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domingo, 7 de mayo de 2023

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCX.- El caporal Gustavo y sus pastores macheteros enfrentaron a un grupo de seis jinetes cuatreros, quienes pretendían apoderarse de una manada de vacas, todos murieron en el intento...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el caporal Gustavo, quien aplicando su amplia experiencia, logró superar la desconfianza que le tenían los pastores macheteros, él demostrándoles que los entrenará para convertirlos en los mejores peleadores, tuvo la suficiente paciencia con cada uno de ellos y finalizó el aprendizaje con los trucos usados para el ataque y la defensa....  ...sigamos la historia............

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

El caporal Gustavo, quien con la confianza lograda de los pastores macheteros, que les demostró su amplia experiencia y les enseñó los trucos para atacar a jinetes montados; incluso logró que algunos de ellos cogieran las riendas (bridas), paralizando al caballo que corcoveaba expulsando al jinete, no era fácil enseñar, lo hizo una y otra vez, hasta que el pastor lograra la confianza en si mismo.
Los entrenamientos duraron 3 días; aún corriendo el peligro que por la noche ataque los cuatreros, pero no llegaron, parece que se tomaron su tiempo, o incluso ellos podrían tener observadores ocultos, que seguían los movimientos de los pastores; lo cierto es que Gustavo logró preparar un equipo de peleadores diestros en el arte de la pelea cuerpo a cuerpo.
Tal como lo había previsto Gustavo, en la noche de un día jueves, iluminada por una Luna menguante y que se ocultó casi a la media noche, y como un acto de provocación los pastores arrearon una manada de vacas a las pampas del sector de la planicie y allí quedaron como para que las arreen los cuatreros.
Aquella noche como medida de ensayo los pastores macheteros se tendieron tumbados en los bordes del único camino, era una astuta acción para evitar ser vistos.
El caporal Gustavo, puso gente distante al Norte y al Oeste, por que eran los puntos de entrada y salida, estos hombres imitarían el trino de una ave nocturna para dar la alerta.
Llegó la media noche y no pasaba nada, pasaron a la 01:00 y llegaron a las 02:00 horas y todo era silencio; pero, cuando se llegaba a las 03:00 horas de la madrugada, siendo una noche completamente oscura, desde el Oeste se escuchó el tropel de jinetes, el vigía dio la voz de alerta.
Gustavo, sabía que ese jueves pasando al viernes, los cuatreros darían el golpe, era una vieja costumbre, él juntó sus dos manos y las sobó y ordenó a los pastores macheteros tenderse a los costados del camino con sus armas desenvainadas, la distancia que los separaba de los cuatreros eran unos 3,000 metros (tres kilómetros), los asaltantes hicieron un paro aprovechando la altura que les ofrecía una amplia vista a la planicie y ellos detectaron, que allí estaban las reses.
Habían vacas de color blanco o manchadas con el blanco y negro, que si se podían observar desde la oscuridad de la noche.
Los cuatreros se tomaron su tiempo; y seguían parados y lo hicieron por un buen rato, hasta que picaron las panzas de sus caballos con las afiladas espuelas y trotaron directo al sendero donde los esperaban Gustavo y sus macheteros, ellos entraron en fila, era justo lo que esperaba Gustavo.
Cuando todos ingresaron, no se podía precisar por la oscuridad cuantos eran ellos, y cuando llegó el jinete delantero donde estaba Gustavo esperándolo, éste ordenó:
--- ¡¡¡ Pastores ataquen !!!
De la oscuridad de la noche salieron los pastores como fantasmas y gritando que asustaron a los caballos y sus jinetes totalmente sorprendidos no pudieron defenderse ante el ataque de los pastores, que el silencio de la noche fue roto por los alaridos de los jinetes caídos pisoteados por sus propios caballos y los pastores macheteros finalizaban con el infeliz atravesado por los machetes.
Gustavo, luchaba en su pelea especial contra el jefe de los cuatreros, que aún cayéndose logró reaccionar y pasó al ataque contra el caporal; pero, Gustavo era tan certero en su ataque que lo hirió de muerte; lo mismo hicieron los pastores macheteros haciendo honor a su distro uso, quienes iban hiriéndoles y rematándolos en el suelo, hasta que sólo quedó caballos de pie, estos animales muy asustados intentaban escapar, pero Gustavo levantó la voz y dijo:
--- Muchachos el trabajo terminó, he contado 6 caballos y las almas de los jinetes estarán tocando la puerta de San Pedro.
Los pastores y Polo no sufrieron ninguna herida, eso demostraba que el plan de defensa del caporal Gustavo fue perfecto, sólo tendrían que cambiarse de ropa por que estaba manchada de sangre.
Entonces, Gustavo ordenó sacar los cadáveres a la planicie y los tendieron sobre el suelo, a los caballos los contuvieron porque intentaban huir y  les bajaron la soga, ya que el caporal los necesitaba en cuanto amanezca para cargar sobre ellos los cadáveres.
Al amanecer; Gustavo y sus triunfantes pastores macheteros se abrazaron muy satisfechos por el éxito obtenido, algunos de ellos se sentían incrédulos que pelearon contra cuatreros que nunca antes lo hicieron, pero si habían escuchado de las crueldades de los bandoleros.
Gustavo, ordenó a Polo, que vaya donde se encontraba el ganadero Pablo Campos, para que acuda a ellos y reconozca algunos de los cuatreros; quien llegó apresurado y sintió asco al ver a los cadáveres masacrados, pero sus rostros no fueron tocados; el patrón observó a los seis jinetes muertos y reconoció a cuatro de ellos, que fueron arreadores de una manada de reses, ellos se identificaron como ayudantes de los comerciantes.
Pablo Campos, felicitó con un abrazo  a cada pastor y el último abrazo fue para Gustavo y le dijo:
--- Nos sentimos felices por el brillante trabajo que usted hizo y ahora dígame: ¿Qué hacer con los cadáveres?, por que de ninguna manera los enterrará en mis terrenos, su sangre maligna manchará la tierra.
Gustavo, sonriente por el éxito de su trabajo, le respondió:
--- Señor Campos, me siento feliz que usted empezó a felicitar a los pastores, por que efectivamente gracias a su coraje ellos demostraron que son buenos peleadores, yo sólo los dirigí, ellos hicieron el trabajo; en cuanto a los cadáveres los vamos a cargar en cada caballo y luego los arrearemos por el camino que llegaron, el caballo es muy noble, que sintiendo el peso del cadáver del jinete trotarán directo a su tierra.
Pablo Campos, espantado viendo tantos cadáveres, le replicó:
--- Gustavo, pero arrear caballo cargado con un muerto es espantoso, muchos transeúntes observarán a esos muertos y se asustarán calificándonos como mismos salvajes.
Gustavo, aceptó las palabras del patrón y le respondió:
--- Señor Campos, tiene razón en expresarse así; pero, no será de día claro, desensillaremos los caballos y con la soga irán al pasto, los cadáveres serán guardados bajo sombra y los taparemos con ramas de árboles, para evitar a los insectos y cuando llegue la noche, ensillaremos a los caballos y los cargamos con los cadáveres, luego los arrearemos y tenga la seguridad que las acémilas trotarán sin detenerse, ya están acostumbrados a caminar por las noches.
Pablo Campos, se tranquilizó al escuchar las explicaciones del caporal y le dijo:
--- Gustavo, termina tu trabajo, yo regreso hasta la cocina, donde se les está preparando el desayuno.
Efectivamente, Gustavo ordenó trasladar a los muertos a una pequeña hoyada y debajo de un frondoso árbol los amontonaron, cortaron ramas y los taparon.
Pero, lo que no sabían Gustavo, los pastores macheteros y Pablo Campos, que iban a tener visita, tal vez no deseada, siendo aproximadamente las 11:00 horas del día, un pastor dio la alarma, que se aproximaba un grupo de jinetes, y que trotaban en forma lenta y venían justamente al sector de la planicie.
Gustavo, quien ya se había cambiado de ropa, pensó que no habría otra pelea, pero si había curiosidad por saber que troten esos jinetes desconocidos y de día claro, de todas manera él ordenó a los pastores macheteros mantenerse en guardia.
Siendo aproximadamente las 13:00 horas del día, llegaron los jinetes montados en briosos caballos, cuyas monturas eran muy elegantes, quienes saludaron con el dejo ecuatoriano y uno de ellos dijo:
--- Señores, nosotros somos comerciantes, no sé, si son sus familiares de un grupo de ganaderos, ellos se hacen llamar como Los jinetes del Llano, quienes son ganaderos, nos avisaron sobre una manada de reses, pero no llegaron: ¿Los conocen ustedes?..........................
Continuaremos...............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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