Primate Langur Negro de Nariz Chata( Rhinopithecus bieti). The Nature Conservancy
Rhinopithecus bieti; black snub-nosed monkey. Photo credit: WV Bleisch/CERS
por Misty Herrin. Traducido y adaptado por Daniela Mibelli
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Con su copete negro y sus labios rosados que recuerdan a un payaso, el langur negro de nariz chata (Rhinopithecus bieti) pareciera haber salido de una fantasía infantil.
Sin embargo, este primate está enfrentando grandes amenazas. Con menos de 2,000 ejemplares en China, su tierra natal, es considerado como uno de los simios más amenazados del mundo. La pérdida de hábitat y la caza ilegal han llevado a esta especie al límite de su supervivencia.
Gracias a un esfuerzo colectivo entre TNC, la Academia de Ciencias de China y algunos socios locales, el langur negro de nariz chata está recibiendo más protección y ayuda.
Este movimiento de ayuda ha sido liderado por Yongcheng Long, un intrépido ecologista y biólogo quien trabaja con TNC en la provincia de Yunnan, y quien ha estado siguiendo a estos monitos y armando el rompecabezas de como salvarlos.
Sin embargo, este primate está enfrentando grandes amenazas. Con menos de 2,000 ejemplares en China, su tierra natal, es considerado como uno de los simios más amenazados del mundo. La pérdida de hábitat y la caza ilegal han llevado a esta especie al límite de su supervivencia.
Gracias a un esfuerzo colectivo entre TNC, la Academia de Ciencias de China y algunos socios locales, el langur negro de nariz chata está recibiendo más protección y ayuda.
Este movimiento de ayuda ha sido liderado por Yongcheng Long, un intrépido ecologista y biólogo quien trabaja con TNC en la provincia de Yunnan, y quien ha estado siguiendo a estos monitos y armando el rompecabezas de como salvarlos.
Huesos que lo cambiaron todo
Long se acuerda exactamente cuando comenzó la campaña para salvar al langur negro de nariz chata.
En Octubre de 1987, Long escuchó a un colega hablar de 12 esqueletos de primate que había adquirido en el norte de la provincia de Yunnan.
“Este mono era una especie oficialmente protegida, pero muchos en la comunidad científica pensaban que estaba extinto hasta la década de 1960s”, dice Long. “¡Nadie sabia como se veía en la realidad! No existía ninguna foto. ”
Los residentes de las montañas Laojun sabían que habían algunos pocos monos en los bosques. Los cazadores ciertamente los habían visto.
Sin embargo, para Long y sus colegas de la Academia de Ciencias de China, los primates eran un misterio. Un científico de la academia había adquirido ocho pieles en 1962. Esa era toda la información que tenían.
Al poco tiempo después de escuchar la historia de su amigo, Long se trasladó a Yunnan y encontró tres esqueletos más en venta. Sin duda alguna, habían pertenecido a langures negros de nariz chata.
“Cada uno de los esqueletos se vendía por el equivalente a 50 kilos de arroz” dice Long. “Algunas personas creían que los huesos tenían propiedades curativas.”
“En ese momento me di cuenta de que los primates no tenían ninguna protección en la realidad.”
Long compró los esqueletos, renunció a su trabajo como entomólogo, y convenció al instituto de seguirle la pista al langur negro de nariz chata.
En Octubre de 1987, Long escuchó a un colega hablar de 12 esqueletos de primate que había adquirido en el norte de la provincia de Yunnan.
“Este mono era una especie oficialmente protegida, pero muchos en la comunidad científica pensaban que estaba extinto hasta la década de 1960s”, dice Long. “¡Nadie sabia como se veía en la realidad! No existía ninguna foto. ”
Los residentes de las montañas Laojun sabían que habían algunos pocos monos en los bosques. Los cazadores ciertamente los habían visto.
Sin embargo, para Long y sus colegas de la Academia de Ciencias de China, los primates eran un misterio. Un científico de la academia había adquirido ocho pieles en 1962. Esa era toda la información que tenían.
Al poco tiempo después de escuchar la historia de su amigo, Long se trasladó a Yunnan y encontró tres esqueletos más en venta. Sin duda alguna, habían pertenecido a langures negros de nariz chata.
“Cada uno de los esqueletos se vendía por el equivalente a 50 kilos de arroz” dice Long. “Algunas personas creían que los huesos tenían propiedades curativas.”
“En ese momento me di cuenta de que los primates no tenían ninguna protección en la realidad.”
Long compró los esqueletos, renunció a su trabajo como entomólogo, y convenció al instituto de seguirle la pista al langur negro de nariz chata.
Un científico diseña el plan de acción
Equipado únicamente con un
telescopio y un cuaderno –sin tienda de campaña ni equipos de campamento
- Long se internó en el denso bosque, saliendo únicamente para buscar
alimento de agricultores y ganaderos locales.
Le tomó cuatro semanas poder darle el primer vistazo a un ejemplar vivo.
“¡Estaba tan emocionado! Estaba completamente asombrado” dice Long. “Son criaturas tan nobles, hermosas y elegantes. Es imposible capturar con una fotografía lo que se siente al verlos en el bosque.”
Le tomó cuatro semanas poder darle el primer vistazo a un ejemplar vivo.
“¡Estaba tan emocionado! Estaba completamente asombrado” dice Long. “Son criaturas tan nobles, hermosas y elegantes. Es imposible capturar con una fotografía lo que se siente al verlos en el bosque.”
Long contó más de 100 individuos en ese grupo. Durante los siguientes
diez años continuó vagando por los bosques –a veces por meses – y finalmente produjo un mapa que muestra la distribución de los langures negros de nariz chata que existen.
