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sábado, 23 de febrero de 2013

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo CXCIX.- El asalto a la Casa Hacienda de los Valladares Ontaneda origina mortífero tiroteo y encarnizada defensa de Don Elmer, como único sobreviviente

Hola amigos :  VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma y como informamos en el capítulo anterior; los bandoleros capitaneados por Aurelio "mata ricos" ya se encuentran cerca a los linderos de la hacienda de los Valladares Ontaneda en las ricas lomas cerca a Cariamanga y se enteran que Gamaniel, que actuó como guía cometió errores que permitieron detectar a los defensores de la hacienda y justamente ellos han montado un elaborado plan de defensa en precaución de ser atacados; los bandoleros mus astutos y duchos en el ataque y defensa, aplicarán toda  su experiencia en esta incursión que la consideran decisiva en su trajín de asaltantes.
 Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA" , esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI. Fuente de imagen: Archivos del blog .

Son las 12 de la noche (24 horas) del día viernes, siguiendo las instrucciones de Aurelio, los dos jinetes que hacen la veces  de cabeza de la incursión en el interior de la hacienda, avanzan sin oposición; cruzan caminos, potreros, invernas, abren y cierran puertas y nadie les sale al encuentro;  los únicos testigos  son la aves nocturnas como las lechuzas e insectos como  las luciérnagas cerca a las hoyadas, a cierta distancia los siguen el resto de los asaltantes; el silencio de la noche, sólo roto por el croar de las ranas,vaticina funestos acontecimientos que necesariamente se enfrentarán dos grupos rivales: los asaltantes y los defensores de la hacienda y ambos están motivados a pagar el precio de su objetivo con sus vidas mismas.
En la Casa Hacienda, los guardianes ya están llegando al cansancio, posesionados en incómodos reductos en espera de un ataque, pero nadie viene, solamente sopla el viento que con ráfagas violentas de corta duración, anticipan que más rápido que pronto que habrá una dura pelea, y como  siempre hay los rebeldes que no obedecen las ordenes; dos de los guardianes tenían sed y abandona su puesto de vigilancia y se mueven a otro sector en busca del líquido elemento, suben un altillo y bajan una pendiente hasta llegar a una pequeña pampa que al final tiene un pequeño arroyo de agua, llegan al bebedero de las vacas y como no tienen ningún utensilio (taza o jarro), se tiran al piso y con la boca en directo a la poza del agua empiezan a beber como mismos cuadrúpedos, al finalizar la bebida, escuchan un tropel de jinetes que se aproximan al mismo lugar donde ellos están y como ellos están desarmados y no pueden luchar se esconden cuesta abajo por le lecho del arroyo que discurre en paralelo.
No tuvieron tiempo de ubicarse mejor y en esos instantes pasan los jinetes hablando en voz baja, pero no pudieron ser escuchados por los guardianes, al pasar los desconocidos y cuando pretendían levantarse de su incómoda posición por estar con la ropa mojada casi medio cuerpo; y nuevamente se escucharon que venían más jinetes, por lo que siguieron escondidos y calcularon que por lo menos eran entre tres a cinco los que pasaron e iban directo a la Casa Hacienda.
No se equivocaron, por que los bandoleros eran seis y se acercan peligrosamente a la Casa Hacienda, cuando repentinamente cantó un gallo en una lejana casa anunciando el inicio de la madrugada y la tragedia que se avecina  incontenible por que así lo fijaron las fuerzas rectoras que en ese momento ordenaban el sendero de los sucesos por acontecer.
Mientras tanto en el escondite de los guardianes que rodean la Casa Hacienda, ya habían notado la ausencia de dos guardianes, se le comunicó a Julián y éste, informó al Señor Elmer; era misteriosa la desaparición y distrajo la celosa vigilancia que se había establecido y desordenó por completo las instrucciones impartidas por Julián, incluso no había silencio se hablaba casi gritando y en ese estado de confusión, los jinetes que se aproximaban lo escucharon todo; entonces, se bajaron de sus caballos, los amarraron en unos chopes   y comenzaron a caminar hasta llegar a un pequeño altillo(Otero) que les daba posición y vista privilegiada ; llegaron todos los asaltantes.
