Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la Historia de la Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior se estaba disfrutando de una "landa" en casa de Don Telésforo Campos en Cunante, se bebía tragos macerados y se bailaba al son de un trío de guitarristas, que invitaba a los invitados quienes animados por las melodías musicales danzaban muy alegres; sin embargo, algunos de los presentes como Froilán antiguo rival del bandolero Porfirio "mata rápido" armó una bronca debido a que el bandolero Porfirio salió a bailar con una "china" (joven campesina y muy bella) que según Froilán se creía el enamorados y galán de todas las "chinas", atacó al bandolero bailarín y recibió un cabezazo como respuesta que lo privó del conocimiento.Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA" , esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI. Fuente de imagen: Archivos del blog
Con el aval de todos los presentes Porfirio se disculpó ante Don Telésforo y su Señora y lo mismo lo hizo con Andrés Huamán y al haber recibido la simpatía por que él nunca fue el agresor; llamó a Pedro "El corajudo" y optaron por retirarse de la fiesta, lo que no fue aceptado por los dueños de casa que insistieron en que continúen gozando de la festividad; pero Porfirio declinó la insistencia y se retiró junto a Pedro.
Mientras tanto los amigos de Froilán continuaban echando aire con sus sombreros para reanimarlo y reponerlo a su estado normal, los esfuerzos dieron resultado por que poco a poco fue moviendo el cuerpo caído hasta que finalmente se sentó pero seguía aturdido, por que el impacto del cabezazo había removido hasta el último nervio de los sesos. Cuando ya estuvo en plenas facultades, Froilán preguntó:..qué le había pasado?; todos los presentes se miraron entre ellos y sonrieron por que sabían perfectamente que fue él quien comenzó la bronca al ponerle una zancadilla a Porfirio cuando bailaba y el agredido reaccionó atacándolo en defensa propia.
Sus amigos estaban avergonzados por lo sucedido, pero ninguno de ellos querían dar a torcer el brazo e instigaron a Froilán para que abandone la fiesta y seguir los pasos de Porfirio para atacarlo y hacer un esfuerzo para reponer el orgullo perdido delante de tanta gente.
Froilán ya no estaba en condiciones de dar batalla, las secuelas del cabezazo los seguía sufriendo, pero si se retiró y se fue a su casa muy humillado; sin embargo, un compinche suyo de nombre Leonidas que más lo conocían como: Leonidas "el malo" por ser un individuo conflictivo, pendenciero, peleador como ninguno y también enamorador de cuanta china se cruzaba en su camino; igual que los anteriores era bandolero pero en otras comarcas, no era nativo de Socchabamba, alguien informó que vino desde la costa; lo cierto es que había afirmado raíces en esa comarca y vivía en Chilcapampa, de vez en cuando se unía a Froilán cuando habían planeado una incursión a una hacienda o la casa de algún individuo adinerado. Este jinete tomó la iniciativa de vengar la humillante derrota de Froilán a manos de Porfirio y lo tomó como algo personal vengar y ajustar cuentas contra él.
Uno de los presentes en la "landa", narró que en una oportunidad Leonidas "el malo" se batió contra cuatro ecuatorianos que habían cruzado la frontera y se robaron 4 vacas que eran de propiedad del dueño de la casa donde se había hospedado Leonidas, como el robo fue en la madrugada, los ladrones habían tomado mucha ventaja en su huida hacia el Ecuador; pero por esas casualidades Leonidas se levantó muy temprano ese día y se le ocurrió ir al potrero y al llegar encontró la puerta abierta y se notaba claramente los rastros de las vacas y de caballos; por un momento pensó que el dueño había sacado a sus animales para llevarlos a otro potrero por que allí el pasto ya era muy escaso.... Pero por qué no me pidió apoyo? se preguntó así mismo Leonidas, todas maneras siguió caminando al interior del potrero y encontró a un becerro-ternero que daba balidos muy fuertes pidiendo la presencia de su madre.
