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domingo, 6 de agosto de 2023

Batalla de Junín: La derrota a las Fuerzas españolas en el Perú el 6 de agosto de 1824

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., hoy 6 de agosto celebramos los peruanos el triunfo de la Batalla de Junín contra los realistas, fue una epopeya que no se usaron balas, todo se desarrolló con caballería y el  uso de bayonetas, sables y lanzas; al principio la batalla fue favorable a los realistas, incluso cayó prisionero el general Mariano Necochea; y cuando los realistas iban empezar su himno de victoria; entonces, entró en acción el Batallón Peruano Húsares del Perú, al mando del coronel Manuel Isidoro Suárez, quedando la retaguardia de los realistas expuesta y en ese momento el mayor José Andrés Rázuri, comunicó a Suárez una falsa orden del General José de La Mar, dada por Simón Bolívar de cargar a la caballería realista que iba en persecución de los patriotas. Suarez con su ordenada caballería sorprendió a los realistas completamente desprevenidos y fueron atacados y  masacrados; por sorpresa y atrapados entre dos frentes patriotas, los realistas se desmoralizaron y volvieron grupas, sin que el general De Canterac que en ese momento se encontraba al frente de sus jinetes pudiera advertir el motivo de este contraste que se realizaba "inesperadamente, sin que pudiera imaginar cual fue la razón" según informó después al virrey La Serna. Arrojados a la llanura y dispersos en grupos aislados, los realistas fueron derrotados tras un encarnizado combate librado solamente con armas blancas (sables y lanzas), sin que se registrase durante la acción disparo alguno. Por esto se le llamó "la Batalla silenciosa". Las compañías de infantería que Bolívar había mandado llamar arribaron al campo cuando la lucha había concluido....."  ...siga leyendo.....


Batalla de Junín. Óleo de Martín Tovar y Tovar
El 6 de agosto de 1824, Simón Bolívar y  Antonio José de Sucre derrotan al ejército español en el lago de Junín (batalla de Junín). Esta victoria preparó el escenario para la batalla de Ayacucho, donde otra victoria patriota asegurada la libertad para el Perú y toda América del Sur.

Fuerzas españolas en Perú en 1824

A principios de 1824, Colombia y Venezuela habían sido liberados, el golpe de gracia fue la Batalla de Boyacá. Ecuador había sido liberado por Antonio José de Sucre sin embargo Perú seguía siendo un bastión realista y había dos poderosos ejércitos españoles en las tierras altas cerca de Cuzco: catorce mil soldados al mando del general Jerónimo Valdez y seis mil soldados al mando del general José de Canterac.


El Ataque de Bolívar :

El ejército de Valdez fue enviado por el virrey José de la Serna para hacer frente a una sublevación en el Alto Perú, hoy Bolivia. De Canterac no creía que Bolívar dejaría la seguridad de las tierras bajas, quedándose en su campamento cerca del lago Junín. Sin embargo Bolívar, una vez más hizo algo inesperado, aprovechando que sus enemigos estaban divididos, realizo el ataque. Reunió a su ejército, de 9.000 soldados en su mayoría de Perú, Colombia, Chile y Argentina y marchó con ellos a Junín.
De Canterac se sorprendió al ver un enorme ejército patriota a sus puertas. El 6 de agosto de 1824, los dos ejércitos se enfrentaron. De Canterac había enviado a la mayoría de sus fuerzas a un lado del lago, sólo para descubrir que Bolívar había decidido marchar a lo largo del otro lado del lago. Al ver esto, ordenó moverse. Bolívar vio esto presionó a sus hombres: sería una carrera hasta el final del lago, el ejercito que llegue primero estaría en una posición táctica superior.
Caballería argentina de Bolívar llegó al final primero. El héroe de la jornada fue el general británico William Miller, cuya caballería fingió retirarse antes de prepararse y atacar a la caballería realista. Al anochecer De Canterac se retiró, temerosos de enfrentarse al ejército patriota en la difícil llanura. La batalla de Junín duró sólo una hora y en su mayoría se había peleado con lanzas y espadas: algunos testigos dicen que no se disparó un tiro. La mayor parte de los dos ejércitos ni siquiera vio acción alguna.

