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martes, 19 de junio de 2018

RUSIA : 129 IMÁGENES DE LA GRANDEZA Y BELLEZA DE RUSIA, CAPTADAS POR NATIONAL GEOGRAPHIC ....................Rusia: viaje al frío más extremo

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., gracias a la Revista National Geographic, hemos elaborado un amplio reportaje de lo que es: RUSIA, el país que está organizando y en pleno desarrollo el Campeonato Mundial de Fútbol;  denominado por la FIFA : Copa Mundial  de la FIFA Rusia 2018, para satisfacer la curiosidad  de nuestros lectores era necesario investigar y  buscar información del país del vodka, que en efecto se ha tomado más de 150 imágenes de diferentes actividades, vistas turísticas, y también las flaquezas como una ilustrada información de la Ciudad de Norilsk, donde funciona el complejo minero metalúrgico más grande del mundo en una ciudad que tiene los extremos del frío que llega fácilmente a menos -50°C.
 
WIKIPEDIA : Dice : "Norilsk (en ruso: Нори́льск) es una ciudad del krai de Krasnoyarsk en Rusia. Fue fundada en 1920 y obtuvo el estatus de ciudad en 1953. Tiene una población de aproximadamente 230 000 (2008 est.). Es el núcleo urbano más grande del norte de Siberia y se encuentra al norte del círculo polar ártico. Norilsk es la ciudad con más de 100 000 habitantes más septentrional del mundo, y junto con Yakutsk, son las únicas ciudades en zona de continuo permafrost. Norilsk es una ciudad cerrada desde noviembre de 2001, excepto para rusos y bielorrusos.
 
National Geographic: Dice .." La razón de ser de Norilsk es el complejo minerometalúrgico Norilsk Nickel, que, junto con sus filiales, da trabajo a más de la mitad de la población. Los codiciados metales se extraen de la roca y se procesan en tres centros: las instalaciones de níquel, las de cobre y el complejo metalúrgico Nadezhda. Este gigantesco complejo no tiene parangón en todo el mundo, ni por sus dimensiones ni por las condiciones climá­­ticas en las que se trabaja. De las fundiciones para la separación de los metales del permafrost salen casi una quinta parte del níquel y dos terceras partes del cobre que se producen en Rusia, y más del 40 % de la producción mundial de paladio..."
 
http://www.nationalgeographic.com.es/destinos/rusia/fotos/1/1

http://www.nationalgeographic.com.es/destinos/Rusia

http://www.nationalgeographic.com.es/destinos/rusia/fotos

http://www.nationalgeographic.com.es/viajes/grandes-reportajes/volga_6307

http://www.nationalgeographic.com.es/viajes/grandes-reportajes/transiberiano-moscu-pacifico-tren_12415/1

http://www.nationalgeographic.com.es/mundo-ng/grandes-reportajes/rusia-viaje-frio-mas-extremo_11141/1

https://es.wikipedia.org/wiki/Norilsk

Desde que se disolvió la Unión Soviética en 1991 es oficialmente la Federación Rusa. En todos los atlas aparece como el país más extenso del mundo. Su superficie representa la novena parte firme de la Tierra. Su corazón se encuentra en Moscú, en el Kremlin; pero mira a Europa desde San Petersburgo. Su naturaleza es sublime con lugares como el lago Baikal, que contiene el 20 por ciento del agua dulce de todo el planeta, o los paisajes extremos de Siberia. Aquí encontrarás una selección de las mejores fotografías de Rusia. Si quieres conocerla más a fondo no te pierdas nuestros reportajes y noticias.

La Plaza Roja, símbolo de Moscú
Pocos espacios consiguen resumir tan bien la esencia de un lugar como la Plaza Roja, el kilómetro cero de Moscú. Su nombre no hace referencia al color de los ladrillos que la rodean, ni tampoco al color del comunismo, sino que, en ruso antiguo, Красная2 (Krásnaya) significaba “bonita”. Desde 1990 la Plaza Roja fue incluida, junto al Kremlin, en la lista de Patrimonio de la Humanidad. En ella se encuentra la Catedral de San Basilio.
Foto: AgeFotostock

Almacenes GUM
Son las siglas en ruso de "Principales Tiendas Universales". Son unos antiguos grandes almacenes soviéticos que hoy exhiben los productos de las marcas de lujo más importantes del mundo. Curiosamente se encuentra frente al Mausoleo de Lenin, en la Plaza Roja, y es que Moscú parece vivir sin importarle caer en paradojas históricas de este tipo.
Foto: AgeFotostock

Kremlin, residencia oficial del presidente ruso
Uno de los principales símbolos de poder del mundo. Ni se te ocurra visitarlo sin comprar la entrada antes. Y tampoco vayas los jueves porque está cerrado. Su visita puede dilatarse tranquilamente toda una mañana, pues el conjunto monumental consta de 2,25 kilómetros de muralla almenada con 19 grandes torres, cuatro palacios y cuatro catedrales, los edificios administrativos y museos además del Cañón y la Campana del Zar (la más grande del mundo).
Foto: AgeFotostock

Metro de Moscú, un verdadero palacio
Inaugurado en 1935, es el que más pasajeros transporta del mundo. Las estaciones del metro de Moscú no son como las de otros metros del mundo, sino que se construyeron para orgullo del pueblo. De hecho, se le conoce como "el Palacio del Pueblo". Algunas de las estaciones son de gran belleza arquitectónica. Viajar en él supone toda una experiencia además de una plena inmersión en la vida cotidiana de los moscovitas. Más que recomendable, totalmente imprescindible.
Foto: AgeFotostock

La Catedral de Cristo el Salvador
Cerca del Kremlin y junto al río Moscova se levanta esta bella iglesia ortodoxa rusa, la más alta del mundo. La iglesia es un pequeño resumen de la historia rusa de finales del siglo XIX y siglo XX: construida en 1883, destruida en 1931 con explosivos para construir el Palacio de los Sóviets, reconstruida en la década de 1990. Desde el cercano puente peatonal hay unas vistas espléndidas del Kremlin.
Foto: AgeFotostock

El distrito financiero de Moscú
El nuevo skyline de Moscú es un abarrotado conjunto de rascacielos vanguardistas. El Centro Internacional de Negocios de Moscú comenzó a desarrollarse en 1992 y se ha convertido en uno de los lugares destacados para los amantes de la arquitectura. Tres de los rascacielos más altos del continente europeo se encuentran en este espacial Manhattan moscovita. Hay buenas vistas del conjunto desde la conocida Colina del Gorrión. Cerca de la misma, se ubica el Convento Novodévichi y su especial cementerio.
Foto: AgeFotostock

Los parques de Moscú
El corto verano de Moscú muestra la cara más jovial de la ciudad, principalmente en los muchos parques que se reparten por su extensa geografía: Tsaritsino, Gorki, Kolomenskaya, Vorobyovy Gory, el Jardín Botánico, Kuzminski o el Sokolniki Park. Es un buen plan visitar el Parque Izmailovo, desde cuyo estanque, se contempla un Kremlin de cartón piedra: es el mercado Izmailovo, el lugar más divertido para comprar una matrioshka o cualquier otro recuerdo de tu viaje a Moscú.
Foto: AgeFotostock

Estadio Luzhniki, Moscú (81.300 espectadores)
Es el estadio con más capacidad de Rusia. Como sede principal, en él se jugará la gran final, además de  4 partidos en la fase de grupos, uno de octavos de final y semifinal. Moscú es la única sede con dos estadios en el Mundial de Rusia. Éste se conocía durante la época soviética como estadio Central Lenin. Se encuentra a unos 5 kilómetros del Kremlin. Precisamente, el Kremlin y la Plaza Roja, con el mausoleo a Lenin, son dos de los iconos artísticos de la capital de Rusia.
Foto: AgeFotostock

Estadio Fisht, Krasnodar (48.000 espectadores)
La selección de fútbol española jugará su primer partido aquí. Y lo hará contra Portugal en uno de los estadios del Mundial de Rusia de arquitectura más espectacular. Eso sí, le costará unos cuantos kilómetros en desplazamientos: Sochi, entre las montañas nevadas del Cáucaso y el mar Negro, es la sede que está más al sur de todas. Por el contrario, el entorno que les aguarda es espectacular, con vegetación subtropical abundante, lagunas con aguas sanitarias y playas de arena para pasear.
Foto: AgeFotostock

Estadio de San Petersburgo (o Estadio Krestovski)
En el momento de su inauguración, era el estadio de construcción más costosa del mundo. En él se jugarán cuatro partidos de fase de grupos, octavos de final, semifinal y tercer puesto. Con una infraestructura de atención al turista especial, el seguidor que acuda a la más imperial de las ciudades rusas lo tendrá todo para una estancia cómoda. San Petersburgo es la ventana de Rusia a Europa. Y eso se nota, en su diseño, restaurantes, tiendas y cultura. Imprescindible: entre regate y regate, el Museo del Hermitage.
Foto: AgeFotostock

Rostov Arena, Rostov del Don (43 700 espectadores)
Como indica su propio nombre, por la ciudad pasa el río Don. Su estadio, construido para albergar el Mundial de Rusia, homenajea al río en la forma de su cubierta, que imita los meandros del Don. De aquí era el premio Nobel de literatura Mijaíl Aleksándrovich Shólojov, quien, destacó especialmente con “El Don apacible”, una novela épica en cuatro tomos que se centra en los Cosacos del Don durante la Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa y la Guerra Civil Rusa. Sus cuatro tomos pueden entretenernos durante el viaje a Rusia.
Foto: AgeFotostock

Volgogrado Arena, Volgogrado (45.500 espectadores)
Muchos la conocen aún con uno de sus antiguos nombres: Stalingrado. De hecho, la ciudad cambia de nombre nueve días al año en recuerdo a los acontecimientos de una de las batallas más sangrientas de toda la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, cualquier enfrentamiento durante la Copa Mundial de la FIFA se resolverá en el campo de juego de este estadio con el tejado atirantado más grande de Rusia. Su fachada cónica no es menos espectacular. Un plan imprescindible: contemplar la espectacular estatua "la Madre Patria" (87 metros de altura), que conmemora la Batalla de Stalingrado, con la ciudad de fondo.
Foto: AgeFotostock

Ekaterimburgo Arena, Ekaterimburgo (42.500 espectadores)
Es la cuarta ciudad más poblada de Rusia. Se encuentra en el sector asiático, en la parte oriental de la cordillera de los Urales. Su estadio se inauguró en 1957 y ahora se ha remodelado para convertirse en sede del Mundial 2018 de Rusia. La ciudad es recordada por el magnicidio contra el zar Nicolás II y a su familia en 1917. Los seguidores que lleguen a la ciudad, no pueden perderse la Iglesia sobre la Sangre, construida donde estuvo la Casa Ipátiev, en cuyo sótano fue asesinado el zar Nicolás II de Rusia.
Foto: AgeFotostock

Estadio de Nizhni Nóvgorod, Nizhni Nóvgorod (45.000 espectadores)
En la confluencia de los ríos Volga y Oká, esta ciudad es una de las escalas fundamentales de los cruceros que recorren el Volga. Hasta 1990 llevó el nombre de Gorki, en honor al escritor y político Alekséi Maksímovich Peshkov, conocido por el pseudónimo Máximo Gorki. El estadio está decorado con los colores azul y blanco, en referencia al agua y al viento de la zona del Volga. Una curiosidad: Nizhni Nóvgorod tiene su propio Kremlin, el corazón histórico de la ciudad. Sin duda, será una de las visitas imprescindibles de los seguidores que acudan a esta sede a ver a sus equipos jugar.
Foto: CC
Estadio de Kaliningrado, Kaliningrado (35.000 espectadores)
La selección de España jugará aquí contra la de Marruecos. Si nos fijamos en el mapa, esta sede está aislada geográficamente del resto de las del Mundial, con Lituania y Polonia por medio. El estadio es de nueva factura y se ha construido en la isla de Oktyabrsky, a orillas del Río Pregolya. Está diseñado para que después del Mundial 2018 de Rusia se puede adaptar fácilmente a las necesidades de la población; por lo que pasará de los 35.000 espectadores de capacidad a poco menos de 20.000. Imprescindible visitar el bello centro histórico y la Catedral de Königsberg, de estilo gótico. No hay que sorprenderse de su nombre, pues Kaliningrado fue fundada con el nombre de Königsberg en 1255 por el rey Otakar II de Bohemia. De hecho, durante la Edad Media, fue miembro de la Liga Hanseática. No fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial que quedó anexionada a la Unión Soviética. El filósofo Immanuel Kant nació aquí.
Foto: CC / Dmitry Rozhkov

