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domingo, 20 de marzo de 2022

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN: Capítulo CXXII.- Siekik, vence a la tribu invasora, apresa a cuatro líderes de los invasores, los sacrifica ofreciendo su sangre al dios de los rayos dorados (El Sol); pero, Chamokik y sus ayudantes fueron emboscados y los causantes exigen 80 quipes de productos comestibles por su liberación....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipán; tal como lo había previsto el joven líder Siekik en salir en un día claro con un contingente de guerreros en compañía de Chamokik, hacia los terrenos que fueron de la tribu Chamasachok, que ahora están bajo la responsabilidad de Monkik; ellos fueron sorprendidos por guerreros de una tribu invasora, quienes tenían la ventaja de ser atacantes cuesta abajo; Siekik los detuvo tumbándose al suelo con su contingente, luego empezó el combate cuerpo a cuerpo, ellos fueron reforzados por la llegada de los guerreros de Monkik; la ventaja para el bando de Siekik era notoria, pero fue herido el líder Chamokik por un ataque a traición en la nuca(por la espalda), él fue sacado del campo de batalla por dos guerreros que lo cargaron en hombros... ...sigamos el relato................


Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Siekik, con la seguridad que Chamokik, estaba asistido por dos guerreros, él se dedicó a proseguir en el combate, batiéndose con su poderosa porra a cuanto enemigo se le cruzaba; la oportuna presencia de los guerreros de Monkik favoreció claramente la ventaja en el combate, hasta que finalmente el líder invasor dio la voz de alarma de la retirada, que Monkik captó ese dialecto  y los guerreros que sobrevivieron se retiraron.
Pero, Siekik había prometido a los dioses ofrecerles sangre humana para invocar en las ceremonias religiosas, por lo que levantando la voz, ordenó:
--- Guerreros el enemigo se nos va y no lo vamos a permitir, ir y capturarlos juntos con sus guerreros, por que lo mismo se hará una invocación untándose las manos con sangre humana.
El líder intruso totalmente sorprendido por el avance de los guerreros, pero su coraje ya tenía precio, cuando huía fue capturado, los guerreros de inmediato lo maniataron con una soga desde los brazos por la espalda, junto a él cayeron otros tres jefes guerreros.
El combate había terminado, sólo se oía los alaridos de los guerreros heridos y otros morían con el cuello destrozado, era horroroso observar cuerpos muertos en la pampa que parecían rocas tendidas; una vez más, la victoria fue para Siekik; quien observando a los cuatro individuos, que eran la crema y nata de la tribu invasora, pudo comprobar que ellos estaban intactos.
Pero, lo que Siekik no logró observar, que un grupo de los invasores huyó en dirección donde sus guerreros transportaban a Chamokik, él había ordenado que regresen a los dominios de la vivienda para su recuperación; pero, esos fugitivos tenían un plan: Capturar un líder contrario y retenerlo como cautivo, para negociar con la entrega de productos alimenticios.
Seguimos en el campo de la batalla, Siekik se reunió con Monkik y le agradeció su oportuna ayuda; pero, él quería demostrar ante las otras tribus que era duro con el vencido, y le dijo:
--- Monkik, vamos hacer una fogata en honor al dios de los rayos dorados (El Sol) y le ofreceremos una invocación con sangre humana de la vencidos, queremos establecer el respeto que nuestros vecinos tengan con nosotros.
Monkik, horrorizado por las palabras del líder, que nunca hizo tal ceremonia, le respondió:
--- Oh Gran Líder, usted piensa sacrificar a los cautivos para ofrecer su sangre al dios que nos ilumina, pero eso nunca se hizo antes, por que para eso están los venados, cuya sangre es aceptada por el dios y así lo hizo su padre el señor Chonkik.
Siekik, sonriendo, le puso su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Monkik y le agregó:
--- Monkik, tenemos que terminar con las tribus invasoras, ya no nos tienen respeto, creo que el dios de los rayos dorados pide sangre humana, por que nos prometió la victoria a cambio que seamos muy severos con nuestros enemigos.
Siekik, ordenó a los 10 guerreros que eran sus guarda espaldas hacer la fogata, le echaron mucha leña y se levantó el fuego en una llama grande, el joven líder buscó un altillo, que si lo había parecía una repisa; allí, usando una batea que a propósito la había transportado un guerrero .
El joven líder con rostro adusto, ordenó subir al líder cautivo invasor, al estar arriba, ordenó a un guerrero inclinar la cabeza del prisionero y ofrecer el cuello encima de la batea.


Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Siekik, levantó las manos hacia el firmamento (el cielo), e invocó:
--- "Oh dios de los rayos dorados, te ofrezco la sangre del enemigo que fue capturado en combate, para que nos sigas protegiendo de las invasiones, te respetamos dios poderoso.."
Él fue hasta el cautivo totalmente doblegado, sacó del bolsillo un arma punzocortante, similar a un cuchillo, ordenó a los guerreros sostener el cuello de la víctima y usando toda su fuerza cercenó el cuello al enemigo, cuya sangre fue recogida en la batea, el degollado estando muerto, él se untó las manos con la sangre, se levantó y observando hacia el firmamento, invocó:
--- "Oh dios de los rayos dorados, te ofrezco esta sangre manada del sacrificio del enemigo; que en adelante siempre lo haremos por cada victoria, hoy será la sangre de cuatro líderes enemigos y sus cuerpos no serán enterrados, sino quemados en tu honor.."
Por primera vez, Siekik mostrando carácter duro e inflexible ante el dolor; él sacrificó con el degüello a los cuatro líderes enemigos, fue una ceremonia cruel y repugnante; tal como él lo había previsto, se observaba lejanamente en los límites de las tribus vecinas a grupos de gentes oteando la ceremonia.
Monkik, un pedagogo de nacimiento, fue testigo mudo de los acontecimientos en la ceremonia de agradecimiento al dios benefactor que les permitió lograr la victoria; todos los guerreros sobrevivientes quienes habían huido del campo de la batalla observaban desde las planicies la horrorosa muerte de sus líderes.
Pero, no todo estaba bajo el control de la mano dura de Siekik, por que tal vez cometió un error en enviar a Chamokik con tan sólo dos guerreros que lo cargaban en hombros; él tal vez pensó que su lugarteniente necesitaba descansar y recuperarse del fuerte golpe que recibió en la nuca, que felizmente no lo mató.
Ellos, iban avanzando a paso lento, ya que Chamokik, casi iba arrastrando los pies, él no tenía fuerza corporal para estar de pie por su voluntad, ahora dependía de alguien para sostenerse, ellos llegaron a una hoyada, estando allí, repentinamente se abalanzaron contra ellos un grupo de por lo menos 20 guerreros enemigos y desconocidos, quienes rápidamente los redujeron, estos conocían que estaban atrapando a un líder, quien estaba tumbado sobre el suelo, y como hablaban el mismo dialecto el atacado les preguntó:
--- Ustedes ¿Quiénes son?, nosotros podemos destruirlos por atacarnos.
Pero, el líder de los atacantes, le respondió:
--- Chamokik, te apresamos y exigiremos muchas cosas por su liberación.
Chamokik, totalmente sorprendido por que ellos conocían su nombre, logró recuperarse y sentarse sobre el suelo y asumió el control de su cuerpo, aunque no podía hacer mucho, por que estaba sostenido de los brazos de dos individuos también sentados, quienes amenazando con sus armas punzocortantes, le pusieron en el cuello del líder, éste sacó fuerzas y los retó:
--- Ustedes son fuertes, por que estoy herido, aún así pelearé y no lograrán nada de nosotros.
Pero, el líder de los atacantes, le respondió:
--- Chamokik, eres un líder y por tu persona pedimos 80 quipes de productos comestibles; (cada quipe era una carga de aproximadamente 15 kilos cargaba cada guerrero en tiempos normales).
Chamokik, que ya recuperó sus cinco sentidos, le respondió:
--- Hombre, no quiero decepcionarte, pero te equivocaste de persona, yo no valgo 80 quipes, por que soy un guerrero que fui herido y mis compañeros me cargan.
El que hacía de jefe de los atacantes, ordenó a dos de sus guerreros ir hasta donde acampaba Siekik y notificarle que Chamokik estaba en sus manos y que si lo quería vivo, tendrían que canjearlo con 80 quipes de productos comestibles.
Los emisarios llegaron al campo del combate que ya había finalizado, como llegaron sin armas no fueron atacados, uno de ellos hablaba el dialecto de Siekik y le notificó:
--- Líder Siekik, tenemos en nuestras manos al líder Chamokik y para liberarlo, usted nos entregará 80 quipes de productos comestibles.
Siekik, fue totalmente sorprendido, por la visita de los emisarios, que exigían un cuantioso rescate, pero él tampoco iba abandonar a Chamokik quien era su brazo derecho, le respondió: 
--- Hombre, yo no sé quienes son ustedes, pueden estar mintiendo, yo no puedo aceptar sus exigencias, sino tengo una prueba de que han atrapado a Chamokik.
El emisario, levantó la manga del vestido que ellos arrancaron al momento de sujetarlo y lo rompieron con violencia y le mostró, diciéndole:
--- Hombre, aquí tiene la prueba, esta manga es de la ropa que vestía Chamokik.
Efectivamente, esa manga era parte de la vestimenta de Chamokik; por lo que Siekik consultó con Monkik, quien le sugirió negociar con los secuestradores......................
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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