Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma y como informamos en el capítulo anterior, Adelaida, ofreció un almuerzo en honor a su pedida de mano por parte de Sixto, ellos se convirtieron en novios con el beneplácito de los padres de Adelaida, quienes admiraba a su hija que haya madurado y se convertirá en una excelente esposa de un joven hacendado; al mismo tiempo Natalia "ojos verdes" hermana de Sixto, también tenía planes en conocer a un primo de Adelaida, que junto a su familia llegaron de Jurupe para competir en el juego de rodeos a toretes ariscos.
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA" , esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDICOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Adelaida y Sixto estaban juntos y abrazados eran novios, este romántico suceso fue posible gracias a la constancia del joven hacendado, que por fin veía cristalizados sus sueños de convertirse en un esposo y tener sus hijos en la mujer amada.
Luego de conversar sentados sobre el poyo compartiendo con Natalia "ojos verdes", don Froilán y su esposa, don Porfirio y su esposa; los novios deciden apartarse del grupo para ir al potrero, donde están los caballos y los toretes que participarán al día siguiente en los juegos; además, para compartir su romance solos, estaban totalmente tentados de abrazarse, besarse, acariciarse y no lo podían hacer delante de la familia y al pararse Sixto, dijo:
--- Con el permiso de ustedes, vamos con Adelaida a dar una vuelta al potrero y dar una mirada a los caballos y los toretes que trajimos desde la Hacienda, para que todo esté listo para el inicio de los juegos mañana.
Los allí presentes incluida Natalia, fueron sorprendidos por la decisión de la pareja de novios, en salir de la casa, pero rápidamente entendieron que era su legítimo derecho estar solos y compartir el amor que nacía en ellos para toda su vida.
Como nadie respondió ni dijo nada; dando por aprobado el alejamiento de la pareja, solo Natalia quiso decir algo, pero calló, y siguieron conversando; entonces Natalia después de un buen rato, decidió regresar a la casa donde se había hospedado, también se despidió de los presentes, y se encaminó a su posada, seguramente eran las 17:00 horas del día(5:00 de la tarde), en el trayecto se encontró sin saludarse con un apuesto joven que iba montado en un caballo completamente negro, como hubo una separación de unos 20 metros entre ellos, casi fue desapercibido para el jinete la presencia de la joven mujer que caminaba por allí.
Pero, ella si lo tomó en cuenta y le llegó un presentimiento que ese jinete era Horacio, pero: ¿Cómo saberlo? y no tuvo mejor idea que averiguar con alguien o algún vecino y preguntar: ¿Quién era ese jinete?
Se acercó a un vecino, quien estaba parado junto a la puerta de su casa y le preguntó; él le contestó que no vio pasar a nadie por allí, Natalia le agradeció la respuesta, pero empezó a preguntarse: ¿Qué me pasa a mi, creo que estoy viendo visiones?
Natalia, caminó unos pasos hacia adelante y encontró a una dama que incluso se saludó con el jinete; le preguntó ¿qué quien era ese jinete?), la dama riéndose le contestó que no se había encontrado con nadie y ella continuó su marcha dejándola parada a Natalia.
Entonces, Natalia reaccionó pensando que los tragos ingeridos después del almuerzo, le habían embriagado y ella no era consciente de lo que estaba observando, y por eso veía visiones que le estaban preocupando demasiado ver a Horacio y sus pensamientos desorientados le jugaban una mala pasada y le decían que veía algo, pero que no existía.
Natalia, dio por superado sus visión absurdas y siguió su camino hasta la casa nueva de Adelaida, y al llegar y como estaba confundida y con mucho calor, decidió darse un baño con agua fría, se desvistió la ropa y se puso una bata larga para ir al baño (en aquellos tiempos las mujeres no se desnudaban para bañarse, se mojaban con la ropa de baño y por debajo de la ropa se jabonaban el cuerpo).
El tocar con su mano el agua, el líquido elemento estaba fresco, casi tibia por que era época de verano, ya no habían lluvias.
