Mi lista de blogs

domingo, 4 de diciembre de 2022

Egipto: La familia del faraón Tutankamón. Tutankamón, un faraón guerrero listo para el combate.

Hola amigos:  A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., el faraón más estudiado del Antiguo Egipto, Tutankamón, aún no descansa en paz, por que los arqueólogos siguen considerando que muchas de las reliquias encontrados en tu tumba, constituyen un misterio; se dice que fue un enfermizo por la endogamia de la familia real egipcia, también se asegura que no tuvo descendencia; sin embargo recientes estudios comprueban que los fetos encontrados en su tumba si fueron sus hijos, también se cuestiona si estuvo enamorado de su esposa Ankhesenamón, quien era su hermanastra, ambos hijos del mismo padre el faraón rebelde Akhenatón, ya que aquellos tiempos los matrimonios obedecían a intereses políticos y dinásticos......   .....siga leyendo........................


Escena del santuario dorado de Tutankamón que lo muestra a él y a su esposa, la reina Ankhesenamón

https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/FMfcgzGrbJBGWtlstnNxnmjkwzdLjRQd

El joven rey descansa en el frondoso jardín de palacio, sentado en una bella silla de madera dorada cuyas patas terminan en poderosas garras leoninas. Los mullidos cojines que sus sirvientes han dispuesto en ella le proporcionan algo de comodidad. Y es que, a pesar de su juventud, Tutankamón sufre numerosos problemas de salud. De hecho, el joven rey encuentra paz y sosiego en la naturaleza cuando sus responsabilidades de gobierno como faraón de Egipto se lo permiten. Le encanta escuchar el canto de las aves que se posan en los árboles y el rumor del agua de las fuentes y estanques. Además, aquí puede huir por un rato de la constante atención de los cortesanos y disfrutar de la compañía de su joven y amada esposa, su hermanastra la reina Ankhesenamón. Tutankamón sonríe cuando la ve avanzar hacia él, vestida con un vaporoso vestido de lino transparente, que no oculta el incipiente y feliz abultamiento de su vientre, y llevando en sus manos un pequeño recipiente. La joven se acerca y amorosamente aplica el aromático ungüento en los brazos de su esposo. El faraón cierra los ojos y se deja llevar por la agradable sensación. Ojalá este momento pudiera perdurar para siempre…

No sabemos si la escena que aquí se describe tuvo lugar en algún momento, pero podría ser muy real. Por lo menos así parecen afirmarlo los hermosos relieves que decoran una pequeña capilla dorada descubierta en la Antecámara de la tumba del faraón, que muestran a la pareja real en actitudes de intimidad muy similares. También los jóvenes aparecen en la escena de una delicada arqueta taraceada, en la que Ankhesenamón ofrece flores de loto a su esposo. Lo mismo ocurre con el respaldo del famoso trono dorado de Tutankamón, hallado bajo un lecho funerario, también en la Antecámara, donde se representa justamente la escena descrita más arriba. Todas estas imágenes nos muestran a una joven pareja profundamente enamorada. Pero ¿en realidad fue así?

Sabemos que los matrimonios reales no se llevaban a cabo por amor, sino por intereses políticos y dinásticos. Como hemos visto, Tutankamón y Ankhesenamón eran hermanastros, hijos del mismo padre, el faraón hereje Akhenatón. Cuando accedió al trono de las Dos Tierras, Tutankamón restauró de nuevo el culto a Amón y regresó a la ortodoxia que imperaba antes del convulso reinado de su padre. Todo ello se narra en la llamada Estela de la Restauración, que fue usurpada años después por otro faraón, Horemheb. Con todo, se esperaba que la joven pareja tuviera un largo reinado y proporcionara una descendencia que garantizase la sucesión dinástica. Pero sabemos que eso no sucedió. Tutankamón falleció a los 19 años, tras unos diez en el trono, sin descendencia. La feliz y próspera vida de la que debería haber disfrutado se truncó de repente.

Tutankamón fue sucedido por Ay, y este por Horemheb. Y ¿qué pasó con la joven viuda, Ankhesenamón? Pues, al parecer, tras casarse con Ay, a la muerte de este su pista se pierde en los vericuetos de la historia… Pero antes de todo ello tuvo que asistir a los funerales de su hermano y esposo, enterrado en una pequeña tumba en el Valle de los Reyes que quedó oculta bajo las arenas del desierto y que sería descubierta milenios después, el 4 de noviembre de 1922, por Howard Carter. El nombre de un faraón prácticamente olvidado volvió a la vida gracias a los maravillosos tesoros que le acompañaron en su viaje al reino de Osiris. De hecho, gracias a ellos podemos responder algunas incógnitas, o, en todo caso, hacer ciertas especulaciones.

