Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipán; Siekik y sus guerreros hicieron frente a la invasión de una desconocida tribu, ubicada al Sur de los terrenos que fueron de Tankik; el joven líder secundado por su lugar teniente Chamokik, se prepararon con anticipación ante el eminente ataque, que sorprendieron y masacraron a los sureños y sus sobrevivientes huyeron dejando regado en el campo de batalla a 66 guerreros, y del bando de Siekik, sólo hubo heridos pero ninguno comprometió su vida....... sigamos el relato ..............
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue: El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia:
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
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Siekik, después de obtener una contundente victoria contra la invasión de la desconocida tribu del Sur, comenzó a contabilizar los resultados del combate y ordenó:
--- Chamokik, cuenta cuántos de nuestros guerreros están heridos o muertos.
El lugarteniente, quien conocía a sus guerreros, los agrupó a todos de su bando y encontró 04 heridos con desgarramientos de piel ocasionados por las porras; pero ninguno de gravedad, se había establecido solidaridad entre guerreros, ayudando al herido; cargándolos fuera del campo de batalla para su curación.
Chamokik, siguió recorriendo el campo de batalla y encontró regados a 66 cadáveres del bando de los enemigos; en cambio del bando de los 50 guerreros del bando de Siekik, todos resultaron ilesos, sólo con rasguños en la piel.
Entonces, Siekik al recibir la información de los resultados del combate; ordenó que en las primeras horas de la mañana se sepulte a los enemigos caídos, para evitar que la descomposición de los cadáveres afecte emocionalmente a los demás trabajadores de los terrenos cultivados, era una respuesta más emocional que efectiva del joven líder después del combate.
Luego, Siekik y sus guerreros avanzaron hasta la línea del horizonte previniendo un nuevo ataque, ya que, los que huyeron no se les veía en el horizonte; ellos avanzaron y estando cerca a la línea se tumbaron al suelo y reptando avanzaron hasta la línea, desde allí otearon hacia el Sur, pero no había ningún hombre sureño, parece que ellos emprendieron la retirada hasta sus mismos terrenos.
Por lo que Siekik, no cometió el error de perseguir al enemigo; ya que además, de terrenos desconocidos, cabía la posibilidad de que el enemigo se reagrupe e intente volver atacar; ellos retrocedieron y encontraron a los curanderos desinfectando las heridas de los guerreros lesionados y otros amontonando los cadáveres del enemigo, para enterrarlos en una fosa común.
Siekik, era consciente que sus guerreros estaban agotados, se reunió con Chamokik y le dijo:
--- Chamokik, parece que los enemigos ya no regresarán, más tarde sepultaremos los cadáveres, escoge a un grupo que actúen como centinelas y el resto de los guerreros se tumben sobre el suelo para que descansen.
Chamokik, asumiendo la orden, pero si le replicó:
--- Oh Gran Guerrero, creo que nuestros guerreros no se acostarán al lado de los cadáveres, creo que primero los enterramos y así ellos descansarán tranquilos.
Siekik, como un joven líder, quería tomar todas las decisiones y ejecutar las acciones y a veces partía de ligero y por lo que entendió la observación de su lugar teniente y le contestó:
--- Chamokik, tienes razón, nosotros enterraremos los cadáveres, ordena a tus hombres que descansen sentados, no olvides que un grupo de ellos vaya a la línea del horizonte para otear el campo enemigo.
Siekik, ordenó al grupo de guerreros a su cargo a enterrar a los muertos, ellos empezaron cortando ramas de arbustos y con ellas cubrieron los cadáveres, luego con sus palas los enterraron, como eran numerosos, aún esparcidos se formó un pequeño montículo de tierra, que también la cubrieron con abundantes ramas y hojas de los arbustos, quedando el campo de batalla completamente limpio, al menos así se apreciaba con la aún oscuridad del alba.
Siendo, aproximadamente las 05:00 horas del nuevo día, se amanecía con una nueva victoria militar del líder Siekik.
Todos los guerreros fueron reagrupados, se ordenó que los centinelas regresen del horizonte y todos fueron a los campos de cultivo, como si nada hubiese ocurrido, era una paz latente.
En el otro extremo de los terrenos, ya las mujeres se habían levantado y estaban atizando los fogones; esta vez Siekik se adelantó fue en persona hacia ellas, al llegar las mujeres le hicieron la venia; él les ordenó preparar doble ración para alimentar a los guerreros que estaban totalmente agotados y sin dormir por las actividades bélicas.