Mordovia Arena, Saransk (45.000 espectadores)
Esta es la sede más pequeña de la Copa Mundial de la FIFA. Saransk es la capital de la república de Mordovia. El skyline de la ciudad es una extraña combinación de edificios históricos de los siglos XVII y XVIII junto a los característicos bloques de edificios de hormigón de la época soviética. Durante la época soviética fue un de las secretas “ciudades cerradas”, pues en ella se ubicaba una importante base militar del ejército. El estadio está situado en la parte central de la ciudad, con cómodos accesos peatonales desde los lugares más importantes de la ciudad. Su colorida fachada está decorada con motivos de mitos y leyendas antiguos de los mordvinos.
Foto: Mladen ANTONOV / AFP

Kazán Arena, República de Tartaristán
Otro de los estadios que verán jugar a la selección española. El Kazán Arena está en la capital de la República de Tartaristán. Fue diseñado por la empresa especializada en instalaciones deportivas responsable de estadios tan importantes como el estadio Emirates y el estadio Wembley de Londres. A vista de pájaro tiene forma de un lirio de agua. La ciudad está constituida por dos distritos separados por el canal Bolaq y el lago Kabán: uno ruso y otro tártaro. De imprescindible visita para los seguidores, el complejo histórico y arquitectónico del Kremlin de Kazán, construido por Iván el terrible, que es Patrimonio de la Humanidad.
Foto: AgeFotostock

Otkrytie Arena, Moscú
Como no podía ser menos, una ciudad superlativa como ésta, debía contar con dos estadios para la Copa Mundial de la FIFA. Es el caso del Otkrytie Arena, también conocido como estadio Spartak (acoge desde 2014 al Spartak de Moscú, uno de los clubes de fútbol más populares de Rusia). Los seguidores que acudan a Moscú descubrirán en esta a una ciudad construida a escala de los vehículos. Igualmente, no le faltan motivos para justificar un viaje: el Kremlin, la Plaza roja y la icónica Catedral de San Basilio, museos y lugares curiosos como GUM, o o "Principales Tiendas Universales", que en su día fueron unos grandes almacenes de la Unión Soviética y hoy albergan algunas de las tiendas más lujosas de Rusia.
Foto: AgeFotostock

La catedral de San Basilio
Iván el Terrible la mandó construir en el siglo XVI para conmemorar su victoria sobre los tártaros, lo que abrió a Rusia las puertas de Siberia. Apenas un siglo más tarde casi toda Siberia ya formaba parte de las tierras del zar. 
Foto: Baturina Yuliya / Shutterstock

Montes Urales
Tras atravesar la gran cordillera y llegar a Ekaterimburgo, el ferrocarril se adentra en Siberia. Esta ciudad, creada en 1723 para convertirse en el centro industrial de la región, pasó a la historia porque allí fueron asesinados el zar Nicolás II y su familia por los bolcheviques. 
Foto: Misne / Shutterstock
Una semana viviendo en un ferrocarril
La principal atracción de un viaje en el Transiberiano es la vida en el tren, un microcosmos de Rusia. Nada más subir hay que cambiarse de ropa y ponerse cómodo; no tardan en aparecer la comida y bebida, que se van reponiendo en los andenes, donde hay gente que vende de todo. Conforme avanza el trayecto aumentan las conversaciones con los compañeros de compartimento. Mención aparte merecen las provodnitsas, encargadas de mantener el orden en cada vagón. Estas mujeres uniformadas forman parte de los recuerdos de cualquier viaje por el Transiberiano. Además de los trenes convencionales, existen otros de lujo que circulan en ciertas fechas.
Foto: Getty images

El paso de las esta­ciones transfigura los paisajes del Baikal
Centenares de ríos alimentan el lago más profundo del mundo, extenso como Bélgica, pero de él solo aflora uno: el Angará, en la ciudad de List-vyanka. El Baikal es la gran atracción de Siberia. La transparencia inigualable de sus aguas, muy ricas en oxígeno, y la belleza de los paisajes llevan a muchos pasajeros a detenerse en Irkutsk
Foto: Fyodor Lashkov

El alma de Siberia
La joya del Baikal es la isla de Olkhon. Las praderas y los infinitos cielos de Siberia, surcados por bandadas de pájaros, se ven interrumpidos por fugaces visiones del lago. Pilares de madera con telas atadas en honor de los espíritus recuerdan que la cultura chamanística buriata considera sagrada la isla. Khuzhir es la única población, un conjunto de casas de madera desde la que se suele ir al cabo Khoboy para intentar ver las nerpas, las focas de agua dulce endémicas del Baikal. En invierno es factible incluso circular en coche sobre las heladas y transparentes aguas del Baikal.
Foto: Pere Soler

Novosibirsk
La gran ciudad junto al río Ob cuenta con el mayor teatro de ópera y ballet de Rusia. Esta estatua de Lenin se halla delante de él. 
Foto: Nicola de Marinis / Age fotostock

Destino Vladivostok
Fundada en 1860, Vladivostok ("Poder sobre Oriente") prosperó después de que fuera completado el Transiberiano. En 1932 se convirtió en la nueva sede de la Flota Rusa del Pacífico y desde 1958 hasta 1991 permaneció cerrada a los extranjeros. Su asentamiento a orillas del Pacífico, en un golfo llamado el Cuerno de Oro por su similitud con el de Estambul, el ambiente desenfadado y sus avenidas donde es frecuente ver a marineros paseando, le otorgan una personalidad que no poseen el resto de ciudades siberianas y la convierten en un perfecto punto y final del Transiberiano.
Foto: Shutterstock

Una obra épica
Entre 1891 y 1898 se tendió la vía, ahorrando el máximo en materiales y con la colaboración de reclusos y deportados que veían reducida su condena. Ante los frecuentes descarrilamientos, se optó por reconstruir enteramente la línea. La imagen muestra unos obreros en Krasnoyarsk en 1899.
Foto: Age fotostock

El roble llamado "El Viejo de los Bosques de Belgorod", Rusia
Especie: Quercus robur L.
Edad: 188 años
Este roble crece en un área de especial protección ambiental. Es un Monumento Nacional de Patrimonio Natural que ha sido testigo de muchos eventos históricos, bajo su copa. Este árbol es un objeto de admiración especial para los niños. Para ellos, el roble es un símbolo de amistad, buena salud y memoria de sus antepasados.
Foto: Árbol Europeo del año 2018

Moscú
Moscú como un atractivo enigma. No es una ciudad fácil para pasear; pero su historia es fabulosa. La proximidad del Mundial de Fútbol en Rusia ha aumentado el interés por esta ciudad llena de símbolos e iconos artísticos como la Plaza Roja o el Kremlin. El Bolshoi, museos como el Museo Estatal Pushkin de Bellas Artes, el aire ex-soviético aún de algunos lugares y muy vigente en su arquitectura y una vibrante creatividad entre los habitantes más jóvenes, han llevado a Moscú a la cuarta posición del ranking "World’s Best Cities".
Foto: Gtres

Rusia y el Mundial de Fútbol
El 14 de junio de 2018 está marcado en el calendario de los más futboleros. Es la fecha de inicio del Mundial de Fútbol, y este año el balón correrá por Rusia. El Estadio Olímpico Luzhnikí, en Moscú, será la sede del partido de la final. Once ciudades albergan los estadios en los que los diferentes países se irán jugando su pase a la final. Moscú y San Petersburgo, la ciudad de los zares, serán los destinos más buscados; pero, sin duda, será una gran ocasión para conocer otras ciudades como Kaliningrado o Volvogrado (la antigua Stalingrado). 
Foto: Gtres

Lago Chany
Foto: ESA / Belspo / Prova V

La retirada de Moscú
Óleo sobre lienzo realizado por Adolph Northen, pintor de la escuela de pintura de Düsseldorf.  En su cuadro titulado "El retiro de Napoleon de Rusia" podemos observar al Petit Caporal a su regreso a Francia tras alcanzar  y saquear Moscú. 
 
Kamchatka, Rusia
Foto: Thomas Vijayan / MontPhoto 2017

Rangifer tarandus
Foto: Gtres / Staffan Windstrand

Rangifer tarandus
http://tolweb.org/Rangifer_tarandus/50979

Aurora Shot from Plane
Mención de honor en la categoría: Auroras
Una vívida aurora verdosa se arremolina sobre el cielo azul profundo y el resplandor anaranjado del anochecer en esta imagen tomada desde la ventana de un avión que viaja desde Amsterdam a Pekín. El fotógrafo había estado esperando el estallido de la aurora durante todo el vuelo desde uno de los mejores asientos para observar el cielo y por el cuál pagó. Además de la potente aurora, el fotógrafo también fue bendecido con una noche clara y sin nubes en el que sucedió la magia durante el crepúsculo.
Novosbirsk, Russia, 24 de agosto de 2016.
Canon EOS 6D camera, 20 mm f/1.8 lens, ISO 2000, 3-second exposure
Foto: Ye Ziyi / Insight Astronomy Photographer of the Year 2017

In Autumn Dance
Segundo premio en la categoría: Auroras
Un destello verde brilla intensamente iluminando con bellos arcos de luz el cielo nocturno sobre la tundra siberiana. Ocho fotografías verticales tomadas forman esta fotografía: la luz polar era muy dinámica y el fotógrafo tuvo que moverse lo más rápido posible para capturar propiamente la escena. “La silueta del brillo de la aurora me recordó la matemática proporción áurea”.
Noviy Urengoy, Rusia, 28 de septiembre de 2016
Canon 5D Mark III camera, 24 mm f/2.0 lens, ISO 2000, 4-second exposu
re
Foto: Kamil Nureev/ Insight Astronomy Photographer of the Year 2017

Romance among the angels
Andrey viajaba en una expedición por el mar de Okhotsk en el extremo oriental de Rusia con la intención de fotografiar salmones. Pero tan pronto como saltó al agua, se encontró rodeado de miles de ángeles marinos. Cambiando rápidamente al macro de su cámara comenzó a fotografiarlos a pares. Los ángeles marinos son una especie de moluscos llamados nudibranquios emparentados con las babosas y los caracoles que carecen de conchas y presentan unos lóbulos con forma de ala que utilizan para desplazarse en el agua.
Se alimentan de mariposas de mar - una especie de caracoles nadadores - utilizando una pieza especializada situada en sus bocas con la que invaden sus conchas. Se trata de organismos hermafroditas, es decir, cada individuo es a la vez macho hembra. En la fotografía se les puede observar en los preliminares de una fecundación cruzada en la que se inseminarán sincrónica y recíprocamente. Como buenos amantes permanecieron unidos durante más 20 minutos. Como resultado, ambos ejemplares pondrán de 30 a 40 huevos minúsculos que eclosionarán a finales del verano.
Canon EOS 5D Mark II + 100mm f2.8 lens; 1/125 sec at f13; ISO 200; Nexus housing; two Inon strobes.
Foto: Andrey Narchuk - Wildlife Photographer of the Year

