AMOR MÁS AMOR: CAPÍTULO V.- SIN FE NI ESPERANZA NO EXISTE EL AUTÉNTICO AMOR

Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de amor entre Rebeca y Juan; en el capítulo anterior fuimos testigos de que Rebeca informó a su padre lo que su corazón sentía hacia Juan, quien es un obrero de su empresa; y su padre le contestó de la probabilidad que existen algunos problemas por haber despreciado a su otro pretendiente Horacio que si pertenecía a su círculo social.

Aquí en la imagen observamos a un flecha atravesando a dos corazones, justamente ese es el AMOR, donde existen dos protagonistas quienes con su pasión impulsan el auténtico amor. Fuente de imagen: Archivos del blog: A Vuelo de un Quinde.

¿QUÉ ES EL AMOR?

Para que existe el auténtico amor, tienen que existir dos protagonistas: hombre y mujer; pero eso no es suficiente por que además, tiene que existir: Afecto.- Que vincule a los dos. Sentimientos.- De identificación entre los amados. Pasión.- Para compartir y disfrutar espontáneamente el amor. Fe.- Para tener la fuerza de luchar contra la adversidad buscando el amor. Esperanza.- Para alcanzar la plenitud del amor.

Si todo lo dicho anteriormente existe en usted; estamos seguros que el amor ha tocado las puertas de su corazón para quedarse allí como un inquilino que nunca más abandonará esta morada dichosa.

Mientras tanto, Rebeca, durmió una plácida noche ya que logró un tácito consentimiento de su padre para iniciar su acariciado romance con Juan quien le había declarado su amor, noches atrás a Rebeca y ella nunca rechazó ni aceptó, quedando en una especie de limbo que podría aclarar o oscurecer según se mueva el riel de la balanza; y la lucha contra las fuerzas negativas o positivas que presentan la lucha y retan a definir así el curso de la gran batalla final: AMOR.

----Nunca olvidar, aunque nadie lo cree, el amor es una lucha constante para mantenerlo vigente------

Rebeca, estaba feliz al sentir los suaves latidos de su corazón que le inducían ir a buscar a Juan y lograr sus caricias y confesarle en el oído esta frase: "Te amo"; pero eso no es fácil, las rígidas reglas impuestas exigen "guardar las formas" y como ya se estaba llegando al domingo que era el último día del exigente trabajo en la creación de nuevos diseños de productos de la empresa.

Después, de finalizada esta jornada de la ardua tarea, se presentaba la única oportunidad de estar juntos y tal vez allí haya el contacto tan esperado. Juan por su parte estaba ansioso por conocer qué había pensado Rebeca; él, era consciente que nada estaba seguro, pero su corazón le notificaba que las fuerzas imbatibles del amor se estaban moviendo a su favor. Igual que Rebeca esperaba el domingo como último día del trabajo encomendado por la empresa.

Y hablando de los trabajos de los diseños se habían logrado todos los objetivos, los nuevos productos estaban listos, sólo faltaba definir en consenso el acabado final de los productos y eso justamente se iba a realizar en este domingo.

Siendo las 8:00 a.m. se abrió el portón del gran salón para que entren los trabajadores y por esas cosas fortuitas que nunca son previstas y que espontáneamente se presentan; al momento de ingresar Rebeca sufre un resbalón que iba a tener una fuerte caída que tal vez podría haberle ocasionado una grave lesión a su cuerpo y gracias a esos "dioses alcahuetes del amor que están listos para sellar la unión amorosa" también entraba Juan en ese preciso instante y al observar que Rebeca iba a caer , él se lanzó como un ventarrón y detuvo en sus brazos el femenino cuerpo de Rebeca y la fuerza de gravedad siempre los atrajo al suelo, cayendo él primero y Rebeca sobre su cuerpo, nadie se lastimó de gravedad, solo hubo unos ligeros rasguños en los brazos de Juan, y sin proponérselo terminaron abrazándose fuertemente, se miraron y ella agradeció tiernamente: "Gracias Juan, si no hubiese entrado, me habría roto una pierna, te adoro".

Juan que aún no salía de su asombro por todo lo que estaba sucediendo, sólo atinó a contestar: "De nada, sólo estuve en el momento preciso para salvar a la mujer maravillosa de esta empresa", pero él, continuaba sin saber si estaba despierto o solo estaba soñando, no obstante el tremendo porrazo, él pensaba que estaba disfrutando de un "dulce sueño"; pero ya despertó por que Rebeca le dio un sonoro beso en la mejilla y una vez más repitió: "Gracias Juan" y de reojo lo miró tierna y amorosamente.