Consecuencias de la Batalla de Junín

La importancia de la batalla de Junín tomó un tiempo desarrollarse. Los patriotas, obviamente, había ganado, matando o capturando a unos 500 soldados españoles, mientras ellos perdieron menos de 200. En comparación con otras batallas, como Maipú y Boyacá, Junín era más que una escaramuza. Sin embargo, los efectos psicológicos de la guerra eran enormes.
De Canterac había batido en retirada todo el camino de regreso a Cuzco. La derrota y la retirada posterior desanimaron mucho a los realistas. Algunos estiman que la pérdida en Junín puede haber dado lugar a la pérdida de hasta 3 000 soldados realistas debido a la deserción o enfermedad.
El ejército realista se reunió y jugó al gato y al ratón con Sucre en el altiplano hasta el 9 de diciembre 1824, cuando se reunieron en la decisiva batalla de Ayacucho. Sucre derrotó al ejército realista, lo cual provocó el fin del dominio español en América del Sur.
Historia Peruana.

BICENTENARIO DE LA VICTORIA POR LA INDEPENDENCIA: BATALLA DE JUNÍN.

La victoria obtenida en la pampa de Junín el 6 de agosto de 1824 por el Ejército Unido Libertador del Perú fue un paso decisivo para poner fin a años de guerra por la independencia, preludio del triunfo final en Ayacucho. ¿Cómo se desarrolló este importante suceso histórico? Conozcamos más en el parte de batalla registrado por el general Andrés de Santa Cruz, jefe del Estado mayor de la división peruana. El mismo es tomado de la publicación “Homenaje a la victoria de Junín”, editado en 1974 con motivo del sesquicentenario de la mencionada batalla, y que se encuentra disponible en el Repositorio Bicentenario.

PARTE DE LA BATALLA DE JUNÍN

EJÉRCITO UNIDO LIBERTADOR DEL PERÚ
ESTADO MAYOR GENERAL LIBERTADOR

El Ejército Libertador, reunido en las cercanías del mineral de Pasco, emprendió sus operaciones el 2 del corriente, a tiempo que el enemigo, erguido por sus anteriores sucesos, dejó en los primeros días de este mes sus acantonamientos de Jauja y Tarma para buscarnos. Mientras que el ejército español marchaba por el camino de Reyes, el Ejército Unido se movía por la derecha del río de Jauja, con el objeto de tomarlo por la espalda. En la segunda jornada se recibieron los primeros partes de la marcha del enemigo y, no obstante, se continuó la nuestra por la misma ruta que llevábamos, con la mira de interponernos en caso de que contramarchase. Informado de nuestra dirección, S. E. el Libertador supo ayer en Conocancha que todas las fuerzas españolas, compuestas de ocho batallones, nueve escuadrones y nueve piezas de campaña, al mando del General Canterac, se hallaban en Carhuamayo. S. E. dispuso hacer una marcha forzada y directa a Reyes, donde los enemigos debían tocar en su retirada, pensando celebrar hoy el aniversario de Boyacá con la libertad del Perú; porque S. E. contaba con dar una batalla, puesto que el enemigo la procuraba. Por precipitado que fue nuestro movimiento, no pudimos lograr esta ventaja, ni satisfacer los deseos del ejército; los españoles habían vuelto sobre sus pasos con una velocidad indecible. Al llegar a la altura que domina estas llanuras, observó el Libertador que el ejército enemigo seguía rápidamente para Tarma, estando aún nuestra infantería distante dos leguas del campo de Junín. En consecuencia, trató retardarles la marcha, presentándoles algunos cuerpos de caballería. Siete escuadrones, mandados inmediatamente por el intrépido general Necochea, comandante general de la caballería, se adelantaron a las cinco de la tarde al trote hasta la llanura donde estaba el enemigo. El general Canterac, confiado en la superioridad de su caballería, o bien obligado a batirse por no ser desordenado en su retirada, formó tres cuerpos y, por una brillante maniobra, cargó al galope la nuestra por el frente y por el flanco izquierdo. Aunque inferiores en número, e impedidos por la naturaleza del terreno para desplegar, nuestra caballería resistió la carga con el mayor denuedo. El choque de estos dos cuerpos fue terrible, porque ambos estaban satisfechos de su bizarría. Ambos empezaron a acuchillarse, y por el momento ellos arrollaron algunos de nuestros escuadrones, a tiempo que los Granaderos de Colombia que formaban la cabeza de la columna, y estaban en batalla, estimulados por el heroico ejemplo de su comandante accidental, mayor Felipe Braun, rompieron la izquierda del enemigo. Los Húsares de Colombia, al mando de su coronel Laurencio Silva, y el primer regimiento del Perú a las del señor general Miller, sostuvieron el centro y la derecha. El enemigo empezó a desordenarse y los nuestros lo cargaron, y lo acuchillaban por todas partes. Sus escuadrones, que poco antes contaban ufanos con destruirnos, dispersos por una inmensa llanura, ofrecían la más completa idea del desorden. La caballería española fue destrozada y perseguida hasta las mismas filas de su infantería, que durante el combate estuvo en inacción, y después se puso en completa fuga. La pérdida del enemigo ha sido la de dos jefes, diecisiete oficiales, y trescientos cuarenta y cinco hombres de tropa, ochenta prisioneros, más de cuatrocientos caballos ensillados, la mayor parte de sus armas, muchos dispersos y gran número de heridos.

