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domingo, 28 de noviembre de 2021

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo CVI.- Siekik junto a Chamokik; obtuvieron contundente victoria contra una tribu desconocida que usurpó las cosechas de los terrenos que fueron de Tankik....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los : Orígenes del Señor de Sipán; Siekik, quien hizo una ceremonia religiosa, agradeciendo a los dioses por el florecimiento de los terrenos cultivados, en aquel acto solemne intervino la sacerdotisa Chosinik, quien se atrevió invocar ser la madre del hijo varón que deseaba el líder; semejante arrogancia no fue del agrado del líder; quien replicó que la única mujer que le daría ese hijo sería su pareja Nassanchak, después de ese episodio y luego que sirvieron la segunda comida, y cuando el joven líder estuvo amonestando a la sacerdotisa, llegó un centinela alarmado avisando que una tribu invadió los terrenos cultivados que fueron de Tankik, que arrasaron con las cosechas de la mejor chacra e incendiaron el desmonte; Siekik, ordenó a Chamokik movilizar a los guerreros y enviar a 10 exploradores, quienes verificaron el ataque y un grupo de ellos ya se iban con los productos; los guerreros avanzaron para recuperar los productos usurpados...  .... sigamos el relato......

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

En aquellos tiempos del siglo 1 de nuestra era, y específicamente el año 125 d.C., existía una constante movilización de tribus de seres nativos o foráneos en el valle de Lambayeque, por que sus terrenos eran fértiles, que al cultivarlos ofrecían excelentes cosechas de productos nutritivos como el maíz, pallares, maní y otros frutos que se producían debajo de la tierra como el camote, la yuca; las proteínas las conseguían cazando venadas por que existían enormes manadas y también eran pescadores, que usando frágiles botes de totora, les permitían pescar especies marinas que para conservarlas usaron la sal.
Continuando con el relato, el grupo de los exploradores que fueron enviados para detectar el movimiento de los invasores, el que actuaba como líder o mando, ordenó a dos guerreros regresar hasta donde avanzaba el joven líder Siekik  y el resto de los guerreros, quienes al encontrarse le informaron que parte de los invasores huían con los productos al hombro y que la otra parte de los invasores que eran los guerreros se preparaban para invadir los siguientes cultivos.
Los exploradores restantes avanzaron sin ser detectados, los invasores habían parado muy confiados, por que no había respuesta de los defensores y creyéndose vencedores planeaban usurpar los siguientes cultivos que tienen sus productos debajo de la tierra como la yuca, el camote y el maní.
Entonces, Siekik con la valiosa información recibida, ordenó que 50 guerreros lo acompañen para ir a las planicies y detener a los invasores que se llevaban los productos del maíz en mazorca; que bajo ninguna circunstancia se iba a permitir que los invasores se lleven ese valioso grano, que era muy apreciado por ser una harina base de la alimentación altamente nutritiva con la que se elaboraban múltiples productos como: mote, cancha, harina para sopas y fermentar granos para la elaboración de la chicha de jora.
Chamokik, se quedó con los restantes 50 guerreros con la obligación que hará frente a los invasores, mediante una trampa en la que 40 guerreros permanecerán tumbados sobre el suelo y 10 restantes parados distrayendo a los invasores, se acercarán a ellos a provocarlos para que los sigan, ellos retrocederían "huyendo" hasta el grupo de los defensores que se esperaban  manteniéndose a la expectativa.
Chamokik, era nativo de estos terrenos y los conocía como la palma de su mano, pensó aprovechar la oscuridad que era su mejor aliada, para atraerlos a una hondonada que a simple vista pasaba desapercibida y presumiendo que los invasores no conocían los declives del terreno; él preparó la emboscada, escogió a 10 fornidos guerreros que serán el anzuelo, quienes se aproximarán hasta muy cerca de los invasores provocándolos y cuando ellos reaccionen, retrocederían hasta la hondonada, donde los esperaban el grueso de los guerreros apostados allí y se enfrentarán en un combate cuerpo a cuerpo.
Mientras tanto, Siekik quien también conocía el terreno, por que ya peleó contra otra tribu sureña, avanzó rápidamente, ellos ya cruzaron los terrenos de cultivo sin ser detectados por los invasores, al acercarse a las planicies se dividieron en dos grupos de 25 hombres; ellos sabían que los invasores caminaban lentamente por el peso de los productos en sus hombros y estos si conocían el camino; ellos avanzaron por los flancos, hasta encontrarlos, que siendo sorprendidos no correrían con el peso, dejarían los quipes y tratarían de huir.
Los planes de Siekik, era exterminio ya aprendió la lección que dejando huir, tarde o temprano regresarán, era justamente lo que sucedió.
Siekik y sus guerreros avanzaron por las planicies, favorecidos por la oscuridad hasta llegar a un callejón estrecho y profundo que existía en el camino y era paso obligado, ellos llegaron y se posesionaron encima de las paredes, se tumbaron al suelo y esperaron que los invasores entren todos al callejón y cuando estuvieron juntos adentro, desde las paredes saltaron como felinos, sorprendiendo totalmente a los invasores, quienes tratando de huir soltaron los quipes, pero no les permitieron y tuvieron que pelear pero no tenían armas, el ataque de los guerreros de Siekik fue devastador, por que con sus porras rompían cabezas de los invasores....

