Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., sinceramente en este mundo lleno de aparente tecnología científica que todo lo puede y todo lo sabe, pero aún estamos en pañales, para descifrar lo que yo denomino: "Código Galáctico de Símbolos y Signos Espaciales", idioma intergaláctico desconocido en la Tierra.
Tal vez, sin ánimos de aventura, algo parecido está pasando con el supuesto " Libro misterioso cuyo idioma no se podido descifrar", estoy de acuerdo que cabe la posibilidad que fue "olvidado a propósito", por algún extra terrestre que estuvo de paso por La Tierra; para dejarnos el trabajo de descifrar lo que ellos son y donde viven.
BBC Mundo Noticias, describe la noticia y la toma con pinzas, por que no concede el beneficio de la duda al admitir que podría ser un fraude de Wilfrid Voynich, el propietario y librero vendedor de libros de segunda mano.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-44747224
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/04/140407_libro_codigo_voynich_misterio_mr_finde
Unas escrituras que nadie consigue interpretar... y cuya información podría perderse para siempre.
La Biblioteca Oriental de Manuscritos del gobierno en Chennai, en el sur de India, conserva más de 70.000 manuscritos hallados y desenterrados de diferentes lugares.
La colección es considerada de suma importancia, dado su tamaño.
Pero entre todos aquellos manuscritos hay algo que llamó especialmente la atención de los expertos.
Se trata de una extraña escritura antigua, en una lengua que nadie pudo identificar hasta el momento.
"No tenemos esta escritura registrada. Está escrita en hojas de palma y vino con el resto de la colección cuando nuestra biblioteca abrió, en 1869," afirma el bibliotecario Chandra Mohan.
"Nuestra biblioteca guarda 50.180 manuscritos de valor en hojas de palma, 22.134 manuscritos en papel y 26.556 obras de referencia."
De estas, más de 49.000 están escritas en sánscrito, mientras las escritas en tamil rondan las 16.000.
Muchas de las valiosas hojas de palma y las láminas de acero de la biblioteca son parte de la colección privada del coronel Colin McKenzie, el primer topógrafo general de India.
McKenzie llegó a India en 1783 con un marcado interés en las matemáticas y las lenguas.
"Él hizo que parte de su personal viajara por todo el país, especialmente por el sur, para recolectar estas escrituras", comenta Mohan durante una entrevista con el diario The Hindu.
La colección incluye obras de literatura, historia, medicina y naturaleza, pertenecientes a varios períodos históricos.
Todos los manuscritos bajo un mismo techo
Mckenzie murió en 1821 y la compañía East India compró su colección.
Esta fue agrupada en tres partes y una de ellas fue enviada a Chennai, en el sur del país. Mientras, otros dos trabajadores de la compañía tenían su propia colección.
Fue un profesor de sánscrito de la Universidad Presidency de Calculta quien jugó un rol crucial en reunir toda la colección bajo el mismo techo.
Pero ese techo fue cambiando y, hace poco tiempo, la biblioteca estrenó ubicación al pasar al piso siete de la Biblioteca Anna Centenary, en Chennai.
La biblioteca alberga manuscritos en distintas lenguas, que incluyen el telugu, el urdu y el persa.
Estudiosos de todo el mundo visitan la biblioteca cada año para analizar e interpretar la información que contienen estos documentos.
Posibles conexiones con el sigo XVI
Fue uno de los académicos que visitó la biblioteca en 2008 quien se encontró con unas escrituras no identificadas e hizo una suposición.
"Él creía que los manuscritos habían venido de Karnataka y que lo más probable era que pertenecieran a la época de Krishnadevaraya," recuerda Chandra Mohan.
Krishnadevaraya fue un guerrero del siglo XVI, quien gobernó el antiguo imperio indio de Vijayanagara durante casi dos décadas.
Pero rápidamente advierte que "no hay forma de comprobar la afirmación del científico".
La escritura no identificada se extiende por cuatro páginas y se encuentra en la sala de exhibición de la biblioteca.
"En 1965 publicamos un anuncio en un periódico regional y convocamos a lingüistas y académicos a que nos ayudaran a identificar las escrituras, pero no obtuvimos ninguna respuesta", dice Mohan.
¿Podría un visitante ayudar a decodificarlo?
La biblioteca reúne esfuerzos actualmente para preservar tanto el manuscrito misterioso como el resto de los que la biblioteca atesora.
Una combinación de métodos químicos y manuales están siendo usados para evitar su deterioro.
"Cada tres meses usamos aceite de citronela para preservar las copias," dice Mohan.
"También hemos incorporado tecnología moderna y hemos podido laminar varias escrituras, además de nuestros esfuerzos de digitalización y transcripción."
La autoridades del estado concedieron US$45.000 a la biblioteca para que pueda modernizar y digitalizar su contenido.
El remozamiento probablemente haga más entendibles las escrituras. Pero ¿podría esto llevar a su identificación?
"Quizás en algún momento en el futuro un académico será capaz de interpretar estas escrituras. Si no, toda esta información se perderá."
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El misterioso libro cuyo idioma nadie ha podido descifrar
Es un libro que nadie ha podido leer, que está escrito en un idioma que no existe, está ilustrado con plantas y criaturas que nunca han sido vistas en el planeta.
