Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., hoy día 05 de junio, que celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, damos esta noticia publicada por la agencia de noticias BBC Mundo Noticias, sobre un gran proyecto de largos años que consiste poblar de árboles a los alrededores o playas de lo que un día fue el llamado: Mar de Aral, que por efectos de la intervención del hombre desapareció.
El descomunal proyecto como lo califica la agencia BBC Mundo Noticias, consiste en sembrar millones de árboles de saxaul (haloxylon); la BBC Mundo Noticias.- dice : " Hay dos tractores abriendo surcos en lo que fue parte del lecho del Mar de Aral: En la parte posterior de cada tractor, un joven toma un puñado de semillas y las coloca en la pequeña trinchera.
"Llueva o haga sol, tenemos dos semanas para una hectárea", dice uno de los hombres. "Ha llovido y hecho frío últimamente, pero no nos iremos hasta que alcancemos nuestra meta".
Están sembrando semillas de saxaul, un arbusto nativo de los desiertos de Asia central que es ahora la primera línea de defensa contra el cambio climático en Uzbekistán.
"Un sauxal completamente maduro puede restaurar hasta 10 toneladas de suelo alrededor de sus raíces", explica Orazbay Allanazarov, un especialista en forestación.
Los árboles evitan que el viento levante la arena contaminada del lecho marino y que la esparza en la atmósfera. El plan es cubrir todo el antiguo lecho marino con un bosque....."
Hay un pueblo fantasma, que antes de la desaparición del Mar de Aral era un puerto pesquero: Moynaq, y a sus alrededores se observan esqueletos de barcos pesqueros que muchos años antes eran los pescaban y mantenían al pueblo con una pesca floreciente.
Wikipedia.- dice : "Tras los trasvases de agua realizados por la Unión Soviética en los años 1960, de los ríos Amu Daria y Sir Daria que en él confluyen, el lago se redujo de manera drástica aunque oscilante. Se pretendía desviar agua para regar cultivos, principalmente de algodón, en Uzbekistán y Kazajistán. Tras la caída de la URSS, la falta de entendimiento debida al enfrentamiento entre los países que antes formaban parte de la desaparecida Unión Soviética, ha impedido que se detuviese esta reducción constante; pues Kazajistán y Uzbekistán, que se reparten lo que queda del mar de Aral, están enfrentadas con Kirguizistán y Tayikistán, repúblicas por donde fluyen los ríos que alimentaban el otrora gran mar interior.." https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_de_Aral
Hay un pueblo fantasma, que antes de la desaparición del Mar de Aral era un puerto pesquero: Moynaq, y a sus alrededores se observan esqueletos de barcos pesqueros que muchos años antes eran los pescaban y mantenían al pueblo con una pesca floreciente.
Wikipedia.- dice : "Tras los trasvases de agua realizados por la Unión Soviética en los años 1960, de los ríos Amu Daria y Sir Daria que en él confluyen, el lago se redujo de manera drástica aunque oscilante. Se pretendía desviar agua para regar cultivos, principalmente de algodón, en Uzbekistán y Kazajistán. Tras la caída de la URSS, la falta de entendimiento debida al enfrentamiento entre los países que antes formaban parte de la desaparecida Unión Soviética, ha impedido que se detuviese esta reducción constante; pues Kazajistán y Uzbekistán, que se reparten lo que queda del mar de Aral, están enfrentadas con Kirguizistán y Tayikistán, repúblicas por donde fluyen los ríos que alimentaban el otrora gran mar interior.." https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_de_Aral
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_de_Aral
http://www.bbc.com/mundo/noticias-44332773
El pueblo de Moynaq fue en una época el principal puerto pesquero de Uzbekistán sobre el mar de Aral.
La desaparición del mar de Aral en Asia central es un desastre ecológico. Tóxicos químicos en el que una vez fue suelo marino causan graves problemas de salud.
Pero, ¿podrá el ambicioso proyecto de plantar millones de árboles salvar al pueblo de los karakalpak en Uzbekistán?