La nuestra ha consistido en cuarenta y cinco muertos y noventa y nueve heridos; entre los primeros, el capitán Urbina, de Granaderos de Colombia; el teniente Cortés, del primer escuadrón, del Perú, y el sargento mayor Lizárraga, edecán del señor general Miller; de los segundos, el señor general Necochea, el comandante Sawbry, el capitán Vargas y alférez Rodríguez, del regimiento del Perú; el alférez Ferrer, de Granaderos de Colombia; el teniente Allende de Granaderos de los Andes y el capitán Peraza, teniente Tapia y alférez Lanza, de Húsares de Colombia. Toda la caballería enemiga ha quedado reducida a un tercio de su fuerza, y su infantería fugitiva ha sufrido mucha dispersión, dejando en el tránsito algún armamento y varios útiles. Ayer debió ser completamente destruido el ejército español, si una tan larga como penosa jornada no hubiera privado a nuestra infantería de llegar a tiempo para completar la más brillante victoria, y si la noche, caminos difíciles, un terreno desconocido, no impidieran haberlo perseguido. Tal ha sido el primer suceso de la campaña; algunos de nuestros escuadrones, solamente, han destruido la orgullosa caballería española y toda la moral de su ejército. S. E. el Libertador, testigo del valor heroico de los bravos que se distinguieron en el día de ayer, recomienda a la admiración de la América al señor general Necochea, que se arrojó a las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas; al Sr. general Miller, que con el primer regimiento del Perú, flanqueó al enemigo con mucha habilidad y denuedo; al Sr. coronel Carbajal, que con su lanza dio muerte a muchos enemigos; al Sr. coronel Silva, que en medio de la confusión del combate rehízo parte de su cuerpo que estaba en desorden y rechazó los escuadrones que lo envolvían; al señor coronel Bruix, que con el capitán Pringles, algunos oficiales y Granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros; al comandante del primer escuadrón del regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre a los bravos del Perú; al comandante Sawbry, del 2.° escuadrón, que gravemente enfermo se arrojó a las lanzas enemigas hasta recibir una herida; al comandante Blanco, del 3.° escuadrón; al mayor Olavarría; al bravo comandante Medina, edecán de S. E. el Libertador; y al capitán Allende, del primer escuadrón del primer regimiento del Perú; al capitán Camacaro, de Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda de los escuadrones enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo; a los capitanes Escobar y Sandoval, de Granaderos, y a los capitanes Jiménez y Peraza, de Húsares de Colombia; a los tenientes Segovia y Tapia, y alférez Lanza, que con el mayor Braun persiguieron a los escuadrones enemigos hasta su infantería. Sería, en fin, necesario nombrar a todos nuestros bravos de caballería, si hubiésemos de mencionar a los que se distinguieron en este combate memorable, que ha decidido ya de la suerte del Perú.
Cuartel general en Reyes, a 7 de agosto de 1824.
– El general jefe- Andrés Santa Cruz.

WILLIAM MILLER
Guillermo Miller, con uniforme de general del ejército del Perú y poncho, durante las campañas de Junín y Ayacucho.


MARIANO NECOCHEA
Mariano Pascual Necochea (Buenos Aires1792 – MirafloresPerú1849) fue un militar argentino que participó en la guerra de independencia de su país, de Chile y de Perú.

JOSÉ DE CANTERAC
César José de Canterac Orlic y Donesan (CasteljalouxLot y GaronaFrancia29 de julio de 1786 - MadridEspaña13 de abril de 1835) fue un militar español de origen francés. Participó en la Guerra de la Independencia Española y en las guerras de emancipación de los virreinatos de Nueva Granada y Perú.

