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domingo, 14 de octubre de 2018

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo CDLXXIV .- En el trayecto que iban don Emilio Culquicondor y Tobías cargando el cuerpo de Emilio Segundo; llegaron dos hombres jóvenes, quienes eran enemigos del herido....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG.,continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; don Emilio Culquicondor y su hijo Tobías, regresaban a su casa y para enderezar el camino, haciendo más corto el recorrido, optaron por la acequia de agua que nace justamente en la vega(huerta) de Florinda Campos; Tobías antes de llegar la "ojo de agua"(nacimiento de la acequia) sintió terribles presentimientos que le anunciaban que algo funesto les iba a suceder o ya había sucedido; anuncio premonitorio, por que cuando llegaron al chorro de agua siguiendo el sendero de la acequia, encontraron desfalleciente el cuerpo curucho(desnudo) atado a cuatro estacas de Emilio Segundo, estaba capado(castrado), y las hechoras(causantes) eran: Florinda Campos e Inés Chinchay, quienes huyeron ante la presencia de los dos hombres...

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Don Emilio Culquicondor, un bandolero de viejo cuño, quien llegó a formar la "Banda de los Culquicondor", asaltaron y se batieron en infinidad de desafíos(retos); ahora se dedicó a trabajar la tierra y a la crianza de ganado vacuno; era secundado por dos de sus hijos Tomás y Tobías, pero el tercero Emilio Segundo, haciendo honor al nombre de su padre siguió o heredó ser bandolero y lo sobrepasó en capacidad delictiva, por que cuando realizaba sus andanzas de asaltos; solía hacerlo como costumbre, quien   asaltaba y asesinaba a sus víctimas si oponían resistencia; también era mujeriego perjudicando(forzando) a cuanta mujer que se le cruzaba en el camino.
Pero, todo en la vida de un hombre por cruel y azarosa sea en su comportamiento tiene un límite; la costumbre de forzar(violar) mujeres indefensas, él(Emilio Segundo) las acumulaba como una "hazaña"; ellas como respuesta lamentablemente al ser mancilladas y perjudicadas(forzadas) no tenían otra arma que callar por la vergüenza a su propia gente, que en vez de ayudarlas, las señalaban como  víctimas fáciles y que ya no eran dignas de su aprecio o respeto familiar, era el castigo de la injusticia rural.
Pero, el bandolero Emilio Segundo, tuvo una debilidad: él se había enamorado de Florinda Campos, aún así la forzó(violó) en su propia huerta; ella juró venganza, el hechor(causante) siempre escuchaba esas amenazas de sus víctimas, pero solo eran palabras de dolor y despecho y allí quedaba todo, con la impunidad total del temible bandolero.
Pero, Florinda Campos, ella fue diferente, juró venganza con lágrimas que afloraban abundantes de sus ojos mojando todo su rostro y logró vengar su honor ultrajado, capando(castrando) al hechor, y como ella tenía experiencia capando chanchos(verracos); la aplicó con los testículos de su victimario(hechor), con tal técnica que suturó las heridas como una experta cirujana.
Don Emilio Culquicondor, lloraba por la impotencia que no podía hacer nada por devolver la integridad corporal de su hijo Emilio Segundo, ahora él, se había convertido en un capón(castrado), era el peor castigo que sufría un ser humano, tal vez era la Ley de Talión: Ojo por ojo, diente por diente y agregar algo más : "Testículos por violación"..., que justamente constituyen los símbolos de la hombría de cualquier varón.
Como Tobías, fue a la hoyada con machete en mano a cortar unas varas para armar una camilla, y transportar el cuerpo de su hermano Emilio Segundo a la casa, por que él, no podía caminar por las heridas del corte del escroto; él regresó con cuatro varas largas para el trabajo del transporte, rápidamente don Emilio, tomó las medidas utilizando  un trozo de madera de todo el cuerpo de su hijo, ellos recortaron las varas, dos de ellas serán largas para los hombros de los cargadores y las otras se recortaron y amarraron en forma de una camilla, allí irá el cuerpo de Emilio Segundo en posición yacente, se tomará el sendero de la acequia que les ofrece un trecho parejo hasta llegar al desvío, desde allí irán por unos 400 metros hasta llegar al camino real.
El inconveniente era que , que don Emilio, ya era muy anciano y no tenía la misma fortaleza corporal, como para llevar en hombros a su hijo hasta llegar a la casa; en cambio Tobías, aún muy joven, era quien debería llevar el mayor peso, por lo que se ingeniaron atravesando a lo ancho parte de las varas recortadas que carguen todo el abdomen, cintura y parte de las piernas, dejando atrás el menor peso, felizmente en dos horas hicieron el trabajo, echaron el cuerpo de Emilio, quien junto a su padre lloraba su desgracia.
Tobías, ordenó a su hermano herido acostarse sobre la camilla, como se habían trenzado las sogas, se dejó sueltas parte de estas para que se agarre el herido y evitar que se caiga de la camilla.
Al levantar la camilla, fue Tobías para adelante y quien dirigirá la caminata y su padre don Emilio irá atrás como sostén y emprendieron la ida hacia la casa, atrás quedó las manchas de sangre, la botella vacía del aguardiente que hizo las veces de alcohol, los dos carrizos(asesinos) que cortaron el escroto y los calzones tendidos de Florinda  e Inés Chinchay.
Los cargadores caminaron todo el trecho de la acequia, hasta que llegaron al desvío de la acequia que se dirigía hacia abajo, pero ellos bajaron el cuerpo y descansaron; pero don Emilio estaba muy cansado, o mejor dicho totalmente agotado, él había resistido hasta allí y no estaba seguro, si sus hombros resistirían más y preguntó:
--- Emilio Segundo, ¿Cómo te sientes?
El adolorido hombre, contestó:
--- Padre, estoy completamente mal, se está hinchando mi herida, ya no sale sangre, pero resume(aflora) una sanguaza que humedece mis piernas, creo que la infección empezó y tendré una muerte lenta y penosa.
Don Emilio al escuchar esas expresiones lastimeras de su hijo, lo conmovió y de nuevo empezó a llorar por la impotencia de no poder responder a la agresión de su hijo y replicó:
--- Hijo mío, me duele en el alma verte así postrado e inservible, pero llegaremos a la casa y te curaremos, allí hay muchas plantas y hierbas medicinales que te desinfectarán la herida; lo que siento es que ya no tengo fuerzas para seguir cargando la camilla, me llegó la vejez y no puedo más.
Repentinamente aparecieron dos hombres jóvenes, quienes bajaban cuesta abajo, ya que por el desvío de la acequia, también era camino de a pie(no acémilas) y se enderezaba para llegar al destino del viaje, ellos eran: Andrés Huamán Campos y Epifanio Maza Campos; ellos eran primos entre ellos y también primos de Florinda Campos, ellos eran bastante amigos de Tomás Culquicondor, pero enemigos declarados de Emilio Segundo, a Tobías parece que no lo conocían, pero ellos si conocían de lejos a don Emilio Culquicondor(no tenían amistad).
Todo fue un sorpresivo encuentro, tal vez no deseado;  en estos momentos, pero muy necesario por la urgencia del herido, al llegar los desconocidos, los allí presentes(cargadores) se pusieron de pie en acción de defensa; pero fue Andrés Huamán Campos, quien ya había visto a su enemigo echado(postrado) sobre la camilla y saludó así:
--- Buenas tardes, solo bajamos por aquí.
Tobías, que no los conocía, reaccionó viendo y pensando que llegó la ayuda que tanto la necesitaba para cargar el herido y les contestó:
--- Buenas tardes amigos, bienvenidos estamos en son de paz, cargamos a mi hermano Emilio, quien está herido, pero  mi padre se cansó y falta mucho trecho para llegar a la casa.
Era una invitación o pidiendo ayuda de parte Tobías, pero Andrés, quien también era pendenciero, replicó:
--- Amigo, no te aflijas, si están cargando a este adefesio de mierda, simplemente déjenlo para que sirva de comida de los gallinazos y ustedes regresen libres de esta pesada carga a su casa...
Era una provocación descarada que ninguno de los tres Culquicondor podrían responder, pero fue entonces que don Emilio desenvainó su machete de la cintura para responder el insulto contra su hijo...
Continuaremos....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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