Arctic treasure
Llevando el trofeo de una incursión en un nido de ganso de las nieves, un zorro ártico se dirige a un lugar donde enterrarlo adecuadamente. Es junio y tiempo de bonanza para los zorros de la isla de Wrangel en el Extremo Oriente de Rusia. Los lemmings son la dieta básica para los zorros árticos, pero Wrangel sufre largos y duros inviernos y está condicionado por el hielo durante gran parte del año. No obstante esto lo convierte en una enorme y permanente despensa donde estos astutos animales pueden almacenar y esconder sus alimentos. Los convoyes de comida llegarán a finales de mayo. En apenas unos días, vastas bandadas de gansos de las nieves descenderán desde  la tundra de este remoto paraje Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hasta sus territorios de invernada situados a unos 4.800 kilómetros en la Columbia Británica y California. Los zorros árticos capturarán a las aves débiles o enfermas, pero con lo que en realidad se deleitarán es con sus huevos, puestos a principios de junio en nidos abiertos en la tundra. Aunque los gansos de nieve defienden ferozmente sus nidos, un zorro puede robar hasta 40 huevos al día, acosando a los gansos hasta que hay una oportunidad de hacerse con el botín. La mayoría de los huevos son almacenados y enterrados en agujeros poco profundos en la tundra, donde el suelo permanece tan frío como una nevera. Estos huevos seguirán siendo comestibles mucho después de que el breve verano ártico haya terminado y los gansos hayan emigrado otra vez al sur. Y cuando la nueva generación de zorros jóvenes comienza a explorar, ellos también se beneficiarán de los tesoros ocultos.
Nikon D300S + 600mm f4 lens; 1/1250 sec at f5; ISO 800; Gitzo tripod + Wimberley head.
Foto: Sergey Gorshkov - Wildlife Photographer of the Year

Dawn on Mercury Tower
Fotografía galardonada con el segundo premio en la categoría: Entorno Urbano
“Así es el trabajo de los escaladores que trabajan como limpiadores industriales en la Torre “Mercury” de la ciudad de Moscú, en Rusia".
Foto: Alexeygo / Dronestagram

Reserva de la Biosfera transfronteriza del Gran Altai, Rusia y Kazajistán
Esta reserva está integrada por dos sitios: el de Katunskiy (perteneciente a la Federación de Rusia, que fue declarado reserva de biosfera el año 2000) y el de Katon-Karagay (perteneciente a Kazajstán, que fue declarado reserva de biosfera en 2014).
Foto: UNESCO / Grand Altay Transboundary Biosphere Reserve / Pavel Filatov

Reserva de la Biosfera transfronteriza del Gran Altai, Rusia y Kazajistán
Entre las actividades humanas realizadas en el territorio de este sitio de más de un millón y medio de hectáreas, cabe destacar la ganadería, el pastoreo, la cría de ciervos, la producción de forraje y la apicultura.
Foto: UNESCO / Grand Altay Transboundary Biosphere Reserve / Pavel Filatov

Reserva de la Biosfera transfronteriza del Gran Altai, Rusia y Kazajistán
El turismo, la caza, la pesca y la recolección de productos forestales no leñosos son actividades bastante extendidas también.
Foto: UNESCO / Grand Altay Transboundary Biosphere Reserve / Pavel Filatov

Reserva de la Biosfera de la Bahía de Kizlyar, Rusia
Esta bahía, que es una de las más grandes del Mar Caspio, se halla en una de las rutas migratorias de aves más importantes del continente eurasiático.
Foto: UNESCO / Kizlyar Bay Biosphere Reserve

Reserva de la Biosfera de la Bahía de Kizlyar, Rusia
Posee diversos ecosistemas marinos y costeros, una zona de estepa desértica, poblaciones de animales en peligro de extinción –como la foca del Caspio– y numerosas especies de aves y esturiones.
Foto: UNESCO / Kizlyar Bay Biosphere Reserve
 
Reserva de la Biosfera de la Bahía de Kizlyar, Rusia
Tiene una superficie de 354.000 hectáreas y una población permanente de unos 1.600 habitantes que viven de actividades agrarias (pastoreo y producción de forraje), así como de la pesca, la caza y el turismo.
Foto: UNESCO / Kizlyar Bay Biosphere Reserve

Reserva de la Biosfera de Jakassky, Rusia
Posee una rica biodiversidad y el 80% de su superficie de casi dos millones de hectáreas está cubierta por los bosques boreales de la taiga.
Foto: UNESCO/Aleksandr Isaev

Reserva de la Biosfera de Jakassky, Rusia
La Reserva de la Biosfera de Jakassky se encuentra ubicada en el núcleo central del continente eurasiático.
Foto: UNESCO/Aleksandr Isaev

Reserva de la Biosfera de Jakassky, Rusia
La población del sitio se cifra en unos 5.500 habitantes permanentes, que viven de actividades como la explotación sostenible de los bosques, la agricultura, la apicultura y el turismo.
Foto: UNESCO/Aleksandr Isaev

Catedral de Cristo Salvador, Moscú. Rusia
Foto: AP / Alexander Zemlianichenko

Cowboys siberianos

Un reloj de zares
La Plaza Roja y el conjunto del Kremlin, en Moscú, son de la clase de espacios arquitectónicos que imponen, tanto por lo monumental como por haber sido escenario de la Historia. Su valor fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Este conjunto de edificios civiles y religiosos se ha convertido en símbolo del gobierno de Rusia. El recinto    está rodeado por una muralla de forma características, y una serie de torres de defensa. La más bella de dichas torres es la Torre del Salvador, la puerta “santa” del Kremlin; tal vez por ello, se escogió para albergar un reloj que ocupa tres pisos de altura y pesa 25 toneladas. 
Foto: Gtres

San Petersburgo, Rusia
La segunda ciudad de Rusia es una ventana a Occidente. San Petersburgo, a diferencia de Moscú, es una ciudad amigable para ser paseada como por ejemplo por la Avenida Nevsky. Se construyó mirando a lo mejor de la arquitectura francesa, y como resultado encontramos el asombroso Palacio de invierno, que nos transporta a los tiempos de los zares. Otra joya arquitectónica, ésta de “estilo ruso”, es la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada, una belleza de templo ortodoxo que es icono de la ciudad. A los amantes del arte, les espera una de las pinacotecas más importantes del mundo, el Museo del Hermitage.
Foto: CC

Ulyanovsk, Rusia
Ulyanovsk, ciudad de más de medio millón de personas en las orillas del río Volga, al este de Moscú, fue la cuna de Lenin. Se convirtió en la duodécima ciudad UNESCO de literatura en diciembre de 2015. Es famosa por sus poetas, por la tradición de los salones literarios y por ser la ciudad del novelista Ivan Goncharov, padre del perezoso más famoso de la literatura: Oblomov, un joven aristócrata incapaz de tomar decisiones y que se pasaba el día en la cama. El personaje da nombre a un festival literario (“Get off the sofa!”) que se celebra en la ciudad cada año. Hoy al joven aristócrata no le faltaría razones para saltar del sofá, porque en Ulyanovsk hay más de 30 librerías, dos grandes editoriales, 39 bibliotecas públicas y la Biblioteca Especial Regional Ulyanovsk. También hay una biblioteca gratuita en el aeropuerto y más de 200 bibliotecas escolares.
Foto: CC

Plaza Roja, Moscú
Militantes comunistas realizan una demostración en la Plaza Roja de Moscú ondeando banderas rojas y desfilando junto al Kremlin con motivo del aniversario de la Revolución bolchevique de 1917.
Foto: Martin Roemers

"Winter Metamorphosis"
Categoría: Altered Images
Rusia, costa del mar de Japón.
Foto: Кровлин Krovlin / Smithsonian Photo Contest

Diario de Alejandra
Última página del diario del último diario de Alejandra Fiódorovna, de 1918.
Foto: State Hermitage Museum, St Petersburg

Manifestantes
Un grupo de manifestantes se reúne frente al Palacio de Invierno de Petrogrado, la actual San Petersburgo.
Foto: Hulton Archive / Getty Images

Boda de Nicolás II y Alejandra
Boda del zar Nicolás II y la emperatriz Alejandra Fiódorovna Románova (1895), óleo de Laurits Tuxen.
Foto: State Hermitage Museum, St Petersburg

Nicolás II y su familia
El zar Nicolás II y su familia en una fotografía de 1914 de Boissinas & Eggler. De izquierda a derecha: Olga, María, Nicolás, Alejandra, Anastasia, Alekséi y Tatiana.
Foto: GARF, State Archive of the Russian Federation

Telegrama de Rasputín
Telegrama de Rasputín al zar Nicolás II, fechado en diciembre de 1915: "En tiempos de tribulación no se desanime, el Señor aparecerá para elevarle".
Foto: GARF, State Archive of the Russian Federation

Rasputín
El místico Rasputín, un personaje clave en la historia de Rusia, en una fotografía anónima de 1915.
Foto: GARF, State Archive of the Russian Federation

Nicolás y su hijo
El zar Nicolás II con su hijo Alekséi en una fotografía de 1910 aproximadamente.
Foto: GARF, State Archive of the Russian Federation

"Out of the Way"
Categoría: Daily Life. Historias. Segundo premio.
La ciudad más cercana está a 300 km de distancia y la conexión de transporte funciona sólo en invierno.
En el extremo norte de Rusia, las formas de vida centenarias dominan la vida cotidiana de algunas de las zonas más aisladas de un paisaje desolado. La civilización moderna penetra lenta y fragmentariamente. No hay carreteras, sólo un helicóptero dos veces al mes. 
Foto: Elena Anosova / World Press Photo 2017
 
"Lessons at school"
Categoría: Daily Life. Historias. tercer premio.
Las lecciones en la escuela se detienen durante el tiempo que dura la cosecha de las patatas, a las cuales todos los niños deben asistir. En la fotografia María y Alexandra se encuentran en un descanso.
Los habitantes de esta comunidad aislada y silenciosa la llaman la "Isla de la Salvación", escondida cerca de una carretera transitada que lleva de Moscú a Yaroslav, Rusia. Fundada a principios de los 90 por un sacerdote ortodoxo, es un centro espiritual, educativo y cultural único que actualmente aloja a 300 niños y niñas, muchos de ellos vistos como marginados sociales.
Foto: Francesco Comello / World Press Photo 2017

Catalina I de Rusia
Retrato al óleo de Catalina I de Rusia. Segunda esposa de Pedro I el Grande y oficialmente emperatriz del Imperio ruso entre 1725 y 1727. Cuadro de Jean-Marc Nattier.
Foto: Hermitage Museum

Adiós a un zar
Retrato de Pedro I, el Grande en su lecho de muerte (1725). La obra fue realizada por el pintor Iván Nikítin.
Foto: Russian Museum

La Batalla de Poltava
Cuadro al óleo, obra de Pierre- David Martin, en la que se escenifica la batalla de Poltava durante la Gran Guerra del Norte (1700-1721). El propio zar nunca vio la pintura. Esta, realizada junto con otras por encargo del mismo zar, llegaron a Rusia después de su muerte.

Los dos zares
Llegada de los zares Iván V y Pedro I el Grande a la ceremonia de coronación del segundo. La litografia es obra de Iliá Repin, destacado pintor y escultor ruso del movimiento artístico de los Itinerantes.

