Caracas, 3 feb (EFE).- Tres millones de años después de quedar atrapadas
en un pozo de asfalto, los fósiles de 34 especies de animales
rescatados y analizados, entre ellos, tigres dientes de león y de
cimitarra, y una nueva especie de caimán, han quedado al descubierto y
pueden ser apreciados en una exhibición en Caracas.
Un pozo de asfalto de más de 18.000 metros cuadrados ubicado en la
zona llamada El Breal de Orocual en el oriental estado Monagas de
Venezuela fue la trampa que el pleistoceno tendió a un buen grupo de
animales que dejaron además testimonio novedoso de la peregrinación de
algunas especies muy lejos de lo que hasta ahora se conocía.
A ese
sitio fue a dar, infieren los científicos, un primer mamífero, tal vez
un caballo, que un tigre quiso atrapar, pero ambos quedaron pegados en
el viscoso lago con superficie de agua.
Poco a poco quedaron
atascadas además, aves carroñeras, insectos, y así todo un ecosistema
que ha sido analizado por expertos desde 2006 cuando se realizó el
primer hallazgo y que seis años después, aún ofrece revelaciones como la
detección de una nueva especie de reptil, bautizado Caiman
venezuelensis, a fines de 2012.
El hallazgo de los fósiles sucedió
cuando la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) realizaba obras para
construir un oleoducto pero las excavaciones fueron paralizadas
repentinamente cuando los trabajadores divisaron lo que parecían ser
unos huesos.
El análisis de los restos pasó entonces a manos de
paleontólogos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
(IVIC) que hasta hoy han descrito 34 especies entre las que se cuentan
caballos, llamas, armadillos gigantes, osos hormigueros tres veces más
grandes de los que existen en la actualidad, además de reptiles,
culebras, tortugas y aves.
El pozo y sus inquilinos revelan no
solo que estos animales poblaron la zona entre 2,5 y 4 millones de años
atrás, sino que muestran además, según dijo a Efe el paleontólogo del
IVIC Ascanio Rincón, el recorrido de algunas de estas especies por
cuatro de los cinco continentes en ese entonces.
Ese es el caso
del "hipercarnívoro" tigre dientes de cimitarra. Los restos de este
"gato" son los primeros que se han conseguido en Suramérica, por ello
fue identificado como Homotherium venezuelensis y su hallazgo lleva a
los científicos a concluir que este felino "le dio la vuelta al mundo".
Los
tigres dientes de cimitarra se originaron en África hace cuatro
millones de años, el siguiente registro en tiempo geológico se ubica en
Europa, después en Asia y el rastro terminaba en Estados Unidos hasta
que fue encontrado en Venezuela.
El lugar, "en el que también han
quedado atrapados los paleontólogos", bromea Rincón, "documenta el
momento en el que Suramérica y Norteamérica se conectaron hace
aproximadamente unos tres millones de años" cuando se elevó el istmo de
Panamá abriendo un puente para el flujo de fauna y flora de un
territorio a otro.
En Argentina se han encontrado algunas de las
especies halladas en el Breal y que hasta ahora nunca se habían ubicado
tan cerca al lugar de unión entre los dos subcontinentes americanos.
La
mayor parte de los esqueletos del pleistoceno rescatados de El Breal de
Orocual se encuentran ahora majestuosamente exhibidos en el centro de
exposiciones del Centro de Arte La Estancia que pertenece a PDVSA en el
este de Caracas.
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Caracas, 3 feb
(EFE).- Tres millones de años después de quedar atrapadas en un pozo de
asfalto, los fósiles de 34 especies de animales rescatados y analizados,
entre ellos, tigres dientes de león y de cimitarra, y una nueva especie
de caimán, han quedado al descubierto y pueden ser apreciados en una
exhibición en Caracas.
Un pozo de asfalto de más de 18.000 metros cuadrados ubicado en la zona llamada El Breal de Orocual en el oriental estado Monagas de Venezuela fue la trampa que el pleistoceno tendió a un buen grupo de animales que dejaron además testimonio novedoso de la peregrinación de algunas especies muy lejos de lo que hasta ahora se conocía.
Un pozo de asfalto de más de 18.000 metros cuadrados ubicado en la zona llamada El Breal de Orocual en el oriental estado Monagas de Venezuela fue la trampa que el pleistoceno tendió a un buen grupo de animales que dejaron además testimonio novedoso de la peregrinación de algunas especies muy lejos de lo que hasta ahora se conocía.
Fotografía
de los huesos fosilizados de un Armadillo Gigante (Glyptodon sp), en
una exposición realizada en el Centro de Arte La Estancia de Caracas
(Venezuela). EFE
Fotografía de los huesos fosilizados de un Armadillo Gigante (Glyptodon sp), en una exposición realizada en el Centro de Arte La Estancia de Caracas (Venezuela). EFE Fotografía de los huesos
EFE
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
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