JOSE ANDRÉS RÁZURI
José Andrés Rázuri Esteves (San Pedro de LlocLa Libertad28 de noviembre de 1791 - San Pedro de Lloc, 4 de enero de 1883), fue un militar y agricultor peruano. Oficial del Ejército Libertador, tuvo un importante papel durante el desarrollo de la Batalla de Junín, al cambiar una orden de retirada de un escuadrón de los Húsares del Perú por el de ataque, lo que contribuyó al triunfo patriota en dicho encuentro bélico.

Andrés de Santa Cruz

Jossef Andrés de Santa Cruz y Calahumana1​ (HuarinaImperio español30 de noviembre de 1792 – Beauvoir-sur-MerFrancia25 de septiembre de 1865) fue un militar y político boliviano-peruano. Es considerado por muchos historiadores como el organizador de la República de Bolivia.

Fue Presidente del Consejo de Gobierno del Perú (1826-1827), Presidente de Bolivia (1829-1839), Protector del Estado Sud-Peruano y Nor-Peruano (1836), y Protector de la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839).23​ Fue nombrado Gran Mariscal de Zepita por el Gobierno peruano.


MANUEL ISIDORO SUÁREZ
Manuel Isidoro Suárez (Buenos Aires1799-Montevideo1846) fue un coronel del Ejército Argentino que luchó en las guerras de independencia hispanoamericana, dirigiendo la caballería peruana y colombiana en la batalla de Junín. Posteriormente también participó en las guerras civiles argentinas.

JOSÉ DE LA MAR
José Domingo de La Mar y Cortázar (CuencaProvincia de Quito12 de mayo de 1776 - CartagoRepública Federal de Centroamérica11 de octubre de 1830), fue un militar y político peruano, originario del corregimiento de Cuencaprovincia de Quito (Imperio español).2​ Gran Mariscal del Perú, llegó a ocupar en dos ocasiones el alto mando de la nación peruana: primero, durante los años de 1822 a 1823, como Jefe de una Junta Gubernativa; y después, entre 1827 y 1829, como Presidente Constitucional. En ambas ocasiones fue elegido por el Congreso de la República del Perú. Es considerado por la mayoría de historiadores y tratadistas como el primer "Presidente Constitucional de la República del Perú", ya libre de toda influencia extranjera (luego de las elecciones de 1827) ya que, si bien el primero en usar el título de presidente de la República fue José de la Riva Agüero en 1823, el gobierno de este fue de facto, mas no constitucional. Presidió también por breve tiempo el Consejo de Gobierno, durante la dictadura de Bolívar (1826).


Escudo honorífico otorgado a los oficiales que participaron en la Campaña de Perú en 1823-24.


Obelisco de Chacamarca, ubicado en la Provincia de JunínPerú.


BATALLA DE JUNÍN : (WIKIPEDIA)
Antecedentes

Simón Bolívar fue Libertador y presidente de la República de Colombia continuó la guerra de emancipación del Perú emprendida por él desde 1823. En el año 1824 los realistas se sostenían aún en la sierra central y el Alto Perú. Bolívar tenía en su ejército más de 10 000 hombres, en su mayoría colombianos y peruanos, menos de 1000 chilenos y una centena de jinetes rioplatenses. Su número era equivalente al número de realistas, pero las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú.

Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del general realista Pedro Antonio Olañeta que fracturó la defensa del virreinato, y obligó al virrey José de la Serna a mandar sobre el Alto Perú parte importante de sus ejércitos al mando de Gerónimo Valdés, unos 5000 regulares que tenían su base en Puno, denominado "Ejército del Sur" para asegurar la base andina de recursos militares, a pesar del desacuerdo de José de Canterac, veterano de la guerra en Venezuela, que advertía de los peligros de dividir y desgastar sus fuerzas y dar tiempo a Bolívar.

Bolívar, conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824 enfiló su ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias fuerzas realistas del general Canterac, denominado "Ejército del Norte". La fuerza que alcanzó a cruzar la cordillera andina fue de 8.000 soldados y a ellos hay que añadir unos 1500 montoneros que formaron una pantalla de guerrillas


DESARROLLO
La batalla se desarrolló en la pampa de Junín o también llamada la Meseta de Bombón, situada en el centro del Perú en el actual departamento de Junín a orillas del lago llamado Junín o Chinchaycocha que está situado a 4000 ms.n.m. La planicie está ubicada en la región natural de la puna o altoandina, entre los distritos de JunínOndores y Carhuamayo de la región Junín y el distrito de Ninacaca de la región Pasco.

