Pingüino de Magallanes calvo. (Foto: Jeffrey Smith / WCS)
Con este aspecto entre desvalido y de ir directo al expositor de la
pollería del mercado se están quedando las crías de algunos pingüinos de
América y África. Para ellos la calvicie no es solo un problema estético, como para nosotros los humanos, sino que puede matarles. Los científicos no saben aún por qué sucede.
Los primeros casos se documentaron en 2006,
en un centro de rehabilitación de vida salvaje en Ciudad del Cabo, en
Sudáfrica. Muchas de las crías perdían el plumón y se quedaban
completamente calvas.
Desde entonces, los científicos de la WildLife Conservation Society
han seguido la pista de este extraño síntoma y han encontrando
pingüinos desnudos de varias especies a ambos lados del Océano
Atlántico. Sospechan que puede deberse a algún patógeno, desnutrición,
problemas de tiroides o a algún desorden genético.
Como consecuencia, muchos mueren de frío. Los que salen adelante
crecen más despacio hasta que por fin les salen plumas nuevas. Hasta
entonces tienen comportamientos inusuales. Por ejemplo, mientras que sus
compañeros emplumados se resguardan del sol del mediodía, ellos se
quedan para calentarse y muchas veces se queman su indefensa piel.
Cinder (Foto: Carol A. Weerts)
Los chimpancés también pueden sufrir calvicie. En el Zoo de San Luis
en Estados Unidos vivió hasta 2009, Cinder (ceniza en inglés), una
hembra de chimpancé sin pelo. Era la estrella del centro. Andaba desnuda por las instalaciones luciendo una preciosísima piel color gris, a la que hace alusión su nombre.
Cuando Cinder nació era un bebé chimpancé normal, cubierto de pelo,
pero a los cinco meses el pelo comenzó a caerse. Primero en la parte
inferior del cuerpo. La caída fue subiendo hacia arriba y un año después
ya era completamente calva. Padecía alopecia areata. También la padecemos los humanos.
Su calvicie nunca afectó a su relación con los demás miembros del
grupo. Tampoco se quemaba con el sol, como le sucede a los pingüinos,
porque su piel era gris y le protegía de los rayos solares.
Cinder murió con 14 años, muy joven. Los chimpancés suelen vivir más
de 30. Los días previos a su muerte, los cuidadores del zoo estaban más
pendientes de los chimpancés de lo habitual, ya que ocho de los once estaban resfriados.
Uno de los primeros en ponerse malito fue precisamente Cinder, porque
cogía frío con facilidad, al no tener la cubierta peluda. Sin embargo,
su muerte nada tuvo que ver con el constipado. La necropsia reveló que
murió por una arritmia debida a una hipertrofia del ventrículo
izquierdo.
En este vídeo podéis conocer a Oscar, una cacatúa calva. Vive en el refugio de animales Broward County Humane Society en Florida.
Oscar padece la enfermedad del pico y las plumas de las psitaciformes (PBFD).
Está causada por un virus y puede contagiar a otras aves, por eso vive
sin ellas, pero acompañada por humanos, perros y gatos. Le pronosticaron
una vida de seis meses, pero con los mimos y cuidados que recibe en el
refugio ya ha superado los 15 años.
No tiene plumas porque por efecto de la enfermedad le pican y se las
arranca. Las únicas que le quedan son las de la cabeza, porque no
alcanza con el pico. Como está desnuda, en el refugio la llaman The Sexy Bird
Oso del zoo de Leipzig calvo (Foto: Jan Woitas / European Pressphoto Agency)
Y en el zoo de Leipzig, en Alemania, las tres hembras de oso de
anteojos se quedaron de esta guisa en 2009. Aún hoy, no han trascendido
las razones de su calvicie.
Información de : Quo Cóctel de Ciencia - América ValenzuelaGuillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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