Madrid, 31 dic (EFEverde).- En un apartado rincón del norte de Madrid,
el valle alto del Lozoya, un cámping ha decidido dar la espalda a los
combustibles fósiles y volver a calentarse con el recurso más local y
sostenible que ofrecen los montes de la Sierra: la madera.
El uso energético de la biomasa forestal, la que procede de
tratamientos silvícolas como podas o talas, se presenta como una
oportunidad para poner en valor los bosques españoles, que han sufrido
este año la peor temporada de incendios de la década.
Así lo ha
asegurado a EFEverde el dueño del cámping "Monte Holiday", Antonio
Gonzalo, quien decidió apostar por la biomasa, "una energía local que
genera economía local", tras hacerse cargo del negocio familiar.
La
factura energética del cámping, situado en un alto en las cercanías de
Gargantilla de Lozoya, se reducirá según su dueño en un 75 % gracias a
la sustitución del viejo sistema de calefacción con gasóleo y
electricidad.
A principios de año, Gonzalo invirtió 250.000 euros
-que espera amortizar en seis años- en la construcción de una red de
calefacción centralizada con una caldera de astillas de biomasa y unas
placas solares.
El agua caliente parte de la caldera y se
distribuye por los bungalows, la piscina y el edificio principal del
cámping a través de dos kilómetros de tubos situados a casi un metro de
profundidad.
Es un sistema conocido como red de calor o "district
heating" que, según el Observatorio Nacional de las Calderas de Biomasa,
ya suministra calor y agua caliente a unas 3.261 viviendas y a 47 redes
de edificios públicos en España.
Impulsadas por las constantes
subidas del precio de los hidrocarburos, la construcción de este tipo de
instalaciones no para de crecer: hace pocos días se presentó en
Móstoles (Madrid) un proyecto para construir una red de calor por
biomasa que abastecerá a 5.698 viviendas.
Para Gonzalo, gran
defensor de este tipo de energía -es miembro de la Asociación Española
de valorización energética de la biomasa (AVEBIOM)-, sus ventajas desde
el punto de vista del consumidor son el "ahorro y los costes
previsibles".
Según el informe de precios energéticos del IDAE,
del 14 de noviembre de 2011 al 26 de noviembre de 2012 el precio del
litro de gasóleo C -el usado en calefacción- pasó de 0,881 euros a 0,960
euros, una subida de casi el 9 %. En el mismo periodo, el precio de la
biomasa forestal (astilla de pino triturada o pellets de madera) se
mantuvo invariable.
Otro factor al que da importancia Gonzalo es
el carácter "local" de esta energía: "la riqueza se queda aquí, en los
montes, en vez de irse a Irán o Argelia", comenta.
Las astillas
proceden de una planta de transformación situada a catorce kilómetros
del cámping, en el pueblo de Lozoyuela, que a su vez obtiene la leña de
los extensos pinares de la zona.
Su gestor, el ingeniero forestal
Enrique Enciso, defiende el uso energético de la biomasa como medio para
generar empleo rural, combatir el cambio climático y poner en valor los
bosques de forma sostenible y ordenada.
"Se crean puestos de
trabajo en entornos rurales deprimidos, y además evitamos incendios
porque mantenemos limpios los montes", ha comentado a EFEverde.
La
planta, creada en 2009 a iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente y
la Asociación de Empresas Forestales (Asemfo), emplea a tres personas y
abastece de astillas a algunas instalaciones del norte de Madrid.
Pero
no funciona a pleno rendimiento porque la demanda de este tipo de
combustible, que para ser rentable tiene que ser consumido de forma
local, a menos de cien kilómetros de distancia de la planta, aún es
escasa en la zona.
Según Asemfo, España podría albergar 400 centros de este tipo, capaces de abastecer de energía a 640.000 familias.EFEverde
EFE
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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