Como hemos visto, Tutankamón murió sin descendencia, pero eso no quiere decir que no tuviese hijos. De hecho, Carter descubrió en la tumba dos pequeños féretros que contenían dos fetos femeninos momificados. El arqueólogo les asignó dos números identificativos: 317a y 317b. Estos fetos fueron sometidos a estudios de ADN en 2008, y los resultados revelaron que, en efecto, su padre fue Tutankamón. Ambos presentaban algunas anomalías genéticas y deformidades, casi con toda seguridad causadas por la endogamia recurrente en su familia. Seguramente, el hecho de que la familia real egipcia primara los matrimonios entre hermanos contribuyó tanto a la mala salud del propio Tutankamón como a su falta de descendencia viable.

En cuanto a la cuestión planteada más arriba sobre si, como parecen mostrar algunas de las imágenes procedentes del ajuar funerario del faraón, la pareja real se amaba de verdad, es muy difícil afirmar nada concluyente al respecto, aunque sí existe algo que tal vez pueda, si no arrojar algo de luz, sí alimentar la idea de que no tuvo porque no ser así. Y es que cuando Carter consiguió trabajosamente abrir el gran sarcófago de cuarcita del rey y contempló el segundo de los ataúdes que ocultaban y protegían la momia de Tutankamón vio algo que, entre tantos tesoros abrumadores, daba un toque de humanidad a aquel emocionante momento: dispuesta sobre el magnífico féretro de madera dorada yacía una marchita guirnalda de flores que alguien depositó allí como una sencilla ofrenda de despedida milenios atrás.

Este descubrimiento despertó la imaginación del adusto egiptólogo, que se dejó llevar por la emoción. De hecho, sus palabras no pueden ser más elocuentes y, si estamos dispuestos a creer en ello, responden a la pregunta que nos hemos planteado antes: "El detalle más emocionante por su simplicidad era la minúscula corona de flores… y, según gustamos de imaginar, la última ofrenda de despedida de la joven reina viuda a su esposo… Entre todo aquel regio esplendor y aquella magnificencia (había oro por todas partes) no había nada tan hermoso como aquellas flores marchitas que aún conservaban un toque de color. Ellas eran testigos de lo poco que realmente son 3.300 años y de la poca distancia que hay entre el ayer y el mañana. De hecho, aquel toque de realismo hermanaba aquella antigua civilización con la nuestra".

----

Además, este mes de diciembre ya puedes encontrar en nuestra tienda la nueva agenda de National Geographic España. La edición limitada de este 2023 está dedicada al color verde como homenaje a la naturaleza, reivindicando su belleza y protagonismo, y se ha realizado con la colaboración de Turismo de Asturias. En el interior destacan sus espectaculares imágenes y un diseño funcional y elegante. 

Páginas interiores de la agenda de National Geographic España.

----

Si te ha gustado esta newsletter seguro que también te interesarán los siguientes reportajes:

Historia National Geographic 228
PAPEL+DIGITAL
Historia National Geographic 228
Detrás de la efigie de Alejandro Magno, nos adentramos en los misterios de la Isla de Pascua, en la monumentalidad de los arcos de triunfo romanos o la exitosa campaña asiática del faraón Tutmosis III.
  Tutankamón, un faraón guerrero listo para el combate

La imagen de Tutankamón es la de una persona endeble y de salud quebradiza, incompatible con la de un guerrero preparado para comandar a sus ejércitos en el campo de batalla, pero los análisis de su coraza muestran que esta fue utilizada por el faraón, si no en combate como parte de su entrenamiento militar.

Foto: The Granger Collection / Cordon Press


Álex Sala
Àlex Sala

Redactor

Actualizado a 


Hace 100 años que Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón y durante el último siglo los investigadores han escudriñado la momia y su fabuloso ajuar buscando nuevos datos sobre el faraón, pero no todos los interrogantes se han despejado. En los últimos años, los científicos han analizado minuciosamente la momia y los miles de objetos encontrados en la tumba del soberano a la luz de la tecnología más moderna y, aunque esto ha permitido conocer un poco mejor al soberano, no ha terminado de despejar todas las cuestiones.

para saber más

La máscara funeraria de oro y lapislázuli que cubría los hombros y la cabeza de Tutankhamón. Museo Egipcio, El Cairo.

La tumba de Tutankamón, el descubrimiento del siglo

Leer artículo





Una de las piezas más enigmáticas de su tesoro funerario es la coraza formada por gruesas escamas de cuero teñido de rojo, dispuestas en filas horizontales: ¿la usó en el campo de batalla o fue puesta allí como símbolos de poder? Es más ¿perteneció realmente a Tutankamón o se recicló de un familiar para engrandecer la tumba del soberano como otros objetos del enterramiento? Las pruebas científicas realizadas sobre esta armadura han revelado indicios de abrasión a lo largo de los bordes de las escamas de cuero, lo que indica que esta fue usada de alguna manera y no era solo una pieza ceremonial y de prestigio. Un descubrimiento que contrastaría con la tradicional imagen de Tutankamón como un faraón endeble y enfermizo.




