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miércoles, 26 de diciembre de 2018

ALIMENTACIÓN : CÁNCER .- NATIONAL GEOGRAPHIC.- Falsos mitos sobre alimentación y cáncer.................... El vínculo del colesterol con el cáncer ................ Descubierta una proteína clave en la metástasis del cáncer

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, ha elaborado un amplio reportaje sobre los "Falsos Mitos sobre la alimentación y el cáncer."
National Geographic.- narra : "Una buena alimentación puede ayudar a prevenir el cáncer, pero no existe ningún alimento que por sí mismo sea capaz de provocar o curar esta enfermedad. Otra cuestión es la manera de cocinarlos, el abuso de las dietas ricas en grasas o el consumo excesivo de alcohol, factores sobre los que sí se ha demostrado que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. Existe mucha información sobre el hipotético poder curativo o perjudicial de algunos alimentos, pero no todo lo que es vox populi es cierto. Ni mucho menos....!a vuelo

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/descubierta-una-proteina-clave-metastasis-del-cancer_10931
Un estudio del IRB Barcelona ha identificado unas células responsables de iniciar y promover metástasis en diversos tipos de tumores

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/el-colesterol-y-la-migracion-celular_9295
El estudio ha demostrado que el colesterol es clave para regular distintos mecanismos celulares, como el que provoca la metástasis

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/falsos-mitos-sobre-alimentacion-y-cancer_13486
Ni el café produce cáncer ni el té lo previene. Estas son algunas de las creencias infundadas más frecuentes

Tazas de café

Foto: Rebecca Hale, NGM
Redacción
19 de diciembre de 2018

Una buena alimentación puede ayudar a prevenir el cáncer, pero no existe ningún alimento que por sí mismo sea capaz de provocar o curar esta enfermedad. Otra cuestión es la manera de cocinarlos, el abuso de las dietas ricas en grasas o el consumo excesivo de alcohol, factores sobre los que sí se ha demostrado que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. Existe mucha información sobre el hipotético poder curativo o perjudicial de algunos alimentos, pero no todo lo que es vox populi es cierto. Ni mucho menos.
La única receta mágica para prevenir esta enfermedad desde el punto de vista de la alimentación es mantener una “dieta rica en frutas y verduras, consumir alimentos integrales, frutos secos y legumbres, y evitar el consumo habitual de alimentos procesados, con exceso de sal y/o azúcares, así como de carne roja –afirma Marta Blanco, oncóloga de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC)–. No existen dietas anticáncer, únicamente podemos hablar de hábitos nutricionales saludables que nos ayudan a disminuir el riesgo de algunos tipos de cáncer", añade.
De hecho, según la AECC, las dietas ricas frutas y verduras evitarían un 20% o más de todos los tipos de cáncer, especialmente los de cavidad oral, esófago, pulmón, estómago, colorrectal, páncreas, mama y vejiga.
No existen alimentos mágicos que sean capaces de curar o provocar el cáncer. Pero una buena alimentación puede ayudar a prevenirlo.
La recomendación de los médicos es sencilla: consumir abundantes frutas y verduras, moderar el consumo de grasas –de tal modo que no supere el 30% de las calorías totales– y evitar en la medida de lo posible el consumo de alcohol y productos que contengan azúcares añadidos. Ni los suplementos vitamínicos reducen el riesgo de cáncer, ni el café, los edulcorantes artificiales o los aditivos los provocan.
Entre los estudios al respecto, destaca este artículo publicado en 2015 en la revista especializada Cancer Epidemiology en se desarrollan los puntos especificados en el llamado "Código Europeo Contra el Cáncer", o esta investigación realizada por científicos españoles sobre la relación entre la dieta mediterránea y el cáncer de mama.
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Creencias erróneas sobre el cáncer

Desde la AECC conocen muy bien la enfermedad y los falsos mitos que van de boca en boca hasta el punto de casi convertirse en religiones dietéticas anticáncer. Por eso han decidido recopilarlas de cara a eliminar esas faltas creencias que pueden confundir a la sociedad. Estas son algunas de las principales:
 
1- “Tengo que comer cosas especiales para curarme”
Falso. En la mayoría de las ocasiones no es preciso modificar la dieta. En general, es recomendable realizar una alimentación equilibrada y saludable (como la de cualquier persona no enferma). Un buen estado de nutrición permite tolerar mejor las terapias. Sí es cierto que con algunos tumores y/o tratamientos es necesario modificar temporalmente la dieta para minimizar o hacer desaparecer algún síntoma molesto. Sin embargo, una vez que dicho síntoma desaparece, se puede retomar la dieta habitual. Y siempre supervisado por un médico especialista.

