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sábado, 2 de noviembre de 2013

La Historia del Amor Cruel: Capítulo CXXVI.- Olzagon y Ofelia disfrutan intensamente su romance; sin embargo, el chofer que los trajo de regreso advierte a Olzagon que rompa ese idilio..

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; Olzagon y Ofelia iniciaron una dichosa relación amorosa dentro de la Cafetería "Las Delicias del Sabor" y al terminar las viandas que habían pedido, Olzagon sugirió a Ofelia salir del establecimiento culinario y regresar a casa; pero Ofelia no tenía tanto apuro y más bien invitó a Olzagon a ir al Parque de la Reserva para seguir disfrutando de sus caricias románticas.
Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI

En los años del 1970s, en la Gran Capital, era usual que las parejas de enamorados acudan por las noches al Parque de la Reserva, en aquellos años allí se encontraban como el lugar más apropiado para prodigarse en románticos momentos las caricias y abrazos de los enamorados, es que aún se practicaba el auténtico amor exento del enfermizo sexo; en muchos casos la etapa sexual empezaba desde el momento del compromiso matrimonial o después de las nupcias.
Igualmente, era usual  cuando una pareja de enamorados tenían un buen tiempo como tales; entonces el enamorado que solo buscaba el sexo y aprovechando que la enamorada estaba plenamente inclinada hacia él,  éste le exigía la "prueba del amor" que consistía en tener relaciones sexuales, tanta era la petición amorosa que ella terminaba por ceder y en aquellos casos el acto que tanto lo evitó la mujer, terminaba por hacerse una costumbre y llegaba a la rutina, que era justamente lo que deseaba el macho para deshacer su compromiso y apartarse de la hembra.
Asimismo, en los años 1970s, en la Gran Capital, se mantenía la virginidad como una virtud  y la practicaba la mayoría de la juventud femenina y muchos matrimonios recién iniciaban la vida conyugal practicando por primera vez la relación sexual; estas costumbres eran de gente decente y con amplia formación familiar de respeto; por su puesto que siempre habían y han existido los desquiciados sexuales que buscaban sexo salvaje y en muchos casos forzaban a la mujer contra su voluntad a tener sexo, esto era violación, pero la mujer no tenía donde quejarse y callaba o seguía manteniendo sexo con su violador, al no tener otra alternativa, por que si se descubría esa relación era señalada como una pecadora.
En tales circunstancias con esos reproches llenaban de vergüenza a la infeliz mujer, que nadie le creía que ella había sido obligada; claro que también en otros casos si existía la entrega total  de cuerpos como fruto del tórrido amor lleno de deseos y pasiones que una pareja lo disfrutaba sin ataduras ni temer  "al que dirán", esto también era virtuoso, por que existía el deseo mutuo de amar y ser amado con todos los ingredientes que la sabia naturaleza dotó al macho y a la hembra; era muy delicioso disfrutar de estas apasionadas relaciones libres de intereses mezquinos y acuerdos  forzados como el matrimonio obligado por compromiso.
Volviendo a la pareja que salía de la Cafetería, se fueron al Parque de la Reserva, estando allí se dieron cuenta que habían muchas otras parejas, lo que era muy bueno, por que todos se protegían; aunque no habían delincuentes sexuales enfermizos, pero nunca había que confiarse; la pareja se sentó sobre un gramado, se abrazaron y se besaron intensamente, era el inicio de un romance que no se sabía que sucedería el día de mañana; al fin de cuentas esa preocupación no contaba en aquel instante, solo se vivía el auténtico amor con el calor de los dos cuerpos jóvenes que solo deseaban ser felices.
Olzagon y Ofelia, se habían entregado con tanta pasión en sus abrazos disfrutando del maravilloso amor, que no se habían dado cuenta que le tiempo no se detiene y cuando reaccionaron ya eran las 10:00 p.m. (22 horas del día), se les pasó la mano, apurados salieron del Parque y lo primero que hicieron fue tomar un taxi, subieron sin preguntar el valor del pasaje y con el apuro indicaron al conductor llevarlos al lugar de su destino.
Era la primera vez que Olzagon, iba a conocer exteriormente la casa de Ofelia, el taxista apuró la marcha de su carro y luego de unos minutos llegaron a su destino, la morada estaba ubicada en una Urbanización de Clase Media Alta y la casa con acabados de lujo, constaba de dos plantas, dotada de jardines exteriores y una amplia cochera, que justamente después de un enrejado se observaba el auto estacionado  de Don Antonio.
Ofelia, dio un último y prolongado beso a Olzagon y le dijo:
--- Amor de mi vida, esta es mi casa, ahora solo la verás por afuera, pero algún día no muy lejano, será tu casa..eso te lo prometo... adiós amor ....
Ofelia, al abrir  la puerta del coche y  cuando iba a caminar, justamente se abrió una ventana del segundo piso de la casa y apareció la cabeza de Don Antonio, el padre estaba compungido pensando que por ser muy celoso había empujado a su hija a hacer un despropósito con su cuerpo; pero nada de esas preocupaciones sucedieron , por que ella disfrutó momentos románticos de auténtico amor; entonces,  ella levantó la mano saludando a su padre y el taxista partió a un nuevo destino el regreso a casa de Olzagon.
El chofer como un buen taxista era testigo de muchas carreras que otras parejas tomaron sus servicios y mirando por el espejo retrovisor a su pasajero, le dijo:
--- Mi estimado joven, debo felicitarlo por que ha conquistado el corazón de una "pituca" ( en aquellos tiempos de usaba ese adjetivo para señalar a la gente de tez blanca y adinerada) y con la experiencia que tengo como chofer por 28 años, creo que la señorita lo quiere a usted, pero seguro sus padres querrán matarlo a usted que no es de la misma clase social de ella.
Olzagon, un poco aturdido por lo que hablaba el chofer y todo tenía razón por ser verdad, le contestó:
--- Tiene usted razón en cuanto a la clase social, desgraciadamente marcada por esta sociedad discriminatoria y mezquina, pero ella, no tiene tanto dinero, por que trabaja en la misma Fábrica donde yo acabo de ingresar; su padre es el supervisor y si tiene un elevado sueldo y como usted lo dijo, él no me quiere como enamorado de su hija.
El chofer intervino de nuevo y dijo:
--- Amigo mío, usted es muy joven y tiene al mundo en sus manos, por lo que le sugiero que se aparte de la "pituca", por que si hay oposición; el padre en represalias puede hacerle algún daño con el fin que desaparezca del mapa..
Olzagon, que ya contaba con la experiencia vivida con Mónica y ella si pertenecía a la Alta Sociedad de la Gran Capital, le contestó:
--- Amigo chofer, yo ya viví una dulce y a la vez agria experiencia con una chica de la Alta Sociedad y ese episodio de mi vida marcó un antes y un después, con ella disfruté el amor prohibido más apasionado con entrega total de cuerpos sin condicionar exigencias, al final ella viajó a París y nunca más supe de ella, se llamaba Mónica.
El chofer asintió moviendo la cabeza , aceptando la respuesta del joven enamorado y le dijo:
--- Amigo, le vuelvo a recordar , no cometa el mismo error dos veces, sino lo quieren, apartese y el amor lo encontará en otra mujer menos complicada, mis presentimientos me  indican que usted será afectado si persiste ese romance con la señorita....... continuaremos......
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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