Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; doña Catalina, aprovechando sus habilidades femeninas, que las usó en la cama para informar y sobre todo convencer a su marido don Luciano Castillo; de los planes que tenía su hermano Juan, quien decidió irse de la hacienda, por lo que él, le propuso a ella, que su reemplazo como caporal lo sería el peón arriero Erasmo Huamán; peón que justamente no tuvo encuentros felices con el patrón, cuando él, le propuso algunas tareas, incluso se fue abandonando la hacienda y que gracias a Juan que lo siguió, que al encontrarlo lo convenció regresar, quien finalmente aceptó retornar en compañía de su amigo Irenio Campos.... sigamos la historia..............
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Don Luciano Castillo, al día siguiente, después de haber escuchado de su esposa doña Catalina, que el caporal Juan se iba de la hacienda y a propuesta de él y con el beneplácito de su hermana; el hacendado tuvo que aceptar a regañadientes la proposición que el reemplazo será el peón arriero Erasmo Huamán, antes el hacendado elogió a su cuñado Juan sobre sus planes.
Juan, al escuchar por primera vez, palabras de elogio de su cuñado Luciano Castillo, le conmovió tanto que le brotaron lágrimas de sus ojos y corrieron por sus mejillas, que su don Luciano Castillo se apresuró sacar su pañuelo del bolsillo para secarlas y le respondió:
--- Luciano, eres mi cuñado y me siento muy feliz que ames a mi hermana Catalina, fruto de ese amor entre ustedes nació Irma, que ya despunta como la legítima heredera que hasta el carácter te sacó; seguramente Catalina, te comunicó que tengo mis planes y que es mi legítimo derecho; si me voy, con mucha pena; pero, mi destino me espera estar junto a Lucrecia, nos vamos a casar y tal vez tengamos un par de hijos; sin embargo, el hecho que me vaya, no será para olvidarlos, si te prometo visitarlos, y como estás de acuerdo, que te parece si mañana hago mis maletas y te pido me asignes dos peones, para que me acompañen al pueblo, llevando mis cosas, creo que no es pedir mucho.
Don Luciano Castillo, también se había conmovido y con el rostro compungido, lo abrazó y le dijo:
--- Juan, no te vayas tan rápido, déjame hacerte una despedida de agradecimiento, te ofrezco matar un torete, si quieres ir al Pueblo; pues, llevarás 8 caballos para que traigas la banda de músicos; por que te haremos una fiesta, te despediremos en grande, te lo mereces, hiciste un gran trabajo en esta hacienda, tanto fue así que la semilla que sembrabas producía cinco veces, el ganado(vacas) que arreabas llegaron a parir hasta dos becerros por madre; tu hermana Catalina se sentía feliz de tenerte como caporal.
Esta vez, el aún caporal Juan, muy sentimental, hizo pucheros, escuchando tantas palabras elogiosas de su cuñado, que nunca antes las oyó, y le contestó:
--- Luciano, me conmueven tus palabras y acepto la fiesta en mi honor, que aprovecharemos para presentar a Erasmo Huamán como el nuevo caporal, si tu me autorizas le tomaré las medidas de su cuerpo para comprarle la ropa apropiada para desempeñarse como un caporal, sobre todo las polainas y las nuevas vainas de los machetes que cargará en su caballo, que le entregarás el mío con aperos completos, tu como hacendado sabes muy bien, que los aspectos personales son fundamentales para imponer autoridad ante los peones.
Don Luciano Castillo, seguía sorprendido y aún no le era fácil aceptar que un peón arriero se transforme en caporal; él, se dio cuenta que era el único discordante y descontento, apegado a esas viejas ideas de la supremacía de la raza, ya que todos los demás pensaban diferente y le contestó:
--- Juan, tu me conoces, yo no soy malo; pero, no es fácil para mi los cambios bruscos que se harán en la hacienda, y no es que Erasmo no tenga los méritos; pues, le sobran, que ha demostrado ser el mejor peón y expuso su pellejo defendiendo a la hacienda y venció a los cuatreros y que me repugnan los muertos; pero, no quedó otro camino que extirpar el mal desde la raíz; aún así, él siempre será un gran peón y así lo haré conocer cuantas veces sea necesario; lo que ustedes me proponen es cruel para mis sentimientos; pero, no tengo otra alternativa que aceptar, por que no hay otra persona que te reemplace, cuanto lamento que te vayas Juan, tu eres mi sangre en esta hacienda.
