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domingo, 11 de julio de 2021

Orígenes del Señor de Sipán : Capítulo LXXXVI.- Siekik, cuando creía que había terminado derrotando a una tribu invasora, ellos en apariencia se retiraron, pero no fue así, ellos regresaron, pero esta vez él los espera sobre la planicie, haciéndoles frente y el combate le empieza ser favorable...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los : Orígenes del Señor de Sipán; Siekik y sus guerreros obtuvieron una contundente victoria sobre  una tribu invasora que era errante; todo fue una rutina, ya que Siekik no iba  a la guerra, sino, él quería conocer el "Cruce de los comerciantes", como solía llamarse aquel Cruce de los Caminos, que coincidía con los puntos cardinales que ellos desconocían con los nombres asignados; en aquel cruce de los caminos los comerciantes solían intercambiar productos y  otros tomaban otras rutas partiendo de ese cruce que era una referencia en sus rutas comerciales; después de la victoria de Siekik, ya no quiso ir a ese cruce, retrocedió en un acto de hidalguía para permitir a los perdedores recoger el cadáver de su líder muerto, que así sucedió, Siekik y sus guerreros retornaron a los terrenos de los cultivos..... sigamos el relato.................

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Siekik, junto a su lugarteniente Chamokik, regresaron a los terrenos de los cultivos y fueron hasta el Asentamiento con 18 miembros de sus guerreros que fueron heridos al enfrentarse a la tribu invasora; la curiosidad por conocer casi le sale cara, por su puesto nadie se imaginó, que en tal mentado "Cruce de los Caminos", había una tribu invasora; ellos recién se enteraron cuando atravesaban las planicies de los terrenos eriazos y pudieron detectar a los invasores.
Kamokac, estuvo sumamente preocupado, por que no le consultaron su viaje al "Cruce de los Caminos", quien probablemente no les hubiese aconsejado ir a ese lugar tan peligroso frecuentado sólo por comerciantes.
Kamokac, se unió al joven líder Siekik y le dijo:
--- Oh Gran Líder, por lo que se puede percibir usted y sus guerreros acaban de obtener una nueva victoria, que pudo ser una derrota, por lo sorpresivo del ataque, pero creo que aún no terminó...
Siekik, ya muy tranquilo, no tomó en serio los comentarios de Kamokac, él estaba observando que sus guerreros estaban en franca recuperación, miró lejos a Chamokik y desde el corredor le gritó:
--- Chamokik, cura la herida que tienes en el antebrazo, se puede infectar....
Chamokik, escuchó perfectamente lo que le ordenó su jefe Siekik, él fue hasta el curandero y le pidió le aplique una pasta de hierbas, y efectivamente la piel se había ennegrecido y estaba inflamada, que al sentir el alivio de la pasta le produjo fuerte dolor.
Siekik, después de estar vigilando la curación de sus guerreros, y al finalizar, él se fue junto a Kamokac a los telares; le había impactado con la imagen en su mente de aquella jovencita hermosa que practicaba con un telar de cintura; hubo el pretexto de sacar parte de la producción en cuanto a ropa para darles a los guerreros afectados por el combate, que perdieron parte de la vestimenta y quedó rota o hecha trizas en otros.
Ellos, llegaron a los telares, y en el interior a un costado estaban las pilas de la producción, Kamokac, le preguntó:
--- Oh Gran Líder, ¿Qué ropa necesita para los guerreros?
Siekik, le respondió:
--- Necesito seis veces las dos manos llenas (60 unidades) de ropa para los guerreros por que su ropa está hecha tiras.
Kamokac, fue hasta la mujer mayor que era la instructora y al llegar a ella, le preguntó:
--- Mujer, necesitamos, seis veces las manos de mudas para los guerreros que fueron heridos y otros por que su ropa se ha roto por el uso, dinos donde están, para en estos momentos llevarla.
Siekik, sin pérdida de tiempo se fue al cuarto de los entrenamientos, él quería ver por segunda vez a la jovencita hermosa que le impactó cuando estuvo de visita por la mañana (él nunca supo de que la instructora le tradujo una cita con ella en la noche), sólo fue una mirada, no hubo diálogo, por que ella hablaba otro dialecto, le levantó la mano de cierta distancia y ella le respondió igual; luego el joven líder salió creyendo que la veía por última vez, fue hasta donde Kamokac que dialogaba con la instructora.
Entonces, ya hubo acuerdo en entregar las 60 mudas de ropa para los guerreros, incluso para los líderes, en esos momentos llegó Chamokik, era el momento preciso, por lo que Siekik, lo separó del grupo y estando solos, le dijo:
--- Chamokik, cuida bien tu brazo, vamos al cuarto de los entrenamientos, allí están las jóvenes mujeres que podrían interesarte para que busques tu pareja.
Pero, en esos mismos instantes llegó un centinela, del lado de las salidas a los caminos que se cruzan, quien muy asustado informó, que en las llanuras se observa movimientos de guerreros que se aproximan a los terrenos de los cultivos, era el mismo lugar de donde regresó Siekik.
