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domingo, 29 de diciembre de 2019

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo I.- La unión de dos familias...por efectos catastróficos de la Corriente del Niño... -

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., hoy damos inicio a una recreación de los Orígenes del Señor Sipán, no pretendemos ser apegados estrictamente a la historia, sino más bien es un intento de diversificar en ficción, lo que significó el reinado de diferentes culturas pre Incas en el valle de Lambayeque. La historia ya fue escrita por los estudiosos y científicos como: arqueólogos, antropólogos, paleontólogos  e historiadores, jamás invadiré su campo científico; por que no me corresponde, mi aporte será como un relato de un aficionado a la historia de la antropología del norte peruano

Nuestra Historia del probable Origen del Señor de Sipán

Estamos iniciado un relato sobre como se formó "El Señorío del Señor Sipán"; naturalmente se ha recurrido a la ficción, dado que no existen datos informativos, por que no hubo existencia de la escritura, pero en base a la iconografía se puede deducir como vivían nuestros antepasados desde la Edad de la Piedra hasta los principios de la Edad Media.
Eran las 3:30 horas de la madrugada de un día viernes del mes marzo del año 125 d.C., había llovido torrencialmente toda la noche; casi todo la comarca del valle del Río Lambayeque se había inundado debido a las consecuencias de la Corriente del Niño, que afectó con crueldad, describiéndose como la peor furia de los elementos.
En una terraza de terreno, tenía su vivienda la Familia Chonkik; donde vivían el jefe de la familia llamado Chonkik I, descendiente de una rama de familias nobles norteñas, con vinculaciones a los llamados : Tallanes del Valle del Chira.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I. Derechos de autor:  Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA-INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

En el extremo noreste de la comarca vivía otra Familia Renkik, cuyo jefe era Renkik I, pero su morada estaba ubicada al nivel de la llanura, por lo que estuvo expuesta a las inundaciones de las lluvias torrenciales. Pero no había llovido tanto tiempo que ellos residían allí por 18 años seguidos.

Aquí en la imagen, observamos una probable imagen que lo que el señor Renkik, que lo denominaremos Renkik I., él tuvo 08 hijos, de los cuales 03 fueron hombres y 05 mujeres. La familia ante el colapso de su vivienda tuvieron que evacuar.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
Ante la furia de los elementos, con copiosa lluvia de varios días seguidos, acompañada de truenos y relámpagos; el jefe de la Familia Renkik, decide evacuar la propiedad desde las 23:00 horas del día jueves, antes conversó con los miembros de su familia que eran 10, compuesta por el padre, la madre y 8 hijos(tres hombres y cinco mujeres)y de ellos la primera era mujer y tenía 18 años de edad, fue una mujer muy bella y brillaba a la luz de la penumbra.

Aquí en la imagen observamos la intensidad de las lluvias, que inundan las precarias viviendas, que nos da una idea de lo que probablemente fue la casa de la Familia Renkik, totalmente inundada, quienes tuvieron que evacuar y huir.
Imagen: Archivos del Blog : A Vuelo de un Quinde.

Pero, ellos no sabían a donde irse, y el agua amenazaba sin piedad y empezaba a inundar la vivienda, ya les cubre los pies, y se están remojando los adobes que sostenían las paredes, se venía un colapso, la evacuación era perentoria, pero: ¿Dónde ir a esas horas de la noche?
Entonces, el jefe Renkik I, recordó que cruzando la llanura inundada y al empezar una cuesta vive el hombre Chonkik I, consulta nuevamente con su familia y deciden evacuar y pedir posada en aquella vivienda distante a 12 kilómetros, y no teniendo otra alternativa, abandonan su vivienda llevando los mínimo posible por que la lluvia caía a cantaros llenos sin visos de amainar, fue una decisión atinada por que al salir el último de los hijos se derrumbó la vivienda convirtiéndose en un montón de restos de adobe y barro.
La lluvia, se había intensificado, los truenos y relámpagos brillaban en el horizonte amenazando con furia sin control, pero esas luces fugaces ayudaban a caminar por que la noche era muy oscura, en esas condiciones desfavorables caminaron acompañados de un mechón de cebo de venado, que constantemente se apagaba por la humedad del agua, superando tremenda penuria llegaron a la vivienda de los Chonkik, era muy espaciosa y se había construido a prueba de lluvias con techos impermeables de una masa de tierra mezclada con nudillo seco y pisado con intensidad que se convirtió algo gelatinoso dando una consistencia que por más lluvia y granizos juntos solo corrían cuando tocaban el techo.