«Pedro el Grande, un zar inspirado»
Retrato de Pedro el Grande, óleo de un artista anónimo posterior a Jean-Marc Nattier y al año 1717.
Foto: State Hermitage Museum, San Petesburgo / Hermitage Ámsterdam
 
Pedro I el Grande
Se desconoce el lugar de nacimiento y la causa exacta de la muerte del zar Pedro I el Grande (1672-1725), uno de los más importantes de Rusia.
Foto: Heritage / Gtres

Bajo el hielo
Un buceador nada acompañado de una beluga bajo el hielo del mar Blanco, en la zona rusa del océano Ártico.
Foto: AP / Cal Sport Media

Nadando con belugas
Las belugas, Delphinapterus leucas, es la única especie del género Delphinapterus y junto al narval, Monodon monoceros, conforman la familia Monodontidae. Suelen denominarse erróneamente como ballena blanca, sin embargo, el término ballena en sentido estricto no es aplicable a los cetáceos dentados, reservándose la nomenclatura para los integrantes de la familia Balaenidae. 
Foto: AP / Cal Sport Media

Mar de Chukchi
Vista aérea de belugas en el Mar de Chukchi.
Foto: Vicki Beaver/North Slope Borough

10. Centro Panruso de Exposiciones
Este enorme recinto ferial se encuentra situado en la ciudad de Moscú, Rusia. Durante los años dorados de la Unión Soviética el lugar fue una de las principales atracciones turísticas. En él se exponen los grandes logros económicos, científicos y tecnológicos del país, además de contener una gran colección de esculturas de la época.
Foto: Mos.ru

Rusia
El país más extenso del mundo celebrará el próximo 2017 el centenario de la Revolución rusa que supuso la caída del régimen zarista y la creación de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Un hito en la historia del país cuyo aniversario no pasará desapercibido en las grandes ciudades, donde se esperan varios actos conmemorativos. Además, este año Moscú será la sede de la Copa FIFA Confederaciones, que se celebrará entre el 17 de junio y el 2 de julio. La ciudad está trabajando en algunas mejoras como, por ejemplo, aumentar el número de visitantes que deseen conocer el Kremlin.  
Foto: Gtres

Nuevas prioridades
El campo de gas natural de Bovanenkovo, en la península de Yamal, Rusia, se consideró demasiado caro para desarrollarse hasta que el presidente Vladimir Putin lo convirtió en una prioridad.
Foto: Evgenia Arbugaeva / National Geographic

"The rooftoppers"
Kirill Vselensky posa en una cornisa en Moscú mientras Dima Balashov realiza la fotografía. Los 2 arriesgados chicos conocidos como "rooftoppers", de 24 años de edad suelen celebrar y colgar las fotos de sus hazañas en Instagram.
Foto: Gerd Ludwig / National Geographic

Mapa del frente ruso durante la Segunda Guerra Mundial - 1941-1942
Foto: CIA

Repúblicas de la Unión Soviética - 1991
Foto: CIA

El frente de Leningrado - 1943
Foto: CIA

Yakutia
Yakutia, más conocida como la República de Sajá, se localiza en el norte de Rusia.
Imagen: Google Maps

On opposite sides
San Petesburgo, Rusia.
Mención especial a la mejor imagen vertical.
Foto:Ivan-Turukhano / Epson International Pano Awards 2016

Dehors les Barbares!!! [Out with the Barbarians!!!], 1914
Una postal francesa de 1914 proclama: ""Fuera con los bárbaros!!!". En ella, Lady Liberty sostiene las banderas de Francia, Gran Bretaña, Bélgica y Rusia, mientras los emperadores de Alemania y Austria-Hungría yacen aplastados bajo el mapa del continente europeo. 
Foto: The Map House / E. Occhipint

БРЕДЪ ВИЛЬГЕЛЬМА [Wilhelm’s Nightmare], 1914
Un extraño mapa ruso de 1914 muestra al emperador Wilhem II sumido en una pesadilla en la que un soldado ruso carga contra él. De hecho se titula "La pesadilla deWilhem".
Foto: The Map House / Anon

Mount doom ("Monte del destino")
Primer premio de la categoría "Montaña".
"Igual que el ‘Mount Doom’ en la película El señor de los anillos, también está en erupción Klyuchevskaya Sopka, el volcán más alto de la península Kamchatka, en Rusia".
Foto: Denis Budkov / MontPhoto

Fragmento de la estela
Imagen que muestra el fragmento de la estela grabada en antiguo persa, difuminada a propósito para que no pueda ser descifrada por personas ajenas a la investigación.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Antigua Fanagoria
Sitio arqueológico de Fanagoria, una antigua ciudad griega situada en la península de Tamán, entre el mar de Azov y el mar Negro, en Rusia.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Cerámica griega
Fragmentos cerámicos de la antigua ciudad griega de Fanagoria.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Antiguo espolón
Antiguo espolón utilizado en un barco de guerra del ejército de Mitrídates VI.
Foto: Volnoe Delo Foundation
https://es.wikipedia.org/wiki/Mitr%C3%ADdates_VI

Excavaciones arqueológicas
Excavaciones arqueológicas en la antigua Fanagoria, financiadas por la Fundación Volnoe Delo.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Fosos y restos de un edificio
Vestigios de un edificio del siglo V a.C. y fosos de época romana.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Recipiente cerámico
Recipiente cerámico de gran tamaño hallado durante las excavaciones arqueológicas.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Numerosos hallazgos
Numerosos hallazgos procedentes del sitio arqueológico de Fanagoria.
Foto: Volnoe Delo Foundation

Bólido de Cheliábinsk
Un bólido sobrevoló Cheliábinsk en febrero de 2013 y dejó cientos de heridos y hospitalizados, sobre todo debido a la onda expansiva.
Foto: AP Photo / AP Video / Gtres

Bólido de Cheliábinsk
Imagen captada con un teléfono móvil que muestra el rastro que dejó el bólido de Cheliábinsk.
Foto: AP Photo / AP Video / Gtres

Bólido de Cheliábinsk
Posible fragmento del bólido de Cheliábinsk, hallado en el lago Chebarkul, cerca de Cheliábinsk.
Foto: AP Photo / Alexander Firsov / Gtres

El ejército ruso en la Plaza Roja de Moscú
AP / Alexander Zemlianichenko

"Eagle Hunters of Western China"
Foto ganadora de la categoria "Medio Ambiente"
El Festival del Aguila Cazadora es parte de un esfuerzo por promover y conservar las prácticas de caza tradicionales en la región montañosa del oeste de China, lugar donde confluyen los limites del gigante asiático Kazajstán, Rusia y Mongolia. El adiestramiento y cuidado de estas grandes aves de presa sigue siendo un estricto conjunto de reglas y tradiciones que los cazadores quieren preservar para las generaciones futuras.
Foto: Kevin Frayer

Estación de radioenlace
Una investigación condujo a Tkachenko a sitios olvidados como este radioenlace por dispersión troposférica cercano a la ciudad de Salejard, en el Distrito Autónomo de los Nenets de Yamal, construido para alcanzar por radio zonas remotas de la URSS.

Un centro cultural en plena zona restringida
Este insólito edificio circular servía como centro cultural en la República de los Komi (Rusia). Fue levantado en una zona que posteriormente se convertiría en un campo de pruebas de bombas.
 
Metro de Moscú, Rusia
El más bello y visitado metro del mundo, con estaciones que son verdaderas obras de arte, lleva funcionando más de ochenta años sin perder un ápice de su atractivo. En cualquier visita a la capital rusa es imprescindible bajar a las entrañas de la ciudad para contemplar cómo el arte se puso a disposición del pueblo en plena era comunista. Mármoles, lámparas, frescos, arcos, grabados, barandillas y bancos de madera, diseños art decó…, el viaje en el metro es también un viaje en el tiempo. Fundado en 1935, el monumental metro moscovita tiene más de 300 kilómetros de largo y 200 estaciones, de las que 44 han sido catalogadas como patrimonio cultural, entre éstas destacan las de la ruta circular con estaciones como las de Kíevskaya, Komsomólskaya y Novoslobódskaya.
Foto: Gtres

Tobolsk, Rusia.
A esta ciudad situada en uno de los puntos más alejados de Siberia no se llega en el Transiberiano. Fue fundada por exploradores cosacos en el siglo XVI y es la capital histórica de la región. Pedro el Grande construyó aquí un magnífico kremlin (ciudadela) que ha sido se ha restaurado y en el que brillan las bóvedas doradas y azules de sus iglesias. En la cárcel, situada al lado, estuvo condenado Fiódor Dostoievski. En su honor inauguraron una estatua en el año 2010. 

San Petersburgo, Rusia
Las calles de la "reina" del Báltico se llenan de gente para dar la bienvenida a «las noches blancas» con conciertos, música en las calles y un montón de actividades.
Gtres

San Petersburgo
La casa donde Dostoievski pasó sus últimos días y en la que escribió la novela Los hermanos Karamazov es una de las visitas imprescindibles en la ciudad de los zares. También la casa de Navokov, el autor de Lolita, y la de Alexander Pushkin, que frecuentaba un café cercano, el Literary Café, hoy todavía abierto.
Gtres

Transiberiano. Rusia
Es el ferrocarril más largo del mundo con un recorrido de casi 10.000 kilómetros que une las ciudades de Moscú y Vladivostok. 
Gtres
https://es.wikipedia.org/wiki/Transiberiano

Puente sobre el río Kama, cerca de la ciudad de Perm
El ferrocarril Transiberiano (en ruso, Транссибирская магистраль, Транссиб Transibírskaia maguistral, Transsib) es una red ferroviaria que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso, Mongolia, República Popular China y conecta con Corea del Norte.
WIKIPEDIA

Plaza Roja de Moscú.
Con el gran Kremlin a un lado, la catedral de San Basilio enfrente, y los almacenes GUM, el mausoleo de Lenin y el Museo de Historia cerrando el recinto, esta gran plaza rusa tiene una plasticidad incomparable, además de ser un compendio de la historia del país de los últimos diez siglos. La denominación «roja» procede de la palabra rusa Krásnaya (rojo) que significa bonita. Sus medidas son impactantes: 330 metros de largo y 70 m de ancho.
Gtres

La vida en las estepas
Los escitas se extendieron por un amplísimo territorio, desde los montes Altai, en la estepa rusa, hasta el mar Negro. Hábiles jinetes, vivían en tiendas similares a las yurtas de los actuales nómadas mongoles (arriba).
Foto: EGMONT STRIGL / AGE FOTOSTOCK

Griegos y bárbaros
Batalla entre griegos y bárbaros en la vaina de una espada escita. Detalle. Siglo V a.c. Museo del Hermitage, San Petersburgo.
Foto: DAGLI ORTI / art archive

Volcán Tolbachik en la península rusa de Kamchatka, Rusia
En enero de 2013 Grunewald fotografió el Tolbachik, en la península rusa de Kamchatka, un volcán donde se han descrito por vez primera diversos minerales y que forma parte del inmenso arco volcánico del Cinturón de Fuego del Pacífico, que se extiende por tres continentes y al que pertenece también el Kawah Ijen. 
Foto: Olivier Grunewald

San Petersburgo, Rusia
El cierre de dos compuertas curvas de acero, cada una de ellas de más de 106 metros de longitud, protege a San Petersburgo de las tormentas del mar Báltico, que han inundado la ciudad en repetidas ocasiones durante los últimos tres siglos. Acabadas en 2011, las compuertas forman parte de una barrera de 26 kilómetros de longitud sobre la que discurre además una nueva autopista. 
Foto: George Steinmetz

Paisajes de lava
La colada de lava puede recorrer largas distancias mientras se enfría lentamente. La superficie es lo primero que se solidifica, formando elaborados diseños con las formas más caprichosas. 
Foto: Sergey Gorshkov

Volcán Ploski Tolbachik
Una colada de lava fluye del volcán Ploski Tolbachik y rodea a su paso un nuevo cono de escorias.
Foto: Sergey Gorshkov

La pequeña siesta del Ploski Tolbachik
La erupción del Ploski Tolbachik se inició el 27 de noviembre de 2012, después de 36 años de calma. Esta imagen del flujo de lava entre emanaciones gaseosas fue tomada 15 días después, el 12 de diciembre.
Foto: Sergey Gorshkov

Vista aérea del volcán Ploski Tolbachik
El flujo de lava, fotografiado desde el helicóptero, divide una superficie oscura formada por bombas de lava (a la izquierda) y antiguas rocas volcánicas cubiertas de nieve (a la derecha).
Foto: Sergey Gorshkov

Rojo, negro y blanco
En el paisaje de Kamchatka, la lava, las cenizas volcánicas y los gases determinan sus tres colores distintivos. 
Foto: Vladimir Alekseyev

Adictos a la pirotécnia
De noche y sin otra luz que el resplandor de la lava en ebullición, los fotógrafos se aproximan al mismo borde del cráter para documentar en imágenes la erupción del volcán, un auténtico espectáculo pirotécnico. 
Foto: Vladimir Alekseyev

Una trampa mortal
Una erupción del calibre de la del Tolbachik es letal para todo organismo que habita en su entorno. El humo de los árboles incendiados se mezcla con los gases volcánicos y el vapor que desprende la colada al enfriarse. 
Foto: Sergey Gorshkov

Lluvia de proyectiles
Cuando una burbuja de lava explota en el cráter, el material eyectado alcanza hasta 100 metros de altura. Las salpicaduras se enfrían y solidifican en el aire, y caen formando un cono de escorias. 
Foto: Vladimir Alekseyev