2- “El alcohol no provoca cáncer”
Falso. El alcohol aumenta el riesgo de padecer cáncer de boca, esófago, laringe, estómago e hígado. Una amenaza que se potencia si se asocia al consumo de tabaco, explican desde la AECC.
Existe un fuerte consenso científico de que el consumo de alcohol puede causar varios tipos de cáncer.
En su Informe sobre Carcinógenos, el Programa Nacional de Toxicología del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos incluye en la lista el consumo de bebidas alcohólicas como un conocido carcinógeno humano.
Por otra parte, este estudio elaborado en parte por científicos españoles establece una relación entre la metilación del ADN, un marcador del cáncer, y la ingesta de alcohol.
Tal y como se especifica en el Código Europeo contra el Cáncer, la mejor prevención es eliminar por completo el consumo de alcohol. Esta investigación, avalada por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), desvela hasta qué punto existe una relación causal entre el consumo de bebidas alcohólicas y casos de cáncer de cavidad oral, colorrectal, faringe, laringe, esófago, hígado y mama.

3- “Los suplementos de vitaminas reducen el riesgo de tener cáncer”
Falso. Los estudios actuales sugieren que aquellas personas que ingieren una mayor cantidad de frutas y verduras en su dieta habitual poseen menor riesgo de padecer determinados tipos de cáncer. ¿Por qué? Parece que la clave está en los antioxidantes.
Como resultado del metabolismo normal se producen una serie de sustancias oxidantes que lesionan los distintos tejidos y que son los responsables del envejecimiento normal de los mismos y, en ocasiones, de las lesiones precursoras del cáncer. Los antioxidantes se encuentran en las frutas y verduras, entre otros alimentos, y destruyen los productos derivados de la oxidación, protegiendo los tejidos del daño que pudieran causar los mismos.

Son antioxidantes la vitamina C, la E, el selenio, los carotenoides... (la vitamina C y la E, junto con la provitamina A, son las únicas que cumplen la función de antioxidantes). Importante: los estudios demuestran que el consumo de frutas y verduras reduce la probabilidad de tener algunos tipos de cáncer, pero no hay evidencia de que los suplementos como tal tengan la misma función.

4- “Los edulcorantes artificiales causan cáncer”
Falso. Los edulcorantes (como la sacarina o el aspartamo) no aumentan el riesgo de padecer cáncer. Es cierto que determinados estudios realizados con sacarina, empleada a grandes dosis, en ratas de laboratorio han puesto en evidencia que puede promover el desarrollo de cánceres vesicales por poseer una acción erosiva sobre la mucosa. Sin embargo, los estudios epidemiológicos en humanos no han demostrado el aumento de la incidencia de cáncer de vejiga.

5- “Los alimentos transgénicos tienen relación con la aparición de cáncer”
Falso. No existen estudios científicos que hayan relacionado los alimentos transgénicos con procesos oncológicos. Estos alimentos, los famosos OMG (organismos modificados genéticamente) se modifican mediante técnicas de bioingeniería. Básicamente se les introducen genes que cambian ciertas cualidades (como su tamaño, dureza, grosor de la piel, cantidad de pepitas...) a partir de genes de otro organismo. Pero al comerlos no cambia los genes del consumidor.

6- “Tomar café produce cáncer”
Falso. Hace años un estudio científico relacionó la ingesta de café con el aumento del riesgo de padecer cáncer de páncreas; sin embargo múltiples estudios de los últimos años no han encontrado relación alguna, incluso algunos evidencian beneficios y un posible papel protector en determinados tipos de cáncer, como el de colon.
Por ejemplo, el artículo "Cofee and cancer risk: a summary overview", se especifica que no solo no hay ningún tipo de correlación positiva entre el consumo de café y el cáncer, sino que su consumo moderado se asocia incluso con una menor incidencia en determinados cánceres, como el de hígado o el orofaríngeo. Del mismo modo, el estudio indica que los datos parecen demostrar un efecto positivo del consumo de café en los casos de cáncer colorrectal.
Esta otra investigación , titulada Cofee and pancreatic cancer risk among never-smokers in the UK prospective Million Women Study , tampoco encuentra relación casual entre el consumo de café y el cáncer de páncreas entre no fumadores, por lo que la relación encontrada en otros estudios podría ser espuria, al estar basada en otro factor (el tabaco), el cual habría dado lugar a confusión.
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7- “La manera de cocinar los alimentos no influye en el riesgo de padecer cáncer”
Falso. Es importante evitar alimentos muy fritos o muy asados a la parrilla, ya que pueden contener benzopirenos, unos compuestos cancerígenos. Además, no se debe abusar de los alimentos ahumados, salazones o conservados en vinagre, pues producen nitrosaminas.