Entonces, Leonidas recién entendió que algo raro había sucedido en aquel potrero y retornó de inmediato a la casa y al llegar vio a Don Antonio (así se llamaba el dueño de casa) que salía de la casa estirando los músculos por el sueño que acababa de finalizar; rápidamente se le subió la sangre a la cabeza y no sabía como informar que el ganado (vacas) había sido robado, de todas maneras armó fuerzas y le saludó:
--- Buenos días Don Antuco (Antonio)
El saludado contestó:
--- Buenos días Leonidas... que milagros han habido para que te levantes tan temprano....
Leonidas que ya había decidido informar la mala noticia, comenzó por preguntar:
--- Dígame Don Antuco.. usted ha sacado su ganado a otro potrero?.. por que acabo de regresar del potrero y no hay nada, únicamente hay un ternero que está pidiendo la leche de su madre.
Don Antonio que aún estaba soñoliento y escuchando tan desagradable noticia despertó del todo y exclamó:
--- "Me han robado el ganado.. Dios mío como es posible esta desgracia, vamos al potrero y ver como sucedió...."
Leonidas que ya había observado todo, sólo atinó a aconsejar a su hospitalario amigo y le dijo:
--- No perdamos tiempo, en este momento vamos a seguir el rastro de las vacas y aún nos favorece el tiempo en encontrarlas, por que no hay muchos viajeros y será fácil llegar a ellas, iré al otro potrero a traer los caballos, los ensillamos y partimos y que Dios nos ampare con sus bendiciones.
Rápidamente, jalaron los caballos, los aperaron y como la señora de Don Antonio había escuchado la mala noticia, les preparó un fiambre consistente en : cancha de maíz blanco (tostado) y un atado de dulce (chancaca) y un par de botellas llenas de limonada, no había más tiempo para hacer más comida.
Los jinetes partieron desde el mismo potrero; Leonidas se fajó dos puñales a la cintura y tomaron las medidas de los rastros de los caballos que usaron los ladrones; ya el día estaba brillando con los rayos solares que desde el Oriente alumbraban toda la extensa comarca, y al tomar la dirección los rastros iban directo al Llano de Aragoto y cuando llegaron allí los rastros se desviaban a la izquierda en dirección a Samaco, lo que indicaba que eran ecuatorianos los que se llevaron el ganado (vacas).
Ahora, adelantemos la marcha hacia la ubicación de los ladrones y como lo suponían los rastreadores eran 4 ecuatorianos quienes robaron las vacas y ellos muy soberbios se creían que nadie los seguía y estando a unos de la "Raya" (frontera) se relajaron y pararon su marcha a descansar; amarraron las vacas junto a unos chopes (arbustos) y desensillaron los caballos para que mordisqueen el naciente pasto y ellos se guarecieron amparados en la sombra de un robusto hualtaco(árbol de madera muy resistente) eran aproximadamente las 12:00 del día y se entretuvieron jugando a las cartas(naipes, un juego muy utilizado por los asaltantes para matar el tiempo en espera de alguna incursión), pues, esta parada fue un grave error, tal vez como dice el viejo refrán:.. "no hay crimen perfecto..", por que desde el vado del Río Calvas, salía hacia Aragoto un jinete que observó a pesar que pasó a 100 metros del lugar de pernoctantes, si pudo distinguir que habían 4 vacas amarradas, lo que le vino a la mente al observador que eran robadas, pero a la vez pensaba que había algo raro si faltaban pocos metros para cruzar "La Raya".... entonces, por qué no cruzaron el río?. El viajero continuó subiendo hacia el Llano y estando muy cerca de su objetivo, encontró a Leonidas y Don Antonio que bajaban cuesta abajo muy apresurados, se saludaron y hubo la pregunta de rigor sobre lo que vio atrás, el jinete colaboró informándoles lo que vio, lo que confirmaba que ellos eran los ladrones. Con la noticia muy fresca los rastreadores aceleraron la marcha cuesta abajo y Leonidas de cuando en cuando tomaba las medias de los rastros y confirmaba que estaban muy cerca de su objetivo y todo eran tan cierto por que al terminar la pendiente empezó un terreno más plano lo que significaba que se acercaban a "La Raya", por precaución Leonidas paró la marcha y le indicó a Don Antonio que debía apearse para evitar hacer ruido y ponga en sobre aviso a los ladrones, amarraron a los caballos en un aparte del camino y emprendieron la bajada a pié, y como lo suponían en una explanada donde donde había un frondoso hualtaco allí se distraían los maleantes que estaban muy relajados.