Luego que, todos los trabajadores estaban instalados en sus puestos de trabajo, apareció el Supervisor General en compañía de Don Federico Quiróz dueño de la empresa y lo primero que hizo el dueño es buscar con su mirada la ubicación de Juan y al verlo hizo un ligero además con un movimiento de su cabeza y lo saludó.

Juan, se estremeció de cabeza a pies, viendo la presencia del dueño y rápidamente pasó por su mente que tal vez había sido muy atrevido con la hija y eso podría costarle el puesto del trabajo y hasta se había olvidado que momentos antes la salvó de un terrible porrazo.

El Supervisor General se dirigió a los empleados con estas palabras:
--------"Señores y Señoritas, contamos con la presencia del Señor Federico Quiróz, quien les agradece públicamente el gran trabajo que todos ustedes ha realizado durante estas últimas 36 horas y como padre en forma particular hace extensivo su eterno agradecimiento al trabajador Juan por haber salvado a la Señorita Rebeca de un fatal golpe como consecuencia del resbalón al momento del ingreso al salón del trabajo, que pudo ocasionarle una grave lesión a su cuerpo"-----

Terminadas las palabras del Supervisor General; Don Federico se dirigió al lugar donde estaba Juan, pero antes llamó a su hija Rebeca y los dos estuvieron junto a Juan y esto dijo Don Federico:
--------"Apreciado Juan, te conocía como un excelente trabajador y sin embargo, también eres un hombre gentil y acomedido que en forma precisa salvaste a mi hija de un terrible golpe sobre el piso, Muchas Gracias y públicamente reconozco mi gratitud por tan noble acción"-------

Luego de su palabras, Don Federico se confundió con un fuerte abrazo con Juan, y Rebeca que estaba actuando como testigo se abalanzó y los tres siguieron abrazándose. Esta era la gran oportunidad que Rebeca tanto había acariciado.

Finalizado el agradecimiento, Don Federico se retiró del salón y todos los trabajadores continuaron con sus tareas, Rebeca fue hasta su computadora y con la ayuda de un proyector audio visual enfocó hacia una pizarra grande los diferentes modelos de los diseños de los productos que se habían creado y como se tenía que llegar a un consenso; se había escogido y se mostró los trabajos de Juan y su equipo y por esas coincidencias que la vida y el amor tienden a acercar a los amados, estos trabajos fueron seleccionados como los mejores.

Sin embargo, en una actitud democrática se dio la opción al Supervisor General para que presente al Gerente General los que crea más convenientes, para que no se piense que haya habido un vestigio de favoritismo, lo que si interesaba era que sea de acuerdo a las bases y reglamentos internos de la empresa; esto último sólo era un mero formulismo, la decisión de la mayoría ya había sido tomada y aprobada.


Entretanto; Don Federico, se dirigió a la Capilla Cristiana más cercana y estando allí agradeció a Dios por la oportunidad que le había brindado para aceptar a Juan como su futuro yerno; tal vez, nunca se habría presentado la ocasión de un acto casi heroico de parte de Juan salvando a su hija y desde ese momento rompió todas las ataduras mojigatas de una hipócrita sociedad que argumentando ciertas costumbres llevan directo a la discriminación de raza que solapadamente escondidas como unas víboras ponzoñosas atacan al menor descuido sin dar opción a la defensa del agredido.


Don Federico Quiróz, se sentía libre y agradecido ya que al fin y al cabo, él era padre de Rebeca y dueño de la empresa y no tenía que rendir cuentas a nadie ni dar explicaciones a su entorno social sobre las decisiones de la familia; por fin rompió esa malvada frase : "el que dirán...".


Finalizadas las actividades empresariales de los trabajadores que habían sido convocados expresamente y por consenso de todos los presentes y cortesía de la empresa se les invitó a almorzar en un restaurante : "El Sabor Dichoso", siendo transportados todos los presentes en la camioneta de la empresa, y una vez más Juan y Rebeca fueron los últimos en abordar el vehículo y al hacerlo se escuchó un estruendoso aplauso de los trabajadores que premiaban así a una pareja de jóvenes ejecutivos que habían triunfado en el éxito de la producción; ellos levantaron la mano en señal de agradecimiento, luego se sentaron juntos y partieron en la movilidad en dirección al centro de diversión.


Y como el diablo está siempre dañando la felicidad y mete su rabo sucio sin ser convocado como agregando que no todo era feliz o iba ser feliz en ese preciso instante timbró el teléfono celular de Rebeca y al otro lado estaba Horacio un personaje que no había sido invitado en aquel domingo...... continuaremos..........
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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