Isla Wrangel
El habitante más astuto de la isla Wrangel, el zorro ártico, llega a robar hasta 40 huevos de ánsar nival al día y los almacena para sus cachorros.  
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
Las extensas playas de grava de Wrangel albergan grandes concentraciones de morsas del Pacífico, sobre todo desde que el cambio climático está debilitando su hábitat preferido, la banquisa. Un adulto sano, como esta hembra, puede salir victorioso de un enfrentamiento con un oso polar. 
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
Un cachorro de zorro ártico juega con los restos de un lemming. Los zorros de Wrangel se alimentan en gran medida de estos roedores, cuya población fluctúa de forma espectacular de un año a otro. 
Foto: Sergey Gorshkov
 
Isla Wrangel
En agosto, los polluelos de búho nival empiezan a volar, a veces de una forma muy graciosa. Después de caer en picado dentro de un río, este ejemplar joven utiliza las alas como remos para impulsarse hasta la orilla. 
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
Este cordón litoral formado por detritos marinos se extiende hacia el inhóspito cabo Blossom, situado en el extremo sudoeste de la isla Wrangel. La Siberia continental está a 141 kilómetros en dirección sur. 
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
El buey almizclero, más parecido a una cabra o una oveja que a un buey, fue introducido en la isla Wrangel en 1975. Su población actual es de unos 800 ejemplares, que cada vez más tienden a juntarse en grupos cerrados para repeler a un depredador que acaba de regresar a la zona: el lobo.  
Foto: Sergey Gorshkov

El buey almizclero o buey almizclado (Ovibos moschatus), también llamado de forma menos frecuente toro almizclero, es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae.[2]​ No se reconocen subespecies.[2]​ A pesar de su fuerte parecido externo con los bovinos (es un caso de convergencia evolutiva), los bueyes almizcleros pertenecen a la subfamilia Caprinae, la misma en la que se incluyen las cabras y ovejas. Esta curiosa naturaleza se manifiesta en el nombre científico del género, Ovibos, formado por composición a partir de las palabras latinas «ovis» («oveja») y «bos»buey»). El apelativo almizclero proviene de una serie de glándulas secretoras que presentan los machos y funcionan durante la época de celo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ovibos_moschatus
WIKIPEDIA.

Isla Wrangel
Un zorro juguetón expulsa a un ánsar nival de su nido, una táctica para después robarle los huevos. Una colonia de estas aves migra a la isla en mayo, después de pasar el invierno en América del Norte. 
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
Una osa polar y sus dos cachorros buscan alguna presa. De la isla Wrangel se ha dicho que es la sala de maternidad mundial del oso polar. Hay años en los que cientos de osas pasan aquí todo el invierno con sus crías.
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
 Durante la mayor parte del año los osos polares no suelen agruparse. Pero en verano, en la costa rocosa de esta colonia de aves marinas, comparten el festín con una facilidad sorprendente.
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
El deshielo estival proporciona abundante comida a los osos de la isla Wrangel, como esta morsa arrastrada por las olas hasta la playa. A pesar de los nuevos peligros inducidos por el cambio climático, los osos siguen «dominando esta soledad de hielo», como dijo John Muir.
Foto: Sergey Gorshkov

Isla Wrangel
Dos bueyes almizcleros miden sus fuerzas durante los frecuentes combates que tienen lugar en la época de apareamiento, en el mes de septiembre. Los machos pelean a cabezazos para establecer su dominio. 
Foto: Sergey Gorshkov

Golovanovo, Rusia
Unos hombres tratan de frenar el avance de las llamas cerca de Golovanovo, en la región de Ryazan, el 5 de agosto de 2010. Aquel verano Rusia sufrió los peores incendios forestales de su historia moderna. Hubo 50 muertos y el presidente Medvédev destituyó a altos cargos militares por su negligencia en la gestión de la catástrofe.
Foto: Natalia Kolesnikova, AFP / Getty Images

Catedral de San Basilio, en Moscú
La presencia del criticado Rasputín en un lugar predominante de las ceremonias celebradas en Moscú con motivo del tercer centenario de la dinastía Romanov contribuyó a desprestigiar a la Corona.
Foto: Harald Sund / Getty Images

 
El corazón moscovita
La Plaza Roja, antigua plaza del mercado, y el Kremlin han sido el escenario de episodios decisivos de la historia rusa.
SERGEY ALIMOV
 
El Kremlin
La ciudadela de los zares adquirió su aspecto actual en el siglo XV. Los cruceros por el río Moscova permiten distinguir las múltiples torres de la muralla que la rodea.
ELENA HEKIMOVA

Un palacio bajo tierra
Algunas estaciones de metro son obras de arte: Komsomolskaya y Plóshchad Revolyutsii.
JONATHAN IRISH / CORBIS

Catedral de San Basilio
Se inauguró en 1561 para celebrar la victoria de Iván el Terrible en Kazán. Las cúpulas originales eran doradas.
BIDAGENTUR HUBER / FOTOTECA 9 X 12

Icono ruso
Con 9.000 metros cuadrados y capacidad para 10.000 fieles, la catedral del Cristo Salvador es la más grande de Rusia.
LOSAVSKY PAVEL / ACI

Bolshói
El palco Real domina el auditorio de seis plantas de este teatro lírico. Inaugurado en 1780, es uno de los más prestigiosos de Europa.
XAVIER ZIMBARDO / GETTY IMAGES

La Plaza del Teatro
Además del Bolshói, concentra varios teatros y, cerca, los hoteles Metropol y Nacional, del siglo XIX.
JON HICKS
Cinco claves
1 Plaza Roja. Reúne el Kremlin, la catedral de San Basilio y el Museo Histórico.
2 Kremlin. De visita imprescindible por sus palacios, catedrales y museos.
3 Teatro Bolshói. Un edificio histórico de la ciudad.
4 Catedral del Cristo Salvador. Blanca y con cúpulas doradas, destaca por la decoración interior.
5 Isla Bolotny. Ideal para ver galerías de arte.
Mapa: BLAUSET


Los iconos artísticos de Moscú
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Fotografías
Moscú: su historia y su presencia pueden parecer abrumadoras para quien la visite en pocos días pero, gracias a su estructura en anillos concéntricos, muchos de sus edificios más emblemáticos se encuentran en un área abarcable. En invierno los paseos se verán obstruidos por dos adversarios implacables: uno es el frío intenso, el mismo «general invierno» que destruyó los ejércitos de Napoleón y de Hitler; otro es el tráfico.

Contra esos inconvenientes Moscú ofrece la extensa red de metro, excepcional observatorio antropológico; ambiciosa obra de ingeniería de Stalin, las espléndidas estaciones simbolizaban los «palacios» del pueblo trabajador. Las diez líneas conforman una constelación fascinante, en la que destacan Mayakovskaya, decorada con azulejos a modo de botones en el techo, y la de Plóshchad Revolyutsii (plaza de la Revolución), cuyas esculturas de bronce representan a los estamentos más importantes de la sociedad socialista –el obrero, la campesina, el soldado– y sus animales para el trabajo o la compañía. Al pasar conviene acariciar el morro del perro de bronce, pues trae suerte.
El arte sigue presente en el Anillo de los Bulevares, el más cercano al Kremlin
Esta última estación comunica con el centro neurálgico de la ciudad y del imperio ruso: la Plaza Roja («roja» es sinónimo de «bella» en ruso). Allí se celebraban las concentraciones de masas, los desfiles y las exhibiciones deportivas durante el régimen comunista; allí es donde se rueda por lo menos una escena de todas las películas de espías tras el telón de acero; y allí está el mausoleo con la momia de Lenin, monumento que visitan multitudes de nostálgicos que hacen cola junto a los turistas. Enfrente se erige la catedral de San Basilio, tan bella, con sus cúpulas como un helado de colores tuttifrutti.
Junto a la Plaza Roja se halla el complejo de edificios gubernamentales, jardines, museos, iglesias y catedrales del Kremlin, ciudad dentro de la ciudad y centro del poder del Estado. Por lo menos hay que rendir visita a una de sus iglesias, sumidas en una penumbra meditativa, cubiertas desde el suelo al techo de frescos y de iconos; la catedral de la Anunciación es la más rusa de todas, la única diseñada y decorada por maestros rusos. En cuanto a los museos del Kremlin, el más popular es la Armería Real, donde pueden verse tronos y carrozas, vajillas y objetos decorativos de plata y oro, huevos de Fabergé, coronas y diademas de diamantes... las riquezas acumuladas por los zares a lo largo de los siglos.
Tras salir del Kremlin vale la pena restaurar energías y calor en el magnífico Hotel Metropol, en donde se han alojado los visitantes ilustres de la ciudad durante los últimos cien años, o en el café del Hotel Nacional, a una esquina de distancia. Desde allí es cosa de un paseo llegarse ante la Lubianka, macizo edificio amarillo que fue el epicentro del terror bolchevique y sede de la Seguridad del Estado. Resulta una paradoja que cerca de tan lúgubre lugar se alce el teatro Bolshói, un lujoso edificio neoclásico que se incendió y fue reconstruido dos veces en el siglo XIX, y que hoy sigue ofreciendo un programa de música y danza excepcional.
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Caminando junto al río Mosova hasta la estación de metro Kropotinskaya, se llega a la catedral del Cristo Salvador, el mayor monumento al otro gran poder ruso, el eclesiástico. Destruida por Stalin en 1931, su solar sirvió de base a una piscina al aire libre hasta que, en 1990, fue reconstruida por orden del presidente Boris Yeltsin y con el sufragio popular como apoteosis de la fe ortodoxa.
En la calle Volkhonská, a cinco minutos, el Museo Pushkin de Bellas Artes exhibe una obra única: el Tesoro de Troya, que el ejército rojo tomó como botín de guerra en Alemania en 1945. El otro gran museo de Moscú, con la mejor colección de arte ruso del mundo, es la Galería Tretiakov (estación de metro Tretiakovskaya), donde se exhiben los iconos de Rublov, el genial pintor del medievo. Merece la pena visitar la subsede de la Tretiakov, junto al cinturón de ronda conocido como Anillo de los Jardines, y en cuyos alrededores se extiende el Jardín de los Monumentos Caídos, donde se han refugiado las esculturas públicas socialistas más destacadas.
Conviene regresar a orillas del río Moscova para contemplar una de las vistas más bonitas de la catedral del Cristo Salvador desde la isla Bolotny, tomando un café en la terraza del instituto de arquitectura Strelka. Este centro se encuentra en la antigua fábrica soviética de chocolates Octubre Rojo, que reúne galerías de arte y los locales más modernos de la ciudad.
El Strelka, el Museo Multimedia de Moscú (MAMM) y el Garage son quizás los espacios de arte actual más activos de la capital rusa. El Garage se traslada ahora a un edificio de nueva creación en el parque Gorki, un lugar donde las familias pasean los sábados y que se ha actualizado como sede de actos culturales y deportivos, de lecciones de yoga y de patinaje y esquí en invierno.
El arte sigue presente en el Anillo de los Bulevares, el más cercano al Kremlin. Junto a la estación Arbatskaya empieza la peatonal calle Arbat, que en las décadas de 1970 y 1980 fue el Greenwich Village moscovita y que ahora está llena de tiendas chic, museos y cafeterías. Allí se oculta la casa circular de Mélnikov, representante del constructivismo, una escuela que dejó un valioso legado disperso por la capital.
Moscú literario, con las casas de Gorki, Tolstói, Chejov, Pushkin, Moscú romántico y modernista del siglo XIX, vanguardista, comunista y caprichosamente posmoderno... Conocerlo bien requiere una vida, para advertir su grandeza y encanto bastan unas horas.

MÁS INFORMACIÓN

Documentos: pasaporte, visado, seguro médico y reserva de hotel.
Idiomas: ruso.
Moneda: rublo
Horario: 3 horas más.
Llegar y moverse: Los vuelos directos a Moscú son frecuentes y salen de distintas ciudades españolas. La capital cuenta con cuatro aeropuertos internacionales. El transporte público incluye metro, autobús, tranvía y trolebús. Un paseo en barco por el Moscova ofrece una perspectiva distinta de la ciudad. Zarpan de los muelles cercanos a la plaza de Europa.