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
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Las cocineras agregaron más ollas a los fogones, para preparar mayor cantidad de alimentos, ellas trabajaban muy alegres y todo lo hacían con satisfacción en agradecimiento al líder Siekik, que salvó a ellas y sus familias del hambre que padecieron con los anteriores líderes.
Sin embargo, los guerreros no eran gente ociosa, aún con el cansancio de sus cuerpos, se unieron a los agricultores que ya salieron hacer sus faenas agrícolas antes de la primera comida; unos comenzaron con las deshierbas, otros cargando quipes con productos cosechados y el resto en las eras limpiando las mazorcas y desgranando el maíz, era toda una actividad muy dinámica, donde todos trabajaban.
Tal vez, parte de los moradores no se enteraron que acababan de ser salvados de las garras de una belicosa tribu sureña.
Siendo, aproximadamente las 09:00 horas de la mañana, se repartió la primera comida, y de acuerdo a las órdenes de Siekik, se sirvió doble ración a los guerreros con el fin de que recuperen sus fuerzas perdidas en el trajín del combate y cansancio por no haber dormido por los menos 30 horas seguidas. Después del suculento desayuno, Siekik ordenó a un numeroso grupo de vasallos agricultores cargar quipes y transportarlos en dirección a la casa del señor Chonkik, para reponer existencias que se usaban en la manutención de la población.
Siekik, en seguida ordenó a los guerreros que estaban en perfectas condiciones, que eran en casi su mayoría, a viajar a los terrenos que fueron de Zankoc, quedando unos cuantos para la curación de sus heridas.
Ya en horas del medio día, partieron los guerreros y como siempre bajo el mando directo de Chamokik, mientras salían de los terrenos cultivados, ellos entraron a los terrenos eriazos que eran arenales; estando por aquí; Siekik recordó que tendió una trampa a los guerreros de Zankoc y justamente iban a entrar a ese callejón, quienes hicieron un paro, y el joven líder ordenó, a un grupo de guerreros compuesto por unos 20 hombres, explorador que se adelanten al callejón, entren allí y lo exploren en toda su extensión y ellos esperarán.
Los exploradores avanzaron hasta el callejón para reconocer el terreno si estaba libre de guerreros agazapados en las paredes del callejón que como muros abundaban en aquel lugar del terreno, ellos lo cruzaron en toda su extensión y no hubo ninguna respuesta contraria, regresaron sanos y salvos.
Con la seguridad de que no habían enemigos, todo el contingente avanzó, al llegar se repartieron en tres grupos y superaron el callejón; esta vez no iba a la cabeza Siekik ni Chamokik, ellos cubrían la retaguardia, que en caso de ataque sorpresivo ellos estaban a salvo.
Después de cruzar el callejón, Siekik y sus guerreros avanzaron siguiendo el horizonte de los terrenos de Zankoc, que se quedó bajo el mando del líder Kamokac; quien siendo guerrero y estratega tenía cubiertos los caminos de entrada y salida, y por su puesto, debido a esta táctica; los guerreros con Siekik a la cabeza no habían avisado que llegarían a esos dominios, pues les esperaba una gran sorpresa por avanzar confiados.
Justamente los guerreros de Kamokac, eran quienes ahora les habían tendido una trampa; Siekik y Chamokik, encabezando a sus guerreros avanzaban, y estando corta distancia de abandonar los terrenos eriazos y llegar a los terrenos cultivados, había una cortina de grandes árboles que cubrían completamente el camino y no se tomó ninguna precaución, quienes al llegar, desde el suelo levantando tierra saltaron hombres armados que estuvieron a punto de agredir a Siekik y Chamokik y que no lo hicieron al escuchar el grito de Kamokac, que por pura casualidad estuvo al mando, y gritó:
--- ¡¡¡ No, no ataquen ellos son nuestros líderes !!!...
Los guerreros de Kamokac bien entrenados, no actuaron quedándose parados con sus armas erguidas y salió del escondite para dar el encuentro el líder de casa, quien dijo:
--- Oh Gran Líder Siekik, que sorpresa verlo, no sabíamos que nos visitaba.
Siekik y Chamokik, totalmente sorprendidos y que estuvieron a punto de ser atacados por los guerreros de Kamokac, reaccionaron con una sonrisa levantando sus brazos y chocándolos con puño cerrado con Kamokac, quien inclinándose les dio la bienvenida.
Los aproximadamente 30 guerreros de Kamokac, se unieron a los guerreros recién llegados y todos entraron a los bien cultivados terrenos, que se observaban unos en plena cosecha, otros recién sembrados y terrenos en preparación para cultivos.............................
Continuaremos............................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
1 comentario:
Hola amigo buen Domingo interesante relato 😀👍🌴🌻
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