuello con su chaveta, degollando en el acto, que su dorso cayó sobre su cabeza.
Entonces, con los tres desconocidos muertos y con la presunción que los gritos del moribundo hayan sido escuchados por sus compinches; el caporal Rodrigo ordenó apagar los mechones y en voz bajo les dijo:
--- Muchachos, no sabemos si los cuatro restantes ya vienen por sus compañeros, nos vamos a tumbar al suelo y esperaremos, todos permaneceremos en silencio y atacaremos igual si ellos llegan....
Continuaremos..................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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