ORDEN DE BABATALLA

La batalla de Junín se desarrolló únicamente con caballerías usando armas blancas, con bajas significativas. El resultado tuvo gravísimas consecuencias en la campaña que representa la contramarcha desde Cerro de Pasco hasta el Cuzco. La más grave consecuencia fue la casi desaparición del ejército realista del norte debido a las deserciones y la enorme perdida de material de guerra durante su retirada.

Orden de batalla
Ejército Unido LibertadorEjército del Norte nota 1

Comandante en Jefe

Simón Bolívar
  • General en Jefe Simón Bolívar

Caballería (Mariano Necochea)

Infantería

 1º División de Colombia (Lara)

 2º División de Colombia (Córdova)

  • Batallón Bogotá, jefe León Galindo
  • Batallón Voltígeros, jefe Pedro Guash
  • Batallón Pichincha, jefe Manuel León
  • Batallón Caracas, jefe José Leal

 División del Perú (La Mar)

  • Batallón de Línea número 1, jefe Francisco de Paula Otero
  • Batallón de Línea número 2 (Trujillo), jefe Ramón González
  • Batallón de Línea número 3 (Callao), jefe Miguel Benavides
  • Batallón de la Legión Peruana, jefe José María Plaza

Comandante en Jefe

José de Canterac.
  • José de Canterac

Caballería (Gómez de Bedoya)

  •  3 escuadrones de Dragones de La Unión
  •  1 escuadrón de Húsares de Fernando VII
  •  4 escuadrones de Dragones del Perú

Infantería

 1º División de infantería (Maroto)

  • Batallón Real Infante (ex-Real de Lima)
  • Batallón Burgos
  • Batallón Cantabria
  • Batallón 1º Imperial Alejandro (ex-Extremadura)

 2º División de infantería (Monet)

  • Batallón Castro (de Chiloé)
  • Batallón Victoria (ex-Talavera)
  • Batallón Guías del General (del Alto Perú)
  • Batallón Centro (ex-Azángaro)
  • Batallón 2º Cuzco

PRELUDIO:

El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7900 soldados de infantería, 1000 de caballería y seis piezas de artillería, en el llano de Rancas dirigiéndole estas elocuentes palabras:

¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud.

¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates.

¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿la burlaran? No. No. ustedes son invencibles.
Simón Bolívar

El 6 de agosto el ejército de Canterac, formado por 1300 jinetes, y entre menos de 60006​- 7000 infantes y nueve piezas de artillería,7​ marchaba apresuradamente alrededor del lago Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Esa tarde el Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de Rumichaca, al llegar a una elevación pudieron observar al ejército realista en plena retirada, acercándose a la llanura de Junín.


EMBESTIDA DE LA CABALLERÍA REALISTA

Bolívar ordenó a 900 jinetes de su caballería intentar detener a los realistas, mientras la infantería, que aún se encontraba a 5 kilómetros de distancia los alcanzaba. Viendo esto, Canterac ordenó a su infantería continuar la retirada y poniéndose el mismo a la cabeza de sus hombres, desplegó su caballería en batalla, ordenando que los "Húsares de Fernando VII" y los "Dragones del Perú" formaran una sola línea teniendo a los "Dragones de la Unión" en columna a los dos flancos para favorecer el envolvimiento de la caballería patriota.

El terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas por un espacio angosto entre un cerro y un pantano. El mando general de toda ella lo ejercía el general Mariano Necochea, el de la caballería colombiana el coronel Lucas Carvajal y el de la peruana el general Guillermo Miller.8​ Encabezando la formación iba el regimiento de Granaderos de Colombia comandado por Otto Philipp Braun, seguido por el escuadrón de Granaderos de los Andes al mando de Alejo Bruix, el regimiento de Húsares del Perú del coronel Antonio Placencia, y el regimiento de Húsares de Colombia del coronel Laurencio Silva. La caballería independentista salió del trecho por el que venía y comenzó a desplegarse en la pampa, pero cuando únicamente los "Granaderos de Colombia" habían formado en batalla y el tercer escuadrón de "Húsares del Perú" aguardaba en la quebrada de Chacamarca su turno para entrar en la línea, fue cargada por la caballería realista.