Almas Tolvashev, un viejo pescador de 78 años, arrastra los pies por las arenas hacia el casco oxidado de un barco pesquero.
"Plantamos millones de árboles en el mar de Aral para evitar que los tóxicos se propaguen"
El faro que se yergue entre la derruida flotilla de unas 10 embarcaciones es un crudo recuerdo de que Moynaq fue en una época un próspero puerto de pescadores sobre el mar de Aral.
"La historia de los karakalpak empieza con el mar", dice el otrora pescador. "Lo primero que un padre le enseñaba a sus hijos era cómo pescar".
Moynaq yace en el corazón de Karakalpakstán, una república semiautónoma dentro de Uzbekistán. En su apogeo, proveía el 98% del pescado del país
Almas Tolvashev, otrora pescador, de 78 años, acompañado de su nieta.
"Yo fui el primer capitán musulmán en Moynaq y mi barco era el Volga. Generalmente, los capitanes era rusos étnicos", afirma Almas con orgullo.
"Aquí había 250 embarcaciones. Yo solía atrapar entre 600 y 700 kilos de pescado todos los días. Ahora, ya no hay mar".
El mar de Aral empezó a reducirse en los años 60, cuando los soviéticos desviaron el agua de dos de los principales ríos que desembocaban en el Aral para irrigar nuevos y extensos cultivos de algodón.
Con el auge de la producción de algodón, el Kremlin se negó a reconocer el problema. La población local se vio obligada a colocar varas con marcas para demostrar que la costa estaba desapareciendo.
La antigua costa de Moynaq es ahora un cementerio de barcos oxidados.
A medida que descendía el volumen de agua se incrementaba la concentración de sal, envenenando todo lo que se encontraba en el mar.
"La abundancia de peces disminuyó y, al final, lo único que sacábamos era pescado muerto. Ahora los jóvenes tiene que irse a otros países para buscar trabajo".
El mar de Aral se ha reducido al 10% de su tamaño original, un área marina casi del tamaño de Panamá se ha perdido. Pero no es solo un estilo de vida el que se vió afectado.
El capitán alza los brazos sobre su cabeza: "Ya no es como antes. El tiempo es malo, siempre hay polvo en el aire".
Vidas en peligro
Cuando el doctor Yuldashbay Dosimov vino a trabajar por primera vez en el hospital de Moynaq en los años 80, la costa ya se encontraba a 12 km de distancia.
Recuerda cuáles eran las enfermedades específicas de la región: "Problemas respiratorios, tuberculosis y problemas renales eran generalizados. Hasta hace poco, muchos niños morían de diarrea".
Las entonces autoridades soviéticas, que expandieron la industria de algodón de Uzbekistán y Kazajstán, no previeron que los herbicidas y pesticidas de los nuevos cultivos se verterían en los ríos aledaños y terminarían en el mar de Aral.
El mar de Aral se ha reducido al 10% de su tamaño original.
A medida que el mar se secó, los químicos tóxicos de la industria del algodón quedaron expuestos sobre el lecho marítimo.
Estos fueron propagados a la atmósfera por tormentas de arena y acabaron siendo inhalados por los habitantes de una vasta región.
La población local experimentó problemas de salud que van desde retrasos en el crecimiento, fertilidad reducida y problemas cardiopulmonares hasta tasas más altas de cáncer. Un estudio concluyó que la incidencia de cáncer se dobló entre 1981 y 1991.
Otra investigación encontró que para finales de los años 90, la mortandad infantil era de entre 60 y 110 por cada 1.000 nacimientos, una cifra mucho más alta que en el resto de Uzbekistán (48 por 1.000) y Rusia (24 por 1.000).
Herbicidas y pesticidas de los cultivos de algodón de Uzbekistán quedaron expuestos.
Durante décadas, estas enfermedades fueron un secreto a voces. Las autoridades reconocieron la desaparición del mar de Aral con la caída de la Unión Soviética.