Después de bañarse, se cambió de ropa, y justo en esos momentos llegaban Sixto y Adelaida a la casa, parece que los novios querían avanzar algo más entre ellos, pero la casa estaba ocupada; al entrar encontraron a Natalia, aún secándose el cabello de la cabeza por el baño que se dio.
Sixto y Adelaida se miraron sorprendidos, y se rieron a carcajadas, emocionados por la sorpresa y a la vez lo que habían pensando hacer, será para otra vez, al menos así lo entendió Natalia, quien dijo:
--- Como ustedes se fueron al potrero, yo decidí venir a la casa y bañarme por tanto calor que hace.
Casi al unísono Sixto y Adelaida, dijeron:
--- Bien hecho jajajajajajajaja ....
Luego, Sixto se apartó para ir hacer sus necesidades fisiológicas, quedándose Natalia y Adelaida, conversaron en voz baja y Natalia se disculpó por haber truncado el siguiente paso de los novios, a lo que de inmediato respondió Adelaida y le dijo:
--- Natalia, por favor no seas mal pensada, Sixto y yo veníamos a la casa para preparar la cena y no para hacer otras cosas jajajajja.
Luego, Natalia le hizo conocer a Adelaida sus mala percepción de sus sentidos, por que en el camino se cruzó con un jinete y creyendo que era Horacio; preguntó a los vecinos y nadie lo vio, pero ella estaba completamente segura que si vio un apuesto jinete.
Adelaida, soltó una carcajada y abrazando a su cuñada, le respondió:
--- Hay una vieja historia en este pueblo, cuentan los abuelos que las muchachas enamoradas, se les presentan los muchachos (que ellas quieren), vestidos de negro y montados en acémilas, generalmente mulas de pelaje negro, y según cuentas los mismos abuelos, que esos jinetes son los mismos diablitos que viene a La Tierra, a seducir jovencitas bellas como cierta persona,(que está frente a mi) para llevárselas en cuerpo y alma al más allá jajajajajaja...
Pero a Natalia, no le pareció muy graciosa la historia de las fantasmitas (diablitos jovencitos), por que ella misma fue una víctima de los juegos terrenales satánicos, pero se sonrió de mala gana y optó por callar, ya que le dio la evidencia a Adelaida que ella está muy enamorada de Horacio, a quien aún no conoce.
Adelaida, cambió el tema de conversación, preguntándole a Natalia que deseaba para cenar, pero Natalia no tenía hambre solo deseaba conocer a Horacio, y tendrá que esperar una noche más.....
Continuaremos.............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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--- Con el permiso de ustedes, vamos con Adelaida a dar una vuelta al potrero y dar una mirada a los caballos y los toretes que trajimos desde la Hacienda, para que todo esté listo para el inicio de los juegos mañana.
Los allí presentes incluida Natalia, fueron sorprendidos por la decisión de la pareja de novios, en salir de la casa, pero rápidamente entendieron que era su legítimo derecho estar solos y compartir el amor que nacía en ellos para toda su vida.
Como nadie respondió ni dijo nada; dando por aprobado el alejamiento de la pareja, solo Natalia quiso decir algo, pero calló, y siguieron conversando; entonces Natalia después de un buen rato, decidió regresar a la casa donde se había hospedado, también se despidió de los presentes, y se encaminó a su posada, seguramente eran las 17:00 horas del día(5:00 de la tarde), en el trayecto se encontró sin saludarse con un apuesto joven que iba montado en un caballo completamente negro, como hubo una separación de unos 20 metros entre ellos, casi fue desapercibido para el jinete la presencia de la joven mujer que caminaba por allí.
Pero, ella si lo tomó en cuenta y le llegó un presentimiento que ese jinete era Horacio, pero: ¿Cómo saberlo? y no tuvo mejor idea que averiguar con alguien o algún vecino y preguntar: ¿Quién era ese jinete?