Entonces, Leonidas comenzó a aplicar la inteligencia y experiencia acumulada en varias jornadas y siendo ellos dos contra cuatro, había que sorprenderlos y la única opción era adelantar la marcha y atacar desde adelante, avanzaron casi en cuclillas y hasta rampeando (arrastrando el cuerpo sobre el suelo), si se ve muy bien, la estrategia casi era un ataque suicida, y estando en el lugar indicado; Leonidas sacó su puñal muy afilado y emprendió el ataque cuesta arriba sorprendiendo por completo a los ladrones, quienes dos de ellos se lanzaron sin armas contra Porfirio y éste rápidamente los aniquiló, mientras Don Antonio lo cubría por la espalda, los dos restantes si sacaron sus puñales y se abalanzaron en ataque, pero sin orden y uno de ellos avanzó tan apresurado que se cayó justo a los pies del bandolero y éste lo atravesó con su puñal, quedando uno sólo quien dio batalla mano a mano contra Porfirio, estando las fuerzas muy equilibradas la guerra estaba ganada y con la seguridad de ser un gran peleador Leonidas se entretuvo "jugando" contra el ladrón quien no atinaba un sólo golpe contra su rival; entonces, Leonidas engañó al oponente dándole la espalda como quien miraba a Don Antonio, justo el oponente cayó en la trampa y se abalanzó en ataque que era justo lo que esperaba Leonidas, quien se dio la vuelta y lo atravesó con su puñal al dar a la altura del pecho, el infeliz murió desangrado. Don Antonio no intervino y no se explicaba como hizo Leonidas para dar contra 4 ecuatorianos y los mató a todos. Luego de la contienda los rastreadores recuperaron las vacas y emprendieron el regreso, pero antes arriaron a los caballos de los ladrones muertos hacia "La Raya" los cuadrúpedos si cruzaron el río lo que no hicieron sus amos por falta de un cálculo que les costó la vida.... Como mencionamos al principio Leonidas tomó la iniciativa de "castigar" a Porfirio.... continuaremos....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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Con el aval de todos los presentes Porfirio se disculpó ante Don Telésforo y su Señora y lo mismo lo hizo con Andrés Huamán y al haber recibido la simpatía por que él nunca fue el agresor; llamó a Pedro "El corajudo" y optaron por retirarse de la fiesta, lo que no fue aceptado por los dueños de casa que insistieron en que continúen gozando de la festividad; pero Porfirio declinó la insistencia y se retiró junto a Pedro.
Mientras tanto los amigos de Froilán continuaban echando aire con sus sombreros para reanimarlo y reponerlo a su estado normal, los esfuerzos dieron resultado por que poco a poco fue moviendo el cuerpo caído hasta que finalmente se sentó pero seguía aturdido, por que el impacto del cabezazo había removido hasta el último nervio de los sesos. Cuando ya estuvo en plenas facultades, Froilán preguntó:..qué le había pasado?; todos los presentes se miraron entre ellos y sonrieron por que sabían perfectamente que fue él quien comenzó la bronca al ponerle una zancadilla a Porfirio cuando bailaba y el agredido reaccionó atacándolo en defensa propia.
Sus amigos estaban avergonzados por lo sucedido, pero ninguno de ellos querían dar a torcer el brazo e instigaron a Froilán para que abandone la fiesta y seguir los pasos de Porfirio para atacarlo y hacer un esfuerzo para reponer el orgullo perdido delante de tanta gente.
