Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., Imagine una isla en el océano
Índico de Mozambique, rodeada de aguas cristalinas, donde habitan
tortugas, tiburones ballena, manta rayas y los últimos 200 dugones de
África, y todo ello al alcance de un SMS.
Sito buscando conchas en la playa de Benguerra. Over Blog |
Isla de Benguerra desde el aire. Over Blog |
Paseos al atardeceren Benguerra. Over Blog
Desde la casita del Benguerra lodge. Over Blog
Mariscadoras de Benguerra. Over Blog |
Benguerra (Mozambique), 23 jun (EFE).- Imagine una isla en el océano
Índico de Mozambique, rodeada de aguas cristalinas, donde habitan
tortugas, tiburones ballena, manta rayas y los últimos 200 dugones de
África, y todo ello al alcance de un SMS.
Esta es la curiosa
campaña turística del Gobierno de Mozambique, que sortea entre todos
aquellos que envíen un mensaje el uso y disfrute durante 25 años de una
villa en la isla de Benguerra, en el archipiélago de Bazaruto, una de
las reservas marinas más importantes del Índico africano, amenazada por
el desarrollo.
El Ministerio de Turismo de Mozambique pretende así
promocionar el destino en el mercado internacional y traer el
desarrollo a una región que hace solo dos décadas subsistía únicamente
de la pesca.
La campaña, que será lanzada el 1 de julio en 120
países, con inserciones en medios digitales y televisión, y un programa
en el canal Travel para elegir al ganador entre quince finalistas, tiene
como objetivo potenciar el turismo en este desconocido rincón del
mundo.
Aunque aun no está prácticamente desarrollado, el turismo
es la nueva profesión a la que todos los jóvenes quieren dedicarse en la
isla de Benguerra para salir de la pobreza que heredaron de sus padres
pescadores.
"Gracias a los hoteles hay ahora lanchas motoras que
podemos usar para ir al continente cuando alguien se pone enfermo,
nuevos empleos y una escuela", explica en inglés Benny Boane, uno de
guías del Marlin Lodge, el hotel de lujo donde se construirá la villa
para el ganador del concurso "Gana una isla en el Paraíso".
Una veintena de vecinos trabaja en el Marlin Lodge, y el número va en aumento cada año.
"Todos
quieren dedicarse al turismo, pero el problema es que aquí mucha gente
no sabe ni leer ni escribir en inglés, algunos ni siquiera en portugués,
y no conocen el negocio de la hostelería", explica Boane.
"Queremos
emplear a más gente local; muchos empiezan ayudando y van aprendiendo
una profesión y acaban empleados en hotel", asegura Peter Kunz, director
del Marlín Lodge, que cada año dedica unos 25.000 euros a proyectos
para la comunidad, con los cuales que se ha construido la única escuela
de la isla y tres pozos de agua potable.
El nuevo motor económico
en la región, sin embargo, es también una gran amenaza para las costas
del Índico mozambiqueño, una de las mejor conservadas del este de
África.
"Nos preocupa mucho el desarrollo turístico y cómo puede
afectar al parque natural. Sabemos que es necesario, pero tenemos que
ver cómo podemos compatibilizarlo", advierte Karen Allen, directora del
proyecto para la conservación del dugón del Fondo para la Vida Salvaje
Amenzada (EWT).
"Es preocupante la reducción de capturas que se ha
registrado en el parque por la sobreexplotación de la pesca, como
reconocen los propios pescadores de aquí, y estos desarrollos turísticos
traerán miles de visitantes que quieren comer pescado local y langosta
todos los días", añade Karen.
Los dugones, un animal similar al manatí, mueren también en las redes de los grandes barcos que faenan a las puertas del parque.
"Estamos
hablando de la última población de estos animales de toda África, al
borde de la extinción, con solo 200 ejemplares, y debemos ser muy
cuidadosos con lo que hagamos tanto en el archipiélago, como en la costa
continental, que no está protegida, pero que está a 15 kilómetros".
El
Gobierno de Mozambique adjudicará en agosto de este año la construcción
de un complejo con dos hoteles de lujo, un millar de viviendas, campos
de golf y casinos en Inhassaro, frente al Parque Natural de Bazaruto.
Pero
la Isla de Benguerra, un destino de lujo basado en la riqueza natural
de sus aguas y sus playas vírgenes, permanece ajena al proyecto hotelero
en el que se pretende construir infraestructuras para acomodar hasta a
3.000 personas.
Benguerra es todavía un paraíso, donde las olas
borran cada día las huellas de los turistas en la arena y los pequeños
veleros pescan langosta en un mar de corales. EFE
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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