Ante alarmante noticia, de inmediato los tres líderes: Siekik, Chamokik y Kamokac, se pusieron de acuerdo en alistar a los guerreros que defenderán el Asentamiento, se llegó a contar hasta nueve veces las sumas de las dos manos (90 guerreros), les entregaron las armas y se decidió ir al frente para darles el encuentro; esta vez la iniciativa de lucha será de parte de los guerreros de Siekik.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Entonces, intervino Kamokac, quien pertenecía a una tribu, donde se practicaba los sacrificios humanos ofreciendo a los dioses el corazón del prisionero atrapado en el campo del combate; dirigiéndose a Siekik, le dijo:
--- Oh Gran Líder, tenemos que ofrecer a los dioses, sacrificios de los guerreros enemigos, para que se calmen ellos están muy enojados con nosotros, sino lo hacemos vamos estar en guerra a cada momento, usted en la mañana derrotó a los invasores tan sólo matando al líder que los comandaba, pero ellos no fueron afectados, se retiraron  por falta de líder, ahora ya tienen otro, esta vez pelearemos hasta destruirlos y sus corazones serán ofrecidos a los dioses, ellos confundieron su retirada y regresan para rematar, esta vez no habrá perdón.
Siekik, quien era un líder de guerra implacable, pero no estaba en sus planes ofrecer los corazones de los humanos a los dioses, él lo hizo con los corazones de los venados, pero estaba obligado a levantar la fortaleza y moral de sus guerreros, por un momento dudó y no supo que contestar, y haciendo un esfuerzo respondió:
--- Kamokac, estoy de acuerdo en hacer frente al enemigo y destruirlo que por efectos de la pelea mueren, pero sacarles el corazón estando vivos, para dar a los dioses como ofrenda no me gusta, en los dominios de la vivienda del señor Chonkik, se ofrece el corazón de los venados; además si estoy de acuerdo que cometí un grave error en la retirada, debimos rematarlos, tal vez ellos pensaron que éramos débiles.
Pero, Kamokac era muy duro y temía, que si no se ponía mano dura contra las tribus invasoras, ellos estarían atacando constantemente, pero tampoco deseaba contradecir a su líder y le contestó:
--- Oh Gran Líder, acepto sus órdenes y pelearemos tal como usted lo ordena, pero esta vez nosotros los remataremos a todos.
Con ese tácito acuerdo, los tres líderes salieron al mando de 90 guerreros y tomaron la ruta del Noreste para salir fuera de los terrenos de los cultivos, y hacer frente a los invasores; este lugar ya les era familiar ya aquí enfrentaron a la tribu errante y posiblemente es la misma que pretenda la revancha.
Siekik, cambió de estrategia, ordenó que estando fuera de los terrenos y en plena planicie, se abran los guerreros horizontalmente y esperar a los invasores y no dejar pasar a ninguno, defendiendo el puesto con la muerte.
El combate, será cuerpo a cuerpo y que los flancos se movilizarán en apoyo de los defensores atacados con mayor cantidad de enemigos.
Al llegar las planicies (llanuras de tierras eriazas) hubo una total sorpresa, por que no se observó a ningún guerrero enemigo, por que el terreno era ondulado permitiendo esconder gente tumbada en las hendiduras.
Siekik, se dio cuenta de la trampa y dio un grito de alerta así:
--- ¡¡¡ Guerreros túmbese al suelo, el enemigo está oculto !!!
Todos los guerreros y los líderes se tumbaron al suelo, y como si fuese una lluvia llegaron como una manga de agua las flechas, que felizmente ninguna dio en el blanco, y como el enemigo perdió la sorpresa y fracasó con la emboscada; su líder los instó levantarse y pelear, ellos salieron en aglomeración, un grave error táctico, por que los defensores seguían tumbados esperando que se acerquen y cuando estuvieron a pocos metros de distancia, Siekik, ordenó:
--- ¡¡¡ Guerreros levántense y envuelvan al enemigo que viene concentrado al centro !!!
Los defensores se levantaron como aves en vuelo y empezó el combate cuerpo a cuerpo, ya se oyeron los primeros gritos de dolor, ahora las fuerzas estaban parejas y tal vez equilibradas, que al levantarse en forma horizontal, tomaron ventaja, por que el enemigo atacó al centro que era defendido por los líderes. 
Una vez más, Siekik observó un personaje más alto que los demás él creyendo que era el líder enemigo similar al anterior, le hizo frente y se agarraron en combate cuerpo a cuerpo, el atacante protegido por su fuerza descomunal, tiró al suelo a Siekik, quien casi reptando aseguró su porra y se levantó con mucha agilidad y no dar opción al ataque certero, ahora era un combate de choque de las armas sin que nadie toque su cuerpo, el choque de las porras era decisivo.
Siekik, sintió el ataque del desconocido y que le estaba ganando por su temible fuerza, apeló a su astucia, en una jugada suicida le dio la espalda y avanzó hacia atrás, nunca antes lo había hecho, el enemigo confiado que se había rendido lo siguió y cuando estuvieron cerca se volteó con su arma erguida y le aplicó un ataque con todas sus fuerzas en el estómago, que el confiado peleador cayó como una roca al suelo, totalmente agotado y sin conciencia, por que el golpe le dejó sin aire.
El caído era, el nuevo jefe que era tumbado una vez más bajo los poderosos brazos de Siekik............
Continuaremos................................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

1 comentario:

Teresa Tapia dijo...

Excelente información