Se acercó a un vecino, quien estaba parado junto a la puerta de su casa y le preguntó; él le contestó que no vio pasar a nadie por allí, Natalia le agradeció la respuesta, pero empezó a preguntarse: ¿Qué me pasa a mi, creo que estoy viendo visiones?
Natalia, caminó unos pasos hacia adelante y encontró a una dama que incluso se saludó con el jinete; le preguntó ¿qué quien era ese jinete?), la dama riéndose le contestó que no se había encontrado con nadie y ella continuó su marcha dejándola parada a Natalia.
Entonces, Natalia reaccionó pensando que los tragos ingeridos después del almuerzo, le habían embriagado y ella no era consciente de lo que estaba observando, y por eso veía visiones que le estaban preocupando demasiado ver a Horacio y sus pensamientos desorientados le jugaban una mala pasada y le decían que veía algo, pero que no existía.
Natalia, dio por superado sus visión absurdas y siguió su camino hasta la casa nueva de Adelaida, y al llegar y como estaba confundida y con mucho calor, decidió darse un baño con agua fría, se desvistió la ropa y se puso una bata larga para ir al baño (en aquellos tiempos las mujeres no se desnudaban para bañarse, se mojaban con la ropa de baño y por debajo de la ropa se jabonaban el cuerpo).
El tocar con su mano el agua, el líquido elemento estaba fresco, casi tibia por que era época de verano, ya no habían lluvias.
Después de bañarse, se cambió de ropa, y justo en esos momentos llegaban Sixto y Adelaida a la casa, parece que los novios querían avanzar algo más entre ellos, pero la casa estaba ocupada; al entrar encontraron a Natalia, aún secándose el cabello de la cabeza por el baño que se dio.
Sixto y Adelaida se miraron sorprendidos, y se rieron a carcajadas, emocionados por la sorpresa y a la vez lo que habían pensando hacer, será para otra vez, al menos así lo entendió Natalia, quien dijo:
--- Como ustedes se fueron al potrero, yo decidí venir a la casa y bañarme por tanto calor que hace.
Casi al unísono Sixto y Adelaida, dijeron:
--- Bien hecho jajajajajajajaja ....
Luego, Sixto se apartó para ir hacer sus necesidades fisiológicas, quedándose Natalia y Adelaida, conversaron en voz baja y Natalia se disculpó por haber truncado el siguiente paso de los novios, a lo que de inmediato respondió Adelaida y le dijo:
--- Natalia, por favor no seas mal pensada, Sixto y yo veníamos a la casa para preparar la cena y no para hacer otras cosas jajajajja.
Luego, Natalia le hizo conocer a Adelaida sus mala percepción de sus sentidos, por que en el camino se cruzó con un jinete y creyendo que era Horacio; preguntó a los vecinos y nadie lo vio, pero ella estaba completamente segura que si vio un apuesto jinete.
Adelaida, soltó una carcajada y abrazando a su cuñada, le respondió:
--- Hay una vieja historia en este pueblo, cuentan los abuelos que las muchachas enamoradas, se les presentan los muchachos (que ellas quieren), vestidos de negro y montados en acémilas, generalmente mulas de pelaje negro, y según cuentas los mismos abuelos, que esos jinetes son los mismos diablitos que viene a La Tierra, a seducir jovencitas bellas como cierta persona,(que está frente a mi) para llevárselas en cuerpo y alma al más allá jajajajajaja...
Pero a Natalia, no le pareció muy graciosa la historia de las fantasmitas (diablitos jovencitos), por que ella misma fue una víctima de los juegos terrenales satánicos, pero se sonrió de mala gana y optó por callar, ya que le dio la evidencia a Adelaida que ella está muy enamorada de Horacio, a quien aún no conoce.
Adelaida, cambió el tema de conversación, preguntándole a Natalia que deseaba para cenar, pero Natalia no tenía hambre solo deseaba conocer a Horacio, y tendrá que esperar una noche más.....
Continuaremos.............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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