¿De qué se trata? ¿Un sistema de comunicación secreto sobre un tesoro enterrado? ¿El manual de un envenenador? ¿La receta codificada para la eterna juventud?
Esta es la desconcertante y, hasta ahora, indescifrable historia de un manuscrito antiguo que ha confundido a algunos de los más grandes criptógrafos del mundo. ¿Realmente se trata de un código hecho para ser desvelado o es una broma muy bien elaborada?
Vine a la Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, para resolver un misterio que hace que el Código de Da Vinci se vea un tanto soso.
Se le conoce como el Manuscrito de Voynich, en honor al comerciante de libros de segunda mano Wilfrid Voynich, quien dijo que lo descubrió en Italia en 1912.
Desde entonces, el texto ha obsesionado a un sinnúmero de expertos y ha generado numerosas teorías, unas científicas, otras realmente descabelladas.
"Mi favorita es la que dice que se trata de un diario ilustrado de un adolescente extraterrestre que lo dejó en la Tierra antes de partir", bromea el curador de Beinecke, Ray Clemens.
Dibujos
Lo que me sorprende es cuán pequeño es. Esperaba un manuscrito del tamaño de un álbum. Sin embargo, el libro que tengo enfrente es del tamaño de uno de los libros de la colección de clásicos de la editorial Penguin.
Está encuadernado con una débil cubierta de vitela (piel de vaca o ternera que sirve para pintar o escribir sobre ella) de color marfil viejo.
Tiene 240 páginas ilustradas. En ellas se pueden ver plantas raras, símbolos astrológicos, criaturas con formas de medusas y lo que se asemeja a una langosta.
En una de las imágenes se ve a un grupo de mujeres con piel de alabastro, desnudas, que se deslizan por lo que parece ser un tobogán de agua.
El texto está escrito con letras marrones que me recuerdan al idioma Elvish, creado por el escritor inglés J. R. R. Tolkien, autor de novelas de fantasía como "El hobbit" y "El Señor de los Anillos".
Hechos
Pero vamos a remitirnos a algunos hechos: Voynich nació en 1865, era de origen polaco y vivía en Lituania, territorio que en ese entonces pertenecía al Imperio Ruso. Fue detenido y llevado a Siberia por ejercer actividades revolucionarias. Huyó a Inglaterra a través de Manchuria.
En Londres, estableció una librería de textos de segunda mano, la cual se convirtió en un centro donde confluían exiliados políticos. Entre ellos se encontraban figuras como Carlos Marx y un inmigrante ruso, quien adoptó el apodo de Sidney Reilly y se volvió famoso por ser "El As de los Espías".
Voynich dijo que se había topado con el manuscrito en un seminario jesuita, afuera de Roma, llamado la Villa Madragone.
En el manuscrito había anexada lo que parecía ser una carta escrita en 1665 por Johannes Marcus Marci, un físico del Sacro Imperio Romano.
En la misiva decía que el texto le llegó a pertenecer a Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1576-1612), y que probablemente era obra del alquimista isabelino Roger Bacon.
Otros dos posibles autores que suelen vincularse con el misterioso texto son: John Dee, un mago extraordinario y astrólogo de la reina Isabel y uno de sus seguidores, Edward Kelley.
Voynich se refirió al libro como "El manuscrito con el mensaje codificado de Roger Bacon".
Imán
Desde entonces, se ha transformado en un imán para las mentes brillantes. El estadounidense William Friedman, uno de los grandes criptógrafos del siglo XX, quien creó una institución que recientemente ha estado en la palestra pública gracias a Edward Snowden, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés), pasó 30 años intentando descifrar el código del manuscrito.
Las nuevas teorías en torno al misterioso libro se reproducen como moscas.
Un botánico estadounidense retirado dijo recientemente que algunas de las plantas eran de origen mesoamericano, mientras que un experto británico aseguró que, tras aplicar conocimientos en lingüística, tradujo diez palabras.
Una alerta
Yo creo que el manuscrito fue falsificado por el propio Wilfrid Voynich.
Uno de los artilugios más comunes en la historia de la falsificación es el de un comerciante de libros raros que "descubre" un manuscrito previamente desconocido.
Voynich es conocido por tener ese toque mágico. Se dice que adquirió una gran cantidad de pergamino y que aplicó el conocimiento sobre química que obtuvo en la Universidad de Moscú para producir tintas medievales y pigmentos.
Se cuenta que entre los libros que estudió su sombrío amigo Sidney Reilly en la biblioteca del Museo Británico se encontraba "Algunas Observaciones sobre Tintas Antiguas".
Creo que al haber falsificado el manuscrito, Voynich hizo lo que numerosos falsificadores ya habían hecho: crear un segundo documento para validar el primero y darle un origen plausible.
Pero hasta que las pruebas forenses de la tinta y los pigmentos no se hagan, el enigma de este misterioso libro seguirá cautivando a presentes y futuros "Voynicologistas". Hasta ahora sólo se ha logrado determinar que la vitela data del siglo XV.
"Para descifrarlo, él dedicó un esfuerzo infatigable", Marci escribió sobre un propietario previo del manuscrito en la carta que Voynich aseguró que estaba adjunta. "Como queda obvio con sus intentos, que aquí incluyo, y solo abandonó la esperanza al quitarse su propia vida".
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BBC Mundo Noticias
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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