Volga, travesía de Moscú a San Petersburgo

Te invitamos a recorrer parte de Rusia a través de este crucero por el mítico río

El Kremlin Moscovita
Moscú es una ciudad circular en continuo crecimiento. El Kremlin, la catedral de San Basilio y la Plaza Roja son el epicentro de este gigante urbano lleno de sorpresas, pero es imposible visitar la ciudad sin prestar atención a alguno de sus impagables museos –la Galería Tretiakov, el Pushkin de Bellas Artes y el Mayakovski son solo los tres primeros– o a cualquiera de sus teatros, desde el Bolshoi a la Taganka. Vanguardia y clasicismo de todas las épocas han sedimentado una arquitectura tan variada que nadie debería dejar de asombrarse con los rascacielos de Stalin, el mirador de la Universidad Lomonósov o las iglesias y palacios que habitaron Pushkin, Tolstoi, Scriabin o Isadora Duncan.
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Fotografías
El primer descubrimiento de quien se embarca para siete jornadas por el Volga hasta San Petersbugo es la deliciosa estación fluvial, el Rechnoi voksal, emblema del proyecto estalinista para centralizar las comunicaciones de la Unión Soviética. Del eslogan «Moscú, puerto de cinco mares» queda hoy la humilde silueta del palacete con sus singulares mosaicos de los años 1930 –perfecto complemento a los del metro–y contiguo al parque en el que una estatua de Miguel de Cervantes contempla los atardeceres sobre el río.
Al zarpar, la última visión de la capital rusa anticipa los contrastes que ofrecerá la travesía. Modernas urbanizaciones se oponen a las viejas zonas industriales, mientras en las playas se reúnen familias enteras y, en los recodos verdes, atracan pescadores y lanchas lujosas. El atardecer entre los frondosos cañaverales atrapa la imaginación y sugiere cómo era la antigua vida en la estepa. Enseguida se llega a la primera de las esclusas que salvan los muchos desniveles entre el río Moscova y el mar Báltico. Este sistema es obra del español Agustín de Betancourt (1758-1825) que, inspirándose en Leonardo da Vinci, se puso al servicio del zar Alejandro I.
Los cruceros por el Volga surcan un país esencialmente agrario, jalonado por cúpulas de oro y extensos cultivos de cereales: un anillo invisibleseñala el corazón de Rusia. Es el denominado Anillo de Oro, un conjunto de bellísimas ciudades fundadas alrededor del siglo XI, como la recoleta Vladímir. Su catedral de la Asunción (1160) simboliza la unión de religión, arte y poder pues, bajo estucos de oro, azulejos y piedras preciosas, fueron coronados príncipes y reyes. El callejeo por Vladímir es también la ocasión de probar un shashlik, una brocheta de cordero o ternera.

El sueño de Rafael Alberti

Cuando Rafael Alberti decía que «bajaba por el Volga soñando» (Obras Completas. Seix Barral,2004), quizá pensaba en las diminutas y desiertas islas o en los troncos varados en las riberas. Los oleajes aparecen ya antes de salir a lago abierto rumbo a Súzdal, una de las ciudades más hermosas de Rusia por sus edificios del siglo XI.
En el Museo de la Arquitectura en Madera y de la Vida Rural de Súzdal se puede imaginar con gran precisión cómo vivieron los personajes de Dostoievski y de Gógol en Crimen y castigo o en Las almas muertas. Aquí, como en Yaroslavl o en Úglich, con su palacio del zarévich Dimitri y el monasterio de San Alexei, el Anillo de Oro luce todo el esplendor imperial sin negar el presente. Rural y tranquila pero llena de curiosidades, la vida discurre serena.
Coincidiendo generalmente con la cuarta jornada de travesía, una sensación nueva marca el viaje: desaparecen las orillas y la vista se pierde en las plateadas aguas del Ónega. Navegar por un lago de estas dimensiones cambia totalmente la percepción del espacio y la isla de Kizhí se perfila como vía de acceso a un mundo diferente. Carelia es la frontera natural con el Norte escandinavo, un territorio de fauna y flora desbocadas. Y la huella del hombre tiene un significado especial, heredero de la tradición ortodoxa, del espíritu aventurero y de las ancestrales costumbres eslavas. Aquí la madera, el agua y el sol nos hablan de cazadores y pieles, caballos salvajes y piedras preciosas, ricos ganaderos y la mejor mantequilla del mundo.

El lago Ladoga

De nuevo a bordo, es la ocasión de saborear la gastronomía rusa y probar el borsch (sopa de remolacha con la típica nata agria, llamada smetana) y la kulebiaka (pastel de hojaldre salado), así como el salmón, el esturión y una repostería que no ahorra en sabor ni en calorías.
Valaam es la más grande de las islas del archipiélago homónimo y su monasterio atrajo a artistas del XIX, como el músico Chaikovski y el paisajista Shishkin. En esta nueva Jerusalén –por la veneración que le profesan los cientos de peregrinos que la visitan–, disputada a suecos y después a finlandeses, se refugiaron sabios y emperadores en busca de una paz que el lago Ladoga vio a menudo destruida. Sobre todo en la Segunda Guerra Mundial, estos terrenos fueron escenario de dramáticos episodios por su proximidad a la entonces llamada Leningrado.
Valaam es la más grande de las islas del archipiélago homónimo y su monasterio atrajo a artistas del XIX
Una última noche de navegación fluvial permite llegar con la mirada nueva a la Venecia del norte, el sueño de Pedro el Grande, el zar que fundó San Petersburgo hace tres siglos. Sea por su distribución sobre las islas del golfo de Finlandia donde desemboca el río Neva, sea por el dinamismo de sus habitantes y su agitada vida cultural, el caso es que la ciudad parece no apagarse nunca. La aguja dorada del Almirantazgo, el Instituto Smolny desde el que Lenin inició la revolución, la fortaleza de Pedro y Pablo, las columnas rostrales, la iglesia de la Resurrección también conocida del Salvador sobre la Sangre Derramada, o el propio Palacio de Invierno son algunos de los símbolos que convierten a la ciudad en un destino ineludible.
Entre las ventajas de llegar en crucero a San Petersburgo figura la proximidad a los muelles de la antigua Fábrica Imperial de Porcelana, una industria que en época soviética siguió fabricando con diseños vintage y que hoy se cuenta entre las más importantes del mundo. En su tienda se encuentran vajillas completas y piezas verdaderamente singulares.
Podría parecer que, tras más de mil kilómetros de navegación, no quedan ganas para subirse a otro barco, pero basta pasear por la perspectiva Nevski y asomarse a cualquier esquina de la calle Sadóvaya o el río Fontanka para comprobar que no es así. Nada mejor entonces que una lancha para surcar, al caer la tarde, sus canales y dejarse llevar hasta el barrio de Nueva Holanda, con sus inquietantes muros derruidos, para terminar regresando al delta del Nevay contemplar– cuanto más cerca del solsticio de verano, mejor– la ordenada belleza de fachadas y puentes, fuentes y cúpulas, con la suave luz de las noches blancas.

A TENER EN CUENTA

Documentación: pasaporte y un visado que se tramita en la embajada.
Idioma: ruso.
Moneda: rublo.
Diferencia horaria: 3 horas más que en España.
Cómo llegar: Hay vuelos directos a Moscú desde Barcelona y Madrid. La capital rusa tiene dos aeropuertos internacionales, situados a 30km del centro y conectados por autobús y tren. Los aeropuertos de San Petersburgo también tienen servicio de autobús hasta el centro. En ambas ciudades las estaciones fluviales se hallan junto a una estación de metro.
Cómo desplazarse: Tanto Moscú como San Petersburgo cuentan con una amplia red de transporte, que incluye metro, autobús, tranvía y mashurutka ominibuses. Las estaciones de metro moscovitas son auténticos museos. La tarjeta Smart Card de Moscú permite un número de viajes ilimitados en un periodo de tiempo.
La travesía de Moscú a San Petersburgo dura una semana, incluye el alojamiento, la pensión completa y excursiones guiadas a los pueblos. En los templos hay que cubrirse los brazos, las piernas y las mujeres también la cabeza.

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Web de Turismo de Rusia
Transiberiano, de Moscú al Pacífico en tren

Hay pocos viajes ferroviarios tan míticos como el Transiberiano, un recorrido a lo largo de 9.289 kilómetros desde Moscú hasta Vladivostok

Desde Europa hasta Asia
La línea ferroviaria que une Europa con los confines de Asia condensa siglos de historia. Por las ventanas del tren desfilan las vastas extensiones de campos de cereales de la Rusia europea, los montes Urales con sus desgastadas colinas, la impenetrable taiga siberiana, las cristalinas aguas del lago Baikal y, por último, la visión de Vladivostok a orillas del Pacífico tras haber cruzado todo un continente
Foto: Maarten Udema / Age fotostock
Marc Morte
5 de marzo de 2018

Transiberiano, de Moscú al Pacífico en tren
Los iconos artísticos de Moscú
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Los iconos artísticos de Moscú

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Fotografías
El Transiberiano no hace referencia a ningún tren, sino a la línea férrea construida a finales del siglo XIX que unió la Rusia europea con sus lejanas provincias siberianas tras años de trabajos hercúleos. Moscú es el lugar perfecto para adentrarse en la historia y el alma de Rusia, una ciudad que no es asiática ni europea, sino simplemente rusa: iglesias de cúpulas bulbosas que recuerdan mezquitas salidas de Las mil y una noches, el Kremlin agazapado tras sus poderosas murallas rojizas, la sombría arquitectura estalinista, un sinfín de rincones para descubrir una ciudad con mil rostros.
Existen tantas rutas del Transiberiano como viajeros y multitud de paradas entre las que escoger, especialmente en el tramo de la Rusia europea, donde se puede optar por tres caminos para llegar a los Urales. Sea cual sea el elegido, al entrar en cualquiera de las estaciones de tren de Moscú, con ese aire palaciego del periodo zarista que evoca los tiempos románticos de los primeros viajes en tren, es imposible no emocionarse ante la perspectiva de un trayecto que se extiende hasta los confines de Asia.

El tramo moscovita

El tren atraviesa los suburbios de Moscú, que dan paso a bosques que se alternan con pequeños asentamientos de dachas, las típicas casas de campo rusas, y pueblos que parecen sumidos en un estado de hibernación. Las opciones para detenerse son múltiples: las históricas ciudades del Anillo de Oro como Vladimir, Suzdal o Yaroslavl, cuyas ricas iglesias medievales rivalizan con las de Moscú; Kazan, capital de la República de los Tártaros, que parece tener un pie en Oriente y otro en Occidente, donde los espigados minaretes de las mezquitas y las resplandecientes cúpulas de las iglesias sobresalen a orillas del Volga; o la orgullosa Nizhni Nóvgorod, con un portentoso Kremlin.
El tren abandona las grandes planicies y empieza a serpentear entre las colinas que conforman los Urales, la cordillera que separa Europa y Asia. No importa la vía que se tome puesto que todas confluyen en la capital de los Urales: Ekaterimburgo. Esta ciudad, creada en 1723 para convertirse en el centro industrial de la región, pasó a la historia porque allí fueron asesinados el zar Nicolás II y su familia por los bolcheviques.
Así fue la curiosa muerte de Iván el Terrible
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Así fue la curiosa muerte de Iván el Terrible

Más allá de los Urales la tierra parece asentarse de nuevo cubierta por una impenetrable taiga y el tren se adentra en Siberia. Aunque hubo expediciones ocasionales, la conquista de este territorio no se inició hasta que Iván el Terrible se deshizo de los kanatos tártaros que ocupaban parte de la Rusia europea. Apenas un siglo más tarde casi toda Siberia ya formaba parte de las tierras del zar. Aunque se encuentre en un ramal de la línea principal, conviene visitar Tobolsk, antigua capital de Siberia, con un majestuoso Kremlin a cuyos pies se extiende la ciudad antigua, con infinidad de casas de madera e iglesias centenarias a orillas del río Irtysh.

Ciudades siberianas

Las ciudades de Omsk, Novosibirsk o Krasnoyarsk aparecen como anomalías entre la naturaleza que las rodea; centros industriales con gigantescos bloques de pisos enmarcados en un horizonte de chimeneas humeantes. Estas poblaciones, fundadas en su mayoría como pequeños asentamientos por cosacos y pioneros a medida que los rusos iban colonizando Siberia, son hoy grandes metrópolis donde viejos edificios zaristas y catedrales provinciales se funden con edificaciones soviéticas y rústicos barrios de casas de madera. Su ambiente relajado contrasta con el estrés que reina en Moscú.
Hay multitud de opciones para explorar el Baikal: en barco, a bordo de un pequeño tren que recorre la vía conocida como el Circumbaikal o a pie
A los 5.185 kilómetros aparece Irkutsk, la ciudad siberiana más atractiva y base ideal para realizar una excursión al Baikal. Este lago de más de 650 kilómetros de longitud es el más antiguo y profundo del mundo y contiene el 20% de las reservas de agua dulce del planeta. Hay multitud de opciones para explorar el Baikal: en barco, a bordo de un pequeño tren que recorre la vía conocida como el Circumbaikal completada en 1904, a pie por alguno de los senderos que rodean el lago, o simplemente durmiendo en Listvyanka en una pensión con vistas. El tren prosigue el viaje rodeando el sur del Baikal hasta llegar a la acogedora Ulén-Udé, la capital de Buriatia, donde los rasgos asiáticos de sus habitantes, el sonido gutural del idioma y los monasterios budistas traen efluvios de la cercana Mongolia. Desde aquí la ruta conocida como el Transmongoliano se dirige a Ulán Bator y Beijing (Pekín).
Para llegar al Mar de Japón aún quedan más de 3.000 kilómetros por algunas de las zonas más despobladas de la vía. De vez en cuando aparecen capitales como Chita, lugar de destierro de los decembristas, un grupo de oficiales que trataron de derrocar al zar en 1825, o Khaba-rovsk, a orillas del grandioso río Amur, en cuya otra orilla se encuentra China. Lentamente, la taiga va dejando paso a paisajes más dulces, con agradables colinas y una vegetación que anuncia la cercanía del océano. En este último tramo se experimenta una mezcla de tristeza ante el fin del viaje y cierta liberación tras tantos días en el tren. El Pacífico aparece de repente, con un deslumbrante azul turquesa, mientras la locomotora aminora su ritmo hasta detenerse en Vladivostok.

Rusia: viaje al frío más extremo

Azotada por los vientos del extremo Norte, Norilsk es uno de los lugares más inhóspitos del mundo

Derrumbes frecuentes
Los derrumbes son frecuentes en Norilsk. El mantenimiento de los edificios, normalmente sustentados sobre pilotes, plantea enormes problemas, sobre todo por la fusión de las capas superiores del permafrost.
Foto: Elena Chernyshova

Herederos del gulag
El plan urbanístico de Norilsk fue concebido en 1940 por arquitectos de Leningrado prisioneros del gulag. En la imagen se ve la calle principal de la ciudad, Leninsky Prospekt, de 2,25 kilómetros de largo.
Foto: Elena Charnyshova

Un agujero abierto al hielo
Una de las mejores maneras de adaptarse al frío del invierno consiste en zambullirse en un agujero abierto en el hielo : una de las actividades principales del Club Morsa de Norilsk, que organiza inmersiones incluso cuando hace viento y la temperatura es de –40 °C.
Foto: Elena Chernyshova
 
Urbanismo contra el frío
En el plan urbanístico de esta ciudad siberiana se tuvieron en cuenta las condiciones climáticas. Los edificios, agrupados formando patios cerrados al abrigo de los fuertes vientos, están separados por angostos pasajes para los peatones.
Foto: Elena Chernyshova

Fundición extrema
En la fundición, la concentración de gases tóxicos es muy elevada: los operarios trabajan protegidos con mascarillas y respiran con tubos conectados a botellas de oxígeno. Las condiciones laborales son durísimas, también por el elevado calor y el ruido; los trabajadores disfrutan de 90 días de vacaciones al año y se jubilan anticipadamente a los 45 años.
Foto: Elena Chernyshova

Mina a cielo abierto
La mina a cielo abierto Medvezhii Ruchéi  opera durante todo el año las 24 horas del día, incluso con temperaturas de -50 °C.
Foto: Elena Chernyshova

Esperanza de vida baja
En Norilsk los niveles de contaminación son elevadísimos. La esperanza de vida es de 50 años, 10 menos que en el resto de Rusia. Las emisiones tóxicas causan enfermedades pulmonares, digestivas y cáncer.
Foto: Elena Chernyshova

Vestigios del pasado
Ruinas de la Casa de la Cultura. La construcción del complejo metalúrgico y de la ciudad de Norilsk comenzó en 1936. Fue una empresa titánica realizada por los trabajadores forzados del gulag en condiciones inhumanas.
Foto: Elena Chernyshova

Sin zonas verdes
En Norilsk no hay zonas verdes. Para encontrarlas, hay que recorrer 30 kilómetros en autobús. Quien no puede hacerlo busca el sol en espacios urbanos como el lago Dólgoye, situado entre la ciudad y la zona industrial.
Foto: Elena Chernyshova

Concentración de metales pesados
La tundra que rodea Norilsk es un yermo. La concentración de metales pesados en el suelo es tan elevada que está prohibido recoger setas y bayas en un radio de 30 kilómetros alrededor de la ciudad.
Foto: Elena Chernyshova

Vida entre cuatro paredes
En invierno, cuando la ciudad se sume en la larga noche que va desde finales de noviembre hasta finales de enero, es difícil realizar actividades al aire libre. La vida se desarrolla principalmente entre cuatro paredes.
Foto: Elena Chernyshova

Complejo minerometalúrgico
En Norilsk, uno de los mayores núcleos de población situados por encima del círculo polar Ártico, se encuentra el complejo minerome­talúrgico más grande del mundo, que reporta a Rusia el 2 % de su PIB.
Foto: Elena Chernyshova

Vida entre cuatro paredes
Para compensar el hecho de que a menudo pasan meses enteros sin ir al patio, las escuelas disponen de amplios espacios cerrados donde los alumnos pueden mantener un ritmo de vida saludable y practicar actividades como correr, jugar o ir en patinete.
Foto: Elena Chernyshova

Superviviente del gulag
Ana Vasílievna Bigus trabajó durante 10 años de su juventud en el gulag. Hoy tiene 88. Deportada de Ucrania a los 19 años, sobrevivió a la invasión alemana y fue acusada de colaboracionismo con los nazis.
Una vez cumplida la pena, se quedó en Norilsk: en Ucrania lo había perdido todo.
Foto: Elena Chernyshova
 
Temperatura extrema
En los jardines de infancia se utiliza una tabla especial que permite comparar la temperatura real y la velocidad del viento. Si el valor de la sensación térmica es demasiado bajo, los niños tienen prohibido salir al exterior.
Foto: Elena Chernyshova
 
Actividades veraniegas
La llegada del verano se celebra con una fiesta: tres días en la tundra en los que tienen lugar diversas competiciones deportivas. Arriba, el equipo Pioneros de Nuestro Tiempo desayuna antes de participar en una carrera.
Foto: Elena Chernyshova

Noche perpetua
Durante el «día polar», que en Norilsk dura desde finales de mayo hasta finales de julio, el sol nunca se pone tras el horizonte y el tiempo es agradable, con temperaturas que en algunos veranos alcanzan los 30 °C.
Foto: Elena Chernyshova
13 de febrero de 2017
 
Norilsk
Норильск
Ciudad cerrada
4Y1A0064 (28832390202).jpg
Centro de Norilsk
Flag of Norilsk (Krasnoyarsk kray).png
Bandera
Coat of Arms of Norilsk (Krasnoyarsk kray).png
Escudo
Norilsk ubicada en Krai de Krasnoyarsk
Norilsk
Norilsk
Ubicación de Norislk en el krai de Krasnoyarsk
Krasnoyarsk in Russia.svg
Localización del krai de Krasnoyarsk en Rusia
Coordenadas69°20′00″N 88°13′00″E / 69.333333333333, 88.216666666667Coordenadas: 69°20′00″N 88°13′00″E / 69.333333333333, 88.216666666667 (mapa)
EntidadCiudad cerrada
 • PaísBandera de Rusia Rusia
Dirigentes 
 • DirigenteSergéi Shmakov
Eventos históricos 
 • Fundación1935 (ciudad desde 1953)
Superficie 
 • Total4.500 km²
Altitud 
 • Media90 m s. n. m.
Población (2016) 
 • Total177 428 hab.
 • Densidad46 hab/km²
Huso horarioUTC+7
Código postal663300–663341
Prefijo telefónico3919
Matrícula24
Sitio web oficial
WIKIPEDIA

Rusia: viaje al frío más extremo
La decadencia del progreso de la antigua Unión Soviética en forma de fotografías
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Fotos: la decadencia del progreso de la antigua Unión Soviética

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Miro con avidez por la ventanilla, intentando distinguir algún contorno en la infinidad de la tundra. Lo único que veo es el vacío. Todo está envuelto en el profundo y oscurísimo azul de la noche polar. Hasta que de pronto aparece bajo el ala del avión el perímetro de un edificio rectangular delineado por unas luces resplandecientes: eso significa que no hay niebla y que estamos a punto de aterrizar. Alrededor solo veo la tundra cubierta de nieve que se funde en el horizonte con un cielo oscurecido por el inminente crepúsculo. La auxiliar de vuelo nos informa de que la temperatura exterior es de 27 grados bajo cero.

El aire gélido irrumpe en el interior del avión, golpeándome las mejillas y la nariz. El autobús arranca hacia Norilsk. A lo largo de la carretera se suceden los postes eléctricos y las tuberías del sistema de calefacción. Entre volutas de humo y de vapor se empieza a entrever el mayor complejo metalúrgico del mundo, de construcción relativamente reciente: su nombre es Nadezhda, que significa «esperanza». Todo parece un escenario ideal para una película sobre una catástrofe nuclear.

La historia de Norilsk empieza cuando Nikolái Urvántsev, geólogo y explorador ruso, descubre en el norte de la meseta de Putorana los yacimientos de cobre y de níquel con un alto contenido en platino. En 1921 Urvántsev construyó una cabaña de madera: la primera casa de Norilsk. En la década de 1930 aparecieron los campos de trabajos forzados ideados por Stalin: Norillag y después Gorlag.

Campo de trabajos forzados

Los deportados iniciaron la explotación de los yacimientos mineros, construyeron las instalaciones, los centros para la separación de los mi­nerales y la infraestructura urbana. Nadie sabe cuántos prisioneros perdieron la vida en Norilsk. Según algunas fuentes, alrededor de medio mi­llón de personas pasaron por este campo de trabajos forzados durante sus 20 años de existencia. La mayoría no regresó jamás.

Paradójicamente, la ciudad debe lo mejor de su arquitectura a su trágico pasado. Parece ser que el trazado urbano de Norilsk fue obra de unos arquitectos de Leningrado, obligados a cumplir aquí sus duras condenas. Sin el gulag, quizás ha­bría sido imposible levantar esta ciudad. ¿Cómo, si no, se habría llevado a cabo el ambicioso proyecto de instalar las fábricas de procesamiento junto a los lugares de extracción de las materias primas, con el objetivo de transportar al «continente» (como llaman aquí al resto del país) solo los productos acabados?

La razón de ser de Norilsk es el complejo minerometalúrgico Norilsk Nickel, que, junto con sus filiales, da trabajo a más de la mitad de la población. Los codiciados metales se extraen de la roca y se procesan en tres centros: las instalaciones de níquel, las de cobre y el complejo metalúrgico Nadezhda. Este gigantesco complejo no tiene parangón en todo el mundo, ni por sus dimensiones ni por las condiciones climá­­ticas en las que se trabaja. De las fundiciones para la separación de los metales del permafrost salen casi una quinta parte del níquel y dos terceras partes del cobre que se producen en Rusia, y más del 40 % de la producción mundial de paladio.
El nivel de contaminación es el más elevado de Rusia y el séptimo del mundo

Las industrias están situadas en la periferia de la ciudad, tan próximas a ella que por el olor del gas se puede deducir la dirección del viento. El procesado del cobre emite un olor dulzón, mientras que los humos procedentes del níquel irritan la garganta. En un año, el complejo industrial emite a la atmósfera unos dos millones de toneladas de sustancias tóxicas –el 98% de las cuales es óxido de azufre–, un nivel de contaminación atmosférica equivalente al de toda Francia.

