Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos informa sobre un reportaje de un rey llamado: Gilgamesh; quien gobernó la ciudad mesopotámica de Uruk, hace 5,000 años. Este rey pronto se convirtió en
héroe y dios, y sus gestas lo hicieron protagonista de la primera
epopeya de la historia, centrada en su desesperada búsqueda de la
inmortalidad. En ella aparece, por primera vez, el tema del diluvio
universal.
National Geographic.- narra : ".......Así empieza la primera epopeya de la historia: el Poema de Gilgamesh.
Sin-leqi-unnini quizás escribe hacia 1400 a.C. Pero no es el creador de
la obra, aunque su mano le da forma definitiva. El relato que
pone por escrito se hunde en la noche de los tiempos, más de mil años
atrás. Hace aproximadamente unos seis milenios, en lo que hoy es Irak,
se extendía la fértil llanura mesopotámica, atravesada por los ríos
Éufrates y Tigris. En el sur de esa llanura, en el país de Sumer, se
levantaba la imponente Uruk (la actual Warka), cuna de su todopoderoso
rey Gilgamesh...."
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/la-epopeya-de-gilgamesh_6746
Hace cinco mil años, un rey llamado Gilgamesh gobernó la ciudad mesopotámica de Uruk. Pronto se convirtió en héroe y dios, y sus gestas lo hicieron protagonista de la primera epopeya de la historia, centrada en su desesperada búsqueda de la inmortalidad. En ella aparece, por primera vez, el tema del diluvio universal.
Figura de Gilgamesh en el museo del Louvre
Hace casi cinco mil años, un hombre gobernó Uruk: Gilgamesh. Pronto entró en la leyenda, convertido en protagonista de la primera epopeya de la historia, un dramático relato sobre la búsqueda de la inmortalidad. «Aquel que todo lo ha visto, que ha experimentado todas las emociones, del júbilo a la desesperación, ha recibido la merced de ver dentro del gran misterio, de los lugares secretos, de los días primeros antes del Diluvio. Ha viajado a los confines del mundo y ha regresado, exhausto pero entero. Ha grabado sus hazañas en estelas de piedra, ha vuelto a erigir el sagrado templo de Eanna y las gruesas murallas de Uruk, ciudad con la que ninguna otra puede compararse».
El escriba Sin-leqi-unnini («Dios Sin, acepta mi
plegaria») acaba de trazar estas palabras en lengua acadia sobre una
tablilla de barro fresco. Ahora cierra los ojos, como para ver mejor la
espléndida Uruk y a ese poderoso héroe que ha viajado hasta los lugares más remotos y cuyas aventuras se dispone a narrar. Sin-leqi-unnini evoca
las portentosas murallas de la ciudad y, dirigiéndose al lector, se
aplica otra vez a escribir: «Mira cómo sus baluartes brillan como cobre
al sol. Busca su piedra angular y, debajo de ella, el cofre de cobre que
indica su nombre. Ábrelo. Levanta su tapa. Saca de él la tablilla de
lapislázuli. Lee cómo Gilgamesh todo lo sufrió y todo lo superó».
De la realidad a la leyenda
Así empieza la primera epopeya de la historia: el Poema de Gilgamesh.
Sin-leqi-unnini quizás escribe hacia 1400 a.C. Pero no es el creador de
la obra, aunque su mano le da forma definitiva. El relato que
pone por escrito se hunde en la noche de los tiempos, más de mil años
atrás. Hace aproximadamente unos seis milenios, en lo que hoy es Irak,
se extendía la fértil llanura mesopotámica, atravesada por los ríos
Éufrates y Tigris. En el sur de esa llanura, en el país de Sumer, se
levantaba la imponente Uruk (la actual Warka), cuna de su todopoderoso
rey Gilgamesh.
Por sus hechos y su fama, este personaje pasó muy pronto a la categoría de mito,
convertido en protagonista de un ciclo de poemas sumerios que
cristalizaron en la magna composición que lleva su nombre. Sabemos que
hacia 2700 a.C. existió un personaje, llamado Bilgames -luego
escrito Gilgamesh-, que los más antiguos textos en escritura cuneiforme
sitúan en Kullab, un barrio de Uruk, en calidad de
sacerdote-rey. Gilgamesh también aparece en un famoso documento, la
Lista real sumeria (redactada hacia 1950 a.C.), que atribuye la
fundación de esta ciudad, emplazada en la orilla izquierda del Éufrates,
al rey Enmerkar.
De acuerdo con la Lista, Gilgamesh perteneció a la dinastía I de Uruk: fue su quinto soberano, reinó 126 años y le sucedió su hijo Ur-lugal. A Gilgamesh se le atribuía la construcción de las poderosas murallas de la ciudad, según menciona una inscripción del rey Anam de Uruk, datada hacia 1825 a.C., y según recuerda también el Poema. Dichas murallas eran de estructura doble: una exterior, de la que tan sólo restan trazas en el suelo, y otra interior, de unos 9,5 kilómetros de longitud y cinco metros de espesor, reforzada con más de 900 torres semicirculares. Sin-leqi-unnini organizó el Poema en once cantos o tablillas.