De los 18 grupos que sobreviven en las montañas, la mayoría vive en la Reserva Natural Baima Snow Mountain en la provincia de Yunnan. Otros se encuentran en reservas cercanas o en pedazos de tierra que están aislados unos de otros y que no tienen ninguna protección.
Sin embargo, el mapa no motivó a nadie más a hacer algo por los primates.
“Cuando terminé mi estudio en 1996, intenté encontrar apoyo para la protección del langur negro de nariz chata, pero nadie estaba dispuesto a escucharme,” dice Long. “Era sólo yo. No había nada más que pudiera hacer.”
Finalmente, en 2001 Long encontró al socio que necesitaba. En ese entonces TNC lanzaba su proyecto de conservación en Yunnan y contrató a Long, quién para ese entonces era considerado uno de los biólogos de más renombre en China, para que liderara el proceso de evaluación de la biodiversidad de la región, sus amenazas y oportunidades.
Debido a que el langur negro de nariz chata sólo vive en grandes extensiones de bosques saludables, TNC utilizó los datos del mapa de Long para planificar la protección de la biodiversidad de la región. Esta investigación nos está ayudando a concentrar nuestros esfuerzos en los lugares y las estrategias correctas.
De los 18 grupos que sobreviven en las montañas, la mayoría vive en la Reserva Natural Baima Snow Mountain en la provincia de Yunnan. Otros se encuentran en reservas cercanas o en pedazos de tierra que están aislados unos de otros y que no tienen ninguna protección.
Sin embargo, el mapa no motivó a nadie más a hacer algo por los primates.
“Cuando terminé mi estudio en 1996, intenté encontrar apoyo para la protección del langur negro de nariz chata, pero nadie estaba dispuesto a escucharme,” dice Long. “Era sólo yo. No había nada más que pudiera hacer.”
Finalmente, en 2001 Long encontró al socio que necesitaba. En ese entonces TNC lanzaba su proyecto de conservación en Yunnan y contrató a Long, quién para ese entonces era considerado uno de los biólogos de más renombre en China, para que liderara el proceso de evaluación de la biodiversidad de la región, sus amenazas y oportunidades.
Debido a que el langur negro de nariz chata sólo vive en grandes extensiones de bosques saludables, TNC utilizó los datos del mapa de Long para planificar la protección de la biodiversidad de la región. Esta investigación nos está ayudando a concentrar nuestros esfuerzos en los lugares y las estrategias correctas.
Gracias a Long la población se triplica
Según
los estimados de Long aproximadamente unos 100 ejemplares son atrapados
o cazados –por su bella piel blanca y negra o como alimento- cada año.
El biólogo cree que la clave para salvar a los primates y su hogar es reeducar a la población y ayudar a los cazadores a cambiar su forma de sustento. Siguiendo su liderazgo, TNC y sus socios están llevando a cabo campañas de concientización en comunidades y escuelas.
“Estamos suministrando fondos y entrenamiento para ayudar a los cazadores, quienes en muchos casos son los miembros más pobres de las comunidades, a cambiar de ocupación,” dice Long.
Algunos de ellos han sido contratados para patrullar los bosques y proteger a los monitos. Los resultados han sido emocionantes: El grupo de 200 primates que Long descubrió en su primera expedición en 1987 ha crecido a más de 600 ejemplares, y la Reserva de Baima hoy en día alberga aproximadamente 1500 individuos.
Algunos cazadores han comenzado a trabajar la tierra. En uno de los proyectos piloto de TNC, un antiguo cazador está cultivando colmenillas (hongos comestibles), y ganando mucho más dinero de lo que ganaba antes.
“En este momento siento que hay esperanza para el langur negro de nariz chata,” dice Long. “Hace 8 años, nunca habría pensado que estos simios podrían ser el motivo de un esfuerzo de conservación tan grande.”
El biólogo cree que la clave para salvar a los primates y su hogar es reeducar a la población y ayudar a los cazadores a cambiar su forma de sustento. Siguiendo su liderazgo, TNC y sus socios están llevando a cabo campañas de concientización en comunidades y escuelas.
“Estamos suministrando fondos y entrenamiento para ayudar a los cazadores, quienes en muchos casos son los miembros más pobres de las comunidades, a cambiar de ocupación,” dice Long.
Algunos de ellos han sido contratados para patrullar los bosques y proteger a los monitos. Los resultados han sido emocionantes: El grupo de 200 primates que Long descubrió en su primera expedición en 1987 ha crecido a más de 600 ejemplares, y la Reserva de Baima hoy en día alberga aproximadamente 1500 individuos.
Algunos cazadores han comenzado a trabajar la tierra. En uno de los proyectos piloto de TNC, un antiguo cazador está cultivando colmenillas (hongos comestibles), y ganando mucho más dinero de lo que ganaba antes.
“En este momento siento que hay esperanza para el langur negro de nariz chata,” dice Long. “Hace 8 años, nunca habría pensado que estos simios podrían ser el motivo de un esfuerzo de conservación tan grande.”
Daniela Mibelli trabaja como especialista de marketing web para The Nature Conservancy.
Créditos fotográficos
(izquierda a derecha, de arriba a abajo): Familia de langures negros
de nariz chata © Dr. Baoping Ren; Bosques en la provincia de Yunnan ©
Long Yongcheng/TNC; langur negro de nariz chata © Long
Yongcheng/TNC; Águila real (Aquila chrysaetos) © CONANP.
The Nature Conservancy.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@yahoo.com
ayabaca@hotmail.comayabaca@gmail.com
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