8- “Los aditivos causan cáncer”
Falso. Los aditivos están presentes en un número muy variado de alimentos pero en cantidades muy pequeñas. De hecho los aditivos autorizados no son perjudiciales para la salud, ni siquiera si se consumieran de forma excesiva.

9- “Los alimentos irradiados pueden causar cáncer”
Falso. No existe evidencia de que el consumo de este tipo de alimento aumente el riesgo de cáncer. Se irradian determinados alimentos con el objeto de matar los organismos dañinos que podrían acelerar la destrucción del mismo. La radiación no permanece en el alimento irradiado tras el tratamiento, es solo un mito sin fundamento científico.

10- “El azúcar causa cáncer o hace que empeore”
Falso. Hay diferentes teorías que respaldan la idea de que el consumo de azúcar está directamente relacionado con la aparición del cáncer o su empeoramiento. Cuando hablamos de azúcar, normalmente hacemos referencia a la sacarosa, o azúcar de mesa, que resulta de la unión de una molécula de glucosa y otra de fructosa. Sin embargo, además de la sacarosa, existen otras formas de azúcar, como por ejemplo, la lactosa (azúcar de la leche) o la fructosa (azúcar de la fruta). De todas las moléculas citadas anteriormente, la glucosa constituye la principal fuente de energía de nuestro organismo.

A través de diversos mecanismos, en los que interviene el páncreas, la glucosa llega a las células para que estas puedan vivir y realizar sus funciones de manera adecuada.

El cáncer está formado por células que característicamente presentan mutaciones, y éstas les confieren la capacidad de reproducirse a una velocidad mucho más rápida que el resto de células de nuestro organismo. Estas células malignas, al igual que las sanas, utilizan como principal fuente de energía para desarrollar sus funciones la glucosa, pero necesitan de una cantidad mayor puesto que crecen de manera más rápida.

El sobrepeso y obesidad son factores de riego frente algunos tipos de cáncer, como el de mama o el de colon
Esta afirmación no debe confundirse con la idea de que las células malignas crecen más rápido si la persona ingiere más azúcar en su dieta, sino que consumirán mayor cantidad porque su metabolismo así lo requiere.

Existen diversos estudios sobre la relación entre el consumo de azúcar y diferentes tipos de cáncer, pero ninguno de ellos es concluyente.
Lo que sí debemos recordar es que el sobrepeso y obesidad son factores de riego frente algunos tipos de cáncer, como el de mama o el de colon, y que la ingesta elevada de azúcares de absorción rápida favorece la obesidad. Por lo que es recomendable evitar el exceso de azúcares refinados y preferir los hidratos de carbono complejos, que son más saludables.

11- “La obesidad no aumenta el riesgo de cáncer”
Falso. Las personas con sobrepeso tienen un riesgo más elevado de padecer determinados tumores (mama en postmenopáusicas, colon, endometrio y recto) que la población con peso normal.

12- "El té previene el cáncer”
Falso. El té verde contiene gran cantidad de antioxidantes, motivo por el cual algunos investigadores han propuesto que puede ser beneficioso. Sin embargo, aún no se ha podido demostrar este beneficio en personas de manera científica.

13- “Los envases de plástico pueden causar cáncer, incluso el agua embotellada”
Falso.
Hace unos años corrió el bulo de que el prestigioso hospital Johns Hopkings había comunicado el riesgo de consumir productos envasados en plástico. Sin embargo, el hospital publicó una entrevista con un experto en el que se negaba esa relación.
Los materiales plásticos que se utilizan para envasar los alimentos están constituidos por diferentes tipos de sustancias de las que pequeñas moléculas pueden migrar al producto durante el proceso de fabricación del envase, el llenado o el almacenamiento. Estas sustancias pueden tener efectos indeseables sobre la salud -en ocasiones- si se superan los límites que marca la legislación sobre materiales plásticos en contacto con alimentos.

