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sábado, 15 de febrero de 2014

La Historia del Amor Cruel: Capítulo CXXXIX.- Olzagon y Ofelia disfrutan a plenitud su primer encuentro amoroso en el Hotel "El Nido del Descanso"

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior, los amados Ofelia y Olzagon llegaron al Hotel "El nido del descanso" que se ubica a una puerta de la casa de Doña Petronila, quien ya comunicó a Don Antonio padre de Ofelia, pero él, tratando que esa "vieja bruja" se calle la boca, le explicó que su hija contaba con su autorización para salir con Olzagon que en efecto así lo fue; lo cierto es que  los jóvenes enamorados ya se registraron en el hotel y se disponen a ingresar a los que será su "nido de amor".

Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
El bendito y dichoso amor, tiene sus premios, si antes se ha luchado contra todas las fuerzas opositoras que bloqueaban la consumación del mismo;  pues ahora Olzagon y Ofelia siendo muy conscientes se preparan a disfrutar su venturoso romance en cuerpo y alma.
La recepcionista del hotel era una joven mujer divorciada y contaba con la debida experiencia para facilitar a la pareja de jóvenes amantes inicien la consumación corporal de su romance, cuyas voluntades y sentimientos están dirigidos a encontrar la felicidad total.
¡¡¡ Cuando la mujer quiere nadie la detiene !!!
La empleada les entregó la llave de una habitación matrimonial; entonces, Olzagon conduce con mucha suavidad  a su amada Ofelia; ella tiembla por la emoción que le embarga dar el paso de ser una mujer entregando su cuerpo a su amado Olzagon, y por esa razón se deja conducir dócilmente y llegan al número asignado de su habitación, Olzagon abre la puerta con mucha lentitud por que está acariciando y besando a su amada Ofelia, quien devuelve los halagos con mucha pasión.
Al estar abierta la puerta de la habitación, Olzagon toma por la cintura a Ofelia y la levanta en sus brazos y sigue besándola y la conduce hasta la cama (nupcial), la suelta suavemente sobre las sábanas, sigue acariciándola y la deja por unos instantes por que tiene que cerrar la puerta, al hacerlo coloca el seguro interior para impedir si alguien pretende ingresar sin ser invitado.
Ofelia, se siente feliz, todo su inocente cuerpo está lleno de deseos y pasiones, su iniciativa se va a cristalizar en realidad con goce y placer en unos instantes más adelante; para estar libre de prejuicios apaga todas las luces internas de la habitación.
Ambos, aún están con su ropa puesta, entonces, Olzagon regresa a la cama donde lo espera Ofelia, la abraza tiernamente, siente que  a ella le tiembla su cuerpo, trata de tranquilizarla besándola con toda intensidad y abraza su cuerpo apasionadamente; ella también lo abraza con toda ala fuerza de su dulce cuerpo, luego Olzagon baja los labios al cuello de su amada y sigue acariciándola, ella también siente el deseo de seguir siendo seducida.
Olzagon, en seguida con la mano derecha desabotona la blusa,  ella  no hace oposición y también empieza a desabotonar la camisa de su amado.
Olzagon, logra sacar el último botón y tiene expuestos los erectos pezones de dos senos vírgenes y que nunca han sido mancillados, le levanta ligeramente el brazo izquierdo para sacar la manga de la blusa, lo mismo lo repite con el otro brazo y sacó la blusa, solo queda el sostén que cubre a dos volcanes a punto de erupción; con su mano izquierda sin descuidar los besos y caricias va a la espalda y afloja los broches que sostiene la prenda íntima y suavemente la retira, quedando libres las dos glándulas mamarias expuestas a ser acariciadas y amamantadas,
Ofelia, ya le sacó la camisa a su amado y Olzagon afloja el cinturón que sostiene el pantalón y empieza a desabotonar la bragueta (en aquellos tiempos no se usaban los cierres con cremallera); él sigue besándola, ahora tiene libres los senos totalmente llenos con pezones erectos, suavemente apega sus labios a cada pezón y los amamanta, esa acción  produjo un sacudón a todo el cuerpo de Ofelia.
En seguida Olzagon, avanza con su mano derecha acariciando todo el dorso llegando al ombligo, sigue a la ingle y palpa un calor intenso, sigue avanzando y toca a la vagina, al introducir ligeramente los dedos, roza con el clítoris; nuevamente Ofelia siente que todo su cuerpo está listo para la cópula, pero no hay ningún apuro, por lo que Olzagon con el dedo índice sigue rozando sucesivamente el clítoris y comienza la segregación de líquidos vaginales, estos lubricantes son secretados para facilitar la penetración.
