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sábado, 31 de julio de 2010

LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA.....CAPÍTULO LXV.- EL BANDOLERO "EL TORO BRAVO" HA DESCUIDADO SUS TESOROS EN CHOCÁN.....Y ÉL SIGUE EN SAMACO

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de la La Casa de la Loma tiene un Fantasma y como informamos en el capítulo anterior el bandolero Samuel Morocho , mas conocido como "El Toro bravo"estando en Samaco, tomó los tesoros de "La Cueva de los Caudales"; pero antes tuvo que "convencer a la fuerza" al guardián Antonio Manuel Cunya, empero este bandolero se mostró muy reacio a aceptar la pérdida de los tesoros; hasta que finalmente habiendo perdido todas sus opciones de defensa; dejó a los jinetes de Chocán aliados con sus propios jinetes de Samaco, que días antes eran sus hombres, que saquearan la cueva. Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma, que viene a ser "El Rey de la Tinieblas": Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la Obra Literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación , impresión y distribución literaria. Con Reconocimiento de Derechos de Autor por INDICOPI, con Partida Registral No. 00392-2010. Asiento 01, con fecha de 27 de Marzo de 2,010. Fuente: Archivos del blog.

Antonio Manuel estaba completamente sólo, todos lo habían abandonado y según sus cálculos era imposible aceptar que unos individuos "panza agria"(apoyo a los moradores de Chocán) le roben sus tesoros, enseguida pensó por si mismo y por último dirigió la palabra a Samuel y le dijo:
----"Samuel, tu ganas esta vez; yo no puedo hacer nada para defender nuestro tesoro, puedes, llevarlo contigo, y te aseguro que serán temporal; porque si no me has matado, tengo la opción de recuperar lo que es mio; en este momento voy a ensillar mi caballo y me largo de aquí, hasta nunca mas regresar, pero si amigo Samuel, te buscaré muy pronto y de eso debes estar muy seguro"------

Terminando de hablar Antonio Manuel ensilló su caballo, lo monto y se fue a todo trote; lo hacía así para no sentir la nostalgia de abandonar Samaco y haber sido derrotado, de la manera más humillante y depredatoria en su propia casa.

Como informamos en el capítulo anterior, que en Socchabamba habían unos pactados con satanás y estos fueron la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, justamente el espíritu diabólico había detectado un "entierro" en Chocán con una cuantiosa fortuna que pertenece a Samuel Morocho, quien en estos momentos estaba saqueando unos tesoros en Samaco, y por lo tanto había descuidado por completo la defensa de su fortuna en Chocán.

Satanás mueve sus piezas muy hábilmente para que los mortales llenos de codicia hagan el trabajo sucio y su pupilo pactado (Señor Sánchez) capture los tesoros sin herir ni matar a nadie, siempre hay que hacer creer que él es una imagen de "buena gente" ante los demás y jamás se ensuciará las manos en delitos, todo lo harán otros; y eso justamente lo hará el bandolero Antonio Manuel Cunya, quien pensó en vengar su humillante derrota en Samaco y se dirigió directamente a Chocán, en su mente estaba apropiarse del cuantioso "entierro" propiedad del enemigo que lo despojó en Samaco. La impotencia laceraba el interior de su cuerpo y afloraban instintos criminales pidiendo venganza y esta tendría que ser dolorosa y el golpe mas fuerte y mortífero era capturar el "entierro" de Chocán.

Antonio Manuel Cunya, era un tipo criminal muy rudo y cruel en sus fechorías, sin escrúpulos en sus acciones delincuenciales, estaba curtido en muchas andadas y esta vez estaba dispuesto a enfrentar a todos los peligros para vencer y por cierto ir a un terreno minado se necesita tener bien puestos los cojones y este bandolero ya no tenía nada que perder, si en adelante le favorecían las fuerzas todo sería ganancia.

