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miércoles, 11 de noviembre de 2020

NATIONAL GEGORAPHIC : Misterios y curiosidades del antiguo Egipto.- El príncipe Khaemwese, el hijo favorito de Ramsés II

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos entraga un amplio reportaje sobre lo que fue el Príncipe Khaemwese, el hijo favorito de Ramsés II. De los más de cien hijos e hijas que tuvo Ramsés II, uno de los más conocidos es Khaemwese. Sacerdote, erudito, arquitecto y organizador de eventos, el nombre y la fama de este príncipe egipcio perduraría más de mil años, aunque él no logró sobrevivir a su longevo progenitor. NATIONAL GEROBRAPHIC.- narra: "....Siendo aún un niño, Khaemwese acompañó a su padre en dos campañas militares, junto a su hermano y heredero al trono Amon-hir-khepeshef, una en Nubia y otra en Tunip (Siria). A pesar de ello, el joven Khaemwese no ostentó nunca un título militar, como sus hermanos y hermanastros, sino que rápidamente se decantó por seguir una carrera sacerdotal. Gran erudito y con un enorme talento administrativo, el joven príncipe ascendió rápidamente en el clero del dios Ptah de Menfis, convirtiéndose primero en sacerdote sem (puro) y más tarde en sumo sacerdote del dios, con un poder comparable al sumo sacerdote de Amón en Tebas...."

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/principe-khaemwese-hijo-favorito-ramses-ii_15831

De los más de cien hijos e hijas que tuvo Ramsés II, uno de los más conocidos es Khaemwese. Sacerdote, erudito, arquitecto y organizador de eventos, el nombre y la fama de este príncipe egipcio perduraría más de mil años, aunque él no logró sobrevivir a su longevo progenitor.

Carme Mayans

11 de noviembre de 2020

 

Estatua del príncipe Khaemwese, segundo hijo de la reina Isisnofret con Ramsés II. Museo Británico, Londres.                                                                                                                                Foto: Cordon Press.

Sumo sacerdote del dios Ptah de Menfis, mago, arquitecto y el primer "arqueólogo" de la historia, el príncipe Khaemwese es un personaje singular y fascinante. Segundo hijo de la reina Isisnofret, esposa secundaria de Ramsés II, probablemente nació cuando su padre aún no contaba veinte años.

Siendo aún un niño, Khaemwese acompañó a su padre en dos campañas militares, junto a su hermano y heredero al trono Amon-hir-khepeshef, una en Nubia y otra en Tunip (Siria). A pesar de ello, el joven Khaemwese no ostentó nunca un título militar, como sus hermanos y hermanastros, sino que rápidamente se decantó por seguir una carrera sacerdotal. Gran erudito y con un enorme talento administrativo, el joven príncipe ascendió rápidamente en el clero del dios Ptah de Menfis, convirtiéndose primero en sacerdote sem (puro) y más tarde en sumo sacerdote del dios, con un poder comparable al sumo sacerdote de Amón en Tebas.

Cabeza de una estatua de Ptah, dios patrono de Menfis.                                                                           Cordon Press.

El joven Khaemwese no ostentó nunca un título militar, como sus hermanos y hermanastros, sino que rápidamente se decantó por seguir una carrera sacerdotal.

Como sumo sacerdote de Ptah, Khaemwese ostentaba el control de escultores, joyeros y artesanos que trabajaban en los proyectos reales. Era el inspector de todas las obras, y como tal supervisó la construcción del templo funerario de su padre en Tebas, el Ramesseum; también dirigió las obras de la gran sala hipóstila del templo de Amón Karnak y los templos de Pi Ramsés, la nueva capital fundada por Ramsés II. La construcción del gran templo de Ptah en Menfis también estuvo bajo su control.

Ramesseum. Templo funerario de Ramsés II en Tebas, cuyas obras fueron dirigidas por Khaemwese.
iStock.

El príncipe arqueólogo

Aparte de estas actividades, el príncipe Khaemwese sintió una gran atracción hacia el pasado de su país, y por eso se le considera el primer "arqueólogo" de la historia. En Saqqara inspeccionó muchos monumentos antiguos y quedó desolado al ver el estado de abandono en que se encontraban. Algunos de ellos ya tenían más de mil años. El príncipe decidió actuar antes de que fuera demasiado tarde y pidió permiso a su padre para llevar a cabo un ambicioso programa de limpieza y restauración de estos monumentos. En todos ellos dejó constancia de su actuación: "Su Majestad ha decretado que el jefe que dirige a los artesanos, el sacerdote sem e hijo del rey, Khaemwese, debe restaurar [el nombre de la pirámide de Unas, Shpeseskaf, Sahure, Djoser, Userkaf...]. Mucho deseaba el sacerdote sem restaurar los monumentos de los reyes del Norte y del Sur [...] a causa de lo que habían hecho, de los que estaban en ruinas".