Los "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería española enristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus contrarios con esta estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista. El general Miller que conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de desbordar la derecha de Canterac no pudo ejecutar esta maniobra por lo precipitado del ataque realista y hubo de cargar de frente siendo envuelto junto a los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia" que mandaba el general Necochea, quien herido y desmontado fue hecho prisionero. Únicamente una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun lograron abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al presenciar el crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había estado observando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro para su persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de su caballería y acelerar la marcha de la infantería. Es entonces que es alcanzado en dicho lugar por el general Jacinto Lara. quien conducía la primera de las divisiones patriotas, ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos según refiere el coronel Manuel Antonio López, en ese entonces ayudante del estado mayor, en sus recuerdos sobre la campaña:

(...)Cuando el general reunía nuestros maltrechos jinetes, llegó el general (Lara) y le pregunto:
-¿Que hay, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿y tan buena así es la del enemigo?
-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.
-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso (Lara) señalando a los arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la campaña.(...)
La Batalla de Junín, Recuerdos Históricos del coronel Manuel Antonio López9

CARGA DECISIVA DE LOS HÚSARES DEL PERÚ

Empeñados todos los escuadrones realistas en la persecución de un enemigo al que creían derrotado, perdieron su cohesión inicial sin percatarse que aún quedaba sin entrar en batalla el primer escuadrón de Húsares del Perú al mando del coronel Manuel Isidoro Suárez.I 1​ El flanco izquierda y retaguardia de los realistas quedaron expuestos y en ese momento el mayor José Andrés Rázuri comunicó a Suárez una falsa orden10​ del general José de La Mar, dada a éste por Bolívar, de cargar a la caballería realista que galopaba en persecución de los patriotas.11​ Ordenada y dirigida la carga por Suárez, los realistas fueron tomados completamente desprevenidos y masacrados. El grueso de la caballería patriota al mando de Miller, quien había tomado el mando general por la captura de Necochea, volvió grupas para regresar al ataque, distinguiéndose en esta parte de la batalla el coronel Silva quien rápidamente reorganizó a los Húsares de Colombia impidiendo que los realistas lograran rodearlos.

Ya los independientes habían sido arrollados; a pesar de su arrojo y decisión no habían podido resistir al terrible impulso de la caballería de los realistas; ya estos empezaban a entonar el himno de la victoria cuando dos escuadrones enemigos que estaban a retaguardia al mando del teniente coronel Suarez, se lanzaron sobre los vencedores que se hallaban asimismo en el mayor desorden y confusión mezclados con los vencidos. Reunidos estos con aquella masa de bronce que se hallaba en perfecta formación, cayeron de nuevo sobre los diseminados realistas, los acuchillaron horrorosamente, los obligaron a ponerse en pronta retirada, y les arrebataron el campo de batalla.
Historiador español Mariano Torrente12

Atacados por sorpresa y atrapados entre dos frentes patriotas, los realistas se desmoralizaron y volvieron grupas, sin que el general Canterac que en ese momento se encontraba al frente de sus jinetes pudiera advertir el motivo de este contraste que se realizaba "inesperadamente, sin que pudiera imaginar cual fue la razón" según informó después al virrey La Serna. Arrojados a la llanura y dispersos en grupos aislados, los realistas fueron derrotados tras un encarnizado combate librado solamente con armas blancas (sables y lanzas), sin que se registrase durante la acción disparo alguno. Por esto se le llamó "la Batalla silenciosa". Las compañías de infantería que Bolívar había mandado llamar arribaron al campo cuando la lucha había concluido.

Final de la batalla[editar]

Los jinetes del general Canterac fueron perseguidos hasta las filas mismas de su infantería, donde desoyendo las opiniones de algunos de sus oficiales, como la del coronel Dionisio Marcilla, quien había comandado la derecha y padecido menos, que sugerían reagruparse y volver al ataque. Canterac ordenó continuar la retirada con tal celeridad que en los veteranos e intactos batallones españoles se introdujo el más sensible desaliento. El entonces brigadier Andrés García Camba diría años más tarde que en Junín la brillante y engreída caballería del ejército realista perdió todo el favorable prestigio y la ventajosa reputación que había sabido adquirirse en las gloriosas campañas anteriores.13