Froilán ya no estaba en condiciones de dar batalla, las secuelas del cabezazo los seguía sufriendo, pero si se retiró y se fue a su casa muy humillado; sin embargo, un compinche suyo de nombre Leonidas que más lo conocían como: Leonidas "el malo" por ser un individuo conflictivo, pendenciero, peleador como ninguno y también enamorador de cuanta china se cruzaba en su camino; igual que los anteriores era bandolero pero en otras comarcas, no era nativo de Socchabamba, alguien informó que vino desde la costa; lo cierto es que había afirmado raíces en esa comarca y vivía en Chilcapampa, de vez en cuando se unía a Froilán cuando habían planeado una incursión a una hacienda o la casa de algún individuo adinerado. Este jinete tomó la iniciativa de vengar la humillante derrota de Froilán a manos de Porfirio y lo tomó como algo personal vengar y ajustar cuentas contra él.
Uno de los presentes en la "landa", narró que en una oportunidad Leonidas "el malo" se batió contra cuatro ecuatorianos que habían cruzado la frontera y se robaron 4 vacas que eran de propiedad del dueño de la casa donde se había hospedado Leonidas, como el robo fue en la madrugada, los ladrones habían tomado mucha ventaja en su huida hacia el Ecuador; pero por esas casualidades Leonidas se levantó muy temprano ese día y se le ocurrió ir al potrero y al llegar encontró la puerta abierta y se notaba claramente los rastros de las vacas y de caballos; por un momento pensó que el dueño había sacado a sus animales para llevarlos a otro potrero por que allí el pasto ya era muy escaso.... Pero por qué no me pidió apoyo? se preguntó así mismo Leonidas, todas maneras siguió caminando al interior del potrero y encontró a un becerro-ternero que daba balidos muy fuertes pidiendo la presencia de su madre.
Entonces, Leonidas recién entendió que algo raro había sucedido en aquel potrero y retornó de inmediato a la casa y al llegar vio a Don Antonio (así se llamaba el dueño de casa) que salía de la casa estirando los músculos por el sueño que acababa de finalizar; rápidamente se le subió la sangre a la cabeza y no sabía como informar que el ganado (vacas) había sido robado, de todas maneras armó fuerzas y le saludó:
--- Buenos días Don Antuco (Antonio)
El saludado contestó:
--- Buenos días Leonidas... que milagros han habido para que te levantes tan temprano....
Leonidas que ya había decidido informar la mala noticia, comenzó por preguntar:
--- Dígame Don Antuco.. usted ha sacado su ganado a otro potrero?.. por que acabo de regresar del potrero y no hay nada, únicamente hay un ternero que está pidiendo la leche de su madre.
Don Antonio que aún estaba soñoliento y escuchando tan desagradable noticia despertó del todo y exclamó:
--- "Me han robado el ganado.. Dios mío como es posible esta desgracia, vamos al potrero y ver como sucedió...."
Leonidas que ya había observado todo, sólo atinó a aconsejar a su hospitalario amigo y le dijo:
--- No perdamos tiempo, en este momento vamos a seguir el rastro de las vacas y aún nos favorece el tiempo en encontrarlas, por que no hay muchos viajeros y será fácil llegar a ellas, iré al otro potrero a traer los caballos, los ensillamos y partimos y que Dios nos ampare con sus bendiciones.
Rápidamente, jalaron los caballos, los aperaron y como la señora de Don Antonio había escuchado la mala noticia, les preparó un fiambre consistente en : cancha de maíz blanco (tostado) y un atado de dulce (chancaca) y un par de botellas llenas de limonada, no había más tiempo para hacer más comida.
Los jinetes partieron desde el mismo potrero; Leonidas se fajó dos puñales a la cintura y tomaron las medidas de los rastros de los caballos que usaron los ladrones; ya el día estaba brillando con los rayos solares que desde el Oriente alumbraban toda la extensa comarca, y al tomar la dirección los rastros iban directo al Llano de Aragoto y cuando llegaron allí los rastros se desviaban a la izquierda en dirección a Samaco, lo que indicaba que eran ecuatorianos los que se llevaron el ganado (vacas).