 

La pirámide escalonada de Djoser en Saqqara bajo un cielo cubierto.                                               iStock.

El príncipe quedó desolado al ver el estado de degradación de muchos monumentos antiguos y decidió actuar antes de que fuera demasiado tarde.

En una estatua de Khaemwese vemos una inscripción en la que él mismo explica el motivo que le llevó a emprender estas obras de restauración, y era por "lo mucho que amaba la antigüedad y a la nobleza de otro tiempo...". Curiosamente, casi todos los monumentos restaurados por el príncipe estaban relacionados con el culto solar. ¿Tal vez consideraba que las formas de culto al dios Re eran más puras? ¿O tal vez vio en ello una oportunidad para aprender más sobre las creencias antiguas y adaptarlas al culto de su época?

El Serapeo de Saqqara

Sea como fuere, el papel de Khaemwese como sumo sacerdote de Ptah superó a su papel como arqueólogo y restaurador. Y es que el príncipe es el creador de uno de los complejos más impresionantes de Saqqara, el Serapeo, las catacumbas donde eran enterrados los sagrados toros Apis tras su muerte. Este enorme complejo funerario fue erigido hacia el año treinta del reinado de su padre. Según el historiador griego Heródoto, el sagrado Apis debía ser "negro y se conoce por estas marcas: tiene una mancha blanca triangular en la testuz y la forma de un águila en la espalda; los pelos de su cola son dobles y tiene un escarabajo debajo de la lengua". Cuando un Apis moría, los sacerdotes iniciaban una peregrinación por todo Egipto para hallar a su sucesor.

 

Relieve que representa al sagrado toro Apis. Museo del Louvre, París.     
Cordon Press.

El príncipe es el creador de uno de los complejos más impresionantes de Saqqara, el Serapeo, las catacumbas donde eran enterrados los sagrados toros Apis tras su muerte.

Mientras tanto, tenía lugar la ceremonia de momificación del Apis difunto. Existe una inscripción en Saqqara que describe la visita de Ramsés II al lugar donde tenía lugar dicho embalsamamiento. Data del año treinta de su reinado: "En este día la Majestad de Apis llegó al cielo y a reposar en el embalsamario con Anubis, el que está en el embalsamario. Él embalsamó su cuerpo, le extrajo los fluidos, él eliminó sus manchas para su renacimiento en el puro alabastro en la Mansión de Oro, y para abrir su boca con natrón e incienso". Así, tras ser momificados, Khaemwese estableció que las momias de los Apis difuntos fuesen colocadas en enormes sarcófagos de piedra (algunos pesaban más de ochenta toneladas) que serían depositados en las criptas del complejo.

El príncipe no puede evitar mostrar su orgullo por la construcción del gran complejo funerario de los toros Apis en esta inscripción: "El sacerdote sem e hijo del rey, Khaemwese, él dice: Oh vosotros, sacerdotes sem, sumos sacerdotes y nobles del templo de Ptah, padres del dios, sacerdotes encargados de los sagrados dominios, profetas, sacerdotes lectores de este templo [...] y todos los escribas que dominan los conocimientos gracias al gran dios [...] y que entran en este templo que he construido para el Apis viviente y que verán estas cosas que he hecho, grabadas en los muros de piedra como favores grandiosos y únicos [...] que nadie obre contra lo que se ha hecho para el reposo de otros [...]. Recordad mi nombre cuando decretéis futuras obras así".

 

Cripta del Serapeo de Saqqara.                                                 
Cordon Press.

Organizador de festivales

Justo en el año treinta del reinado de Ramsés II, su hijo Khaemwese recibió el encargo de preparar el primer festival sed de su padre. El festival sed o jubileo real era una ceremonia que se celebraba aproximadamente en el año treinta de reinado de un faraón (los siguientes festivales se celebraban cada pocos años) y cuyo objetivo era que el viejo monarca recobrase las fuerzas para seguir gobernando Egipto e impartiendo la maat (el orden y la justicia). En las canteras de Gebel el Silsila podemos ver una inscripción en la que el príncipe anuncia tan gran acontecimiento: "Su Majestad decretó que el festival jubileo sea proclamado en toda la tierra por el hijo de rey y sacerdote sem Khaemwese". De hecho, Khaemwese organizó los nueve primeros festivales de su padre.

 

Ramsés II durante su festival sed, tocado con la corona Roja del Bajo Egipto. Museo Metropolitano, Nueva York.                                                                      
Cordon Press.