El Ejército Unido obtuvo una importante victoria. El resultado de esta batalla fue de 254 muertos y heridos y 80 prisioneros14​ para el bando realista y de 148 soldados muertos y heridos (145 según el parte oficial) para el bando independentista15​ y que según parte del general Andrés de Santa Cruz, Jefe del Estado Mayor del Ejército Unido, se encontraban divididos de la siguiente manera:16

  • Granaderos de Colombia: 13 muertos y 26 heridos.
  • Ídem de los Andes: 8 muertos y 17 heridos.
  • Húsares de Colombia: 2 muertos y 9 heridos.
  • Primer Regimiento del Perú: 21 muertos y 46 heridos.
  • Muerto un oficial edecán del general Miller.
  • Total 45 muertos y 99 heridos.
  • Aproximadamente 400 caballos realistas capturados por los independentistas.

En reconocimiento a la brillante acción de la caballería peruana, que tuvo el 46.5% de las bajas totales, el general Bolívar le cambió el nombre de Húsares del Perú por el de Húsares de Junín.

Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una altura de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín haría renacer la moral entre el Ejército Unido.


CONSECUENCIAS:

El ejército realista había sido sorprendido en su contramarcha desde Cerro de Pasco al Cuzco y la destrucción de la caballería realista en las pampas de Junín forzó una retirada desordenada del Ejército del Norte, con las consecuentes pérdidas masivas en hombres y material, hasta poder alcanzar a duras penas los márgenes del río Apurímac, y en consecuencia se produjo en la retirada a consecuencia de la campaña de Junín la práctica destrucción de sus unidades militares a su llegada al Cuzco.

Cita del parte oficial de la batalla, reconociendo oficiales


Por el general Andrés de Santa Cruz, Jefe del Estado Mayor en Cuartel General en Reyes, 7 de agosto de 182417

[párrafos omitidos]

S. E.[Su Excelencia] el Libertador, testigo del valor heroico de los bravos que se distinguieron en el día de ayer, recomienda á la admiración de la América al señor General Necochea, que se arrojó á las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas, al señor General Miller, que con el primer regimiento del Perú flanqueó al enemigo con mucha habilidad y denuedo: al señor Coronel Carvajal, que con su lanza dio muerte á muchos enemigos: al señor Coronel Silva, que en medio de la confusión del combate rehízo parte de su cuerpo, que estaba en desorden, y rechazó los escuadrones que lo envolvían: al señor Coronel Bruix, que con el Capitán Pringles, algunos oficiales y Granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros: al Comandante del primer escuadrón del regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre á los bravos del Perú: al Comandante Sowersby, del segundo escuadrón, que gravemente enfermo, se arrojó á las lanzas enemigas hasta recibir una herida: al comandante Blanco, del tercer escuadrón: al Mayor Olavarría y al Capitán Allende, del primer escuadrón del mismo regimiento: al bravo Comandante Medina, Edecán de S. E.: al Capitán Camacaro, de Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda de los escuadrones enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo: á los Capitanes Escobar y Sandoval, de Granaderos; y á los Capitanes Jiménez y Peraza, de Húsares de Colombia: á los Tenientes Segovia y Tapia, y Alférez Lanza, que con el Mayor Braun persiguieron los escuadrones enemigos hasta su infantería.

[párrafos omitidos]

Proclama de Simón Bolívar a los peruanos


Primera parte de la proclama de Bolívar a los peruanos18

¡Peruanos! La campaña que debe completar la libertad ha empezado bajo los auspicios más favorables. El ejército del general Canterac ha recibido en Junín un golpe mortal, habiendo perdido, por consecuencia de este suceso, un tercio de sus fuerzas y toda su moral.

Los españoles huyen despavoridos abandonando las más fértiles provincias, mientras el general Olañeta ocupa el Alto Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad.

¡Peruanos! Bien pronto visitaremos la cuna del Imperio peruano y el templo del Sol. El Cuzco tendrá en el primer día de su libertad más placer y más gloria que bajo el dorado reino de sus Incas."

Cuartel General del Ejército Unido de Huancayo, 13 de agosto de 1824.
WIKIPEDIA.

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

2 comentarios:

Edward Antonio Achutegui dijo...

Una epopeya a tenerse en cuenta en la historia de la Independencia del Perú. Un hecho histórico que demuestra el valor y valentía decisiva de las fuerzas de América del Sur del lado occidental que luchabaan por su independencia del yugo opresor del Imperio Español. El próximo año serán 200 años de esta Gesta épica y heroica.

Teresa Tapia dijo...

Viva el Perú