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domingo, 2 de agosto de 2020

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo XXXVII.- Siekik, en acciones propias de un líder, presenció la repartición de la comida a la gente, él aún sin comida se quedó al final........

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipan;  Siekik, el único hijo que tuvo el Señor Chonkik, estaba extendiendo el territorio del dominio, que tal vez no lo había pensado su padre; quien le hizo saber en principio cuando él le manifestó que quería Nassanchak, que él se casaría con una princesa como un medio de agrandar los terrenos, sin embargo éste joven guerrero estaba demostrando que por medio de la guerra se avanza más rápido, tal como lo hizo con los dominios de Zankoc.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I. Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Siekik, siendo un joven que recién dirigía a un grupo de guerreros fuera de la tutela de su padre; ya había conquistado un enorme territorio, que estaba separado de los terrenos de su padre por una enorme extensión de arenales y que todo aquí era nuevo para él, incluso los cultivos de los productos eran más adelantado a lo que conocía, habían nuevos variedades de algodón y de colores, las costumbres del pueblo y líderes eran diferentes, que en un principio las pasó desapercibidas.
Pero, el trato con los vasallos trabajadores era diferente, a lo que él conocía, había una explotación al trabajador, ya que ellos tenían que trabajar los cultivos o ser guerreros que si era usual en todos los dominios; sin embargo había algo que no aceptaba que  para la subsistencia los habitantes estaban desamparados a su suerte; por lo que el joven Siekik, dispuso que las mujeres que fueron concubinas se vuelvan productivas cocinando comida para brindarle al pueblo que estaba desnutrido.


Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Justamente, Siekik después de pronunciar palabras de aliento antes de servir la comida, tuvo frases que esta acción será permanente y 02 veces al día por igual para todos; a pesar del hambre que ellos sentían que se habían aglomerado alrededor de la cocina, ninguno de ellos osaba tomar por la fuerza parte de la comida, más bien todos hicieron una venia de sumisión en momentos que hablaba Siekik y era traducido por la joven mujer hermosa, que al finalizar las cocineras que ya estaba sirviendo......realmente era una comida nutritiva y balanceada con carbohidratos (camotes, yuca, choclos de maíz) y proteínas con (carne seca de venados y pescados).
Una de ellas, con dos mates servidos de comida en las manos se dirigió a Siekik para que sea el primero en saborear el almuerzo, él un poco sorprendido por la actitud de la joven cocinera, se sonrió y le recibió la comida, el joven líder con la comida en sus manos, se dirigió a la ubicación (que él vio cuando llegó) que estaba detrás de la multitud a un anciano que apenas podía caminar y tan cansado estuvo que se había sentado sobre el suelo y le entregó uno de los mates, la reacción del anciano que le parecía un sueño recibir comida le cayeron lágrimas de sus tristes ojos que rodaron por su arrugado rostro y el otro mate que estaba bien colmado a poca distancia lo entregó a un niño inválido que caminaba apoyado sobre una hosca vara que le servía de bastón, el niño trató de besar la mano del generoso líder, pero éste no se lo permitió, más él le tocó la cabeza animándolo a comer.
Chamokik, quien estaba a su lado, contempló a la multitud que con sus miradas le siguieron los pasos a su nuevo líder, ellos quedaron totalmente sorprendidos por el desprendimiento del joven; al mismo tiempo la joven hermosa para ordenar la repartición de la comida hizo formar una larga fila a la gente; esta joven que hacía las veces de traductora era el "ángel de la buena suerte" de Siekik, que ninguno de los dos lo había notado; todos comentaban en voz baja lo que veían sus ojos, algunos igual que el anciano lloraban en silencio, el joven había despertado emociones en su favor.
Entonces, Siekik que hábilmente pretendía ganarse el apoyo de estos vasallos, lo hizo muy bien repartiendo comida, pero habían otras acciones pendientes y fundamentales como mejorar la vestimenta y se acercó a la joven hermosa y le preguntó:
--- Dime mujer: ¿Cómo hacen ustedes para vestir sus cuerpos, no hay suficientes telares, cómo que tengan vestidos todos por igual?
La joven hermosa, quien también era hilandera y tejedora, le contestó:
--- Oh Mi Señor, si tenemos amplios telares con muchos tejidos, pero esa ropa está destinada para los hombres de la enorme laguna azul (pescadores del mar), igualmente para los hombres que traen la carne seca de venados y sajinos, también la llevan los hombres que adoran a los dioses (tribus de sacerdotes), a cambio ellos nos ayudan con lo que producen; también a líderes vecinos belicosos como fue Tankik; en nuestro depósito tenemos mucha tela de algodón para la confección de vestidos, pero el Señor Zankoc, lo cerró con grandes trancas para que todos trabajemos en los cultivos.
Siekik, entendió perfectamente las costumbres que tuvo Zankoc, por que tenía que trabajar sus fértiles terrenos y parte de su producción la compartía como trueque para recibir lo que sus dominios no tenían; pero como gran parte se iba a tribus, que siendo dueñas de recursos exigían más para no hacer la guerra, tal como lo hizo Tankik.
Era algo inaceptable para el joven Siekik,  y como estaba su lugar teniente le comentó:
--- Chamokik, escuchaste a la joven mujer, que existen almacenes llenos de tejidos, que como las cocinas están cerrados con trancas; tenemos que ir a ese lugar y con el apoyo de las cocineras confeccionar ropa para la gente que caminan casi desnudos.
Chamokik, quien era por lo menos unos 10 años mayor que Siekik, no estaba de acuerdo con esa acción y le replicó:
--- Mi joven líder, no podemos disponer de esos tejidos y repartirlos, primero se debe buscar a las mujeres que hoy trabajan en el campo y ellas nos enseñarán como se repartía la ropa, y también debe haber ropa para entregar a los proveedores del pescado y las carnes, igualmente para los príncipes de adoración a los dioses, creo que no podemos romper esa cadena mi joven líder.
Siekik, escuchó con atención a su lugar teniente, quien tenía razón, una vez más intentaba cometer errores debido a sus juveniles impulsos que tenían que ser controlados; pero para él, era inaceptable ver gente descalza y mal vestida; pero razonando, le habló de nuevo y le dijo:
--- Chamokik, tienes razón no podemos hacer la guerra a todos, ni repartir lo que aún no es nuestro; por lo que con ayuda del traductor y después que terminaron de almorzar, habla con los jefes de los trabajadores para que separen a las mujeres y con ellas ir a los telares para disponer del uso de los tejidos, ellas nos ayudarán como disponer y entregar los vestidos, teniendo en cuenta lo que tu piensas.
Siekik, sintió que el estómago le sonaba y se acercó a la cocina a pedir su comida, después que se repartió a todos; pero ya no había la mejor, siempre era así, por lo que antes Zankoc y un grupo de privilegiados comían primero y lo que sobraba lo repartían con la gente; las cocineras estaban asustadas y temerosas de pagar con su vida al servir las sobras de la comida que era  siempre para ellas, aún faltaban por comer Siekik, Chamokik y los otros 09 guerreros.
Entonces, la joven hermosa, se adelantó a la tremenda preocupación de sus cocineras y dirigiéndose al joven líder, le dijo:
--- Oh Mi Señor Guerrero, ya no hay suficiente comida para usted y sus vasallos, incluso solo hay un poco para las cocineras, todo se repartió a la gente por igual......
Siekik, siempre con reflejos listos, le interrumpió a la joven hermosa y le dijo:
--- Joven Mujer, no tienes que preocuparte por nosotros, lo esperamos para más tarde, lo importante que todos los vasallos comieron; diles a tus compañeras que vayan de nuevo a los silos (almacenes) y saquen productos para que preparen comida para ellas y lo que sobra será para nosotros.
La joven hermosa al escuchar la respuesta del joven líder, se tumbó al suelo y acercó sus labios a los pies de Siekik para besarlos, lo que fue impedido por él, quien le dijo:
--- Levántate joven mujer, ve hacer lo que te ordené.
La joven hermosa fue hasta donde estaban sus compañeras quienes al escucharla se sonrieron y casi fueron corriendo al almacén para sacar más productos y preparar la comida restante.
Mientras tanto, Chamokik, acompañado del desertor que ahora traducía fueron hasta los jefes de los cultivos y les trasmitió las ordenes de Siekik, ellos no hicieron oposición y separaron a las mujeres quienes eran las hilanderas y tejedoras, con ellas fue hasta Siekik, ellas eran aproximadamente unas 30 mujeres....................
Continuaremos.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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