Satanás que estaba buscando al hombre ideal que haga el "trabajito" justo lo encontró en el ambicioso Antonio Manuel. Muchas veces parece algo absurdo que alguien sea utilizado como una pieza del juego sucio en busca del deseado y codiciado dinero ajeno. El delincuente como un tipo depredador busca a su presa en todos los momentos y situaciones y cuando lo encuentra con la defensa muy baja y descuidado lo ataca y lo destruye llevándose sus tesoros duramente adquiridos por el trabajo diario.

Siendo las primeras horas del día, el firmamento de Chocán estaba despejado y Antonio Manuel se dirigió al lugar ( del "entierro")que según sus informaciones era una explanada al costado de los baños termales; desde luego no era fácil ubicar el lugar exacto, habían muchos sitios parecidos, pues estando allí se apeó de su caballo y emprendió la búsqueda del "entierro", necesitaba de una palana (pala de hierro con mando de madera) para excavar por varios sitios algo así como un tanteo, se dirigió a la primera casa que había en aquel lugar y llegó a una chosita (casa muy pequeña y rústica) tocó la puerta y no había nadie, empujó la puerta y al abrirla e ingresar lo primero que vio fue una palana, pues la tomó "prestada", salió y se dirigió al lugar que creía estaba el "entierro".

Antonio Manuel, con palana en mano cavó e hizo muchos hoyos, todo sin éxito y como ya eran como las 10:30 a.m., optó por descansar y se retiró hasta la zona de los baños termales; buscó algo de comer y se encontró con otro viajero que venía desde Cuchayo y rápidamente se hicieron amigos, como se dice había una especie de "química" que los unía.

Por esas coincidencias de la vida , ambos personajes tenían el mismo objetivo: "el entierro" de Samuel Morocho, pero ninguno de los demás lo sabía hasta ese momento, ya veremos que sucede después. Los nuevos amigos entablaron una gran amistad y como el día avanzaba y llegamos a las 6:30 p.m. (18 horas del día), Antonio Manuel manifiesta a su amigo que tenía que excavar durante la noche en busca de un "entierro" y el amigo de Cuchayo coincide con Antonio Manuel y se explaya hablando y dijo:
-----"Amigo, yo vivo en Cuchayo, que es un lugar muy difícil por la presencia de un grupo de jinetes capitaneados por el bandolero Huamán, este bandido es oriundo de Socchabamba y no sé desde cuando llegó a mi tierra y desde allí sale por las noches en caza de fortunas, en muchas veces ha sido derrotado por las víctimas, ha sufrido muchas bajas enfrentándose contra otros bandoleros, y también ha logrado capturar grandes fortunas, pero todo lo consumen en cañazo (aguardiente destilado de caña de azúcar); yo mismo estuve en su cuerpo de jinetes, pero me salí y eso me ha originado muchos problemas, ya que me la tiene jurada (venganza) por haberlo abandonado.........

Y el amigo de Cuchayo, prosiguió:
.........."A Cuchayo llegó la noticia que aquí en Chocán se había descubierto un cuantioso "entierro" que perteneció a Juan Morocho Tomapasca y como ese señor no tuvo descendencia, la fortuna pasó a manos de sus parientes y justamente el bandolero Samuel Morocho que fue su primo del dueño del tesoro se adueñó del mismo y que nuevamente lo enterró por algún lugar cercano a los baños termales........

Y el oriundo de Cuchayo, finalizó:
........."El bandolero Huamán, está en sus planes organizar una incursión a esta zona y como yo me enteré de sus planes me le adelanté y como usted tiene el mismo objetivo, juntemos fuerzas y busquemos el bendito "entierro" y si lo logramos ubicar nos repartimos en partes iguales"----

Para el ambicioso Antonio Manuel, esta noticia no fue de su agrado por la nueva competencia en su camino, para él era su objetivo adueñarse de la totalidad del "entierro" y no estaba en sus planes compartir con nadie, pero estaba solo y al no tener otra alternativa aceptó el planteamiento del viajero de Cuchayo. En efecto al anochecer los dos jinetes con palanas en mano y con el apoyo de la luna llena se repartieron las zonas para excavar y desde los aires satanás afilaba sus temibles garras ayudando a ubicar el "entierro", los hombres trabajaban duro y parejo con las palanas y nadie encontraba nada.