La coraza original de Tutankamón, de una fragilidad extrema, fue hallada junto con otros objetos en la tumba de Tutankamón

LA CORAZA DE UN GUERRERO

Que Tutankamón era un joven de complexión delgada, sufría cojera y murió antes de los 20 años se sabía desde los primeros análisis de su momia. Esta imagen se vio corroborada por un TAC al que se sometió a la momia en 2005, que reveló que Tutankamón era zambo del pie izquierdo y caminaba apoyándose con el exterior. Además faltaba una falange del dedo índice de la misma extremidad, lo que concuerda con la meticulosa reconstrucción de sus sandalias a partir de los fragmentos hallados en la tumba, que contaban una tira añadida para que no se le escaparan del pie al caminar.

En 2005 un TAC a la momia de Tutankamón reveló que se apoyaba con el exteerior de su pie izquierdo al caminar porque era zambo y que faltaba una falange en el dedo índice del pie.

Sin embargo, este perfil aparentemente incompatible con el de un general que hubiera dirigido a sus ejércitos contra sus enemigos en el campo de batalla fue al menos matizada en 2018, cuando la armadura de Tutankamón fue sometida a una técnica fotográfica llamada Reflectance Transformation Imaging (RTI) que reveló claros indicios de desgaste en la coraza de cuero del joven faraón. La descubridora de esta sorprendente evidencia, Lucy Skinner, experta en cuero del Antiguo Egipto de la Universidad de Northampton, aseguraba que ello "significa que la coraza fue usada considerablemente. Y sugiere que Tutankamón la llevó puesta, quizá incluso en combate".

para saber más

Vista desde abajo de la máscara de Tutankamón, expuesta en su vitrina del Museo Egipcio de El Cairo.

Tutankamón, los secretos del tesoro de un faraón

Leer artículo







Las escamas de cuero de la coraza de Tutankamón muestran signos de desgaste en los bordes.

Según la cronología oficial, el faraón no habría lanzado sus ejércitos contra uno e los enemigos de Egipto, en este caso la ciudad hitita de Kadesh, en la actual Siria, hasta el último año de su reinado. Los egiptólogos ven poco probable que Tutankamón hubiera entrado personalmente en combate; aun así, habría recibido la necesaria formación militar para cumplir con su obligación de mantener el orden en el valle del Nilo.

para saber más

Detalle de la decoración mural del muro xxxx. En ella Tutankamón, sujetado por su ka, abraza al dios Osiris.2573278

El significado de las pinturas de la tumba de Tutankamón

Leer artículo



UNA PIEZA DELICADA

La revelación se produjo durante el rodaje de un documental sobre los magníficos tesoros de Tutankamón. Más de 5.000 objetos que han permanecido durante décadas almacenados en cajas en los depósitos del Museo Egipcio del Cairo y que ahora, con su traslado al nuevo Gran Museo Egipcio han sido sometidos a exhaustivos estudios y restauraciones.


El estudio de la coraza de cuero de Tutankamón reveló claros indicios de desgaste que evidencian que la coraza fue usada considerablemente, según la egiptóloga Lucy Skinner.

Los realizadores del documental contactaron con Skinner porque era una de las pocas personas que habían podido examinar los frágiles restos de la coraza, de más de 3.000 años de antigüedad. La pieza sufrió grandes daños, probablemente al ser retirada de su caja original en los años 20 del siglo XX, durante la excavación de Howard Carter.

Todavía sigue siendo un misterio cómo se elaboraron las escamas de cuero solapadas de la coraza: "Los antiguos métodos usados para hacer este tipo de cuero realmente no se han comprendido del todo, para conocerlos, primero hay que comprender muchos procesos científicos complicados", según la investigadora.

para saber más

Howard Carter

Howard Carter, los orígenes del arqueólogo que descubrió la tumba de Tutankamón

Leer artículo



¿EL TESORO DE TUTANKAMÓN?

Lo que parece seguro es que fue una pieza que realmente perteneció al faraón, cosa que no puede decirse de todos los objetos hallados en su tumba. La inesperada muerte de Tutankamón, antes de la veintena, cogió desprevenidos a sus súbditos y hubo que improvisar una sepultura a la altura de su cargo. Para ello se reciclaron objetos destinados a otros personajes de su familia para completar su ajuar funerario.

Gran parte del ajuar funerario de Tutankamón no pertenecía al faraón, fue reciclado de otras tumbas para completar el ajuar real ante la inesperada muerte del soberano.

En varias de las piezas del ajuar todavía puede observarse el rastro de nombres borrados sobre el que se escribió el del faraón-niño, entre ellos objetos tan importantes como uno de los ataúdes antropomorfos (el segundo), el cofre para los vasos canopos o la mismísima máscara funeraria, que parece ser podrían haber pertenecido a su hermana Meritatón, posible antecesora en el trono. Uno más de los grandes misterios en torno al faraón más estudiado de la historia.

para saber más

Máscara de Tutankhamón, sin duda alguna la pieza estrella del tesoro del faraón. Museo Egipcio, El Cairo.

Nuevas hipótesis sobre el tesoro de Tutankhamón

Leer artículo



NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

No hay comentarios: