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domingo, 21 de septiembre de 2014

La Historia del Amor Cruel: CapÍtulo CLXVIII.- Olzagon y Laurita disfrutan el máximo placer sobre un pequeña mesa de la cocina...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel; entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; Olzagon tuvo un día maravilloso en todas sus actividades y se preparaba para el día siguiente; pero antes ese mismo día, llegó a su casa, siendo las 18:00 horas, tiempo aún muy temprano como para entrometerse y hacer el amor con su amante y dueña de la pensión: Laurita, y eso hizo justamente; acariciando todo su cuerpo y se dio cuenta que ella, solo llevaba una bata muy ceñida al cuerpo, y ella estando en la cocina correspondió a la insinuación sensual de su joven amante.



Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
 
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Olzagon, era un conquistador neto, había conocido muchas mujeres, y si una de ellas era seducida y caía a sus brazos, ésta continuaba hasta una  cama muy sensual; pero terminaba en una ruptura trágica con la muerte de ella, o un largo viaje sin retorno, debido a la oposición de la familia, a la relación con el joven provinciano y ese ha sido su trajín amoroso.
En cambio Laurita (Pensión "Soto"), todas las noches lo esperaba con la merienda caliente, que generalmente esto sucedía entre las 20 y 23:00 horas del día; ella estando muy cansada por el trajín diario de la cocina, sacaba fortaleza para servir a su joven amante, claro está que más tarde terminaban en cama amorosa.
En aquel día, recién eran las 18:20 horas, había tiempo suficiente como para hacer "El dulce amor con Laurita", se dijo asimismo Olzagon; quien era un joven fogoso  y lleno de energía.
Los amantes se besaban intensamente; él,  le acariciaba todo su cuerpo y por su puesto ella lo besaba amorosamente y sus manos también eran muy traviesas y comenzaron  desabotonando los botones de la bragueta ( en aquellos años 1,970s aún se usaban los botones), ella iba sacando botón a botón, no había apuro, todo fluía al son de la música celestial del dios Cupido.
En los segundos siguientes iba aumentando el calor erótico en cada participante: Olzagon levantó la bata  de Laurita de abajo hacia arriba, llegando a la altura de los senos, que aún se mantenían muy  deliciosos, cuyos pezones erectos pedían los labios del joven amante, que no se hizo esperar y comenzó succionando el néctar de aquellos excitados senos.
El joven amante siguió acariciando con sus labios tan deliciosos pezones. que siendo maduros, se exponían incitados ofreciéndose a quien los lamía con pasión, y ya estaba el cuerpo completamente desnudo de Laurita; ella empezó a desnudar al joven, jaló la camisa y todos los botones cedieron, le levantó los brazos y sacó la prenda, e igualmente aflojó la hebilla de la correa que sostenía el pantalón y lo haló hacia abajo, allí apareció el pene, que aún estaba detrás del calzoncillo.
Pues, nada impedía con su voluntad de hacer el amor con su joven amante, con sus delicadas manos las usó para desvestirlo y Olzagon estaba tan desnudo como ella; el joven seguía acariciándola, usando la mano izquierda la dirigió a la vulva, al introducir ligeramente parte de dos dedos en la vagina se dio cuenta que estaba tan húmeda, que pedía a gritos ser penetrada, y como estaba en la cocina, no había mucho tiempo como para desperdiciarlo.(todo sitio es bueno para hacer el amor).
Entonces, Olzagon, observó que la pequeña mesa que hacía las veces de comedor; pues: "ésta será la cama", se dijo y soltó la presa erótica(Laurita) y desocupó la mesa y luego  levantó en vilo el cuerpo de Laurita y suavemente la posó sobre la mesa, el abrió con mucha delicadeza las piernas y subió encima de ella, siguió besándola, también le mamaba los deliciosos pezones y lentamente fue penetrándola, todo estaba que hervía de placer.
Los líquidos lubricantes habían cubierto la vagina y el útero facilitando la penetración total; cuando se produjo la cópula, todo era dicha en la pareja, brotaba el placer en sus cuerpos que los convertía en un volcán a punto de erupcionar; no importaba la incomodidad de la mesa cuyo tablero era duro, los cuerpos se habían entregado por completo a la felicidad del amor; el ritmo de la cópula hacía temblar las patas de la mesa y la pareja continuaba sumida en la felicidad total.
Olzagon, se tomaba su tiempo para que su pareja disfrute a plenitud su unión carnal, seguramente los dioses: Cupido y Eros desde sus reinos celestiales celebraban la felicidad que vivía ésta pareja(dispareja por que ella: 45 años de edad y él con 20 años de edad), pero esto no era un impedimento para la entrega total de dos amantes que sabían vivir y disfrutaban lo que la naturaleza tan generosamente les dio.
Olzagon, seguía acariciando y besando dulcemente  y penetrando a su amada y ella abría más y más las piernas facilitando la entrega total; la pareja había formado un solo cuerpo y Laurita ya estaba sintiendo la fogosidad cuya impetuosidad iba en aumento provocando en ella el placer, que tantas veces lo deseó en su anterior matrimonio y nunca tuvo tanto por que ella solo fue un elemento pasivo en la unión carnal de aquella época.
En cambio, ahora ella es la protagonista en igualdad de condiciones que le hacen disfrutar unida a su joven pareja; en esos instantes su cuerpo tiembla de placer, sintiendo intensa corriente de deseos desenfrenados que su vagina pedía ser más penetrada y todo su cuerpo se estiró produciéndole una felicidad sin límites; había llegado a su primer orgasmo y su joven amante seguía penetrándola con toda intensidad; ella lo abrazó y besó con todas sus fuerzas en agradecimiento del venturoso placer que disfrutaba; ella veía todas las estrellas del firmamento dando vítores a su alrededor.
Olzagon, se sentía feliz haciendo disfrutar a su  madura pareja; era parte de sus vidas, por que era la única pareja que  no lo hacía sufrir; tantas conquistas que había tenido y ninguna fue tan especial como lo que era Laurita y por su puesto ella nunca lo abandonaría por que compartía su casa.
Entonces, la mesa del comedor chico de la cocina seguía resistiendo el impetuoso peso de una pareja que disfrutaba del placer total; en aquellos momentos Olzagon, sentía que estaba próximo a eyacular, pero lo controló esperando un segundo orgasmo de Laurita; besándola, mamando sus pezones con labios excitantes, apretaba su cintura y la penetraba más y más; además, ese día había logrado muchas  cosas que le avizoraban un halagüeño futuro; y   había que festejarlo haciéndole el amor a Laurita.
Tanto era el ritmo erótico de la pareja que Laurita, empezó a gemir y a gritar sin tapujos, lo hacía con dilirio y loco frenesí;  estaba incontrolable de tanto placer y en aquel momento sintió su segundo orgasmo, que coincidió con la eyaculación de Olzagon, pues erupcionó el volcán y la pequeña mesa  celebró rompiéndose una pata y la pareja cayó a un costado sin romper cópula y soltaron la risa festejando el venturoso momento vivido.... con la complicidad de la mesa...... continuaremos......
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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