Aquí en la imagen observamos a la Familia Renkik, acercándose a la vivienda de los Chonkik, ellos se desvistieron por la humedad, pero acuerdan vestirse de nuevo y llegar así para pedir posada. Sobre el techo de la vivienda de los Chonkik, se aprecia un búho(Pucu), ave  que se mantiene a la expectativa.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Eran las 03:30 de la madrugada de un día viernes; con las ropas totalmente empapadas por las lluvias los refugiados Renkik, tocaron y pisaron el corredor de la vivienda de los Chonkik, las puertas estaban cerradas, los dueños de casa dormían plácidamente; fue en aquel instante que el jefe de la familia Renkik I, tocó la puerta, la respuesta del interior fue inmediata, alguien encendió un mechón y abrió la puerta, era el hijo mayor de los Chonkik, llamado Siekik, un joven de 20 años de edad y aún soltero; él reconoció a su vecino y lo saludó.

Aquí en la imagen observamos una probable recreación de como en un medio ambiente con lluvia; Renkik y su familia estaban llegando a la vivienda de Chonkik, y pedir posada, totalmente vestidos y formando fila. 
Imagen : Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

El recién llegado pidió posada para su familia, el joven anfitrión salió iluminando el corredor de la casa y observó que los recién llegados tiritaban de frío, por estar vestidos con ropas mojadas por las lluvias; en aquel instante pudo distinguir el rostro de la bella joven llamada Nassanchak, la saludó con una venia, y cuando los vio a todos; él llamó al interior de la casa a su madre llamada Mokumac, quien acudió al llamado y saludó a los recién llegados, los invitó a entrar a la pieza más grande de la vivienda, y allí les brindó cobijas, batas y polleras y a los hombre ropa suelta de una sola pieza parecida a túnicas confeccionadas de bayetas de lana de llama.
Los recién llegados, cuya familia ya instaladas y cobijados en la vivienda de los Chonkik, se acostaron sobre jergas tendidas en el suelo, aún faltaba un par de horas para amanecer, por que cuando llovía tan intensamente se levantaban a las 07:00 de la mañana.
Sin embargo, el joven Siekik, ya no pudo dormir aún abrigado en su cama, quedaron grabados en su  mente los ojos brillantes de Nassanchak; parece que había nacido un romance a primera vista, que podría significar el cambio de vida de ambas familias con linajes de descendencia noble; pero separados por las inclemencias del tiempo, que entre 4 a 10 años se presentaba la dramática presencia de la Corriente del Niño, que ellos conocían como la "Furia de los Dioses". Y lo consideraban un castigo divino, por que los dioses enojados por los pecadores terrenales los castigaban con crueldad inundando sus casas y cultivos, y ahogando sus animales.
Así se vivía, era una lucha contra la inclemencia de la naturaleza, en aquel tiempo era lluvias, pero otras veces, no llovía con una sequía prolongada de varios años y era peor para los habitantes y sus animales domésticos por que morían por inanición de la hambruna por no tener comida para ellos y forrajes y agua para sus animales.
Al día siguiente; o mejor expresado después de 2 horas, la lluvia había amainado y  amaneció un día brillante, con los rayos del Sol del crepúsculo matutino; era un nuevo amanecer en la vivienda de los Chonkik, quienes se convirtieron en anfitriones de los Renkik, y tal vez los corazones de dos jóvenes palpitaban más aceleradamente que nunca: Siekik como anfitrión y Nassanchac como su visitante.
Entonces, los visitantes y a la vez refugiados se levantaron muy temprano y abrieron la puerta de la sala y observaron un valle cuyas llanuras se había convertido en un espejo de agua, estaban inundados los árboles como: algarrobos, faiques, ceibos, hualtacos y sauces, que parecían como postes impotentes ante la abundancia de agua que ahogaba sus raíces y muy lejos a lo que alcanzaron a ver sus ojos, se observaba lo que fue, su vivienda un montón de barro húmedo.
