Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; la empresaria Zoraida Fuentes Plata, en momentos que salía del local del periódico "El Vocero del Pueblo", ella caminaba en plena acera del corredor de la calle, y venía en sentido contrario un ex enamorado, quienes al encontrarse él; la acosó y su chofer salió en defensa de su jefa y le aplicó un fuerte puñetazo al acosador, tumbándolo al suelo y que perdió la conciencia; el herido fue atendido dándole el auxilio médico, en cambio el chofer fue llevado a la Comisaría y allí el jefe ordenó su detención por 24 horas; Zoraida, acudió a un buffet de abogados, quienes actuaron logrando la libertad del chofer........................ sigamos la historia......................
Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices.
Este es el símbolo de la novela: La Historia del Amor Cruel.
Fuente: Archivos del blog: A vuelo de un Quinde.
Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según: Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Zoraida Fuentes Plata, después del incidente que tuvo en el Centro de la Ciudad por el acoso de un ex enamorado y el certero puñetazo del chofer que privó de la conciencia al agresor; el conductor fue detenido por la policía, pero ella gracias a la sugerencia de Olzagon, de conectarse con un buen abogado y se logró la libertad del chofer.
Olzagon, le habló desde su teléfono en la Gerencia, allí estaban las tres secretarias, entre ellas Amelida, quien ya se acostó con él, pero lo pretendía Ofelia Montesinos, que ya el joven hábilmente la escabulló, pero ella jamás se sentía vencida.
Entonces, Olzagon, después de hablar por teléfono con Zoraida, se levantó del asiento para retirarse y regresar a los nuevo almacenes; inesperadamente se levantó de su asiento Ofelia Montesinos, con claras intenciones de malograr la mañana y dirigiéndose al joven, le dijo:
--- Joven Olzagon, no olvide que quedamos en encontrarnos el día sábado por la tarde, así lo acordamos la vez pasada que estuvimos juntos en los almacenes.
Olzagon, totalmente sorprendido por lo que escuchaban sus oídos de las expresiones de la secretaria Montesinos, y que nunca hubo tal acuerdo; más bien él, le aclaró que no existiría una relación entre ellos y él dio por terminado ese incidente que ya superó varios días, y lo peor sin saber que contestar y observando a Amelida totalmente asombrada y nunca a la aludida, le contestó:
--- Señorita secretaria Montesinos, nunca hubo algún acuerdo entre usted y yo, ya que no fui yo quien se me declaró y la rechacé por no ser ético, ya que siendo representante de un proveedor de la empresa y por respeto a la señorita Zoraida nunca pudo ni podrá existir una relación entre nosotros, que no sea la amistad y el respeto mutuo.
Pero, Ofelia estaba dispuesta a correr el riesgo por decir lo menos muy estúpido y seguir hasta las últimas consecuencias y le replicó:
--- No es tan cierto lo ético que usted pregona y establece, por que si se acostó con mi compañera Amelida, que lo hicieron tan salvajemente que ella al día siguiente no podía ni caminar.
Amelida, totalmente enfurecida se levantó de su asiento y fue directamente al escritorio de Ofelia y le dio una bofetada tan fuerte que el volteó el rostro al costado, produciendo el ruido del golpe y le dijo:
--- Mujer entrometida, no te metas en la vida privada de tus compañeras de trabajo....
Olzagon, permanecía impávido y mudo viendo el espectáculo de celos de dos mujeres por su persona y él optó por salir casi escapando, pero la adolorida Ofelia, le dijo:
--- Olzagon, no huyas como un cobarde, acepta que nos reuniremos el sábado...
El joven Olzagon no le hizo caso y salió muy apresuradamente por la conducta irresponsable de las mujeres celosas.
Ofelia, por el insoportable dolor sobándose el costado de su rostro, donde recibió la bofetada y casi lagrimeando, amenazó a a Amelida, así:
--- Eres agresiva, por dije la verdad, me atacaste, pero lo juro que esto no se va a quedar así....
Amelida, ya controlando su ira, no le hizo caso y regresó a su escritorio y continuó en su trabajo, igual sucedió con Ofelia, que de cuando en cuando se sobaba el rostro por el dolor que aún lo sentía y vaya que esa parte estaba sonrojada, dando un aspecto rojizo al pómulo; fue la tercera secretaria, quien se levantó y fue hasta el botiquín de primeros auxilios y sacó unas cremas desinflamantes y le entregó a Ofelia y le dijo:
--- Ofelia, aplícate estas pomadas, te desinflamarán el tejido del golpe que recibiste.
Ofelia, a regañadientes recibió el medicamento y se lo aplicó; la causante no levantaba rostro concentrada en su trabajo, ya casi a la hora de salida llegó la empresaria Zoraida, quien desconocía los incidentes de sus secretarias y dirigiéndose a Ofelia, le dijo:
--- Ofelia, por favor, ve a los nuevos almacenes y dile al joven Olzagon que venga a la Gerencia, después de la salida al descanso.