Juan, entendió las expresiones de su cuñado Luciano Castillo; sin embargo, ya eran otros tiempos, por que ya quedó atrás y para siempre la explotación del peón, que lamentablemente el hacendado se aferraba con garras abandonar y tratando de calmar sus sentimientos muy conservadores y le dijo:
--- Luciano, debes entender que la gran producción de esta hacienda no la hacen los caporales, sino los peones, quienes trabajan a la usanza antigua desde el amanecer hasta el anochecer, ellos cuantas veces recibieron en sus cuerpos aguaceros intensos y con esa misma ropa chorreando de agua arrearon tus vacas, que sus ropas se secaron con el sudor de sus cuerpos; esos actos, Yo los he palpado en cada rato que compartía las mismas tareas; entonces, no debe causarte molestia que uno de ellos, y que como bien lo dijiste entregó su pellejo defendiendo los intereses de la hacienda y haya destacado para ser un caporal.
Juan, hizo una pausa y agregó:
--- Luciano, no cometas el error de controlarle su trabajo, te sugiero, que le impartes las órdenes de las tareas los días lunes y dale completa libertad para que haga su trabajo con los peones a su cargo; también, se le respetará como a Florián, ellos dos tendrán el mismo nivel de autoridad en tu hacienda, tal como lo sabemos hacer nosotros; ten fe en Erasmo, Yo estoy seguro, que él, será mucho mejor de lo que fui yo en esta hacienda y hay una tremenda ventaja por que los demás peones lo quieren y lo ven como su líder; algo, que nosotros nunca pudimos lograr, ya que los peones nos respetan y obedecen; pero, no nos quieren como sus líderes, no te olvides que él compartirá la mesa con ustedes en ceremonias de fiestas que se celebren en la hacienda; por que él ya será una autoridad; entiendo que será contra tu voluntad; pero, tienes que acostumbrarte; además, Erasmo no es un indígena, observa el color de su piel es exactamente nuestro mismo color y hasta cerrado de barba es y tiene facilidad de palabra y sabe expresarse con corrección.
Don Luciano Castillo, ahora abrumado y asombrado al mismo tiempo, de los mínimos detalles que Juan observó en Erasmo Huamán, y efectivamente era diferente de los demás peones y que él nunca le miró, que efectivamente lo expresado por su cuñado Juan, era la verdad y bien cruda para él, por lo que tendría que poner en práctica, aceptando todo, por lo que trató de cambiar de conversación y poner empeño para la fiesta y le contestó:
--- Juan, tienes toda la razón del mundo, y acepto que tenemos la mejor opción en escoger a Erasmo Huamán como tu reemplazo; a propósito, ve a las pampas y elige a los caballos que llevarás al Pueblo, para traer a la banda de músicos, compras odres de aguardiente para los peones y una docena de botellas de macerados para nosotros, también compras especies para los aliños y la ropa para Erasmo, compra tres juegos para que se cambie tres veces a la semana, también calzoncillos largas, frazadas y sábanas para su cama, y al mismo tiempo compras dos machetes largos con vainas adornadas con botones de plata, y si te sobra tiempo algunas otras cosas que no recuerdo y que se necesitan aquí.
Juan, escuchando a su cuñado Luciano Castillo, que por fin aceptó los cambios que tendrá la hacienda, le creció su alegría y le dijo:
--- Cuñado, vengase un abrazo....
Ambos cuñados; se abrazaron efusivamente compartiendo el cariño y aprecio familiar, cuyos parabienes iluminarán a la hacienda con nuevos brotes de prosperidad, y que eran los deseos de Juan, al irse él también a buscar un nuevo porvenir, que le sea propicio y venturoso cumplir sus planes en la Ciudad.
Los dos cuñados, después del abrazo deseándose la felicidad, se separaron y Juan se fue a las pampas a escoger y coger los caballos que llevará el Pueblo; pues, le fue fácil, ya que él, conocía los potreros y seleccionó 11 caballos, de los cuales 8 serán para los músicos y los otros tres para él y la carga de los encargos que traerá a la hacienda, irán dos peones como ayudantes y regresarán a pie, por que así era la costumbre.............
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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