Este genial sacerdote, exorcista y escriba enriqueció el
poema con otra narración sumeria que se ha hecho famosa: el relato del
Diluvio. Por fin, los escribas asirios del tiempo del rey
Assurbanipal, en el siglo VII a.C., dieron al texto su forma canónica,
añadiéndole la tablilla que hoy es la última. Esta versión fue archivada
en la biblioteca del palacio del rey, en Nínive, descubierta en 1853 y
cuyos materiales fueron enviados a Londres. Allí, en 1872, el joven
investigador George Smith logró traducir las tablillas y fragmentos del
Poema de Gilgamesh.
Gilgamesh busca la inmortalidad en un contexto narrativo sombrío, caracterizado por la soledad y el miedo a la muerte
A lo largo de las doce tablillas del Poema se perfila a Gilgamesh como un héroe mítico, de 5,60 metros de altura
-el doble que el bíblico gigante Goliat-, compuesto en sus dos terceras
partes de esencia divina, puesto que era hijo de Lugalbanda y de la
diosa Ninsun, y que habla y se mueve entre los dioses como uno más de
ellos. Dos serán las premisas de su actuación: la búsqueda de la gloria, que intentará alcanzar junto a su amigo Enkidu (episodios narrados en las seis primeras tablillas), y, sobre todo, la búsqueda de la inmortalidad,
que tiene lugar en un contexto narrativo sombrío, caracterizado por la
soledad y el temor a la muerte (de la tabilla séptima a la
decimoprimera). A todo ello se añadió la doceava y última tablilla
referida al Más Allá, sin conexión con el relato anterior, pero que
permite a Gilgamesh ver el mundo que le espera tras su muerte.
Uruk
Situación de las ciudades de la antigua Mesopotamia. Uruk se encuentra en el sur.Refugio de biodiversidad de los “ahwar” y paisaje arqueológico de las ciudades mesopotámicas del Iraq Meridional | ||
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Patrimonio de la Humanidad de la Unesco | ||
Sitio arqueológico de Uruk
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País | Irak | |
Tipo | Mixto | |
Criterios | iii, v, ix, x | |
N.° identificación | 1481 | |
Región | Estados árabes | |
Año de inscripción | 2016 (XL sesión) | |
Sello cilíndrico
e impresión: grupo de ganado en un campo de trigo. Caliza, Mesopotamia,
período de Uruk. El sello cilíndrico estaba formado por una piedra u
otro objeto de material duro de forma cilíndrica en el cual se tallaban
motivos decorativos. Este sello podía hacerse rodar sobre ladrillos de
arcilla aún blandos, grabando así sus motivos en ellos.6 Museo del Louvre, Department of Oriental Antiquities.
Uruk (en cuneiforme 𒌷𒀕 o 𒌷𒀔, transliterado en sumerio Unug; en acadio, transl. Uruk; en árabe وركاء transl. Warkā; en arameo/hebreoאֶרֶךְ translit. Éreḵ o Erech; en griego antiguo Ὀρχόη, transl. Orkhoē, Ὀρέχ u Orekh; en griego Ὠρύγεια, transl. Ōrugeia) fue una antigua ciudad de Mesopotamia situada en la ribera oriental del río Éufrates, en una región de humedales pantanosos a 225 km al SSE de Bagdad, en la actual Irak.1 Uruk disponía de una red de tres canales fluviales, salvados por varios puentes, que la conectaban con el río Éufrates.
Uruk desempeñó un papel preponderante en la temprana urbanización de Sumer a mediados del IV milenio a. C.. En su apogeo, hacia el principio del III milenio a. C.,
Uruk tenía una zona amurallada de unos 6,5 km², estimándose su
población entre 50 000 y 80 000 habitantes, siendo por lo tanto la mayor
ciudad del mundo en esa época.1 Según la tradición sumeria, de acuerdo con la cronología presentada en la lista de reyes sumerios, fue el hogar de Gilgamesh, héroe de una de las obras literarias más antiguas de la historia, el Poema de Gilgamesh, y de quien se dice que construyó el templo de Eanna y las murallas de la ciudad. Uruk fue probablemente lugar de nacimiento del sello cilíndrico, así como del cálculo y la contabilidad.
En sumerio, la palabra uru podía significar 'ciudad, pueblo, aldea, distrito'.2
Aunque no está corroborado, se cree que el nombre árabe de Babilonia, que finalmente se convirtió en el nombre del país actual, al-ʿIrāq, se deriva del nombre Uruk, a través del arameo (Erech) y posiblemente a través del persa medio (Erāq).3
En julio de 2016, la Unesco, eligió el sitio arqueológico de Uruk como Patrimonio Mixto de la Humanidad,
como «parte de los vestigios arqueológicos de asentamientos sumerios en
la Baja Mesopotamia, que florecieron entre el tercer y cuarto milenios
a.C. en el delta pantanoso formado por los ríos Éufrates y Tigris»
WIKIPEDIA.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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