La mayor parte de las investigaciones realizadas al respecto han arrojado como conclusión que el uso de estos materiales, siempre que cumplan la legislación vigente, y se sigan las normas de correcta utilización, son seguros para la salud, y no se ha encontrado correlación con aumento de riesgo de cáncer. Se sabe que los recipientes de plástico rígido a base de policarbonato que contienen el aditivo BPA o Bisfenol A sí pueden liberar estas sustancias al contenido del envase.

Sin embargo, la cantidad liberada es generalmente mínima, aunque se está reevaluando constantemente a nivel científico para descartar que sea potencialmente dañino. Y por un principio de precaución, en Europa está prohibido su uso en productos destinados a la lactancia y la edad temprana.

La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) es una organización sin ánimo de lucro formada por pacientes, familiares, voluntarios y profesionales del ámbito de la salud que lleva 65 años trabajando en la lucha contra el cáncer. Su objetivo es prevenir, sensibilizar, acompañar a las personas afectadas y financiar proyectos de investigación oncológica que permitan un mejor diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
El vínculo del colesterol con el cáncer
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El estudio ha demostrado que el colesterol es clave para regular distintos mecanismos celulares, como el que provoca la metástasis

Colesterol

 
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Fotografías
Ya sabemos que el colesterol puede ser bueno o malo, y que el segundo incrementa el riesgo de sufrir diversas dolencias cardiovasculares. Ahora, gracias a una investigación liderada por Carlos Enrich, del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Barcelona, conocemos otro aspecto que será de gran utilidad para diseñar terapias destinadas al tratamiento del cáncer: el colesterol, presente en el interior de las células, desempeña un papel fundamental en la capacidad de estas para invadir otros tejidos y, por lo tanto, puede estar directamente relacionado con el proceso de metástasis.

Pero, ¿qué es exactamente el colesterol? El vocablo, que significa bilis sólida, da nombre a uno de los principales lípidos de nuestro cuerpo y es indispensable para muchas funciones vitales: forma parte de las membranas celulares, participa en la síntesis de hormonas y esteroides y, por ejemplo, conforma la membrana protectora de la córnea del ojo y aísla la piel del exterior. Sintetizado en gran parte por el hígado de todos los mamíferos, también se capta de forma exógena a través de los alimentos. En el interior de nuestro cuerpo, el colesterol viaja a través del torrente sanguíneo a bordo de dos «medios de transporte» distintos. Se trata de dos lipoproteínas de estructura diferente, la de alta densidad o HDL –colesterol «bueno»–, y la de baja densidad o LDL, que corresponde al «malo».
Es uno de los principales lípidos de nuestro cuerpo y es indispensable para muchas funciones vitales
A partir del estudio de cultivos celulares de pacientes con una acumulación excesiva de colesterol dentro de las células (la enfermedad de Niemann-Pick de tipo C1), Enrich y su equipo, en colaboración con instituciones españolas, australianas, alemanas y griegas, han comprobado que el colesterol malo potencia la capacidad invasiva y la propagación celular, mientras que el bueno evita su diseminación. «El estudio ha demostrado que el colesterol es clave para regular distintos mecanismos celulares, como el que provoca la metástasis –afirma Enrich–, lo que abre nuevas oportunidades terapéuticas para luchar contra esta enfermedad y también para tratar a pacientes que tienen cáncer y problemas causados por el colesterol». Como ven, existen muy buenas razones para mantener el colesterol malo a raya. ¡Atrás, LDL!


Descubierta una proteína clave en la metástasis del cáncer

Un estudio del IRB Barcelona ha identificado unas células responsables de iniciar y promover metástasis en diversos tipos de tumores

Investigadores contra el cáncer

Foto: M. Minocri, IRB Barcelona
Javier Flores
9 de diciembre de 2016

 
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La larga sombra de Chernobil

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Fotografías
Miles de personas mueren cada año por distintos tipos de cáncer. Los investigadores trabajan contra reloj para intentar frenar una lacra que no entiende de religiones, poder adquisitivo, género o edad. Y precisamente en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) acaban de realizar un avance que podría parar el desarrollo de tumores: el papel de la proteína CD36 en las células cancerosas.

