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jueves, 15 de febrero de 2024

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCXXVIII.- Erasmo Huamán, dispuso todo el ajetreo en movimiento para ubicar a los peones defensores en los lugares donde probablemente aparezcan los asaltantes, nada se descuidó, incluso la parte trasera está muy protegida al mando de su amigo Irenio Campos, sólo quedaba esperar...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; los siete sobrevivientes de los cuatreros, quienes decidieron atacar una vez más a la Hacienda "La Pampa Encantada", esta misma noche y lo harán por la madrugada; sin embargo, ellos no sabían que Erasmo Huamán, había enviado un rastreador que llegó hasta su mismo escondite y ellos no lograron detectarlo, quien bien escondido observó todos sus movimientos, incluso escuchó parte de sus conversaciones sobre sus planes de ataque, fue valiosa información que le sirvió a Erasmo Huamán, para preparase y defender la hacienda, por lo que tuvo que postergarse una cena que lo había invitado el hacendado Luciano Castillo en aras de agradecimiento por sus esfuerzos defendiendo a la hacienda.... ..sigamos la historia.........


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Erasmo Huamán, estaba resentido; pero, nunca enemistado contra el patrón Luciano Castillo, que le negó entrenar a un grupo de peones en el arte de la pelea y así poder disponer de defensores ante eventuales ataques de bandoleros, y si le llamó la atención que lo haya invitado para cenar juntos; pero, no podía asistir; él, si estaba preocupado para que sus peones defensores estén bien alimentados, por esa razón, le dio como respuesta al caporal Juan que envíen mucho fiambre a los peones que estaban custodiando la hacienda.
Continuando con la historia, el caporal Juan muy preocupado por la información que le dio Erasmo Huamán, por lo que rápidamente regresó a la casa hacienda para informar al hacendado Luciano Castillo del eminente y peligroso ataque que se avecinaba y al encontrarlo le dijo:
--- Luciano, acabo de conversar con Erasmo, quien está sumamente ocupado preparando las defensas a la hacienda, por que tiene información que hoy atacarán los cuatreros; pero, no hay la advertencia precisa, si lo harán por la puerta principal o por el Portillo; los atacantes se asegura que son siete, quienes sobrevivieron al rescate a las reses, estos actuarán como vengadores por sus compañeros muertos, él, si pidió mucho fiambre para los peones.
Don Luciano Castillo, sumamente afligido por lo que podría llegar y suceder en las próximas horas; pero, nunca bajó la guardia, quien estaba dotado de un carácter fuerte y jamás se doblegó ante los infortunios; pues, era parte de gente como él, que se jugaban la vida, defendiendo sus intereses; él, reaccionó ante la peligrosa información y le contestó:
--- Juan, ve a la cocina y ordena a las cocineras que llenen los mates y talegas con comida para enviar a los peones, no hemos descuidado el rancho(comida) a sugerencia de Erasmo, se les aumentará y a la vez envía nuevos peones con sus machetes y cuchillos que acompañen a los defensores, tanto en la entrada principal, así como el Portillo y nosotros prepararemos la defensa de la casa hacienda.
Juan, quien junto a Florián eran los caporales y responsables del manejo de los peones, esta vez le tocó a él, cumplir las órdenes del hacendado, fue a la cocina, allí observó que las grandes ollas y pailas estaban llenas de comida ya lista, él ordenó que se sirva y se envié a los defensores, y él mismo lo hará en compañía de los nuevos peones que reforzarán la defensa.
Don Luciano Castillo, ya ordenó a Florián, para que saque de las chozas a los peones que las habitaban en el sector del Portillo, y evitar así que sean víctimas de un ataque de los bandoleros esta noche, ellos tuvieron que abandonar sus viviendas y sumarse a las defensas de Irenio Campos, quien comandaba la defensa de este sector.
Erasmo Huamán, al observar que el patrón, dispuso además de comida y envió más peones que se sumaron a las defensas.
Entonces, Erasmo Huamán, siendo el jefe, sin interferencias de los caporales, dispuso que los defensores salgan de interior de la hacienda para enfrentar afuera, era su objetivo hacer la pelea sin tocar los límites de la finca y luchar para no dejar ingresar a los atacantes bajo ninguna opción; había que pelear con todo sin manchar con sangre los terrenos de la hacienda, él, que fue un bandolero sabía que la sangre derramada siempre clama venganza y como esta noche habrá muertos de los dos bandos, que será vertida fuera, para no cargar con culpa de nadie.
