Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos entrega un reportaje sobre la aventura del explorador noruego Thor Heyerdahl, quien realizó la expedición desde El Callao a la Polinesia, en balsa de construcción rudimentaria, como si fuese una recreación del tiempo del Imperio Incaico,quien quiso demostrar que los antiguos peruanos si realizaron expediciones marítimas hacia los grandes mares de allende.
El explorador noruego Thor Heyerdahl, salió desde El Callao un 28 de abril de 1,947, en una apasionante aventura: llegar a la Polinesia desde el Perú, en una balsa de madera a la que bautizó Kon Tiki, tras numerosos peripecias, la peligrosa travesía se saldó con éxito el 07 de agosto del 1,947.
National Geographic.- narra : Varios expertos afirmaron que la balsa –construida
con nueve troncos de 13,7 m de largo y 60 cm de diámetro, unidos entre
sí con lazos de cáñamo, y con otros troncos unidos transversalmente de
5,5 m de longitud y 30 cm de diámetro– se desintegraría antes de
llegar a su destino. Pero tras 101 días de navegación, el 7 de agosto
de 1947, Thor Heyerdahl y sus cinco compañeros encallaron en un arrecife
de coral en el atolón Rairoa, en el archipiélago Tuamotu, situado en la Polinesia francesa, demostrando
de esta manera que los antiguos indígenas de América del Sur podrían
haber sido capaces de llegar con sus balsas a las islas del Pacífico...."
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/thor-heyerdahl-y-aventura-kon-tiki_14161
El explorador noruego emprendió el 28 de abril de 1947 una apasionante aventura: llegar a la Polinesia desde Perú en una balsa de madera a la que bautizó como Kon Tiki. Tras numerosas peripecias, la peligrosa travesía se saldó con éxito en agosto de ese mismo año
Thor Heyerdahl
El 28 de abril de 1947, a bordo de
una balsa, la famosa Kon Tiki, Thor Heyerdahl partió del puerto peruano
de El Callao rumbo a los mares del Sur en compañía de cinco tripulantes y
un loro.
Foto: Kon Tiki Museet
Una aventura apasionante
La expedición de Heyerdahl fue
financiada con préstamos y además recibió donaciones del Ejército de
Estados Unidos en forma de comida enlatada, sacos de dormir y diversos
instrumentos de radio y medición.
Foto: Kon Tiki Museet
La Kon Tiki
Para llevar a cabo su aventura,
Heyerdahl reclutó a cinco tripulantes, cada uno experto en una área
concreta. Antes de emprender la aventura, el equipo puso rumbo hacia
Ecuador en busca de la madera que usaría para la construcción de la
balsa, y desde allí viajó hasta Perú donde se fabricaría.
Foto: Kon Tiki Museet
En mitad del Pacífico
Varios expertos afirmaron que la
balsa –construida con nueve troncos de 13,7 m de largo y 60 cm de diámetro, unidos entre sí con lazos de cáñamo, y con otros troncos
unidos transversalmente de 5,5 m de longitud y 30 cm de diámetro– se
desintegraría antes de llegar a su destino. Pero tras 101 días de
navegación llegaron a la Polinesia.
Foto: Kon Tiki Museet
Museo Kon Tiki, Oslo
El Kon Tiki Museum de Oslo ofrece la
posibilidad de sumergirse en la expedición que llevó a cabo Thor
Heyerdhal en 1947, la primera de muchas otras que el explorador realizó
más adelante: Maldivas, Galápagos, Isla de Pascua... De todas ellas se
puede ver una pequeña muestra en el museo.
Foto: Kon Tiki Museet
Josep Gavaldà
Thor Heyerdahl y la aventura de la Kon Tiki
El 28 de abril de 1947, el aventurero y etnógrafo noruego
Thor Heyerdahl aceptó el reto de la comunidad científica, que afirmaba
que era imposible llegar a la Polinesia cruzando el océano Pacífico. Así, a bordo de una balsa, la famosa Kon Tiki, partió del puerto peruano de El Callao rumbo a los mares del Sur en compañía de cinco tripulantes y un loro.
Heyerdahl bautizó a su nave con este nombre
polinesio al descubrir que en ciertas regiones de Oceanía se adoraba al
mismo dios solar que las antiguas culturas preincaicas, al que llamaban Kon-Tiki Viracocha. Esa
coincidencia, le llevó a pensar que no solamente los europeos podrían
haber llegado a los archipiélagos del Pacífico, sino que también
pudieron haberlo hecho los indígenas del Perú.
Ante estas especulaciones, un grupo de antropólogos puso en tela de
juicio las ideas de Heyerdahl y retaron al explorador a que demostrara
tal afirmación.
Ante el desafío de la comunidad científica, Heyerdhal partió a bordo de una balsa de madera rumbo a los mares del Sur
Rumbo a los mares del Sur
Para llevar a cabo su aventura, Heyerdahl reclutó a cinco
tripulantes, cada uno experto en una área concreta. El equipo puso rumbo
hacia Ecuador en busca de la madera que usaría para la construcción de
la balsa, y desde allí viajó hasta Perú donde se fabricaría. La expedición de Heyerdahl fue financiada con préstamos y además recibió donaciones del Ejército de Estados Unidos en forma de comida enlatada, sacos de dormir y diversos instrumentos de radio y medición. Para
las funciones de coordinación entre la expedición y tierra firme,
Heyerdahl contó con la inestimable ayuda de Gerd Vol, que entonces
trabajaba en la embajada noruega en los Estados Unidos. La
legación diplomática estuvo dispuesta desde el primer momento a asumir
esa tarea convirtiéndose, de hecho, en el séptimo miembro de la
expedición.
El éxito de la aventura
Varios expertos afirmaron que la balsa –construida
con nueve troncos de 13,7 m de largo y 60 cm de diámetro, unidos entre
sí con lazos de cáñamo, y con otros troncos unidos transversalmente de
5,5 m de longitud y 30 cm de diámetro– se desintegraría antes de
llegar a su destino. Pero tras 101 días de navegación, el 7 de agosto
de 1947, Thor Heyerdahl y sus cinco compañeros encallaron en un arrecife
de coral en el atolón Rairoa, en el archipiélago Tuamotu, situado en la Polinesia francesa, demostrando
de esta manera que los antiguos indígenas de América del Sur podrían
haber sido capaces de llegar con sus balsas a las islas del Pacífico.
Tras 101 días de navegación, Heyerdhal y su equipo, a bordo de la Kon Tiki, llegaron a la Polinesia el 7 de agosto de 1947
En 1948, Thor Heyerdahl publicó un libro en el que relataba su gran aventura titulado La expedición Kon Tiki, que fue traducido a mas de 70 idiomas, y en 1950 el noruego hizo un documental basado en las grabaciones del viaje, por el que ganó un Oscar al año siguiente.
Posteriormente, en 2012, los directores Joachim Rønning y Espen
Sandberg recrearon el viaje de la Kon Tiki en la película que lleva el
mismo nombre.
Para saber más
NATIONAL GEOGRAPHICGuillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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