La familia  visitante se habían sentado sobre el poyo de la vivienda, y pronto apareció el  gentil Siekik, que se había vestido con una túnica(manto) de color beis(beige), ajustado con un cinturón a la altura de la cintura, la ropa le llegaba hasta las rodillas mostrando unas musculosas pantorrillas, cuyos pies estaban calzados con sandalias ajustadas con amarras de cuero de venado(chuch), que atravesaban a los fornidos pies desde el empeine hasta el talón, se había vestido como todo un galán y conquistador y pretendía llegar hasta el corazón de su recién llegada huésped Nassanchac.
Ella en cambio, como refugiada, vestía la bata seca que justamente le brindó la madre de Siekik, por que su ropa con la que llegó, aún estaba mojada.
El joven anfitrión saludó a toda la familia, y sus ojos se dirigieron a Nassanchac y ella correspondió con una sonrisa muy tímida, mostrando su blancos dientes y el joven les dijo:
--- Sean ustedes bienvenidos a nuestra humilde morada, parece que los dioses están muy enfurecidos y nos castigaron con torrenciales lluvias, que rebasaron la capacidad de las quebradas y ríos y todo se ha perdido, tales como los cultivos de pallares, maíz y fréjoles y el maní no cosecharon esta vez; pero aún así los dioses nos han protegido a pesar de todo, otorgándonos la vida, que nos permitirá sembrar de nuevo en terrenos fértiles abonados por el limo traído de las alturas por las corrientes de los ríos y quebradas.
Siekik, hizo una pausa ante la ante mirada de Nassanchac y agregó:
--- Mis padres se sienten orgullosos de cobijar a ustedes en nuestra morada; en unos instantes se les servirán los alimentos, pero antes tendremos que orar agradeciendo a los dioses por contar aún con vida, y luego parlaremos como enfrentaremos la furia de los dioses(furia de los elementos), felizmente el astro luminoso (El Sol) que nos alumbra, hoy amaneció alegre y desde el Este, impulsó sus rayos para secar la humedad de las lluvias.
En seguida apareció el padre y dueño de casa, ahora anfitrión Chonkik I, quien se dirigió a su colega Renkik I , le abrazó dándole la bienvenida y a los demás sólo les hizo una venia; a nadie le llamó la atención, por que en aquellos tiempos la sociedad era patriarcal y los demás: esposa, hijos y familiares solo ejecutaban las ordenes y obedecían en todos los mandados u obligaciones propias de la vida rutinaria.
Entonces, Chonkik I, invitó a   sus visitantes arrodillarse junto a él y su hijo Siekik, bajaron al cabeza en señal de sumisión ante los dioses y oraron pidiendo clemencia de los dioses, para permitir a los terrenales recuperar los sembradíos y no morir de hambre por falta de comida. Después de cánticos y oraciones se terminó la oración y de nuevo recuperaron sus posiciones.
No pasó mucho tiempo y apareció la señora Mokumac y sus sirvientes con una olla de arcilla quemada llena de comida humeante; descansó colocándola a un costado del poyo y se dirigió a dar los buenos días a todos los presentes, pero sin abrazos solo fue una venia, alistó 10 mates hechos  de calabaza con 10 cucharas de palo, y con cuchara grande de palo(madera) sirvió comida mate por mate e iba entregándoles a cada uno de sus visitantes y cuando terminó el esposo Chonkik hizo una venia para que los visitantes se sirvan la comida y él  su compañera y su hijo  regresaron a la cocina.
Continuaremos.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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4 comentarios:

Marina Rojas- Higa dijo...

le deseo Venturoso Año Nuevo 2020, abrazos Chema

Milagros dijo...

Interesante relato, captó mi atención desde el inicio. Quiero leer más capítulos!

Jose Guillermo Serrano Arrasco dijo...

hola Don Guillermo Gonzalo Sánchez viva y honda emoción siento al expresarle mi saludo en año nuevo y felicitarlo por su interesante relato histórico que nós hace llegar de nuestros orígenes del señor de Sigan Don Chema admiro su preocupación cultural en para bien de la niñez juventud y de la gente adulta que ignoramos del señorío Sigan gracias por su alcance cultural su amigo jgsa

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui dijo...

Gracias don José Guillermo, por su comentario, muy cierto mientras haya vida hay que aportar, en esa ruta me encuentro, un dichoso fin de semana abrazos Chema