Mientras tanto en Samaco, los bandoleros triunfantes se repartieron los tesoros de "La cueva de los caudales" y no tuvieron mejor idea que organizar una jarana con mucho aguardiente y así postergaron su regreso a Chocán, parece que satanás estaba en todo lugar y aquí trataba de atrasar el regreso a Chocán, para favorecer a los jinetes que buscaban el "entierro" lo ubiquen.

Regresemos a Chocán y recordemos que Samuel Morocho tenía amigos, familiares y a su adorada amante "Dos dientes de oro" y ella nunca supo la ubicación del "entierro" de su amado, pero estaba muy enterada de su existencia y que mucha gente ambiciosa deseaba apropiarse de esa fortuna y en aquella noche que los jinetes extraños estaban buscando esa fortuna; ella tuvo insomnio y no podía conciliar el sueño, entonces se levantó y salió de su casa, también estaba preocupada sobre el viaje de su amado a Samaco y ella sabía de los tremendos riesgos de esa incursión que fácilmente podría llegar hasta a la muerte.

La bella "Dos dientes de oro" estaba tan concentrada en sus pensamientos que sin proponérselo llegó a inmediaciones de los baños termales y como la noche estaba muy silenciosa escuchó unos rudos golpes secos, subió a una lomita (una altura del terreno pequeña)y se escondió detrás de roca grande , entonces llegó oír que había alguien que cavaba un hoyo , se arrastró sobre el suelo y estuvo a escasos pasos de un hombre buscando el "entierro" de su amado Samuel.

Ante este peligro, la bella "Dos dientes de oro" retrocedió y fue hasta su casa en busca de un arma para correr (hacer huir) a los intrusos; encontró un viejo revólver que en aquellos tiempos solo se cargaba con dos balas, recargó el arma y regresó de nuevo al lugar en donde se encontraba el individuo que excavaba, pero ya no lo encontró, tomando sus precauciones guardó silencio y esperó y no pasaron unos minutos de nuevo escuchó los golpes de las palanadas en otro lugar.

Entonces, la bella "Dos dientes de oro" siguió el lugar del ruido y estando muy cerca distinguió a dos bultos, en ese instante pensó en disparar y si no daba en el blanco ella sería una presa muy fácil para los dos depredadores y también si no hacía nada , permitiría que los intrusos se roben el "entierro" y llegó a su mente hacer un gran ruido con voz muy fuerte haciendo rodar algunas rocas y disparar a los bultos y así lo hizo, los excavadores sorprendidos huyeron velozmente hasta donde estaban sus caballos y desaparecieron lográndose el objetivo de ahuyentar a los intrusos, luego ella regresó a su casa y esperó despierta el amanecer del día.

Los fugitivos después de cabalgar por varios minutos pararon su marcha y conversaron entre ellos, el motivo como habían sido descubiertos y que casi mueren, porque un tiro había dado en el sombrero de Antonio Manuel y lo perforó de lado a lado y le había chamuscado mucho cabello de su cabeza; pero estos caza-fortunas no iban a abandonar la empresa que habían comenzado, además el dueño estaba muy lejos .

Entonces, Antonio Manuel se dirigió a su ocasional compañero y dijo:
-----"Yo he perdido todos mis tesoros en Samaco y he venido aquí (Chocán) a recuperar y como estoy informado que la mayoría de los jinetes de Samuel Morocho están afuera (Samaco), tenemos que regresar en la noche y enfrentar a quien sea, pero lo haremos después de las 12:00 a.m.(24 horas) para que nadie nos espere y nos dispare de nuevo y me hago la pregunta: ¿Quién nos disparó????? ..... continuaremos.......
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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