Para Ofelia, la orden de la jefa, fue como otra bofetada al otro lado del rostro, y que tenía que obedecer, ella se levantó de su asiento y salió a cumplir el mandado; las otras dos secretarias se miraron entre ellas con una leve sonrisa sin decir nada, detalle que si fue notado y observado por Zoraida, quien hizo la pregunta:
--- ¿Ha sucedido algo en esta oficina, que las noto inquietas a ustedes?
Las dos secretarias casi al unísono, le contestaron:
--- No, señorita Zoraida, todo sin novedad, sólo que nos mirábamos, recordando que ya se acercaba la hora del almuerzo..
Zoraida, no les creyó una sola palabra, su percepción femenina le anunciaba que algo tramaban o ya sucedió y perdió el interés y se dedicó a leer documentos y firmar los pendientes.
Ofelia, con parte del rostro ligeramente rojizo, llegó a los nuevos almacenes y fue hasta donde estaba Olzagon, quien al verla de nuevo y sorprendido tanto que dejó caer una pieza de repuesto que tenía en sus manos, ya que ella lo calificó como un cobarde y quien al darse cuenta de los apuros del joven, le dijo:
--- No se preocupe joven Olzagon, no he venido ajustar cuentas con usted, vine por encargo de la señorita Zoraida, que lo espera en la Gerencia, después de la salida del personal.
Olzagon, recibió las expresiones de Ofelia como una bendición del Cielo, y de reojo le vio el rostro rojizo, y le contestó:
--- Gracias señorita Ofelia, dígale a la señorita Zoraida que allí estaré...
Ofelia, se dio la vuelta y vaya que mostró sus abultadas nalgas que eran una perfección anatómica, el joven Olzagon sintió un remezón en todo su cuerpo al observar tan erótico cuerpo, recogió el artefacto que se cayó de las manos y se dijo asimismo : "No descarto la posibilidad de explorar algún día tan espléndidos glúteos que exhibe esa mujer...", y él regresó a su trabajo.
Ofelia, dolida en su alma por haber perdido una vez más, por ser muy impulsiva y atrevida, le salió el tiro por la culata, ella regresó a la Gerencia y afirmando a la empresaria que el joven Olzagon estará allí a la hora indicada, y como ya llegó el tiempo del descanso se escuchó la sirena, dando por concluidas las labores de aquella mañana.
El joven regresó a la Gerencia, allí lo esperaba Zoraida, quien al verlo le dijo:
--- Jovencito, quiero almorzar en el centro de la Ciudad, tengo mucha hambre, quisiera compartirlo contigo.
Para Olzagon, salir con ella era parte de su plan y aceptó gustosamente y le contestó:
--- Será un placer acompañar a la Reina de Tapal.
Zoraida, se sonrió por el cumplido, pero no le contestó, ella se dedicó a cerrar la caja fuerte y guardó en las gavetas de su escritorio los documentos pendientes por firmar, echó llave y se levantó.
Ambos personajes salieron de la Gerencia, allí estaba el jefe de seguridad, quien le dijo:
--- Señorita Zoraida, hemos notado que alguien dentro de un vehículo desde la calle del frente de la tienda observa al chofer, ya le consulté a él y me contestó que no tiene enemigos.
Zoraida, creyó que era fruto de la casualidad y que el vigilante anónimo era una coincidencia; ella sólo le escuchó pero no le contestó al jefe de seguridad.
Los dos personajes salieron a la calle, allí estaba la camioneta, cuyo chofer esperaba, y él si se había dado cuenta que alguien lo estaba espiando, los pasajeros subieron y Zoraida, le ordenó:
--- Señor chofer, por favor llévenos al Centro de la Ciudad.
El chofer obedeció las órdenes y partieron al Centro, en el trayecto, fue Olzagon quien le narró con lujo de detalles los incidentes de las secretarias. Zoraida se sonrió y con sarcasmo le contestó:
--- Joven Olzagon, no sabía que tenía competencia de mis propias secretarias por acostarse con usted, que ironía nos da la vida ... jajajajajaja.......
Olzagon, también se sonrió, pero lo hizo casi a la fuerza, por que no le parecía nada gracioso que compañeras del mismo trabajo se enfrasquen en conflictos por disputa sentimental. Pero, Olzagon se olvidó de analizar que justamente él era el origen de los celos de las secretarias.....
Ellos llegaron al Centro, el chofer los dejó en un restaurante que desde afuera se notaba como exclusivo, Zoraida tomó la delantera y entró seguida de Olzagon, allí el mesero saludó a Zoraida, así:
--- Buenas tardes señorita Zoraida, es un honor recibirlos y gracias por la preferencia, ha llegado usted en el día que hay muchos potajes, por que hoy se celebra el Día de la Gastronomía, hay una mesa para dos personas que seguro puede compartir con su chofer.
Zoraida, muy incómoda y le afloró ira, que al joven Olzagon lo confundan como su chofer, le contestó:
--- Mesero, respete a las personas, ya que el joven que me acompaña no es mi chofer y de serlo a usted que diablos le importa, yo lo invité almorzar a este lugar, pida disculpas al joven, de lo contrario me retiro a otro lugar...........
Continuaremos..............................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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