¿Son las acciones tomadas recientemente por el equipo de Donald Trump sobre el tema del cambio climático y la energía los primeros disparos en una guerra contra el conocimiento?
¿O son sencillamente la clase de medidas que uno esperaría de un nuevo gobierno con una visión política diferente?
Examinemos lo que sabemos hasta ahora.
Después de la ceremonia de inauguración del presidente número 45 de Estados Unidos el 20 de enero, ciertas páginas de información del sitio en internet de la Casa Blanca relacionadas con el cambio climático fueron trasladadas a un archivo de la presidencia de Obama.
Las únicas referencias al aumento de las temperaturas en el nuevo sitio de la Casa Blanca con Trump en el poder son un compromiso a eliminar "las políticas dañinas e innecesarias como el Plan de Acción contra el Cambio Climático".
Esa era la estrategia del presidente Barack Obama para recortar las emisiones de carbono.
El breve documento de la Casa Blanca contiene ahora una indicación adicional sobre las prioridades verdes del nuevo gobierno.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) debería concentrarse ahora en su "misión fundamental de proteger nuestro aire y agua".
Mientras el gobierno busca cómo lograr estos objetivos, le ha pedido al personal de la EPA que congele todas las subvenciones y que no publique nueva información.
Esto significa que no habrá comunicados de prensa externos ni se permitirá actividad en las redes sociales. Aún no está clara cuando se levantarán estas restricciones que algunos científicos han calificado de "censura".
Cierre de páginas
Algunos medios señalan que las medidas no se limitarán solo a esto: se espera que se cierren también las páginas de la EPA con información sobre el clima.
"Intuyo que anularán las páginas web, pero los vínculos y la información seguirán disponibles", le dijo a la agencia de noticias Reuters Myron Ebell, asesor del equipo de transición de Trump, quien es un escéptico del cambio climático.
"Si el sitio se cierra, nuestro trabajo de años sobre el cambio climático desparecerá", dijo un empleado anónimo de la EPA a la prensa.
El equipo de Trump también ya ha emprendido los pasos necesarios para impulsar dos controvertidos oleoductos.
¿Pero son todas estas medidas evidencia de una intención malévola, destinada a aplastar todo lo referente al cambio climático?
Definitivamente, según Alden Meyer, activista veterano del cambio climático de la Unión de Científicos Preocupados.
Ctrl+alt+suprimir
"El presidente Trump y su equipo están impulsando lo que yo llamo una estrategia de 'control-alt-suprimir': controlar a los científicos en las agencias federales, alterar las políticas basadas en la ciencia para que se ajusten a su estrecha agenda ideológica y suprimir información científica de los sitios online del gobierno", le dijo Meyer a la BBC.
"Esta es una estrategia generalizada que estamos viendo en múltiples agencias federales en una variedad de temas, aunque la negación del cambio climático es claramente es la punta de lanza".
Sin embargo, esto no es lo que asegura el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
"No creo que sea una sorpresa que cuando hay un cambio de administración, hay una revisión de las políticas", dijo Spicer.
Sin embargo, la desaparición de tuits de información básica sobre el cambio climático de la cuenta del Parque Nacional Badlands ha generado una gran preocupación porque al parecer Trump no está solo tratando de revertir normativas, sino que también está intentando tomar partido en contra de lo que considera propaganda en defensa de la existencia del cambio climático.
Oportunidad
En 2009, Obama promulgó normas que estipulaban que las agencias federales debían tener políticas de integridad científica para garantizar los derechos de libertad de expresión de los empleados, después que el gobierno de Bush hiciera callar a algunos de los investigadores y alterara informes.
Si bien puede que las medidas tomadas por el equipo de Trump terminen siendo menos restrictivas de lo que se teme, en Reino Unido, hay gran preocupación.
Científicos ven la pronta visita a Washington de la primera ministra británica, Theresa May, como una oportunidad para presionar a Trump para que frene sus movimientos.
"Estamos empezando a ver que nuestros temores se están convirtiendo en realidad menos de una semana desde de que Trump asumiera el poder", señaló Bob Ward, del Instituto de Investigación sobre Cambio Climático y Medioambiente Graham.
"Espero que durante su encuentro el viernes la Primera Ministra desafíe al presidente Trump sobre esta clase de censura e interferencia política en el proceso de adquirir y compartir conocimientos sobre el cambio climático".
Investigadores en EE.UU. también están intentando oponerse a Trump.
Han propuesto hacer una marcha de científicos en Washington y han creado páginas de Facebook y cuentas de Twitter basadas en la idea de que "un gobierno estadounidense que ignora la ciencia en pos de agendas ideológicas pone al mundo en peligro".
Mientras tanto, otro parque nacional -el Golden Gate- comenzó a tuitear información sobre cambio climático.
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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