Cuando identificaron el problema, empezaron a trabajar en una solución, un proyecto que el doctor Dosimov espera que mejore radicalmente el bienestar de los karakalpak.
"Tienen que disminuir el impacto del mar seco sobre la salud del pueblo. Para eso están sembrando árboles saxaul (haloxylon)".
Bosque en el lecho del mar
A varios kilómetros de Moynaq, dos tractores se mueven a la par en el horizonte. Están abriendo surcos en el salitre de un lecho marino que hace 40 años hubiera estado a 25 metros bajo el agua.
El gobierno espera que millones de sauxales puedan frenar la difusión de químicos tóxicos en la atmósfera.
En la parte posterior de cada tractor, un joven toma un puñado de semillas y las coloca en la pequeña trinchera.
"Llueva o haga sol, tenemos dos semanas para una hectárea", dice uno de los hombres. "Ha llovido y hecho frío últimamente, pero no nos iremos hasta que alcancemos nuestra meta".
Están sembrando semillas de saxaul, un arbusto nativo de los desiertos de Asia central que es ahora la primera línea de defensa contra el cambio climático en Uzbekistán.
"Un sauxal completamente maduro puede restaurar hasta 10 toneladas de suelo alrededor de sus raíces", explica Orazbay Allanazarov, un especialista en forestación.
Los árboles evitan que el viento levante la arena contaminada del lecho marino y que la esparza en la atmósfera. El plan es cubrir todo el antiguo lecho marino con un bosque.
Orazbay Allanazarov cree que el humilde saxaul podrá ayudar al pueblo de karakalpak.
"Casi uno de cada dos árboles aquí ha sobrevivido. Eso es bueno". No esconde su entusiasmo a medida que acaricia uno de los arbustos grisáceos que se alza a menos de un metro de altura. Es un proyecto a largo plazo, este surco de sauxales se sembró hace cinco años.
"Optamos por los sauxales porque pueden sobrevivir en suelos secos y salados", dice.
Proyecto a largo plazo
Los árboles están sembrados en surcos, con 10 metros de separación, para que cuando maduren y suelten sus semillas por sí solos, los espacios entre los surcos también se pueblen.
Hasta ahora, alrededor de medio millón de hectáreas del desierto fueron plantadas de sauxales. Pero todavía quedan más de tres millones de hectáreas por cubrir.
La siembra de sauxales en el lecho del mar de Aral es un proceso largo y lento.
Al ritmo actual, tomaría 150 años plantar esa extensión de bosque.
"Somos lentos", reconoce Allanazarov. "Necesitamos agilizar el proceso. Pero, para eso, necesitamos más dinero, más inversión extranjera".
Como el curtido capitán Almas Tolvashev, Orazbay Allanazarov sabe que el mar de Aral tal vez nunca regresará.
Pero ahora hay un poco de esperanza en que la calidad de vida de los karakalpak pueda mejorar, décadas después de que una decisión política eligiera el algodón sobre el pescado.
Este artículo es parte de la serieTaking the Temperature(Tomando la Temperatura), que se centra en la batalla contra el cambio climático y en los pueblos e ideas que están marcando una diferencia en ese ámbito.
Fotos de Paul Ivan Harris. Editado por Derrick Evans.
Esta serie de la BBC fue producida con fondos dela Skoll Foundation.
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Las desoladoras imágenes de un mar que se esfumó
"No había peces en la Unión Soviética como los peces de Aral", dice Marjan Baybolkizi, haciendo memoria.
Pero en tan solo 40 años el desvío de ríos por parte de las autoridades soviéticas secó el que era considerado el cuarto lago más grande del mundo.
"Había un hermoso mar; con olas que llegaban a la playa", recuerda la anciana.
Ese lago en Kazajistán era tan grande e imponente que lo llamaban mar de Aral.
Conozca su historia en este video de BBC Mundo.
BBC Mundo Noticias
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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