El suelo también está saturado de metales pesados; la concentración es tan alta que las autoridades recomiendan no recolectar bayas ni setas en los alrededores de la ciudad. No he podido resistirme al deseo de probar una mermelada de frutos amarillos, y ahora me preocupa que los metales pesados hayan penetrado en mi organismo. Y siempre que he comido setas recogidas en la zona he acabado con dolor de estómago.

El doble de riesgo de padecer cáncer

La esperanza de vida es aquí 10 años inferior a la del resto del país, y el riesgo de padecer cáncer es el doble de alto. El nivel de contaminación es el más elevado de Rusia y el séptimo del mundo.
Durante el invierno es inevitable pasar la mayor parte del tiempo en espacios cerrados y con luz artificial. Uno de los principales medios de transporte es el taxi, cuya tarifa es fija: 100 rublos (un euro y medio), independientemente de la distancia y duración de la carrera. Los taxistas dicen que mucha gente los para para ir, literalmente, al edificio de al lado. Los autobuses pasan con frecuencia. A la flota urbana se han incorporado recientemente modelos importados que cuentan con doble acristalamiento aislante y antihielo, a prueba de ventiscas.
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La mayoría de las paradas son tiendas con pequeños vestíbulos con calefacción, pero todavía las hay que están a la intemperie; en ese caso, tienes que saltar para combatir el frío, mientras miras a lo lejos, entre la niebla, a la espera de que cuanto antes y como caído del cielo se materialice la llegada de un vehículo.

Ir al trabajo es una aventura. El complejo Nadezhda está a 12 kilómetros de la ciudad, y la carretera atraviesa la tundra abierta, azotada por vientos furiosos. Cuando hay ventisca la visibilidad es nula y está prohibido circular en coche. De las cocheras parten cada día dos o tres convoyes de entre 15 y 20 autobuses: si uno tiene una avería, los pasajeros pueden subirse al siguiente.

«Esto pasa dos o tres veces por semana –explica Vasili, un operario metalúrgico de 52 años que está esperando en la parada–. Llevo desde las cinco de la tarde, desde que acabé el turno». Miro el reloj: son las 12.10 de la noche. «Cuando pierdes el autobús y la ventisca afloja, compensa volver a pie a la ciudad –prosigue–. Así, al menos por la mañana estás en casa. Pero si al día siguiente trabajas de mañana, tienes que pasar la noche en la fábrica. A veces ni siquiera circulan los autobuses. Entonces todos se refugian en el comedor de Na­dezhda, donde entran en calor con un té caliente».

Pero aunque el tiempo sea endiablado, la producción nunca se detiene. Incluso en los días más duros (los de «tormenta negra») la gente acude al trabajo, mientras que los niños disfrutan de la aktirovka, palabra mágica que se anuncia por radio y televisión: debido a las condiciones me­teorológicas, los colegios permanecerán cerrados. Los deberes se comunican por SMS.

"Me muevo con rigidez. Me siento como una astronauta con el traje espacial. Las ráfagas de viento son tan fuertes que tengo la impresión de aplastarme contra una pared transparente"

He venido equipada con ropa interior térmica, mallas de lana, pantalones de esquí y plumífero. En la cabeza llevo un kagul, compuesto por un gorro, una capucha y una bufanda que me llega hasta los ojos. El vaho que expulso al respirar se transforma rápidamente en hielo. Me muevo con rigidez. Me siento como una astronauta con el traje espacial. Las ráfagas de viento son tan fuertes que tengo la impresión de aplastarme contra una pared transparente, sólida e infranqueable. Una estampa habitual es ver a un transeúnte acurrucado contra la fachada de un edificio esperando que el viento amaine lo justo para correr hasta el cobijo más cercano. Cuando la cellisca se torna hielo, tienes que agacharte y deslizarte como si fueras sobre esquís.

Quienes planificaron la ciudad conocían bien las condiciones meteorológicas del lugar: las casas de viviendas están muy juntas, con patios interiores protegidos del viento. Entre los edificios hay pasajes estrechos de apenas un metro de ancho para facilitar la circulación de los viandantes.

Los edificios «estalinistas» fueron construidos por los prisioneros del gulag, sobre la roca para que duraran eternamente. No es el caso de la ma­yoría de las construcciones posteriores, que no tienen cimientos y reposan sobre pilotes hincados en el permafrost. Las plantas destinadas a las instalaciones de cables y tuberías carecen de calefacción, y las enormes diferencias de temperatura provocan la ruptura de los conductos de agua caliente, con los subsiguientes escapes que no solo funden la nieve de la superficie, sino también las capas superiores del suelo.
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De este modo los pilotes se desestabilizan, se abren grietas y los edificios empiezan a desmoronarse. El número de viviendas abandonadas es demoledor: según al­gunas estimaciones asciende a una quinta parte del parque inmobiliario. Esas casas parecen escenarios de una película de terror. Da la impresión de que la gente salió precipitadamente huyendo de una catástrofe inminente: viejos muebles rotos, botas, libros abandonados… todo cubierto de hielo. Cada estancia conservaba el recuerdo de toda una vida. En un apartamento de 12 metros cuadrados vi el esqueleto de un piano de cola. La persona que vivió en aquel reducido espacio se había permitido el lujo de tener un instrumento así.

El apartotel es el modo de alojamiento más extendido en Norilsk: son edificios construidos con muros de carga, con nueve plantas divididas en dos por un largo corredor, en cada una de las cuales hay apartamentos de 12 a 17 metros cuadrados con un baño y un espacio único con salón, zona de dormitorio y cocina. Estas viviendas se asignaban a todos los recién llegados, que después pasaban a una lista de espera para conseguir un piso. Sin embargo, estos alojamientos provisionales acabaron convirtiéndose en permanentes para muchas familias.

El mito del extraordinario nivel de vida de los ciudadanos de Norilsk viene de la época soviética posterior al gulag. Para atraer trabajadores se estipularon ciertos privilegios: salarios cuatro veces superiores a los del continente, tres meses de vacaciones pagadas al año, vales gratis para los sanatorios y campamentos de verano infantiles, y jubilación anticipada a los 45 años con una buena pensión y un piso en el continente después de estar de 15 a 20 años en activo. Los pasajes de avión eran baratos y muchos iban los fines de semana a Krasnoyarsk o a Moscú a visitar a los amigos. Los suministros de víveres eran regulares. La gente rememora aquellos tiempos con nostalgia.

En los años setenta uno llegaba aquí enviado por el Komsomol (la organización juvenil del Partido Comunista) o por invitación de familiares. Los buenos salarios y la idea romántica del Norte atraían a la gente. La hospitalidad y solidaridad de los vecinos de Norilsk eran proverbiales. Un día, una pareja recién llegada que no conocía a nadie ni tenía dónde dormir entabló conversación con un pasajero en el tren que va del aeropuerto a la ciudad. Unos minutos de charla bastaron para que les entregara unas llaves y una dirección. «Estaré fuera tres meses; podéis quedaros en mi casa», les dijo. Hay muchas anécdotas como esta.

El que llega, se queda

Algunos vinieron a Norilsk para quedarse entre tres y cinco años, el tiempo suficiente para ahorrar dinero y marcharse. Con el tiempo, formaron una familia y se quedaron. «¡Ten cuidado! –me dice alguien en broma–, ¡no te vayas a quedar tú también enganchada!». Pero de aquellos privilegios de antaño solo queda el recuerdo. Hoy el salario medio de un operario oscila entre 795 y 1.100 euros, y el de un funcionario público, entre 270 y 570 euros. Todo es importado, y muy caro.

Los billetes de avión, prohibitivos. Los que trabajan en el complejo minero ven parcialmente compensados sus principales gastos, pero los demás se las arreglan como pueden. Las vacaciones de verano son un lujo, y muchos solo salen de aquí una vez cada cinco o siete años.
"Hacia las dos de la tarde la oscuridad empieza a retirarse y da la impresión de que por fin llega el día, pero esa especie de claridad desaparece rápidamente, como si la absorbiera la oscuridad eterna"

Dicen que puedes vivir en Norilsk si eres capaz de salir indemne de la primera noche polar. Yo no he superado la prueba. Sin el ciclo natural del día y la noche, siento que las jornadas no obedecen a ninguna lógica. Estoy perdida, confusa por la monotonía de la oscuridad. Siento una especie de miedo atávico a no ver nunca más la luz. Hacia las dos de la tarde la oscuridad empieza a retirarse y da la impresión de que por fin llega el día, pero esa especie de claridad desaparece rápidamente, como si la absorbiera la oscuridad eterna.

En el autobús, una madre pregunta a su hijo de cuatro años: «¿Qué estación viene después del invierno?». «El verano», responde el niño. «No –replica la madre–. Entre el invierno y el verano hay otra estación: la primavera. ¿Y qué viene después del verano?». «El invierno», responde el pequeño… Los niños siempre dicen la verdad. En Norilsk la primavera y el otoño pasan en un santiamén.
El verano es también muy breve. A mediados de junio, la nieve se derrite durante algunos días. Es el período de las noches blancas: sombras alargadas, calles desiertas, temperatura suave. Es el día polar. Durante dos meses el sol no se pone, y la luz natural lo ilumina todo, de día y de noche.
«¿Qué hora es?», pregunta alguien. «Las diez», responde otro. «¿De la mañana o de la noche?».

La gente sale de paseo hasta tarde. Pero esta estación, la única en que no es necesario reunir fuerzas para combatir el frío, no dura mucho. Es el tiempo de las vacaciones, de los viajes al continente, de las excursiones por la tundra. Es el momento de descubrir los paisajes urbanos e industriales alrededor del lago Dólgoye. Los niños chapotean bajo los chorros del agua de refrigeración de la central eléctrica.

Con los vapores de la fábrica de níquel como telón de fondo, la gente toma el sol, prepara shashlik (brochetas de carne) o se da un baño en esas aguas industriales. Los enamorados se citan por primera vez a la sombra de las tuberías. Es el mejor momento para visitar los alrededores de la ciudad, los asentamientos abandonados, las instalaciones militares…

Opiniones dispares

Los habitantes de Norilsk tienen percepciones diversas sobre su ciudad. Para unos no es más que un lugar de trabajo; para otros, un sitio donde vivir, a veces agradable. Muchos la comparan con una lata de conserva, o con un acuario envuelto en nieblas y aislado del mundo.

Algunos ven en ella su salvación, la oportunidad de una vida mejor. «En mi casa estaba bien. ¿Pero cómo se puede vivir sin trabajo? –dice un recién llegado–. Es mejor vivir con este frío y esta contaminación, pero poder ganarte el pan y dar un futuro a tus hijos».
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Pese a todo, los vecinos de Norilsk aman su ciudad. Aunque hablen mal de ella, se quejen del aire malsano y de que «ya está bien de tanta nieve que no se acaba nunca», cuando llega el momento de marcharse de allí, sienten nostalgia. Encargan a los amigos que les lleven la mayonesa de Norilsk y los periódicos locales. Incluso alguno, al regresar de las vacaciones, dice: «Qué ganas tenía de volver a casa, a Norilsk».

Y, francamente: ¿en qué otra ciudad del mundo se organizan excursiones de fin de semana con los amigos solo para ir a ver el sol? ¿En dónde se discute acaloradamente sobre cuándo volverá a salir de nuevo?

Tras mes y medio de noche polar, marcada por las temperaturas árticas y los vientos más violentos, cuando por fin se vuelve a encender sobre el horizonte esa pequeña esfera roja cargada de energía vital, la gente vuelve a sentirse feliz, tranquila y en paz.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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