El macho sigue estimulando a la hembra; la testosterona de Olzagon, generaba los fluídos de la hormona a favor del placer y Felicidad de Ofelia; e intenta introducir el dedo índice un poco más adentro y es detenido por el himen intacto que produjo un escozor al cuerpo de Ofelia.
Ambos amados, están completamente desnudos, siguen las caricias y besos apasionados, hasta que Olzagon coloca su cuerpo encima de Ofelia, con su rodilla izquierda le abre las piernas y ella cede abriendo todo su cuerpo y el macho roza su pene con los labios de la vulva e intenta introducir ligeramente rozando el clítoris, la hembra abre más sus piernas lo que facilita a Olzagon iniciar la penetración y por cierto todo el conducto vaginal está lleno de líquidos lubricantes.
Entonces, el macho intensifica las caricias y besos introduciendo lentamente el pene y roza con la membrana del himen, hay una fuerza que lo detiene y para evitar el dolor retira por un momento el pene, el macho se toma su tiempo no hay ningún apuro y sigue besando a su amada, le amamanta sus erectos pezones, ella cede en todo esperando la consumación y de nuevo penetra a la ardiente vagina, poco a poco trata de romper el himen  y se produjo una colaboración de Ofelia quien agarró por la cintura impulsando el cuerpo de su amado hacia adentro y abriendo las piernas la penetró con todo el pene rompiendo el himen de una sola vez.
Ella dio un grito inconsciente del dolor que sintió que la hizo ver estrellas por doquier, pero igual siguió moviéndose para que el pene ingrese más y más hasta el mismo útero; en aquel instante ella nuevamente cogiendo por la cintura a su macho para que la penetre dio un gemido produciéndose su primer orgasmo, ella sentía un ardimiento a su vagina, pero a la vez un placer incontenible que sin darse cuenta con sus movimientos eróticos ayudó a la penetración total, la vagina hervía de placer.
Olzagon, estaba cumpliendo a cabalidad su acción de macho, por que rompió el himen de la virginidad y logró el primer orgasmo de su hembra; su pene estaba bañado de sangre, la sábana estaba manchada y siguieron los ritmos eróticos de penetración total; él, succionaba con sus labios el néctar del placer de los pezones, ella seguía entregando su cuerpo, se revolcaba a veces ella estaba encima moviendo sus caderas para facilitar la introducción del pene al interior de sus entrañas, hasta que nuevamente Ofelia sintió que se le venía su segundo orgasmo, volteó su cuerpo abriendo sus piernas y quería introducir todo el cuerpo de Olzagon en su vagina y siente su segundo orgasmo.
Pierde el control de su cuerpo y grita a todo pulmón el gemido del intenso placer de gozo total, momento que es aprovechado por Olzagon para eyacular el semen al interior del ardoroso útero; ambos amantes intensifican sus movimientos sexuales que el colchón especial para estos actos resistía con enteresa y poco a poco fueron calmando sus ritmos eróticos, quedando completamente agotados y descansan sin interrumpir el coito.
Ofelia, ya era una mujer completa, su desflore fue venturoso, los amados se quedaron dormidos por un buen rato, y fueron interrumpidos y despertados por los fuertes golpes a la puerta  que hacía el empleado del hotel, avisándoles que una señora llamada Petronila los estaba esperando en la recepción del hotel.
Ofelia, recién sintió temor y miedo por lo que había hecho, pero no estaba arrepentida, más bien estaba feliz de haber disfrutado un placer delicioso que la hizo dichosa, por su puesto sentía escozor y ardor a su vagina, pero ese dolor ya pasará en una próxima noche de entrega total a su amado Olzagon o tal vez nunca más se vuelva a repetir esta felicidad.
La pareja un poco avergonzada se pusieron su ropa, él abrazó fuertemente a ella dándole seguridad y así bajaron al primer piso, allí estaban Doña Petronila y sus tres hermanas con caras de un mal carácter..... y de no buenos amigos...... continuaremos.....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

2 comentarios:

Carlos Miguel Carrillo Espinoza dijo...

Saludos Gonzalo nos vemos en el siguiente episodio. Ofelia coincide com el nombre de un personaje de Shakespeare.

Gloria dijo...

Que deleite leer un post de fina calidad de lo que significa el amor, la entrega de Ofelia a su amado a cambio de nada... solo el amor puro... siendo mundos dispersos entre ellos floreciò el divino amor, la depurada narraciòn de los hechos sin llegar a la fàcil pornografìa,una redacciòn muy bien lograda que me fascinò... Gloria