Entonces, Erasmo Huamán que tomó el mando de 22 peones que defenderán la puerta principal y puertas adicionales, el tomó el camino real que era un sólo sendero y posesionó a los peones a los costados, todos estarán tumbados sobre el suelo, que no era precisamente una pampa llana, eran tierras provistas de montículos espinosos o con puntiagudos restos, que si era conocido por los peones.
Llegó el anochecer y también la comida para los peones defensores quienes comerán en sus puestos donde fueron ubicados que les facilitaba alimentarse por que  los reciben en talegas, sin descuidar su trabajo, eso si lo harán con sus machetes desenvainados y en completo silencio, se prohibió con conversar con nadie, para estar alerta y poder escuchar cualquier ruido que llegue de cualquier sitio.
Lamentablemente, Erasmo Huamán no había detectado que fuera de los límites de la hacienda y desde el camino real partía un ramal que precisamente iba al sector el Portillo; que él, si había afianzado la defensa de ese sector; pero, desconocía por completo el origen de ese camino, que partía a unos pocos metros del camino real donde él y sus defensores ya se ubicaron a esperar a los cuatreros asaltantes.
Sin embargo, Erasmo Huamán quien actuaba por su amplia experiencia que le permitía percibir los probables puntos de ataque de los cuatreros; él, no descartó la posibilidad de un ataque con mecheros para incendiar  las chozas ubicadas en el sector del Portillo y así distraer a los defensores, para que los atacantes tengan espacio suficiente para asaltar a la casa hacienda y dispuso que 10 de sus defensores retrocedan y vayan a la casa hacienda, donde cinco lo harán en la parte delantera y los cinco en la parte trasera; pues, el arriero peón como se le conocía, no descuidó ningún lugar que podría ser objetivo de los asaltantes.
Siendo, aproximadamente las 20:00 horas de la noche; todos los integrantes de la casa hacienda terminaron de cenar, y el hacendado, dispuso que su esposa Catalina y su hija Irma, se acuesten y cierren las puertas y las atranquen desde el interior, ellas estarán acompañadas por cuatro mozas quienes eran las empleadas del servicio casero de la casa hacienda.
Pero, lo que no sabía don Luciano Castillo, que su esposa Catalina, junto con su hija Irma, corría por sus venas sangre guerrera o por lo menos circuló esa noche y decidieron no estar encerradas, sino hacer frente a los asaltantes, la señora Catalina, fajada con una correa de jinete a la cintura que sostenía un largo machete y su hija Irma, quien también estaba provista de lo mismo y dijo:
--- Luciano, nosotras las mujeres también sabemos defendernos y acompañaremos a ustedes, toda la noche si es posible, que estando encerradas estábamos expuestas a muchos peligros; así lo quieras o no nosotras nos sumamos a los defensores de la casa.
Don Luciano Castillo,  sus dos caporales y los 10 peones se quedaron con la boca abierta viendo y escuchando la decidida acción de las dos mujeres y con una sonrisa socarrona, tuvo que aceptar y le contestó:
--- Mujer, no sabia de tus dotes de guerrera; pues, no me queda más que aceptarlas a las dos; pero, recuerden que no habrá ni conversación ni luz, todos guardaremos silencio, para evitar que los asaltantes nos ubiquen y puedan matarnos.
En el bando de los asaltantes, quienes durante el resto del día claro, no hicieron otras actividades, que preparase alimentos, ya llegando el anochecer, los siete hombres se abrazaron entre si, como despidiéndose, por que nadie les aseguraba si regresarían con vida con esta nueva aventura, que lo habían pensado muy bien y sus planes que los consideraban que triunfarán, por que según sus criterios los defensores de la hacienda descuidarán la protección, por que pensarán que los tres jinetes que huyeron no retornarán esa misma noche de nuevo, sino otro día.
La deducción era lógica; pero, Erasmo Huamán no pisó el palito de la trampa y se adelantó pensando que ellos estarían cansados con tantas frustraciones y no tendrán otra opción que atacar.
El jinete que hacía las veces de jefe, después del último abrazo que se dieron, les dijo:
--- Muchachos, hoy estamos emprendiendo el último esfuerzo, para vengar la muerte de nuestros compañeros, no sé como nos irá; pero, todo indica que lograremos nuestro objetivo; ya que los defensores de la hacienda, jamás imaginarán que incendiaremos las chozas y cuando ellos vayan a controlar el incendio, dejándonos el espacio para asaltar a la casa y nos apropiaremos de todos sus caudales, que estarán en cajas debajo de las camas donde ellos duermen.................
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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