Según han comprobado, esta proteína, que se encuentra en las membranas de las células tumorales, captura e internaliza los ácidos grasos. Básicamente han podido observar la importancia de la proteína CD36 para que las células tumorales sean metastáticas. Gracias al estudio de diversos carcinomas orales vieron que añadiendo CD36 a tumores que no provocaban metástasis, se convertían en metastáticos.
Además, los investigadores han confirmado que el efecto de CD36 sobre la metástasis es el mismo al menos en células de melanoma y cáncer de mama luminal. Igualmente, diversos análisis estadísticos de muestras de pacientes han demostrado la misma dependencia de la proteína CD36 para la metástasis de varios tipos de tumores, como el carcinoma de ovario, de vejiga y de pulmón.
Como explica Salvador Aznar Benitah, jefe del grupo de Células Madre y Cáncer del IRB Barcelona “no lo hemos comprobado todavía para todos los tumores, aún así proponemos que CD36 es un marcador general de células metástaticas, el primero del que tenga yo constancia que sea tan específico de metástasis”.
Este estudio es un importantísimo paso para entender mejor cómo funcionan las células tumorales, analizarlas y buscar una cura contra esta enfermedad. En palabras de Gloria Pascual, autora del trabajo, “ahora podemos obtener células de metástasis en el laboratorio. Esto nos permitirá rastrearlas y preguntar, por ejemplo, dónde se localizan en el tumor, dónde se anclan cuando se desprenden o por qué son tan sensibles a la grasa, entre muchas otras preguntas”.
Para los investigadores, estos resultados son un importante paso médico contra el cáncer. “Esperamos un fuerte impacto entre la comunidad científica, que el estudio sea un acicate para el avance de la investigación en metástasis y que podamos validar el potencial de CD36 como tratamiento anti-metástasis”, apuntan.

¿El consumo de grasas tiene algún efecto en la metástasis?

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Como explican desde el IRB, los investigadores dieron a los ratones una dieta con un 15% más del consumo normal, que sería equivalente a lo que se conoce como “dieta de cafetería”. Luego, les inocularan un tipo de cáncer oral para el que, en condiciones de dieta habituales, el 30% de los ratones desarrollaban metástasis. Con más grasas en sangre, cerca del 80% de los ratones tenían más metástasis y de mayor tamaño.

También testearon el efecto de las grasas en metástasis con un ácido graso específico, el ácido palmítico. Este ácido graso de origen vegetal es el componente principal del aceite de palma y, en proporciones más bajas, del aceite de coco y otros, y es usado en muchos tipos de comida procesada. Trataron un tumor oral durante dos días con ácido palmítico y después lo inyectaron en ratones que tenía una dieta normal. Una vez inoculado en el ratón, ese tumor pasaba de una frecuencia metastática del 50% al 100%. Es decir, todos los ratones desarrollaban metástasis, y además comprobaron que dependía de CD36.
“Parece existir un enlace directo entre consumo de grasas y potenciación de las metástasis a través de CD36, al menos en ratones inoculados con células tumorales humanas” explican los científicos.
Esta conclusión acusa de manera tan directa al consumo de grasas que los investigadores prefieren no lanzar las campanas al vuelo tan rápidamente. “Hay que hacer más estudios para entender esta intrigante relación entre dieta y metástasis, sobre todo porque en las sociedades industrializadas estamos incrementando de forma alarmante el consumo de grasas saturadas y de azúcares”, advierte Aznar Benitah. “Las grasas son necesarias para el organismo pero la desmesura puede tener un impacto en salud como ya se ha demostrado antes para algunos tumores, como el de colon, y como ahora demostramos para el proceso metastático”, explica en científico.

Diana terapéutica para las metástasis

El hallazgo publicado en la revista Nature puede cambiar la manera en que luchamos contra el cáncer o incluso abrir nuevas vías de investigación. El estudio prueba que bloquear la proteína CD36 tiene efecto anti-metastático. La inhibición de CD36 antes de inocular el tumor, anula por completo su poder metástasico. Por otro lado, la administración de anticuerpos que bloquean la actividad de CD36 en ratones ya con metástasis, procura la eliminación total de las mismas para el 20% de los ratones y para el resto, un reducción drástica, de aproximadamente el 80-90%, del número de focos metastáticos además de su tamaño.
El IRB Barcelona ha solicitado la protección por patente de los resultados y los investigadores están trabajando con MRC Technology, del Reino Unido, el co-desarrollo de anticuerpos contra CD36 para tratar a pacientes con diversos tipos de tumores. Si el resultado es positivo, un nuevo producto terapéutico podría estar disponible en un período de entre cinco a diez años.


NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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