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domingo, 19 de junio de 2022

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo DCLXIV.- Jacinto Pérez Maza, y sus compinches en la casa solitaria, tuvieron una discusión y uno de ellos murió atravesado su corazón con una chaveta, ellos lo enterraron, y al final se dividieron; Jacinto partió hacia el Este y cuando descansaba en una hoyada fue visitado por una mujer transeúnte...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; en una cantina de la ciudad, un grupo de cinco individuos bebían una botella de aguardiente de primera, llamado "cogollo"; ellos discutían un previo plan para ir a Socchabamba y asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, la codicia de estos asaltantes era por los entierros de tesoros que existían en el interior de la casa; ellos si sabían que muchos otros que lo intentaron fracasaron, por la protección de la vivienda por huestes satánicos, quienes en base a un "Pacto con el Diablo" que mantiene al señor Sánchez indemne de los asaltantes; pero, este grupo está decidido, cuyo jefe Jacinto Pérez Maza, pretende elaborar un plan con el que haya certeza en el éxito, pero otro individuo del grupo llamado Aparicio Cunyarache Campos, quería que esa misma noche viajen a Socchabamba y hacer el asalto, parece que éste bebió más y está mamado (ebrio), ....  ...sigamos la historia...............

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

La avaricia y la codicia, son dos flagelos en el comportamiento del ser humano, que el individuo colmado por estos pecados capitales, es capaz de dar hasta su vida con tal de lograr su objetivo, y como alrededor de la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, existe una aureola de riqueza que la familia nunca lo negó o afirmó nada, es codiciada por asaltantes y bandoleros.
Volviendo a la historia, parece que Aparicio Cunyarache Campos, se pasó de tragos y no escuchaba la posición del jefe Jacinto Pérez Maza, quien con la cabeza fría, piensa en elaborar un plan, con el que después de algunos días irán a Socchabamba; él ya le habló fuerte para que se calle y escuche, ya lo amenazó que si seguía oponiéndose al Grupo lo haría callar por la fuerza; pero, este asaltante obstinado, se levantó del asiento y blandiendo la chaveta, desafió a Jacinto, así:
--- Hijo de la mierda, ya me tienes hinchado con tus planes, que nunca dieron resultados: ¡¡¡ Defiéndete si puedes!!!
Y el desafiante se lanzó contra el cuerpo de Jacinto, quien logró esquivar el ataque y el agresor pasó de largo a hacia adelante y se resbaló, cayendo de bruces y como la chaveta la tenía cogida de la cacha hacia su pecho, el mismo se hirió mortalmente el pecho en dirección al corazón que lo atravesó y comenzó a desangrarse sin control, dio un grito si aliento con el último suspiro y murió inundado en su propia sangre.
Semejante cuadro horroroso, que lo observaron los cuatro restantes, quienes acongojados no salían de su asombro por la acción agresiva de Aparicio contra Jacinto, quien murió en su ley.
Jacinto Pérez Maza, con la responsabilidad de un muerto en la casa, dirigiéndose a los demás, les dijo:
--- Muchachos, ustedes han sido testigos del comportamiento muy violento del ahora finado Aparicio, que nos dejó la responsabilidad de su muerte, no daremos señales de su existencia, por que desconocemos a su familia, vamos a salir cargando el cadáver y lo enterraremos en otro lugar, huyamos rápidamente, antes que se entere el Comisario Popular; y como la zona no tiene iluminación nos favorece la salida.
Ellos cargaron al muerto en su propio caballo, atravesado sobre la silla, montaron y partiremos a todo trote, ellos tomaron una ruta desconocida para ellos, al llegar a una pampa (explanada), que por pura coincidencia era un panteón, la puerta estaba abierta, ellos ingresaron, se apearon; pero, no habían palanas para cavar el hoyo; sin embargo, uno de ellos que si había sepultado en otros lugares, conocía donde se guardaban esas herramientas y que era una costumbre en todos los panteones, vaya si encontró una barreta y tres palanas, con las que cavaron el hoyo que les demandó cinco horas, y ya casi amaneciendo terminaron de enterrar al muerto y dejaron las herramientas en el mismo lugar donde las sacaron.
Todo indica que la maldición funesta que persigue a todos los asaltantes que intentan atacar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo; ya empezó con este grupo de asaltantes, con uno menos y muerto en circunstancias misteriosas y por su propia mano.
Parece, que Jacinto Pérez Maza, quien era un hombre muy fuerte con contextura gruesa pero no obeso, rápido de pensamiento y con dotes de líder, se puso a pensar en las peripecias y muertes que sufrieron otros bandoleros; él se reunió con sus compañeros fuera del panteón y les dijo:
--- Muchachos, ya amaneció y no hemos descansado, tampoco tendremos fuerzas como para ir a Socchabamba, buscaremos una hoyada junto a un potrero para descansar nosotros y amarrar los caballos donde mordisqueen pasto, aunque ya les fue bien con el pasto del panteón.
Los otros respondieron afirmativamente, pero estaban en un lugar desconocido y expuestos a peligros, hasta de ser asaltados por otros bandoleros, nadie sabe lo que puede suceder.