Ahora, adelantemos la marcha hacia la ubicación de los ladrones y como lo suponían los rastreadores eran 4 ecuatorianos quienes robaron las vacas y ellos muy soberbios se creían que nadie los seguía y estando a unos de la "Raya" (frontera) se relajaron y pararon su marcha a descansar; amarraron las vacas junto a unos chopes (arbustos) y desensillaron los caballos para que mordisqueen el naciente pasto y ellos se guarecieron amparados en la sombra de un robusto hualtaco(árbol de madera muy resistente) eran aproximadamente las 12:00 del día y se entretuvieron jugando a las cartas(naipes, un juego muy utilizado por los asaltantes para matar el tiempo en espera de alguna incursión), pues, esta parada fue un grave error, tal vez como dice el viejo refrán:.. "no hay crimen perfecto..", por que desde el vado del Río Calvas, salía hacia Aragoto un jinete que observó a pesar que pasó a 100 metros del lugar de pernoctantes, si pudo distinguir que habían 4 vacas amarradas, lo que le vino a la mente al observador que eran robadas, pero a la vez pensaba que había algo raro si faltaban pocos metros para cruzar "La Raya".... entonces, por qué no cruzaron el río?. El viajero continuó subiendo hacia el Llano y estando muy cerca de su objetivo, encontró a Leonidas y Don Antonio que bajaban cuesta abajo muy apresurados, se saludaron y hubo la pregunta de rigor sobre lo que vio atrás, el jinete colaboró informándoles lo que vio, lo que confirmaba que ellos eran los ladrones. Con la noticia muy fresca los rastreadores aceleraron la marcha cuesta abajo y Leonidas de cuando en cuando tomaba las medias de los rastros y confirmaba que estaban muy cerca de su objetivo y todo eran tan cierto por que al terminar la pendiente empezó un terreno más plano lo que significaba que se acercaban a "La Raya", por precaución Leonidas paró la marcha y le indicó a Don Antonio que debía apearse para evitar hacer ruido y ponga en sobre aviso a los ladrones, amarraron a los caballos en un aparte del camino y emprendieron la bajada a pié, y como lo suponían en una explanada donde donde había un frondoso hualtaco allí se distraían los maleantes que estaban muy relajados.
Entonces, Leonidas comenzó a aplicar la inteligencia y experiencia acumulada en varias jornadas y siendo ellos dos contra cuatro, había que sorprenderlos y la única opción era adelantar la marcha y atacar desde adelante, avanzaron casi en cuclillas y hasta rampeando (arrastrando el cuerpo sobre el suelo), si se ve muy bien, la estrategia casi era un ataque suicida, y estando en el lugar indicado; Leonidas sacó su puñal muy afilado y emprendió el ataque cuesta arriba sorprendiendo por completo a los ladrones, quienes dos de ellos se lanzaron sin armas contra Porfirio y éste rápidamente los aniquiló, mientras Don Antonio lo cubría por la espalda, los dos restantes si sacaron sus puñales y se abalanzaron en ataque, pero sin orden y uno de ellos avanzó tan apresurado que se cayó justo a los pies del bandolero y éste lo atravesó con su puñal, quedando uno sólo quien dio batalla mano a mano contra Porfirio, estando las fuerzas muy equilibradas la guerra estaba ganada y con la seguridad de ser un gran peleador Leonidas se entretuvo "jugando" contra el ladrón quien no atinaba un sólo golpe contra su rival; entonces, Leonidas engañó al oponente dándole la espalda como quien miraba a Don Antonio, justo el oponente cayó en la trampa y se abalanzó en ataque que era justo lo que esperaba Leonidas, quien se dio la vuelta y lo atravesó con su puñal al dar a la altura del pecho, el infeliz murió desangrado. Don Antonio no intervino y no se explicaba como hizo Leonidas para dar contra 4 ecuatorianos y los mató a todos. Luego de la contienda los rastreadores recuperaron las vacas y emprendieron el regreso, pero antes arriaron a los caballos de los ladrones muertos hacia "La Raya" los cuadrúpedos si cruzaron el río lo que no hicieron sus amos por falta de un cálculo que les costó la vida.... Como mencionamos al principio Leonidas tomó la iniciativa de "castigar" a Porfirio.... continuaremos....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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