El festival sed o jubileo real era una ceremonia que se celebraba aproximadamente en el año treinta de reinado y cuyo objetivo era que el viejo faraón recobrase las fuerzas para seguir gobernando Egipto e impartiendo la maat (el orden y la justicia).

A pesar de su importancia, no tenemos constancia de si Khaemwese fue nombrado alguna vez príncipe heredero. Sabemos que su hermano Merneptah ya era príncipe heredero en el año cincuenta y cinco del reinado de Ramsés II, y Khaemwese debió morir más o menos por entonces. Y eso nos lleva a otro misterio: ¿Dónde está la tumba del príncipe erudito?

¿La momia de Khaemwese?

Muchos egiptólogos creen que fue enterrado en Gizeh, aunque hay quien piensa que fue enterrado en el Serapeo de Saqqara, del que tan orgulloso estaba. De hecho, en 1851, durante sus excavaciones en el Serapeo, Auguste Mariette, a la sazón director del Servicio de Antigüedades de Egipto, colocó dinamita para abrirse paso en el lecho rocoso que cubría las criptas, y cuando accedió al lugar descubrió un sarcófago de madera que contenía el cuerpo de un hombre momificado, adornado con collares de jaspe y amuletos de piedras semipreciosas con el nombre de Khaemwese grabado, y con el rostro cubierto con una máscara de oro. ¿Era posible que se tratase de la momia del príncipe Khaemwese? Mariette no pudo asegurarlo nunca.

Máscara de oro atribuida a Khaemwese. Museo del Louvre, París.
Cordon Press.

Auguste Mariette descubrió en el Serapeo un sarcófago de madera que contenía el cuerpo de un hombre momificado con collares que llevaban el nombre de Khaemwese.

Actualmente, los investigadores creen que en realidad no se trata de restos humanos, sino de los de un toro Apis modelados en forma humana para asemejarse al príncipe. El egiptólogo Allan Dodson describe así la momia: "Designado Apis XIV, se compone de un sarcófago de madera, en gran parte enterrado en el suelo, con su parte superior aplastada en gran medida. En el interior había lo que tenía apariencia de una momia humana, con su rostro cubierto por una máscara de oro un poco tosca, dañada por la humedad y con una gran cantidad de joyas, algunas con el nombre de príncipe Khaemwese. A pesar de su apariencia, la momia ha demostrado ser una masa de resina con una cierta una cantidad de huesos desordenados. Aunque con frecuencia se dice que es la momia de Khaemwese, basándose en las joyas, la masa de resina que contiene fragmentos de hueso recuerda a los indudables Apis de las tumbas de E y G. Su apariencia simulando ser una momia humana también encuentra eco en las tapas de los ataúdes antropomorfos que cubrían las masas de resina en los sarcófagos de Apis VII y IX, por lo tanto no puede haber duda de que el entierro es en realidad la momia del toro Apis XIV".

El dios Thot en un relieve del templo de Amón en Karnak.

Experto en magia

Entre 1991 y 1993, una expedición arqueológica japonesa de la Universidad de Waseda descubrió en Saqqara Norte una construcción de piedra caliza a un kilómetro al norte del Serapeo. Tenía varias cámaras pequeñas y en todas partes aparecía grabado el nombre de Khaemwese. Dos mil quinientos objetos datados del Reino Nuevo se localizaron en el lugar. Los directores del proyecto, Izumi Takamiya y Sakuji Yoshimura, creen que el edificio fue erigido por el hijo de Ramsés II, en un estilo deliberadamente arcaizante, ya que imitaba las formas de construcción del Reino Antiguo, período que el príncipe tanto amó. ¿Fue este peculiar edificio un santuario dedicado al culto de Khaemwese o está relacionado de alguna manera con su lugar de enterramiento?

Una expedición arqueológica japonesa de la Universidad de Waseda descubrió en Saqqara Norte una construcción de piedra caliza a un kilómetro al norte del Serapeo que se piensa que fue erigida por el hijo de Ramsés II.

Hay que tener en cuenta que aun mil años después de su muerte, a Khaemwese se le rendía culto como uno de los mayores eruditos y magos de toda la historia de Egipto. Existe un relato titulado Las historias de Setne Khaemwese, donde se explican sus intentos por conseguir un libro de conjuros escrito por el dios Thot. También se dice que viajó al inframundo para ver por sí mismo cómo los dioses impartían justicia.

¿Se descubrirá algún día el paradero de la tumba del hijo favorito del gran Ramsés? Este es otro de los numerosos misterios con los que el antiguo Egipto sigue retando a los infatigables egiptólogos.

NATIONAL GEOGRAPHIC

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

ayabaca@gmail.com

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