Jacinto Pérez Maza, sacó una moneda de su bolsillo y agregó:
--- Muchachos, vamos a jugar a la suerte, iremos hasta el cruce de los caminos, donde hay tres rutas, tiraré la moneda al aire y cuando cae rodará a un lugar y tomaremos ese camino.
Jacinto, arrojó al aire su moneda de 9 décimos (era plata legítima que la robó en una hacienda), era su amuleto que siempre rodaba en la dirección correcta donde él pretendía seguir; al caer la moneda, rodó hasta el Este, él levantó los brazos y gritó:
--- ¡¡¡¡ Si, al Este nos iremos !!!!
Pero, una misteriosa sombra que pasó por encima de las cabezas de los otros tres asaltantes, quienes casi al unísono, le respondieron:
--- ¡¡¡ No, nosotros no vamos hacia el este, sino al Norte en dirección hacia Socchabamba !!!
Jacinto, quien se sentía desilusionado, como para ir a Socchabamba, en día claro, les contestó:
--- Muchachos, no sean tercos, el camino a Socchabamba se hará por la noche, nunca de día claro, ya que estaremos expuestos que nos encuentren los transeúntes y ellos informen que llegan visitantes a ese lugar.
Pero, Jacinto no logró convencerlos, quienes picaron la panza de sus caballos y arrancaron trotando hacia el Norte llenos de codicia por ese lugar.
Jacinto Pérez Maza, siguiendo las indicaciones de su amuleto, partió hacia el Este, él trotó por unos 20 minutos y escuchó el discurrir del agua, se acercaba a una quebrada, aceleró la marcha y apareció una hoyada profunda. Ya la vida de la fauna diaria había tomado su curso, siendo aproximadamente las 08:00 horas de la mañana, él llegó a los límites de la hoyada, se apeó, bajó la soga del caballo y a pie halándolo ingresó a la hoyada.
Jacinto, tomando precauciones observando a todo lugar, que estaba cubierto con plantas y chopes, él fue avanzando y llegó hasta la corriente del agua que discurría cuesta abajo, a un costado había una pequeña explanada, allí desensilló su caballo y lo amarró a un tronco de árbol y había mucha hierba corta que sirvió de forraje.
Jacinto, buscó un lugar seco para hacer un fogón, que lo hizo uniendo tres rocas separadas por el centro, juntó paja seca, e hizo chocar dos rocas azules que produjo una chispa prendió en la paja; con el fogón hecho, le echó llena hasta formar brasas, apegó la talega de la comida y con el calor de las brazas, tendió su talega sobre las rocas calientes para calentar su comida, ya que no habían ollas, ni sartén y menos un tiesto; pero, las rocas calientes calentaron la comida y "desayunó" y para asentar bebió agua fresca de la quebrada, su caballo también bebió mucha agua y sigue mordisqueando el pasto fresco natural que había mucho.
Jacinto, calculando que habían pasado un par de horas y con la esperanza que sus compañeros hayan desistido de viajar a Socchabamba; él tendió sobre el suelo las jergas de la montura, improvisando una cama y se acostó tendido a descansar; aunque era interrumpido por el trino de las aves silvestres que pasaban con frecuencia entonando sus cánticos llamándose entre ellas, pues era el medio ambiente, que también se escuchaba el golpe del agua que discurriendo caía sobre las rocas.
El agotamiento del cuerpo de Jacinto, le cobró el cansancio y se quedó profundamente dormido, allí descansó sin que nadie le interrumpa por espacio de 4 horas.
Siendo, aproximadamente las 15:00 horas de la tarde, se despertó bruscamente, por el relincho de su caballo, que viendo pasar un jinete, reaccionó como saludando al otro caballo; él se sentó, y como estaba a unos 20 pasos del camino donde circulaban los transeúntes, observó un caballo blanco montado por una mujer, la montura era de lujo, ella vestía con un rebozo rozado con listones verdes sobre los hombros, y pantalón de montar, que lo miraba fijamente, él se levantó y de pie le alzó la mano, saludándola así:
--- Buenas tardes señora.
Pero, la aludida no contestó el saludo y siguió mirándolo con una mano sobre el bolsico.
Jacinto se dio cuenta que la dama le temía y estaba armada con un revólver o pistola que lo tenía escondido dentro del bolsico y repitió el saludo:
--- Señora, no me tema, yo descansaba y fueron los caballos quienes se saludaron, que tenga felices tardes.
La mujer demostró agilidad como una buena jinete, se apeó de su salto, que asombró a Jacinto y contestándole le dijo:
--- Buenas tardes señor, yo creí que era un asaltante, por que ellos descansan en el día y asaltan en la noche, estoy en trayecto a mi casa y si me causó admiración verlo tendido sobre el suelo, creí que estaba herido o algo parecido.
Jacinto, entró en confianza con la recién llegada, que se le veía una mujer esbelta de aproximadamente la misma edad de él, tenía cara de hacendada y tal vez le pueda dar un trabajo, le respondió:
--- Que gusto conocerla señora, soy un viajero que busco trabajo, pero como no conozco estos lugares, me quedé a descansar; si tal vez usted necesite un peón, sé trabajar de todo, también he arreado piaras de burros con cargas, he sido pastor de ganado, sé deshierbar los terrenos, tengo amplia experiencia en el campo.
La recién llegada se impresionó por la experiencia del desconocido y se alegró por que era justamente lo que ella fue a buscar a la Ciudad, pero no lo encontró..............
Continuaremos......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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