Nuevas observaciones explican por qué las galaxias parecidas a la Vía Láctea
son tan comunes en el universo
17 de Septiembre de 2014
Durante décadas, los científicos han creído que
las fusiones de galaxias suelen dar lugar a la formación de galaxias elípticas.
Ahora, por primera vez, utilizando ALMA y un gran número de radiotelescopios,
los investigadores han hallado evidencias directas de que la fusión de galaxias
puede formar galaxias de disco, y que este resultado es, en realidad, bastante
común. Este sorprendente resultado podría explicar por qué hay tantas galaxias
espirales como la Vía Láctea en el universo.
Un grupo internacional de investigación, dirigido por Junko Ueda,
investigador postdoctoral en la Japan
Society for the Promotion of Science, (sociedad japonesa para la promoción
de la ciencia), ha hecho un sorprendente hallazgo al observar que la mayoría de
las colisiones de galaxias en el universo cercano — a una distancia de entre 40
y 600 millones de años luz de la Tierra — dan lugar a las denominadas galaxias
de disco. Las galaxias de disco — incluyendo las galaxias espirales como
la Vía Láctea y las galaxias lenticulares
— se definen por regiones en forma de rosca formadas por polvo y gas, y son
distintas de la categoría de galaxias
elípticas.
Durante algún tiempo, fue ampliamente aceptado que la fusión de galaxias de
disco acabaría formando una galaxia de forma elíptica. Mientras tienen lugar
estas violentas interacciones, las galaxias no sólo ganan masa a medida que se
funden o canibalizan la una a la otra, sino que también cambia su forma a través
del tiempo cósmico y, por lo tanto, cambian de tipo durante el proceso.
Simulaciones por ordenador, llevadas a cabo en la década de 1970, predijeron
que las fusiones entre dos galaxias de disco parecidas darían lugar a una
galaxia elíptica. Las simulaciones predicen que la mayoría de las galaxias
actuales son elípticas, lo cual contrasta con las observaciones, que confirman
que el 70% de las galaxias son, de hecho, galaxias de disco. Sin embargo, las
simulaciones más recientes sugieren que las colisiones también podrían formar
galaxias de disco.
Para identificar con observaciones la forma final de las galaxias después de
las fusiones, el grupo estudió la distribución de gas en 37 galaxias que se
encuentran en sus etapas finales de fusión. ALMA (Atacama Large Millimeter/sub-millimeter
Array) y varios
radiotelescopios [1] fueron utilizados para observar la emisión de monóxido de
carbono (CO), un indicador de gas molecular.
La investigación de este equipo supone el estudio más grande de gas molecular
en galaxias llevado a cabo hasta la fecha y proporciona una visión única de cómo
podría haberse formado la Vía Láctea. Su estudio reveló que casi la totalidad de
las fusiones muestran áreas de gas molecular en forma de rosco y, por tanto, son
galaxias de disco en formación. Tal y como explica Ueda, "por primera vez
hay evidencia observacional sobre el hecho de que la fusión de galaxias pueda
dar lugar a galaxias de disco. Este es un paso importante e inesperado hacia la
comprensión del misterio del nacimiento de las galaxias de disco".
Sin embargo, hay mucho por descubrir. Ueda añade: "tenemos que empezar a
centrarnos en la formación de estrellas en estos discos de gas. Además, tenemos
que mirar más lejos, hacia el universo más distante. Sabemos que la mayoría de
las galaxias del universo distante también tienen discos. Sin embargo, todavía
desconocemos si las fusiones de galaxias también son responsables de estas
galaxias de disco o si se forman por gas frío que cae gradualmente en la
galaxia. Tal vez hemos encontrado un mecanismo general que se aplica en toda la
historia del universo."
Notas
[1] Los datos fueron obtenidos por ALMA; CARMA (Combined Array for Research
in Millimeter-wave Astronomy): un conjunto de antenas que trabaja
en el rango milimétrico, compuesto por 23 antenas parabólicas e instalado en
California; el Submillimeter
Array, un conjunto que trabaja en el rango de las ondas submilimétricas que
consta de ocho antenas parabólicas y se encuentra en Mauna Kea (Hawai); el
interferómetro Plateau de Bure
Interferometer; el radiotelescopio de 45 metros del NAOJ Nobeyama Radio
Observatory; el telescopio de 12 metros del National Radio Astronomy Observatory de los
Estados Unidos; el telescopio de 14 metros del Five College Radio Astronomy
Observatory de los Estados Unidos; el telescopio de 30 metros IRAM; y, como complemento, el Swedish-ESO
Submillimeter Telescope.
Información adicional
El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una
instalación astronómica internacional, es una colaboración entre Europa, América
del Norte y Asia Oriental en cooperación con la República de Chile. ALMA está
financiado en Europa por el Observatorio Europeo Austral (ESO), en América del
Norte por la Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos (NSF) en
cooperación con Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRC) y el Consejo
Nacional de Ciencias (NSC) de Taiwán; y en Asia Oriental por los Institutos
Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la Academia
Sinica (AS) de Taiwán. La construcción y operaciones de ALMA en Europa están
lideradas por ESO; en América del Norte por el National Radio Astronomy
Observatory (NRAO), gestionado por Associated Universities, Inc.
(AUI); y en Asia Oriental por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón
(NOAJ). El Observatorio Conjunto ALMA (Joint ALMA Observatory, JAO)
proporciona al proyecto la unificación tanto del liderazgo como de la gestión de
la construcción, puesta a punto y operación de ALMA.
Los resultados de estas observaciones se han publicado en la revista
Astrophysical Journal Supplement (agosto de 2014) por Ueda et al. Con
el título "Cold Molecular Gas in Merger Remnants. I. Formation of Molecular Gas
Discs".
El equipo está formado por Junko Ueda (investigador postdoctoral del
JSPS/National Astronomical Observatory of Japan [NAOJ]), Daisuke Iono (NAOJ/The
Graduate University for Advanced Studies [SOKENDAI]), Min S. Yun (The University
of Massachusetts), Alison F. Crocker (The University of Toledo), Desika
Narayanan (Haverford College), Shinya Komugi (Kogakuin University/ NAOJ), Daniel
Espada (NAOJ/SOKENDAI/Joint ALMA Observatory), Bunyo Hatsukade (NAOJ), Hiroyuki
Kaneko (University of Tsukuba), Yoichi Tamura (The University of Tokyo), David
J. Wilner (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics), Ryohei Kawabe (NAOJ/
SOKENDAI/The University of Tokyo) y Hsi-An Pan (Hokkaido
University/SOKENDAI/NAOJ).
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y
el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de
quince países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y
Suiza. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción
y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a
los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también
desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en
investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación
únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el
Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y
dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo
Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio
de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope,
Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado
exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de
un revolucionario telescopio, ALMA, el proyecto astronómico más grande en
desarrollo. Actualmente ESO está planificando el European Extremely Large
Telescope, E-ELT, el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39
metros, que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo miembros
de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus siglas en inglés),
que incluye a expertos en divulgación y comunicadores científicos de todos los
países miembros de ESO y de otras naciones.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
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Junko Ueda
JSPS postdoctoral fellow/NAOJ
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NAOJ Chile Observatory EPO officer
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Esta
es una traducción de la nota de prensa de ESO eso1429.
ESO
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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