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martes, 7 de enero de 2020

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo V .- Chonkik I, pone a prueba su capacidad de líder y tiende un puente provisional para cruzar una torrentosa corriente de agua embravecida ......

 Hola Amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los Orígenes del Señor de Sipán, que gracias a la atinada intervención del señor Chonkik en la caza de los venados y por arte de guerra; logrando  la expansión del "Señorío" con las tierras de Monkik.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I. Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDAINDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Chonkik I., después de una exitosa caza de venados; obtuvo además, la rendición y sometimiento a su autoridad de Monkik, sus hombres y sus tierras y después de rendirle pleitesía, pidió a Chonkik permitirle inclinar y de rodillas reconoció su autoridad.
Entonces, Chonkik, le contestó:
--- Muy bien Monkik, te solté y reconociste mi autoridad, puedes regresar a tu vivienda hasta el comienzo del anochecer, junto con tu esposa e hijos irán hasta mi vivienda para compartir una cena  en honor al dios de las tormentas (lluvias) para que cese la intensidad de los aguaceros.
El derrotado y ahora sometido Monkik, le contestó:
--- Señor, yo no tengo nada que ofrecer al dios de las lluvias, solo estoy esperando que amainen los aguaceros para sembrar la tierra con las únicas semillas que aún dispongo......
Pero, Chonkik le interrumpió replicándole así:
--- No tienes que ofrecer cosas materiales en mi vivienda, tu presencia será suficiente, ya llevamos con nosotros a tres de tus hombres que se convirtieron en soldados al servicio de mi autoridad, quienes cargarán sobre sus hombros a los venados vivos, serán sacrificados al anochecer extrayéndoles los corazones vivos y esa sangre se ofrecerá a los dioses de las tormentas. Sus pieles estarán al servicio de la gente y su carne será cocida y después de la bendición divina participaremos en un ágape comiendo esos alimentos para lograr la fortaleza de los cuerpos, esperando la benevolencia celestial y gracias a nuestros ritos imploraremos la gracia divina que estoy seguro hoy no lloverá ya tenemos comunicación celestial de paz y armonía con los elementos de la naturaleza.
Chonkik, había nacido con ese don de líder, era un sueño que lo mantuvo desde que tuvo uso de razón, solo esperaba la oportunidad, él siempre fue independiente y nunca se sometió al vasallaje de poderosos y belicosos vecinos; pero él, necesitaba gentío para su servicio y vaya que comenzó muy bien gracias a las lluvias que a todos aterraban.
Chonkik I, soltó a Monkik, ordenó cargar los venados amarrados de las patas sobre dos varas y colgados fueron transportados cuesta abajo sobre los hombros de los nuevos vasallos, y como los animales estando vivos y con gran peso se iban turnando los cargadores que incluía a Renkik y al propio hijo de Chonkik.
El firmamento permanecía azul no había ningún vestigio o nubes con anuncio de lluvias, todo indicaba que los dioses de las tormentas estaban escuchando a Chonkik y le estaban dando la oportunidad del nacimiento de un nuevo poder terrenal con el liderazgo de Chonkik I. En aquellos tiempos así nacían los Señoríos...
A mitad de camino de regreso a casa, Chonkik se acercó a Renkik y le dijo:
--- Renkik, ordena a tu hijo mayor de edad, se adelante corriendo hacia la vivienda y anuncie a las mujeres, que hemos logrado cazar tres venados y además, llegaremos con tres hombres nuevos para que preparen los alimentos del medio día.
Renkik, hizo una venia de sumisión, llamó al hijo de mayor edad llamado Ronkik de apenas 12 años; quien con el recado encomendado se adelantó y casi corriendo tomó distancia cuesta abajo y después de una hora llegó a la vivienda, donde las  mujeres laboraban en diferentes actividades, él ubicó a la señora Mokumac y le dio el recado verbal; ella de inmediato puso en movimiento a las otras mujeres para la preparación de los alimentos.
Chonkik, mientras bajaba, él mismo se había sorprendido de la facilidad como le estaban sucediendo las cosas a su favor, ya como líder y con gente a su servicio; él pensaba que lo que le estaba pasando había sido predestinado gracias a la benevolencia de los dioses, como supremos dueños de todo cuanto existía en el cielo y la tierra; pero tenía que tener un costo, para evitar que ellos no se vuelvan a enojar, castigando sin misericordia a los hombres, había que construirles un: "Altar de Veneración" en forma de un edificio de plataformas gigantescas que perduren en el tiempo y con la estructura necesaria que soporte la furia de los elementos y las inclemencias del tiempo
Semejante sueño épico no era una tarea fácil, se necesitaba muchos constructores, movimiento de tierras gigantesco y la elaboración de adobes de tierra prensada por miles de millares, pero las tierras arenosas de aquella comarca no tenían las consistencias, se necesitaban arcillas compactas de las alturas.
Al mismo tiempo su hijo Siekik, reconocía que su padre estaba adquiriendo un poder de conquista en la zona sin derramamiento de sangre; que él, algún día tomará el mando por herencia, pero pasaba por su mente al mismo tiempo el rostro de la dulce Nassanchak y solo ella sería la mujer de sus sueños y ya vivía en su casa; él no estaba muy entusiasmado en unirse a otra mujer que no conocía y compartir su vida por tener muchas riquezas, pero estaba obligado a obedecer a su padre en su afán de conquista de nuevas tierras.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Tan concentrado estuvo en sus pensamientos el joven Siekik, que no había escuchado el llamado de su padre Chonkik, quien lo separó del grupo y sin dejar de caminar, le habló en voz baja tan solo para que él,  le escuche y le dijo:
--- Siekik, hemos comenzado a edificar una sociedad donde nosotros seremos los jefes por acción divina, así lo han dispuestos los dioses; pero seremos diferentes y haremos cosas  que agraden a los dioses.
En aquel preciso instante llegaron a la parte llana y plana de la comarca, por equivocación habían tomado otra ruta, que la que siguieron por la mañana, y esta zona estaba totalmente inundada, pero había una hondonada que era una quebrada llena de agua embravecida totalmente turbia y que arrastraba lodazales mezclados con tierras fértiles y restos de sembríos de las alturas.
Todos los caminantes hicieron un alto, tomaron un descanso para buscar un vado y poder cruzar la violenta corriente de agua que amenazaba arrastrar a quien se atreva cruzarla; todos se miraban y los cargadores de los venados no tenían la suficiente valentía como para atreverse a cruzar con el peso sobre sus hombros.
Entonces, Chonkik como el líder, pensó rápidamente, si el hijo de Renkik lo cruzó, tiene que existir un vado o lo haría por donde subieron pero estaba muy arriba y dijo:
--- No se alarmen, tal vez hemos venido por la ruta equivocada, ya un joven cruzó esta corriente que no hubo por la mañana y lo averiguaré por donde lo cruzaremos, Chonkik creía en un búho como su "ave de la surte" (Pucu nikosäk ærô), pero no la veía por ningún sitio, tal vez por lo que era de día; abandonó el grupo se separó y avanzó solo cuesta arriba caminó unos 200 metros y lo hizo al filo de la corriente que espantaba con su sonaja ensordecedora por el choque del agua con rocas y las paredes de la tierra y no ubicó ningún vado ni su ave el búho (Pucu) .
Chonkik, regresó hasta donde lo esperaban, se volvió a separar y se dirigió cuesta abajo, siempre siguiendo la corriente, seguramente caminó unos 500 metros por allí revoloteó un búho y encontró un callejón muy estrecho por donde discurría el agua con una fuerza increíble, cuya furia  que hacía temblar a la tierra de los alrededores del callejón.
Chonkik, volvió atrás donde dejó al grupo de gente, les informó sobre el vado que tenían abajo y todos caminaron hacia aquel lugar, pero en realidad no era un vado, era un callejón de aproximadamente un ancho de 20 metros, tan peligroso que quien caía allí moría ahogado; por lo que Chonkik sacó la única cuerda gruesa(soga de cabuya) de una extensión de 40 metros que no usó para amarrar a los venados, le hizo un lazo a una punta y usando su habilidad de laceador de llamas y alpacas, lanzó la soga y con tal precisión que la punta con el lazo,  enlazó a un viejo tronco de algarrobo del otro lado que ya estaba muriendo y no tenía ramas, pero con raíces profundas daba la fuerza para el traslado de la gente...

Aquí en la imagen observamos una recreación, tal como el señor Chonkik, improvisó la construcción de un puente, que sirvió para cruzar la impetuosa corriente de agua embravecida por la fuerza del impulso de la bajada. Se aprecia al "Búho de la suerte" (Pucu nikosäk ærô), que le señaló al señor Chinkik el preciso lugar por donde vadear la corriente de agua.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Chonkik, estiró hacia él la soga, mostrando firmeza, y la amarró a una roca saliente al filo de la corriente, se había construido el primer puente con tan solo una cuerda, a los allí presentes se les escarapelaba el cuerpo del terror  que producía ver esas aguas embravecidas, pero no fue mella para el señor Chonkik, por que estaba a prueba su liderazgo; que se debía cruzar usando las manos una sobre otra colgando el cuerpo hacia el precipicio, y así lentamente fue estirando sus manos y lo hizo Chonkik y estando al otro lado apareció el búho, que lo saludó dando un revoloteo, allí cortó varias varas largas de árboles lisos y tendió un puente.....
Continuaremos..................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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