Aurelio, de inmediato impartió instrucciones de rodear la Casa Hacienda y cuando se disponían a dispersarse, escuchan a Julián quien ordenó a sus guardianes a rastrillar sus escopetas para disparar; algo inesperado con tan precioso dato que necesitaba Aurelio para disparar al jefe de los guardianes; claro que la noche no le permitía ubicar con exactitud;  pero se aventuró a disparar y lo hizo con el peligro de ser ubicado,a esa dirección; y en aquel instante Julián estaba de pié permitiendo que el disparo le llegue en directo al pecho, comprometiendo la vena principal que llega la corazón.
El infeliz cayó al suelo por el impacto del tiro y comenzó a desangrarse, como una reacción de solidaridad los demás guardianes dispararon a tientas y sin dirección; les dieron Oro en bandeja de Plata su ubicación a los asaltantes por el destello de la pólvora al momento de tiro, los asaltantes dispararon a matar y avanzaban; se armó un tremendo tiroteo de fuego cruzado; pero no contaban con la valerosa reacción de Don Elmer, quien si conocía las tácticas de los asaltantes, además manejaba a la perfección cualquier tipo de arma de fuego; como tenía dos escopetas y estaba en el patio de su casa, se tumbó al piso y esperó la entrada del primer asaltante para disparar a matar.
En el lado donde estaba Julián era penoso escuchar sus lamentos moribundos pidiendo auxilio y nadie se lo podía dar por que correría la misma suerte.
Mientras tanto, los dos guardianes que originaron toda esta desgracia, siguieron avanzando en su retorno y al escuchar los  disparos, se asustaron y al llegar donde estaban los caballos amarrados, solamente los soltaron y los azuzaron dándoles chicotazos(latigazos) para que se regresen por donde llegaron, algo es algo,ya que dejar sin su caballo a un bandolero es como cortarle un brazo; luego de esa "hazaña" avanzaron y sin querer se encontraron en medio del fuego, pero ellos si tenían puñales y chavetas; pues, las desenvainaron y se dispusieron atacar a los asaltantes, por que la lucha será con esas armas, ya que si bien las escopetas tan rudimentarias, si eran de dos cañones, se disparaban dos balas y de nuevo había que recargarlas lentamente colocando cada ingrediente de las municiones uno a uno, siendo muy peligroso por estar expuesto al fuego enemigo, por lo que muchas veces el atacante luego de disparar y si no dio en el blanco; el resto de la pelea se hacía cuerpo a cuerpo usando las "armas blancas".
La arremetida de los asaltantes ya produjo tres muertos en el bando de los guardianes: Julián, Gabriel y otro más, eran tres bajas tan lamentables que le quitaron subsistencia a la defensa.
Los asaltantes seguían avanzando y cerraban cada vez más el círculo de su ataque y después cesó el tiroteo, ese silencio fúnebre y sombrío vaticinaba muchos muertos más, pero eso no amilanaba a los asaltantes, quienes envalentonados por que no tenían bajas, siguieron avanzando hasta llegar a la Casa Hacienda y fue Cristóbal "cristo matón" quien avanzó parado para llegar a la puerta de la vivienda y recibió un certero balazo en la cabeza, disparado por Don Elmer que lo estaba esperando, el tiro fue directo al blanco; el herido cayó al piso junto con sus sesos desperdigados en todas direcciones.
Semejante baja, hizo retroceder en desbanda a los asaltantes, que chocaron con la retaguardia con el resto de los guardianes y se armó una lucha de todos contra todos; nuevamente Aurelio, un luchador de mucha experiencia arrinconó a dos guardianes y como estaba enceguecido por la furia que le produjo la muerte de su aliado Cristóbal, lo atacó si piedad, matando a un guardián atravesándole el estómago con su mortífero puñal, el otro guardián viendo caer a su compañero reaccionó y atacó con los ojos cerrados al rival, quien lo esquivó devolviendo el ataque clavándole el mismo puñal en los genitales doblegándolo por completo.
El infeliz herido cayó al piso, instante preciso usado por el atacante quien le atravesó los pulmones, matándolo por falta de respiración.
Aurelio, era muy ducho y diestro en la lucha y con los reflejos siempre avispados trató de infundir miedo al defensor que estaba cerca a la puerta y a viva voz, le dijo:
--- Ríndase, ya todos sus compañeros murieron......
Pero don Elmer, nunca tiraba la toalla tan fácil, respondió haciéndole un disparo con tan buena puntería que le dio en el sombrero de Aurelio y le atravesó el pabellón  de la oreja izquierda, destruyéndolo por completo, que lo dejó sordo y desangrándose, pero continuaba vivo para seguir en la lucha.... continuaremos.....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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