Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de la Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior, el bandolero de Samaco llamado "El Chavetazo Mortal" intentó apropiarse de los tesoros de la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo de Socchabamba, pero su lugar teniente Eloy Criollo fracasó.
En aquellos días corrió la noticia que en Chocán que es una comunidad indígena, se había encontrado un gran "entierro" de cuantiosos caudales en libras esterlinas de oro de 21 kilates, plata de 9 décimos, joyas diversas, piedras preciosas que pertenecieron a la familia de Juan Morocho Tomapasca, que fue una familia muy acaudalada y no tuvo hijos, así que los únicos beneficiarios son los sobrinos y primos, y uno de esos primos es el bandolero Samuel Morocho, quien se hacía llamar: "El Toro bravo" y ciertamente hacía honor a su apodo, porque era un hombre corpulento, ligeramente alto y un excelente peleador con puño y cabeza. Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma, que viene a ser "El Rey de la Tinieblas": Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la Obra Literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación , impresión y distribución literaria. Con Reconocimiento de Derechos de Autor por INDICOPI, con Partida Registral No. 00392-2010. Asiento 01, con fecha de 27 de Marzo de 2,010. Fuente: Archivos del blog.
El bandolero Samuel Morocho o "El Toro bravo" era temido por sus rivales por los violentos cabezazos que al aplicar siempre tumbaba al rival y lo dejaba privado de la razón por algunos minutos por el brutal golpe (aquí se llama "soñado).
Se comenta que una vez en una "landa" (fiesta del primer corte de cabello a un hijo varón), que se realizó en Mostazas que es un lugar vecino a Chocán, hubo una cruenta pelea entre Samuel Morocho y un ecuatoriano llamado "El mono".
La fiesta estaba en todo su calor, habían muchos invitados y naturalmente un ramillete de chinas ( mujeres jóvenes solteras) y algunas huambras o chimbas ( mujeres jóvenes ecuatorianas).
Justo hubo una ecuatoriana muy bella, era esbelta, de tez blanca, ojos azules, cabello castaño y muy largo que llegaba a la cintura, su cuerpo muy bien proporcionado, tenía caderas abultadas y unos glúteos carnosos que fácilmente resaltaban en su vestido de seda rosada que llevaba puesto aquel día. Sus labios eran pequeños y cuando se reía resaltaban sus blancos dientes y dos de ellos estaban forrados con oro, y por esa razón la llamaremos en adelante: "Dos dientes de oro". La chimbita era toda una beldad con una belleza deslumbrante, bailaba muy bien la música sanjuanera y también bebía tragos macerados con moderación y además era soltera y sin compromiso.
Samuel Morocho, que algunos lo pintaban como un garañón, era un empedernido luchador, pero a la vez un dócil romántico, en su persona se mezclaba la tozudez y obstinación en la lucha y luego pasaba al galanteo a una bella dama, tenía fama de ser un mujeriego.
La fiesta estaba en plena efervescencia, los ánimos estaba acalorados por efectos de los tragos macerados especialmente en Loja. Ecuador; además había un trío guitarristas, que como los mejores compositores hacían "cantar" las cuerdas de sus guitarras. Al son de la música, Samuel invita a bailar a la beldad ecuatoriana "Dos dientes de oro" y ella acepta muy gustosa, como ambos eran grandes bailarines, las demás parejas dejan de bailar y forman un ruedo y comienza a aplaudir a Samuel y su dama.
Todo iba muy bien, pero repentinamente entra un ecuatoriano al ruedo de baile y ataca con un fuerte puñetazo al mentón de Samuel y lo tumba; como todo fue muy sorpresivo, el agredido reclama a su atacante por la razón de su ataque; pero "el mono" no entiende razones y siguió atacando a su víctima en el suelo.
Samuel había sido herido en su "ego guerrero" y jamás iba a soportar semejante humillación y peor aun delante de la hembra, rápidamente reacciona se levanta y repele el ataque, recuperó su capacidad de pelea, aun estaba aturdido por el golpe a su mentón.
Entonces nuevamente preguntó y dijo:
-----"Oye amigo "mono"¿Cuál es el problema conmigo? hasta ahora no entiendo tu odio hacia mi persona, porque lo único que he estado haciendo en esta fiesta es divertirme bailando con esta linda huambrita"-----
El "mono" interrumpió y dijo:
-----"Tu gallina de mierda( así llaman los ecuatorianos a los peruanos), te muestras como un gran enamorador con mujer ajena, esa mujer con la que estabas bailando es mi enamorada y nadie tiene derecho en poner ni siquiera un pelo sobre sus hombros"----
La bella ecuatoriana "Dos dientes de oro", también interrumpió a su paisano y dijo:
-----"Oye miserable y repugnante cucaracha, ¡¡¡Que te has creído!!! yo nunca he sido tu enamorada, la única vez que bailé contigo fue en Cariamanga y por fruto de la casualidad y además te abandoné a mitad de baile, porque no sabes llevar la danza, ya que en vez de bailar trotas como caballo chúcaro(animal sin amansar) y no deseo verte jamás en mis vistas; en cambio este peruanito que baila muy bien es un placer para mí estar en sus brazos"-----
"El Mono" atormentado por el desprecio de su paisana, hizo su última jugada, sacó una filuda chaveta de su bolsillo y se lanzó con furioso ataque contra Samuel y éste, repelió la agresión; hasta ahora el bandolero "El Toro bravo" solo se había defendido, cuando inesperadamente salió otro ecuatoriano que intentó atacar por la espalda a Samuel, y este último sin quererlo estaba en medio de dos atacantes y ambos con chavetas en mano.
A Samuel en aquel momento le pasó por su mente las lecciones de defensa personal recibidas de su tío y éste siempre le indicaba que el buen peleador puede batirse hasta en contra de cuatro contrincantes a la vez y todos ellos con armas blancas ( chavetas, machetes, navajas), solo es cuestión de esquivar los ataques reemplazándolos con la fuerza bruta del atacante con mucha agilidad, y esquivar hasta donde sea posible y siempre aprovechar la fuerza del atacante en propia contra.
Samuel Morocho (El Toro Bravo). Justo, ahora estando en una pelea que nunca la buscó, pero que estaba involucrado, aprovecha lo aprendido repeliendo los ataques y pasa a la ofensiva, primero agarra por los hombros a "el mono" y lo ataca con feroz cabezazo, rompiéndole la nariz y éste comienza a verter sangre en abundancia y el defensor lo lanza como un paquete al otro atacante pero éste esquiva a la mole sangrante e intenta atacar de nuevo a Samuel, pero éste que está ya a la ofensiva y nadie lo detiene agarra por las orejas al atacante y le da un frentazo en el tabique nasal, igual que su paisano "el mono" se baña en su propia sangre quedando ambos fuera de combate.
Samuel, como todo ser humano conoce sus debilidades y teniendo 2 enemigos declarados y siendo ellos ecuatorianos son traicioneros siempre atacan por la espalda; opta por retirarse de la fiesta, intenta despedirse de la bella ecuatoriana "Dos dientes de oro" , pero ella se niega aceptar la despedida, según ella la fiesta recién empieza con sabor de auténtica jarana y para animarlo lo besa apasionada y sonoramente en sus labios. Samuel que es un gran peleador, pero no estaba acostumbrado a la iniciativa de una mujer, él se ruboriza de vergüenza, pero acepta el desafía de la hembra y para satisfacer las exigencia de tan bella mujer pide un par de botellas del mejor trago macerado.
Mientras tanto los ecuatorianos atacantes y perdedores a la vez abandonan la fiesta en silencio, claro está fueron vencidos limpiamente, pero estos individuos no aceptan su humillante derrota, entonces planean la venganza, montan sus caballos y dan 2 vueltas a la casa fiestera, haciendo creer que se retiran.
Sin embargo, se esconden a pocos metros de la casa, para esperar la salida de Samuel Morocho y atacarlo en la oscuridad, cuando en esos instantes llegan tres hombres de Samaco, vienen como emisarios de "El Chavetazo Mortal", ellos fueron a investigar sobre el famoso "entierro" que ha sido descubierto en Chocán que perteneció a la familia Morocho Tomapasca, se encuentran con los ecuatorianos pero no se saludan.
Los recién llegados se apean de su caballos y se dirigen al salón de baile y para evitar un ataque de "bienvenida" muestran sus chavetas abiertas, pero nadie en el salón les dice nada, todos observan a los intrusos que no han sido invitados, su aspecto demuestra que habrá mucha pelea o tal vez no, nadie sabe que sucederá mas tarde.
Sin embargo, Samuel si conocía a los recién llegados, eran gente del entorno de su enemigo "El Chavetazo mortal", en aquellos momentos piensa y se dice asimismo: "Hoy tendremos un encuentro de dos bandoleros, aunque la bronca será en Chocán".... continuaremos......
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
4 comentarios:
cada día este cuento de nunca acabar me cautiva mas y más, será cierto tanta historia sobre los bandoleros ayabaquinos....!!!!
Soy oriundo de Chocán pero no he escuchado de un tla Bandolero "El Toiro Bravo", será seguro d emuchos años atrás, por favor dímelo mi nombre es Antonio Morocho Gávez
es entretenido leer esta historia de los bandoleros de Socchabamba, la realidad se mezcla con la ficción o al revés, es admirable la persistencia del autor que se toman muchos días en escribir capítulo por capítulo a cambio de nada en monedas, seguramente su satisfacción será que alguien le lea su creación de cuentos .Y yo me incluyo entre sus lectores, sigue adelante amigo Gonzalo Sánchez
esta historia se está volviendo cada vez mas interesante...!!!!
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