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Siekik, ya era un gran estratega, comenzó con un ataque demoledor contra los invasores que caían heridos o muertos, se calculó que murieron en este callejón unos 30 invasores que eran los cargadores, después del combate, donde ninguno de los guerreros de Siekik fue herido; él ordeno cargar los quipes a un lugar fuera del callejón y como era mucho peso para los guerreros, quienes tenían que regresar para apoyar a Chamokik; por lo que decidió dejar a 10 guerreros cuidando los 30 quipes en una pampa y él regresó con los 40 restantes para pelear junto a Chamokik.
En el otro lugar, Chamokik envió a 10 guerreros que se acerquen a los invasores, uno de ellos se adelantó y observó tendido en el suelo aprovechando una pequeña elevación del terreno desde allí oteó que los invasores se habían posesionado de un terreno de cultivo que estaba vacío y como ellos estaban iluminados con mechones estaban entretenidos cantando arengas guerreras, descuidaron de vigilar las pendientes cercanas, seguros que nadie los atacaría, ya que si lo hacían desde su ubicación serían detectados y les harán frente.
El guerrero observador comenzó a contar los dedos de la mano derecha, lo hizo con la izquierda y lo repitió por 10 veces las dos manos llenas que sumaban los guerreros invasores, retrocedió y llegó hasta sus compañeros y les dijo:
--- Creo que no provocaremos a los invasores, ellos son demasiados, por esa razón no vigilan, saben que nos vencerán si lo atacamos, vamos a avisar al líder Chamokik.
Los llamados "provocadores" regresaron hasta la ubicación del líder Chamokik y le informaron que los invasores son demasiados.
Sin embargo, Chamokik pensó que aún siendo demasiados su trampa que les habían tendido valía la pena, por que serían emboscados dando la oportunidad para atacarlos por los flancos ya que ellos caminan aglomerados.
Por lo que Chamokik, envió de nuevo a los provocadores, quienes llegaron a una distancia de unos 50 metros, se levantaron y los gritaron insultándolos en su dialecto, los sorprendidos invasores  reaccionaron de inmediato y con sus armas levantadas fueron hasta los supuestos guerreros que ya habían retrocedido, los invasores los siguieron y siempre lo hacían en tumulto que favorecía los planes de Chamokik, los provocadores siguieron levantando el cuerpo para luchar y se escondían retrocediendo, que daban la impresión que eran muchos guerreros cuyas siluetas se apreciaban en el horizonte.
Los invasores, estaban perdiendo la paciencia y enojados que no podían ubicar a los retadores, ese era el juego de zorro y el ratón, los invasores cayeron en el anzuelo.
Chamokik, desde el lugar donde se ubicaba, vio el avance de los hombres y los invasores dando arengas que los seguían y no los podían encontrar hasta que llegaron al lugar del combate.
Los invasores aprovechando su número entraron a la hondonada, al mismo instante se levantaron los guerreros desde los flancos y los acorralaron y empezó el combate cuerpo a cuerpo, que al principio fue favorable para Chamokik, pero le faltaban hombres e iban retrocediendo; justo llegó Siekik que los atacó desde la retaguardia, los invasores sorprendidos por los nuevos atacantes se amontonaron por que no podían huir estaban acorralados.
Los invasores al estar aglomerados estaban pisando a sus propios compañeros heridos o muertos defendiéndose como podían que no era mucho; lo que al principio ellos creyeron una victoria se les volvió una humillante derrota aprisionados entre heridos y muertos y no podían escapar; la táctica de Siekik de barrido era fulminante y aterradora, sus guerreros hicieron limpieza de invasores que caían bajo los golpes de las porras, en el campo de la batalla sólo es escuchaban gemidos de moribundos.
El joven líder Siekik, quien con su poderosa porra ensangrentada destrozaba cabezas de enemigos, atacando si cesar, hasta que ya no había bultos humanos, todos estaban caídos.
En esos momentos; aparecieron los rayos plateados de la diosa de la noche (La Luna), que siendo luna llena iluminaba el campo de batalla, era espeluznante observar los cadáveres amontonados unos encima de otros, así funcionaba la mano dura del joven líder Siekik.
Se hizo un conteo de los hombres de Siekik, sólo 12 estaban heridos pero sin consideración; en cambio en el bando de Chamokik, si hubo 18 muertos, ya que estuvo a punto de perder el combate, por que había subestimado al enemigo, que calculó equivocadamente el enfrentamiento que se combatió de 2 o 3  contra uno, que gracias a la llegada de Siekik cambió el curso del combate y se ganó.
Los invasores murieron todos, por que así lo ordenó Siekik, ya que los heridos fueron ultimados, esta vez no hubo entierro para el enemigo, se ordenó llevar los cadáveres a las planicies de los terrenos eriazos para que sean devorados por las aves carroñeras.
En cambio los cuerpos de los 18 guerreros valerosos;  quienes murieron defendiendo los terrenos, fueron cargados en hombros hasta el panteón de la vivienda y allí los sepultaron.
Nunca se supo el origen de los invasores, se presumía que eran del Sur, por que en esa dirección iban los cargadores de los quipes.
Al amanecer, Siekik, ordenó a 30 guerreros ir a las planicies para cargar los quipes de los productos usurpados y serán transportados a los dominios de la vivienda.
Siekik, conociendo que los invasores tendrían gente que los esperaban o estaban pendientes de su regreso, dispuso que un contingente de guerreros vigile día y noche aquel horizonte como un apoyo a los centinelas, para detectar cualquier movimiento de nuevos invasores..........................
Continuaremos........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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